Título: Cumbres Borrascosas
T.o: Wuthering Heights
Autor: Emily Brontë
Edimat
377 páginas
Cumbres Borrascosas es la novela del enfrentamiento apasionado, en muchos momentos violento, entre Heathcliff, el hijo de unos bohemios, y Catherine. Como se han criado juntos durante la infancia, casi en un plano de igualdad, la unión parece imposible. Sin embargo, él lo intenta obstinadamente, luego de haber sido convertido en un siervo al morir su protector. Cuando se convence de que nunca podrá satisfacer sus deseos, escapa de allí. Regresa a los tres años, convertido en un rico propietario. Esto le permite creer que se halla en la misma situación social que su amada. Cuando vuelve a ser rechazado, se entrega obsesivamente a destruir el hogar de Catherine.
Esto es difícil, hacer una reseña de uno de mis libros favoritos y que me da tanto qué pensar y sentir. Allá en los años 90, nuestra profesora de literatura nos recomendó esta obra maestra, junto con otros títulos del romanticismo. De esto que un día me acordé de esa lista y decidí leer el libro y me enamoré por completo de la historia. Lo tiene todo y al grado más extremo, todo es intenso y nada te deja indiferente. Y muchos años después de aquella lectura he decidido volver a leerlo y comprobar si sigo sintiendo lo mismo.
Puedo decir que no. Si acaso, la experiencia ha sido mejor, porque ahora comprendo muchas cosas que antes no entendía, me he fijado más en los detalles, incluidos esos que me incomodan como el maltrato animal, pero así y todo el libro me gusta mucho más que antes. Es el estilo increíble de Emily Brontë, que consigue que en una página te horrorice Heathcliff y quieras clavarle un hierro oxidado en el vientre, y páginas más tarde sientes lástima por él porque ya no tiene a su Catherine. Estoy mucho más enamorada de la historia, de los personajes y de la autora. Ojalá hubiese vivido lo suficiente para ver el alcance de su obra.
Creo que con Heathcliff Emily dio la campanada. Es con diferencia uno de los mejores personajes de la historia de la literatura. Te hace preguntarte si es posible que un monstruo pueda amar. Te hace preguntarte cómo es posible que alguien que supuestamente puede amar, pueda cometer actos tan crueles como los que él perpetra (el maltrato a los animales o hacia Isabella Linton y luego hacia la mismísima hija de Catherine, por ejemplo) Hay momentos en los que querría estamparle la cabeza contra la pared, en los que me es completamente imposible sentir ningún tipo de empatía hacia él, pero luego, por arte de magia o de la gran capacidad de Emily para contar historias, vuelve a ser a mis ojos ese ser perdido, que vive en constante dolor por no tener consigo a la otra parte de su alma. Esa necesidad de otra persona que me daría tanto miedo en la vida real pero que en la historia aquí narrada me parece lo más bonito del mundo.
Tampoco es que él sea un inocente, ni mucho menos. Ya en su infancia aprendió cómo el señor Earnshaw tenía tendencia a favorecerle y así manipulaba los castigos e insultos de Hindley para conseguir cosas a cambio (aka el incidente del caballo) Era muy fuerte físicamente y de carácter y para cuando Hindley lo relega al estatus de sirviente, se niega a retroceder. Se ve a sí mismo como un igual de Catherine y le importa un pimiento que los demás no lo vean así. Catherine es su único mundo y todo lo que hace es para estar con ella, o para hacerle la vida imposible cuando considera que ella ha sido cruel con él. Es el tipo de personaje enormemente intenso del romanticismo que tanto adoro.
Las únicas cosas que realmente tengo que reprocharle son su nulo aprecio por la vida animal y por los demás. Si Catherine no le pide de forma convincente que perdone a otras vidas, él se las carga sin compasión. No tiene problemas para zurrar a Isabella Linton e incluso a la hija de su adorada Catherine. Claro que esto último me hace preguntarme si realmente a Catherine le habría importado algo su propia hija, aunque sea desde el más allá. Una esperaría que le perdonase un poco más aunque sea medio Linton y en el exterior se parezca tanto a su padre, pero no, ni por esas.
