Las personas, parece que tendemos a percibir el futuro como una continuación del pasado. Y, por lo general, una versión mejorada del pasado. En ese sentido, somos optimistas a pesar de que casi siempre las segundas partes de las películas son peores. El problema es que damos muchas cosas por sentado, simplificándolas. De esta manera, el diésel viene de la gasolinera, la comida del supermercado y la electricidad del tomacorriente.
Claro está, también estoy exagerando la percepción general, pero en esencia nadie se complica demasiado pensando en el origen de nuestros bienes (China, por supuesto) y servicios. En ese sentido, la electricidad es un ejemplo interesante de cómo podemos hacer las cosas bien en nuestra Costa Rica. Contrario al mundo en general, donde predomina el combustible fósil para la generación eléctrica, en Costa Rica el mayor porcentaje de electricidad se produce de fuentes renovables. Sólo el 10% proviene de fuentes térmicas, en el peor de los años.
En el mundo la situación es inversa. El 75% proviene de fuentes fósiles no renovables: gas, carbón, petróleo. [
https://es.wikipedia.org/wiki/Consumo_y_recursos_energ%C3%A9ticos_a_nivel_mundial#/media/File:World_energy_usage_width_chart-es.svg] Si añadimos al uranio como no renovable, el 81% de la producción eléctrica mundial actual estará eventualmente en riesgo de desaparecer en un plazo menor a un siglo.
El pico máximo de producción de petróleo mundial ocurrió aproximadamente en el año 2006. El del gas, ocurrió u ocurrirá entre el 2015 y 2020. El carbón se retrasará un poco más, hasta el 2025-2030. En promedio, estas fuentes combinadas llegarán a su pico máximo de producción en el 2020. En seis años. Después de eso, la producción hidrocarburos y carbón lentamente descenderá y se encarecerá.
La visión del pico máximo de la producción de petróleo (o cualquier recurso no renovable, para tal caso) la definió por primera vez King Hubbert por allá del año 1955. Predijo el máximo de producción petrolera en Estados Unidos para 1970 (¡ocurrió en 1971!) y el mundial para el 2000. No pudo prever, claro está, las diferentes crisis que disminuyeron el consumo (1973, 1979, 1980, 1990) o los esfuerzos para la reducción del consumo de electricidad, pero aun así es impresionante que a más de 50 años lograra indicar este evento con una precisión como esa.
¿A qué viene todo esto? A que nos guste o no, el 75% de las fuentes eléctricas en el mundo están(ran) de capa caída. En el caso de que el denominador (personas con acceso a electricidad) no disminuya o aumente, habrá cada vez un menor acceso a kW/h para ver televisión, cocinar o encender el aire acondicionado o la calefacción. En el caso de Costa Rica, los proyectos hidroeléctricos y geotérmicos en construcción permitirán un aumento de 1,4 GW de capacidad de producción instalada, haciendo innecesaria la generación térmica (o incluso cogeneración privada). Excelente por mi país, por la visión de nuestros antepasados y las posibilidades que nos ofrece nuestro territorio. Si además lográramos convertir gran parte de nuestra flota vehicular a electricidad, seríamos verdaderamente verdes. En ese sentido la ausencia de, para empezar, trolebuses o tranvías en la capital me resulta un tanto paradójica.
En perspectiva tenemos que nuestro país, aún en épocas de sequías significativas, podrá proveerse de electricidad para ver Combate (QdDG) y encender los aires acondicionados sin recurrir al búnker. Faltaría reforzar las fuentes de energía renovables como la solar y la eólica, que pueden servir de apoyo para ahorrar el agua de represa. Lamentablemente el costo de estas dos es significativamente mayor a la hidroeléctrica, sin embargo en perspectiva serán importantes. La visión estratégica que se requiere debido al calentamiento global nos debe obligar a no meter todos los huevos en la misma canasta… De eso hablaremos en la próxima parte.