Titulo: Memorias de Jersey
Autor: eminahinata
Fandom: Hawaii Five-0
Palabras: 696
Pareja: Ilyan Wolfe/Daniel Williams
Advertencia: Slash, Personajes Originales, ligero crossover, un poco AU.
Universo: ----
Dedicatoria: A Yvarlcris, quien ha pedido sobre Danny antes del canon y con mi personaje original: Ilyan Wolfe.
Disclaimer: Hawaii Five-0 y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de K/O Paper Products y 101st Street Television en asociación con
CBS Productions. Este fic se hace sin fines de lucrar, ¿vale? Si fueran míos, Danno y Steve estarían juntos desde hace mucho tiempo de forma definida y no sólo por el condenado y maravilloso subtexto. ¿Qué? ¡Se vale soñar!
Resumen: Hay situaciones que marcan una amistad. Y otras que marcan algo más grande. AU.
Notas de Autor: ¡Hola! Bueno, no tengo mucho que agregar hoy. Ando triste y lo más triste de eso es que me inspiro a escribir. Eso es triste, realmente triste. Pero al final me ha gustado lo que ha salido. ¡Oh, bueno! Resulta que tengo esta mala suerte para que me rompan el corazón. Con esta ya son dos veces en un tiempo relativamente corto. Y por todo eso llegue a una conclusión: el amor es una mierda (bueno, no totalmente, pero si, más o menos). Yo realmente creí que le gustaba a esta chica, pero al parecer fui yo la que lo malinterpreto todo y es una suerte que no le dije nada al respecto. Hubiera sido mucho peor. Ahora odiare el nombre de Steven, porque ese es el nombre del chico que le gusta y que no sabe lo que quiere. Maldito desgraciado, que no sabe lo que quiere y que hace sufrir a esa gran chica. Pero, qué va, yo entreteniéndolos con mis problemas. Saben que sus comentarios son siempre bienvenidos (por favor, eso me haría muy feliz. Eso y el chocolate) y sin más que agregar, ¡a leer!
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Memoria Seis
By: eminahinata
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Había algo que todo el mundo sabia y eso es que cuando Daniel Williams se molestaba, no sólo era adorable, sino era algo de qué preocuparse. Porque, vamos, alguien tan pequeño como él podía dar buenas patadas en la espinilla. Y eso podía afirmarlo Josh, el chico de sexto año, que siempre molestaba a los más pequeños y que por tal razón el pequeño rubio se molesto y sucedió lo que sucedió.
Así que si, Daniel Williams de diez años se encontraba molesto en ese momento y su mejor amigo no entendía porque mientras caminaban de regreso a su casa, desde donde el autobús escolar los dejo en la esquina del barrio.
Ilyan pronto se puso a hacer memoria de que podría haber ocasionado la actual expresión de su Dan-Dan y si él tenía que ver con ello. Bueno: en la mañana su amigo se veía muy animado, el Sr. Castillo había felicitado al pequeño rubio por la excelente nota en el examen de matemáticas, comieron un pastelillo que la abuela de Donna, la pequeña rubia de su clase, llevo y que ella les había compartido, jugaron con Kevin Harris en la hora de receso y luego el Sr. Castillo les había puesto un documental muy entretenido. En conclusión: muy buen día. Entonces, ¿Qué era lo que molestaba a su amigo? Lo único raro fue la nueva estudiante que ingreso ese día y él pensó que era linda.
Volteo nuevamente a ver a su amigo, el adorable puchero en el rostro de éste, y ya cansando del silencio pregunto:
−Dan-Dan, ¿por qué estas molesto? -se detuvieron un momento en la acera.
−No estoy molesto -musito, frunciendo el seño. Ilyan frunció el seño a cambio.
−Si lo estas -dijo.
−Que no −.
−Que si −.
−Que no −.
−Que si -
−¡Que no! −.
−¡Que si! −.
−¡No! −.
−¡Sí! −.
−¡Está bien! -se cruzo de brazos. El azabache sonrió triunfalmente.
Se hizo el silencio.
−¿Entonces…? -Dan-Dan lo vio por un momento antes de desviar la vista al suelo.
−Te gusta -susurro bajito haciendo que el de ojos verde se acercara más para escucharlo.
−¿Qué cosa? -pidió.
−Que te gusta -alzo la vista, para nuevamente desviarla.
−¿Quién? -pregunto extrañado.
Al otro lado de la acera la Sra. Peterson los veía con curiosidad mientras regaba sus macetas.
−La nueva… −frunció el seño.
−¿Eh? -parpadeo, realmente confundido−. ¿Te refieres a Emina? -pregunto un poco confundido y un poco sorprendido.
−Sí, ella -sentenció, siguiendo con su camino y dejando atrás a un pequeño azabache muy confundido. ¿Era por eso que su mejor amigo estaba molesto? ¿Por qué le gustaba una niña?
−¡Dan-Dan! -salió corriendo, su mochila moviéndose con él.
−¿Qué? -pregunto con molestia, nuevamente deteniéndose con el seño fruncido.
−¿Estas molesto porque me gusta una niña? ¿Es eso? -ladeo la cabeza esperando una respuesta. Dan-Dan lo vio por un tiempo antes de suspirar y bajar la vista ruborizado.
−Si… −susurro.
−¿Por qué? -en verdad quería saber.
−Porque eso significa que ya no te gusto… −volvió a susurrar.
¡¿Qué?! ¡Eso nunca!, se dijo el pequeño azabache. Nuevamente el silencio volvió a caer en ellos, a unos pasos la casa del pequeño rubio, mientras Ilyan asimilaba la información.
−Dan-Dan−dijo, acercándose y tomando entre una de sus manos la de su mejor amigo−. Tú siempre vas a gustarme, no importa que, ¿entiendes? -apretó su mano para hacer que su amigo lo viera. El rubio alzo la vista y lo vio por un momento.
−¿Si? -pregunto en un hilo de voz, sus ojos un poco nublados por las lágrimas que retenía desde que vio como su amigo observaba a la nueva compañera.
−Si -le sonrió y beso su mejilla−. Es una promesa −.
−Está bien -sonrió a cambio.
−Bien, ahora vamos a comer. ¡Muero del hambre! -soltó un gemido de protesta causando la risa de su amigo, lo que hizo feliz a Ilyan.
Porque a él siempre le gustaría Dan-Dan y nadie cambiaria eso. Él siempre se aferraría a esa mano y no la soltaría. Porque Dan-Dan siempre, sin que en ese momento estuviera consiente de ello, sería su primer amor. Un amor puro e inocente, como dirían las personas de Newark en unas décadas.