Drabble. Claire
Título: Claire.
Rating: G.
Número de palabras: 219.
Hi.
It’s me.
Come on, baby.
Open the door.
Susurros en una noche sin luna. El viento mueve las cortinas y dibuja formas fantasmales en sus sombras. Hace frío, tal vez no mucho, tal vez no el suficiente. Pero ella tiembla igualmente.
Mira al techo, tumbada en su cama. Esperando.
Mamá ha traído un nuevo amiguito a casa, que bebe y les pega cuando se emborracha. A menudo la llama bebé y tira de sus coletitas de niña en un gesto que pretende ser cariñoso, incluso bromista. Él se ríe, su madre también. Claire no.
Es tarde, y los dos adultos acaban de llegar. Hablan en el rellano y la niña oye sus voces apenas amortiguadas por la puerta. Escucha pasos que van hacia su habitación. Son sólo dos pies. Su madre se ha ido a dormir.
-Abre la puerta, bebé.
Golpea la madera con los nudillos. Se oye clock, clock en medio del silencio. Dos veces, sólo dos.
La puerta chirría mientras se abre. Hace un sonido agudo que se alarga y se queda ahí, en medio de la habitación, durante apenas un momento. Luego se va por la ventana, se escapa con el viento, porque a cualquiera le daría miedo quedarse allí dentro.
Hace frío, tal vez no demasiado, tal vez no excesivo. Pero sí el suficiente.
Rating: G.
Número de palabras: 219.
Hi.
It’s me.
Come on, baby.
Open the door.
Susurros en una noche sin luna. El viento mueve las cortinas y dibuja formas fantasmales en sus sombras. Hace frío, tal vez no mucho, tal vez no el suficiente. Pero ella tiembla igualmente.
Mira al techo, tumbada en su cama. Esperando.
Mamá ha traído un nuevo amiguito a casa, que bebe y les pega cuando se emborracha. A menudo la llama bebé y tira de sus coletitas de niña en un gesto que pretende ser cariñoso, incluso bromista. Él se ríe, su madre también. Claire no.
Es tarde, y los dos adultos acaban de llegar. Hablan en el rellano y la niña oye sus voces apenas amortiguadas por la puerta. Escucha pasos que van hacia su habitación. Son sólo dos pies. Su madre se ha ido a dormir.
-Abre la puerta, bebé.
Golpea la madera con los nudillos. Se oye clock, clock en medio del silencio. Dos veces, sólo dos.
La puerta chirría mientras se abre. Hace un sonido agudo que se alarga y se queda ahí, en medio de la habitación, durante apenas un momento. Luego se va por la ventana, se escapa con el viento, porque a cualquiera le daría miedo quedarse allí dentro.
Hace frío, tal vez no demasiado, tal vez no excesivo. Pero sí el suficiente.