Cap 23
Encontrar una explicación a la situación, le parecía a Sam Winchester un imposible. Era incapaz de encontrar un solo punto firme al que aferrarse en ese tipo de situaciones para resolver el malentendido surgido por el intercambio de Mundos. Pero para su hermano eso no era un problema, porque lo cierto era que el mayor se adaptaba a cualquier cosa que le pusieran por delante. Ese detalle de Dean siempre le dejaba boquiabierto, más que nada porque no importaba dónde se metiera, con quién debiera tratar o a quien tuviera que convencer.
Su hermano se transformaba en esa persona, hacia carne propia cualquier situación como si fuera realmente suya esa vida...
Por eso, al pararse en la puerta de la cocina con las bolsas en la mano sólo podía admirar como Dean, simplemente se colocaba la personalidad de Smith como un guante que encajara a la perfección, todo para Jody. La sheriff de este mundo nunca notaría la diferencia entre el Winchester y el agente del FBI enamorado de su clon.
- Dame eso Sammy.- la frase lo saca de su estupefacción, pero no hace que sus pies puedan moverse aún, Dean toma las bolsas de papel con media sonrisa, tranquilo mientras que Jody enciende el fuego para hacer café que no sea de un aparato.
- Ehmmm...- se le escapa, todo se ve demasiado natural para ser verdad y sus pies siguen pegados al piso.
- Oh vamos cariño, no pongas esa cara de espanto.- dice Jody al mirarle aun en la puerta de la cocina, tierna como ella sola le frota los brazos y le sostiene del rostro.- No estoy enojada, pero si quiero saber cómo es que todo esto paso...- le salta la picardía de los ojos y a Sam se le hace un nudo en la garganta y casi ni respira cuando le obliga a sentarse en la mesita de la cocina a que le cuente todo.
Dean se ríe junto a la cocina guardando la leche extra y poniendo el pan en la tostadora, Sam le mira y desearía con ganas patearle el culo por un buen rato, pero la pequeña mano lo sujeta de la barbilla maternal mente y le obliga a mirarle.
- ¿Sam...Qué pasa?- Jody mira a Dean y se le acerca para susurrarle, intentando decir algo más sin que Dean se entere pero el oído de su hermano es demasiado fino como para que eso funcione.- ¿Están peleados? ¿Llegué en mal momento?- dice tan suave como le sale y Sam niega pero no sabe qué decir, y no es hasta que Dean llega a la mesa con un par de tostadas y las tazas que le miran.
- Qué...- se sienta y les mira mientras el desayuno se cocina.- ¿Sammy?- Dean toma su mano del borde de la mesa y le sujeta, está de más decir que su corazón está dentro de su cuerpo solo por la piel que le retiene.
- Dean, tu dime que pasa, que parece que Sam se le olvidó como.-
- Bueno Jody...- Dean suelta la mano de Sam y éste la esconde.- Sammy no es muy afín a decir algo sobre nuestra relación.- Sam jura que se desmayara, que se caerá redondo al piso cuando su hermano suelta eso sin mayor preocupación mientras él sólo es capaz de empalidecer.
- Sam ¿Te cuesta asumir esto con Dean?- le pregunta preocupada y siente como le toma la mano izquierda.
- ¡No!- exclama y mira su hermano y de nuevo a Jody.- Es que... bueno....- y ¿que se supone que diga? ¿que está feliz de estar con Dean, que no es Dean, que es otro sujeto de una dimensión desconocida y que el Sam que ella conoce está durmiendo plácido en brazos de un Dean más cariñoso y ejemplar?
- ¿Entonces que es?...- Jody mira como la cabeza de Sam cae sobre la mesa y Dean voltea a ver qué fue lo que golpeo la mesa.- Cariño... Uhmm ¿Bobby sabia de esto? Digo ¿de Dean? ¿De tus gustos?- pregunta Intentando encontrarle una explicación al comportamiento del chico que considera como un hijo.
- No...- murmura, pero se voltea a mirar a su hermano cuando la mano grande del mayor se mete en su cabello acariciándole, Dean se sienta a su lado otra vez, luego de revisar el desayuno en el fuego y se miran por un segundo en que Sam piensa que es lo que el impredecible cazador hará a continuación y el parece ser otro hombre distinto con esa actitud.
- ¿Quieres que lo diga yo?- y Sam se levanta, la mano de Dean pasando por su mejilla en consecuencia y de nuevo a su mano sobre la mesa, al no contestar los ojos verdes ven a Jody y sonríe. - Yo ni siquiera sabía de Bobby hasta el momento que Sammy decidió no mostrar su cara en la oficina... pasaron unos días y el no volvía, yo, no me llevo con casi nadie del trabajo la verdad, con Sam apenas si nos hablábamos pero.... Sam habla mucho, hasta por los codos y me había acostumbrado a escucharle...- Dean suspira y sus ojos parecen tan tranquilos y grandes, el solo escucha su voz y espera que no complique más las cosas.
