No tenía noción del tiempo- Apresuró durante todo el trayecto su ritmo. Estaba nervioso y con el presentimiento de que llegaba con retraso.
Al entrar en la cafetería colocó ojo avizor a todas y cada una de las mesas. Ni rastro de Nichkhun. Así pues, decidió sin motivo una mesa desocupada, cerca del ventanal del establecimiento.
Una vez aliviado el nervio de llegar tarde, miró la hora de su móvil. Llegó con dos minutos de adelanto.
Aun así, la angustia y la preocupación hicieron de nuevo aparición en él al ver que no había señales de Nichkhun.
Sintió el miedo de pensar en que Khun se hubiera marchado, sin poder haberle dicho nada; el pavor de no poder confesarle por última vez (antes de la partida) sus sentimientos. Estaba inquieto, incómodo. Sin embargo, estos sentimientos fueron barridos con un soplo de aire al observar la esbelta y estilizada figura de Khun entrando por la puerta.
-Perdóname, de verás. Estaba recogiendo lo último que me quedaba. -le dijo del todo encantador. Con aquella sonrisa que cualquiera no podía negarse
-No importa. Tendremos menos tiempo, pero al menos has venido. -rió aún con la tensión en el cuerpo. Menos mal que había llegado. Sí, era Nichkhun. Aquel hombre tan maravilloso. Ahora se veía como un estúpido por haber pensado que Khun hubiera podido marcharse sin decirle nada. - Y dime,¿qué te quedaba por recoger?
- Pues lo más importante: fotos en las que salimos juntos y un par de libros que me gustaría leer y algunos de los que me prestaste. -su mirada fue tan intensa, tan directa que hizo que Wooyoung retirara la vista hacia cualquier otro punto. Sabía que era Nichkhun, que se conocían desde hace mucho tiempo, pero aun así aún no estaba acostumbrado a este tipo de situaciones.
- Aún no me creo que te vayas. -ni quería creérselo. Nichkhun era un gran soporte para él. No en el sentido más egoísta. Sabía que era trabajo, y para su bien. Sin embargo, a Nichkhun podía confesarle hasta el más recóndito secreto. ¿Qué haría sin él?
- Sólo será un mes en América. Es una lástima que tengamos que rodar la película allí, pero te prometo que vendré corriendo. ¡Volando!
Se creó un inquietante silencio. Tan cortante como una cuchilla. Sabía que no podía ponerle freno. Era una cosa que tenía que pasar sí o sí.
Intentó convencerse de que no era para tanto. Incluso le pareció muy ridículo por su parte ponerse así de cursi con Nichkhun. Seguro que si le contara lo que ahora mismo pensaba a Nichkhun, éste le sonreiría con una amplia sonrisa, como un niño inocente, y reiría de alegría.
-Quizás se haga ese mes un completo siglo. Sé que puede parecerte estúpido, pero se me hará cuesta arriba. Será como si cada día fuera un año. - No quiso ver directamente el rostro de Nichkhun así que se entretuvo con la cucharilla del café.
-¿Crees que para mí también es fácil? -Wooyoung no esperaba que le contestara de tal forma. Esperaba más energía positiva por parte del mayor. Venga, fuera caras largas. Vamos a otro sitio - se exaltó a ver que Nichkhun volvió a ser el que era. Lo conocía de sobra.
Se dejó llevar a rastras por Khun. No le importaba, si era él quien lo hacía.
Le llevó hasta un parque recubierto de un agradable verdor, donde el camino era formado por piedras; donde la gente practicaba deporte, jugaba con sus mascotas o pasaban el tiempo con amigos. Sin duda era del todo agradable.
Le sorprendió no haber venido más veces con Nichkhun a este lugar.
Después de su regreso de América, le pediría que volvieran a este lugar.
Se sentaron a la sombra de grandes y refrescantes árboles. Se podía notar como la primavera hacía sus apariciones: cambio de temperatura, flores más vivas y árboles majestuosos.
-Estás cálido. - dijo Nichkhun, haciendo que Wooyoung se extrañara. ¿Cálido? Claro, Nichkhun era como el astro de su mundo.
-Es normal Nichkhun, llevas todo el rato cogiéndome de la mano. -rió. En verdad le había parecido un poco tonto que Nichkhun le dijera aquello. Incluso sonaba malsonante.
