Somos desvanes en los que se van almacenando pensamientos. Cuando nacemos estamos vacíos y solo somos instinto. Iremos experimentando, y esos valores que aprendemos van remplazado a nuestra verdadera esencia. La sociedad es la que nos hace perder nuestra individualidad, o derjarla en segundo plano, y conforme vamos creciendo vamos llenando esa habitación de tradiciones, cultura... todo lo que caracteriza a esa sociedad en la que vivimos.
Los sucesos son los principales protagonistas de la identidad de una persona. Normalmente estos acontecimientos tan importantes para una persona coinciden con etapas determinadas de la vida, de carácter interno,como puede ser la adolescencia, ...; o externos, como una guerra,... La identidad es algo que evoluciona y que a lo largo de una existencia, puede, incluso, llegar a contradecirse.
¿Somos nosotros mismos? ¿o llevamos máscaras? Máscaras creadas por la sociedad y la cultura. ¿Sabemos si verdaderamente estamos actuando de acorde con nuestros valores individuales o simplemente nos dejamos llevar por lo que nos rodea? Está claro que si rompemos con los valores sociales entramos directamente en un proceso de aislamiento, puesto que si no te comportas de una menera determinada eres rechazado por la sociedad. Pero tampoco podemos rechazar esos valores arraigados a nuestra personalidad, esto nos llevaría a un estado de total superficialidad.