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En cuanto a Catherine, nunca fue santo de mi devoción. En mi primera lectura la odié muchísimo por rechazar a Heathcliff y casarse con Linton, pero ahora veo que en cierta medida no le quedaba otra salida. Como bien decía Isabella Linton, si se hubiese casado con Heathcliff habría acabado en el mismo estado de miseria, o similar. Dado que él no tiene apellido ni consideración por parte de nadie, estarían condenados a una vida horrible, y sería como alargar ese período de miserias que Catherine le describe a Nelly cuando le habla de la proposición de matrimonio de Edgar Linton. Ella se siente uno solo con Heathcliff, ha sentido cada miseria como propia, lo que significa que ha sufrido en la misma medida. Pero a diferencia de Heathcliff, Catherine siente inmediatamente una oportunidad de salir de ese agujero en el momento en que entra en casa de los Linton. Tal como le acusa Heathcliff más adelante en la historia, Catherine fue una falsa en el momento en que persiguió el cariño de Edgar. Pero no tenía otra opción. Si quería tener una vida feliz, con comodidades, con un futuro no tan funesto, Edgar Linton era lo mejor; y que fuese guapo y amable ayudaba bastante. Cierto que se ve deslumbrada por las riquezas y la posibilidad de disfrutar de ellas, y es algo egoísta, pero tal como ella misma dice, no todos los motivos para aceptar la proposición son egoístas. Catherine se siente tan unida a Heathcliff, está convencida de que su alma y la de él son la misma cosa, que piensa que si ella sale de ese “agujero” y goza de una vida mejor, él se sentirá automáticamente igual. Es una teoría un tanto estúpida pero en su mente funciona.
Lamentablemente, Catherine es en realidad mucho más salvaje que esa vida en la que se introdujo. No era ella misma, estaba siendo otra persona, una versión tergiversada de su verdadero yo. Me resulta curioso que ella siguiese con la farsa y que el propio Edgar Linton no se diese cuenta de que esa Catherine que él veía no era la verdadera. No entiendo qué carajos ve en ella para enamorarse como lo hace porque está claro como el agua que ellos dos son tan diferentes como el fuego y el hielo. Hasta a veces me da pena porque en el fondo no le quiso de verdad. Le amaba a su manera pero era un amor que ni de lejos llegaba a lo que siempre había sentido por Heathcliff. Pero esa es la tragedia de esta historia, no tenía otra salida más que traicionarse a sí misma.
Y llegado a cierto punto, el alma de Catherine no resiste tal división y es cuando su salud empieza a decaer. Llega a hablar de su cuerpo como “una prisión en ruinas”. Su muerte es una liberación para su alma y la única forma de estar con Heathcliff para siempre y en paz. Otra razón también para sentir lástima por Edgar, quien muere pensando que va a reunirse con ella en el más allá. No sabes nada, Edgar Nieve.
Hablando de Edgar, no es que sea un personaje que me deje una gran impresión pero lo cierto es que a lo largo de la historia le ves crecer. Siendo siempre un niño bien, con el paso del tiempo adopta un cierto orgullo que le viene probablemente de saberse el segundo en el corazón de Catherine, constantemente a la sombra de alguien que él no considera digno de respeto. Y a su manera trata de defender a su familia y aquello en lo que cree. Pero igual que una casa puede sucumbir ante la fuerza de la naturaleza, su oposición a Heathcliff no resiste la venganza que éste lleva a cabo. Por cierto, quizás debería señalar que no estoy de acuerdo con Edgar (lol, casi nunca lo estoy) cuando dice que Heathcliff es quien ha matado a Catherine, en todo caso ha sido él. Catherine nunca se sintió dividida hasta que Edgar Linton apareció en su vida. Si luego Heathcliff y Catherine no pueden estar apartados el uno del otro, no es culpa de nadie. Sucede sin más.
La pequeña Cathy Linton nunca había sido de mis favoritos tampoco, ni lo es ahora, pero ciertamente le tengo mucho más respeto que antes. Era una niña muy mimada, con sus cosillas, pero tampoco era mala persona sino más bien inocente. A base de ostias sale del cascarón y descubre que más allá de los muros de su propiedad, la gente no es tan buena y civilizada como su padre. Pero lo mejor de todo es que pese a todo lo sufrido aun es capaz de amar y disfrutar de la vida. No guarda rencor eternamente como hacía su madre, o como hacía Heathcliff.
