Re: Fandom: Hawaii Five-0 Pareja: Steve/DannoeminahinataMay 22 2013, 16:31:43 UTC
Danny tenía un secreto muy, muy oscuro. Bueno, tal vez no era tan oscuro, pero era algo que lo avergonzaba y hacía que no pudiera ver a la cara a Steve McGarrett, quaterback del equipo de la escuela a la cual ahora asistía, en Hawaii, en donde su padre era el entrenador de dicho equipo de football.
El chico antes mencionado era el suelo de cualquier niña (o niño si se busca bien) y luego de seis meses de tenerlo que ver casi a diario y discutir por cualquier cosa, porque esa era su vida, él había empezado a desarrollar sentimientos por el más alto. Y no es que eso lo molestara o algo, estaba bien con su sexualidad, pero le preocupaba que su padre se llegara a enterar. Porque conociendo a su padre iría tras Steve y eso no sería bonito.
Tendría que recordarle a su padre que el Sr. McGarrett es un policía más tarde.
La cosa es que hace una semana, más o menos, empezaron estos sueños muy, eh, comprometedores luego de haber entrado al vestidor para encontrase al otro chico prácticamente desnudo, salvo por la toalla que se envolvía en su cadera. Había salido con un sonrojo y una excusa barata de ahí al siguiente segundo.
No era bueno, no.
Malditas sean sus hormonas y Steve McGarrett por ser tan atractivo y destrozar sus esperanzas tan fácilmente. Sí, su autoestima era una mierda. ¿Pero cómo culparlo cuando en ésta isla maldita todos los chicos de su edad parecía sacado de una revista de moda? Así que demándenlo, muchas gracias.
-
Mientras tanto, en el campo donde todos los chicos del equipo hacían su calentamiento bajo los gritos del entrenador Williams, Steve McGarrett no apartaba los ojos de la banca en donde Danny Williams se encontraba leyendo la novela asignada en literatura, pendiente a las demandas de su padre.
Ese chico que conoció hace seis meses, con una personalidad amable y terca y con un trasero que era la envidia de todas las chicas, no podía sacárselo de la cabeza.
-Sabes… -escuchó y volteó a ver a Chin, quien sonreía con burla-, si no dejas de ver a Danny como en cualquier momento vas a saltar sobre él y devorarlo, es probable que mueras lentamente por las manos del entrenador.
-¡Sí1 -gritó Meka tras de él-. ¡Recuerda que te necesitamos para el partido del viernes, Romeo!
La risa del resto no se hizo esperar.
Estaba condenado y, viendo como Danny se inclinaba para recoger algunos obstáculos pro instrucciones de su padre, sabía que iba ser larga su tortura. Porque ese trasero… ¡joder!
El chico antes mencionado era el suelo de cualquier niña (o niño si se busca bien) y luego de seis meses de tenerlo que ver casi a diario y discutir por cualquier cosa, porque esa era su vida, él había empezado a desarrollar sentimientos por el más alto. Y no es que eso lo molestara o algo, estaba bien con su sexualidad, pero le preocupaba que su padre se llegara a enterar. Porque conociendo a su padre iría tras Steve y eso no sería bonito.
Tendría que recordarle a su padre que el Sr. McGarrett es un policía más tarde.
La cosa es que hace una semana, más o menos, empezaron estos sueños muy, eh, comprometedores luego de haber entrado al vestidor para encontrase al otro chico prácticamente desnudo, salvo por la toalla que se envolvía en su cadera. Había salido con un sonrojo y una excusa barata de ahí al siguiente segundo.
No era bueno, no.
Malditas sean sus hormonas y Steve McGarrett por ser tan atractivo y destrozar sus esperanzas tan fácilmente. Sí, su autoestima era una mierda. ¿Pero cómo culparlo cuando en ésta isla maldita todos los chicos de su edad parecía sacado de una revista de moda? Así que demándenlo, muchas gracias.
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Mientras tanto, en el campo donde todos los chicos del equipo hacían su calentamiento bajo los gritos del entrenador Williams, Steve McGarrett no apartaba los ojos de la banca en donde Danny Williams se encontraba leyendo la novela asignada en literatura, pendiente a las demandas de su padre.
Ese chico que conoció hace seis meses, con una personalidad amable y terca y con un trasero que era la envidia de todas las chicas, no podía sacárselo de la cabeza.
-Sabes… -escuchó y volteó a ver a Chin, quien sonreía con burla-, si no dejas de ver a Danny como en cualquier momento vas a saltar sobre él y devorarlo, es probable que mueras lentamente por las manos del entrenador.
-¡Sí1 -gritó Meka tras de él-. ¡Recuerda que te necesitamos para el partido del viernes, Romeo!
La risa del resto no se hizo esperar.
Estaba condenado y, viendo como Danny se inclinaba para recoger algunos obstáculos pro instrucciones de su padre, sabía que iba ser larga su tortura. Porque ese trasero… ¡joder!
Chin rió a su lado ante su percance.
La vida era tan injusta.
Y Danny era tan lindo.
Necesitaba una ducha bien fría. Urgente.
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