-Porque no quiero soltarte. Quiero tenerte por el rato que queda. -dijo muy sereno, con la voz terciopelada.
-Nichkhun… ¿Sabes que siempre te querré, verdad? -sabía que ahora el tonto estaba siendo él por preguntarle aquello. Dos tontos, sin remedio alguno.
-¡Claro que lo sé! -afirmó con fuerza.
-Sólo era para asegurarme -agachó la cabeza. Notaba como las lágrimas surgían de sus rasgados ojos. Él decía que cesaran, no quería llorar a estas alturas. Sin embargo, ellas necias y sordas, le desobedecían.
Su corazón dio un pequeño bote al notar las suaves manos de Nichkhun rozando su barbilla, haciéndole que le mirara. Odiaba esas situaciones. Se sentía tan inútil. Khun siempre estaba alzándolo.
Le quería. Lo ama con locura.
-Wooyoung, te amo. -pronunció Nichkhun aquellas palabras tan simples, pero a la vez tan repletas de sentimientos. El contacto entre ambos fue inminente. Nichkhun cada vez estaba más cerca de él, y así lo deseaba. Necesitaba notar los labios dulces de Nichkhun.
Lo amaba. Y no dejaría nunca de seguir a su lado.
Al día siguiente fue el día en el que Nichkhun marchaba a América. Sin duda, le necesitaba. Nichkhun se había vuelto tan imprescindible cono el aire. No podía respirar sin él.
Aún sonaban dentro de él las palabras que con tan delicadeza le pronunció antes de su viaje.
Los días se convertían en completas eternidades. Sin saber que hacer, donde ir. Se encontraba en un mar negro del que no podía salir.
Tumbado en su cama, sin cesar de pensar en la vuelta de Nichkhun, se le ocurrió la idea de colocar fotos de ellos dos por una de las paredes libres de su habitación. Al menos, podría verle aunque fuera en fotografía.
Mientras las colocaba, iba recordando cada momento vivido con él. Reía a la par.
Gracias a esa actividad, una idea pasó por su cabeza.
Corrió con alegría hacia su escritorio y preparó hoja y bolígrafo para escribir una carta a Nichkhun. Si escribía todo lo que sentía ahora, seguro que cuando se la diera a Khun éste se pondría muy contento.
Se dejó empapar por sus sentimientos y que éstos hicieran que cobraran forma propia: en forma de palabras.
Cuando echó un rápido vistazo al reloj de su cuarto, se percató de las altas horas de la madrugada que eran. Debía descansar ya que mañana le tocaba ir hacia el rodaje de un anuncio y tenía que conducir él. Ya tendría tiempo mañana de acabar con la carta.
A la mañana siguiente aprendió el viaje de media hora en coche que tenía que hacer. No le hacía del todo gracia, ya que no había dormido gran cosa, pero no podía negarse al trabajo.
Llegó en un periodo más corto del que creyó a la gran ciudad. Era un caos circular por aquellas ciudades, llenas de cúmulos de gente para aquí y para allá. Los peatones se abalanzaban sobre los coches ya que no tenían más remedio por donde pasar.
Estaba ligeramente perdido y por si fuera poco se encontraba en un cruce de lo más enrevesado. Espero a que el semáforo donde el se encontraba se pusiera de color verde. Arrancó con cuidado y avanzó a dirigirse hacia el edificio destinado.
Por infortuna, un conductor cruzado con la calle por donde conducía Wooyoung iba distraído hablando por teléfono y saltó su ceda el paso, provocando una colisión frontal por su parte; dando justo en el lado del coche donde se encontraba Wooyoung.
En ese momento, millones de fragmentos de su vida pasaron por sus ojos: el apoyo incondicional de sus padres, sus amigos, el día en que se convirtió en idol, 2PM... Nichkhun.
Un cúmulo de gente se abalanzo sobre el accidente; otros gritaban o quedaban boquiabiertos ante el suceso, los restantes hacían fotos con los móviles.
La policía intervino lo más rápido que pudo. La colisión había sucedido en un punto clave del transito y no sabían el estado de los dos conductores.
Minutos más tarde llegó la ambulancia, apresurándose pero con máxima precaución de sacar a los heridos de los coches.
El conductor descuidado sufrió heridas graves en la cabeza, mientras que Wooyoung no pudo recuperar el sentido.
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