- Bueno si eso es cierto es raro que ahora no quiera contarme con lujo de detalles como es que están juntos...- inquirió Jody que vio que los huevos se pasaban y se levantó a servirlos.
- Déjame ir por partes...- apenas Jody no les ve Sam espeta un que “demonios” en muecas y Dean solo le guiña par luego lamerse los labios y sonreír, luego vuelve a su papel de novio serio. - Así que, me las ingenie para saber dónde vivía unos días después y cuando llegue me enteré de la muerte de su tío.. No esperaba algo así... yo ya no tengo familia a quien llorarle y tanto sentimentalismo me choco un poco...- Sam inspiro, descolocado por el relato, le sonaba pero no sabía porqué
- Si... recuerdo ese día, Sam no hablaba con nadie, solo miraba por la ventana, contemplaba el impala hasta que ya no había luz, la casa estaba llena de gente vestida de negro, todos los amigos de Bobby, y apenas se fueron todos, Sam arrojo todo lo que trajeron a la basura... ¿Recuerdas Sam?- deja el plato en frente de él y su hermanito oculta los ojos detrás del cabello largo, Dean aprieta su mano, ese poco de información les lastimo a los dos... porque el funeral de su Bobby, fue corto, tradicional según los cazadores.... y nadie más se enteró de ello, nadie vino a verlo o pregunto dónde estaba.
- Yo no sabía que tan duro había sido, cuando los días pasaron el bajo de peso y me mentía de que si comía.- Sam levanto la vista hacia él y abrió la boca.
- ¡Yo no miento!...- Dean le miró feo y su hermanito apretó los labios.- Sólo… no tenía hambre... además tú eres el barril sin fondo. - la sonrisa que se le escapó a Jody los hizo volver al tema de que ellos ahí en ese momento eran Wesson y Smith, la pareja del año en ese caso.
- Ay Sammy, qué trabajo me das, en fin, lo empecé a perseguir con las comidas y no sé por qué, pero empezamos a salir, a charlar más, y una noche lo encontré dormido en mi cama y tuvo suerte de que no lo sacara corriendo de mi departamento...- Dean cortó un poco de los huevos revueltos que la mujer acababa de servirle y se los llevo a la boca.
Comieron tranquilos mientras Dean relataba, Sam le miraba porque él no sabía bien de dónde sacaba toda esa historia. El que hablaba con Wesson todos los días era él y no su hermano.
Para cuando el desayuno estuvo eliminado de la ecuación Jody se veía feliz. Miraba a Sam de una manera que hacia sonrojar a su hermanito y que a Dean le enterneció. Esa mujer era solo una pizca más dulce que la oficial Mills que les retaba continuamente. Notó lo tenso que se ponía Sam cuando se le acercaba, era sólo pegarse un poco a él, a modo pareja y el chico sudaba la gota gorda, Sam desviaba el tema “ellos” cada vez que podía preguntándole del trabajo del pueblo o del clima, tanto como de la casa y de lo que le pasó al impala.
Pero Jody se preocupaba por él y Dean solo demostraba abiertamente que él era suyo, bueno que Wesson era de Smith, con sus manos flotando por su cintura y baja espalda a cada rato, moviéndolo de sitio sutilmente, incluso apoyando su mentón en su hombro y todo su pecho a su espalda.
Para Sam no fue nada fácil el día, no con su sueño fresco en la mente, ni con Dean divirtiéndose como un enano de su incomodidad, de sus nervios y por qué no, de su manera de traspirar la camiseta, y solo deseando que la sheriff se vaya de una condenada vez.
Pero no, ella tenía planes más extensos, como ir al cine en su día libre... claro, no sola, sino con ellos de acompañantes. Tener que subir a su auto, o que ella le dijera a los dos de ir atrás, porque el asiento delantero estaba lleno de pelos de perro policía y olía a diantres, solo fue uno más de esos detalles que le hacen querer romperle todo lo que se llama cara a Dean.
Principalmente porque el papel de novio lo tenía muy asimilado y tenía su brazo sobre sus hombros todo el camino al cine, y de allí le tomo de la mano para caminar entrelazados al cine. La palabra vergüenza se hace pequeña para expresar cómo se siente Sam, era embarazoso captar las miradas reprobadoras y las encantadas en las personas que se cruzaban con ellos.
Ya en el cine, Jody quedó algo separada de ellos, porque solo quedaban pocos asientos y ella le dejo a Dean la posibilidad de ver la película junto a su flamante novio, o sea: él.. Pero eso le dio oportunidad de patear a Dean un poco apenas se sentaron y en cuanto las luces se apagaron intentó reprocharle su comportamiento.