De hecho, Hareton y Cathy, la segunda generación, son la versión mejorada de Heathcliff y Catherine. Ahí donde Heathcliff y Catherine fueron incapaces de perdonar y seguir adelante con sus vidas, Hareton y Cathy sí son capaces de dejar lo malo atrás y darse una oportunidad, y darle una oportunidad a otros. Pese a lo mucho que amo la historia de Heathcliff y Catherine, es la de la segunda generación la que me deja con un sabor de boca agradable, inmejorable, y la razón por la que creo que este es uno de los grandes clásicos de la literatura. Es la segunda generación que cierra las heridas abiertas y hace eso que los de la generación anterior, incluidos Hindley y Edgar Linton, no pudieron: seguir con sus vidas.
Hareton de hecho iba por el mismo camino que Heathcliff. Partiendo del hecho de que Hareton siempre ha tenido una cierta bondad innata, la negligencia a la que lo somete su padre y el poco cuidado de Heathcliff hacían que fuera una segunda parte de este último. Habría acabado igual de no ser por la entrada de la pequeña Cathy en su vida, y por el hecho de que se den ambos una oportunidad. Me hace pensar que si el señor Earnshaw no hubiese sido tan “dictatorial” y se hubiese currado un poco más la educación de sus hijos, quizás Heathcliff no hubiese salido tan mal. Porque lo siento mucho pero todo el mundo parece pensar que solo depende de Heathcliff el comportarse bien y no. Si todo el mundo le da la espalda de un modo u otro, ni toda la buena voluntad del mundo podría cambiar nada. Y en los rencores y odios de Heathcliff tienen mucho que ver el idiota de Joseph, el trato de Hindley, y hasta el ama de llaves, Nelly Dean. Seguro que Nelly piensa muy bien de ella misma y no creo que debiera hacerlo. A veces me saca de quicio. Es más, yo pediría a los lectores que tuvieran cuidado con juzgar a Catherine o Heathcliff más allá de las horribles personas que puedan ser (jaja, ¿qué estoy pidiendo?) porque la narradora de los hechos es Nelly y todo es descrito desde su punto de vista, “su” punto de vista; lo que no quiere decir necesariamente que todo sea exactamente cómo ella lo describe. En fin, la buena mujer hace lo que puede pero no se puede decir que sea muy imparcial.
El único personaje que creo que me queda por comentar es Hindley. Tanto él como Catherine eran un par de hermanos caprichosos, algo así como el lado opuesto a los hermanos Linton, que eran tan buenos y débiles. Hindley se ve desplazado en el cariño de su padre cuando llega Heathcliff y pronto da cuenta de su venganza al morir el señor Earnshaw. Luego está el alcoholismo y brutalidad al que se arrastra cuando muere su señora. No me despierta grandes sensaciones pero incluso a él puedo entenderle como entiendo a Catherine o como suelo entender a Heathcliff la mayor parte del tiempo. En este libro todos los personajes son trágicos, a excepción de esa segunda generación de la que tanto he hablado antes.
¡Ah, casi me olvido del pequeño Linton Heathcliff! Horrible, qué niño más horrible. Al final resultaba que se parecía a su padre más de lo debido. No le soporto y como mucho solo sirve para demostrar hasta qué punto era inocente la pequeña Cathy, que no supo ver lo idiota que era. Y bueno, sobre Isabella Linton, por no dejar esto sin hablar de ella,… No quiero ser mala pero le está bien empleado por ser tan cegata con Heathcliff. Igual de ciego que es Edgar con Catherine, lo es Isabella con Heathcliff. Supongo que podría decirse que Isabella es toda fan que ve a Heathcliff como noble y bueno y se enamora de él. Amiga, no, es mú malo.
La de Cumbres Borrascosas es una historia llena de odio, rencor y tragedia, situada en un paraje salvaje. No voy a recomendar el libro a todo el mundo porque Tumblr me abrió los ojos y me demostró que no todo el mundo conecta con la historia y sus personajes, pero creo que es bueno darle una oportunidad en algún momento.