Jul 23, 2019 21:57
Cuando la ciudad se cubra de agua; cuando peces, sapos, ajolotes y serpientes marinas infesten avenidas y callejones; cuando no te salven ni manga, ni sombrilla, ni botas de hule, ni clases de natación, ni aún las chinampas; ven, sube a mi montaña y lanza una piedra a mi ventana.
Sube por mi escalera, prenderé una lámpara amarilla, siéntate a la mesa y te daré la espalda para servir la cena:
- Aquí tienes lo que hay. La tienda está cerrada, pero que no te de pena. Igual y mañana ya no se podrá comprar nada, y hoy tenemos pan, pescado y cigarros ¿Gustas una taza de té? -
No me cuentes nada, pues ya lo he visto todo; los conozco a ustedes, en aquellos tiempos y ahora, a través del lago que acaba de renacer.