Pero, en cuanto su mandíbula se destrabó y se inclinó sobre el hombro de Dean para decir algo, el mayor, como acto reflejo, tomó su mano del apoya brazos acariciándola. Él solo podía mirar el gesto, a milímetros del oído de Dean, el rubio no actuó más hasta mirarle a los ojos y susurrarle al oído unos segundos después, cuando se movió para dejarle acercarse.
- Espero que la película no sea de esas que me duermen Sam...- dice como si no hubieran estado todo el día noviando, y él siente el aire aprisionado en su pecho pero no puede responder o siquiera mandarle a la mierda, y sus deseos de volver a su mundo se le hicieron eternos...
Dean miro el film sin problemas, pero se adormiló un poco al ser tan lento. Con la mano de Sammy en la suya y jugando ese papel, se sentía cómodo, incluso en esa situación, no se sentía extraño sino todo lo contrario, le traía recuerdos de cuando Sam era más crío, más cariñoso y estaba sobre el jugando todo el día con el chupete en la boca y apenas hablando.
Días que le vinieron a la mente sin pretenderlo, Sam y el... durmiendo la siesta un día de lluvia cuando su padre no estaba, o compartiendo unos pocos caramelos que su padre recordó traerles una vez, ellos mirando la televisión acurrucados en el sofá con una manta rota y añeja pero tan juntos que prácticamente se necesitaban para respirar tranquilidad en la inmensa habitación que ocupaban ellos solos en las interminables horas de caza..
Dean lo extrañaba y se sentía medio idiota por ello, porque Sam al cumplir los siete ya competía con él y empezaron a pelear y molestarse por todo. Sus días de cariño habían terminado allí mismo, sin aviso previo, pero poder andar de la mano era una de su cosas favoritas, principalmente porque nunca tuvo una novia el tiempo suficiente como para hacer esas cosas tan... normales.
Suspira y Sam le mira, por lo que con su cabeza apoyada en la butaca le devuelve la mirada perezoso, está algo encandilado por la luz de la pantalla y le toma unos segundos encontrar los ojos de su hermano como el gesto que hace, preguntando qué pasa... solo moviendo los labios y Sam se agacha un milímetro más cerca para que le pueda ver la boca y gesticular que Jody no para de darse la vuelta y mirarles cuando algo en la pantalla le gusta.
Dean frunce el ceño y entre las sombras y cabezas del lugar, distingue a la mujer mirarles y sin pensar, en un latido, besa a Sam.
Ni siquiera sabe por qué lo hace pero sabe que la mujer le está mirando, se lo dice el cosquilleo en su mejilla y trata de hacer del beso algo convincente, o sea, él no puede besar a alguien por más que esté actuando y hacerlo mal, eso lo sabe, pero que su hermanito no este desplegando su puño en toda su cara le sorprende y se toma el atrevimiento de meter sus dedos entre su pelo y dirigirlo a una posición más cómoda donde él puede recostarse del todo en la butaca y Sam esta sobre su boca relajando el cuello.
Sentir el temblor es lo que le preocupó, un temblor que se incrementaba cuando acaricio con su lengua los finos labios. Abrió los ojos de repente cuando Sam se paró y se fue, como si un palo se le hubiera metido allí donde el sol no le da y lo obligara a caminar todo duro escaleras abajo saliendo arrebatadamente.
Él lo miro todo el camino, no sabía si ir detrás de él o si se había sobrepasado con su actuación o si su boca le ardía de ese modo por haber besado de ese modo tan húmedo y lento a su misma sangre. Sin poder razonar qué era lo que había pasado se levantó de un tirón, envalentonado o decidido, aún no se había aclarado en su postura para ir detrás de él, solo se movió tan rápido como pudo porque notó que el pecho le bombeaba a toda velocidad un poco tarde.
El castaño, acelerado, se metió al baño apretando su mano contra sus labios, incrédulo y exaltado, girando sobre si mismo es que opto por se encerrarse en uno de los cubículos, no podía pensar, no sabía cómo reaccionar..... Le costaba respirar y apoyó la cabeza en la puerta mientras su cuerpo buscaba el modo de estabilizarse y dejar el mareo atrás.... Su hermano le había besado. ¡A él! tan diferente a la pasión innata de Smith en el callejón o cualquier sueño traicionero que pueda tener. Se frotó la mejilla con fuerza buscando una reacción más normal, cuando sintió algo correr por ella, mirándose la mano fue cuando noto el líquido, se le caían lagrimas por la conmoción que eso significó para él.
Su alteración era tal que los nervios en su cuerpo tembloroso se desahogaban como agua salada, se froto con ganas hasta que se cayó sentado sobre en el inodoro, intentaba tranquilizarse pero no podía, y debía, porque tenían que volver a la granja y seguro Jody insistiría en llevarlos.
Creyéndose solo pensó que podía llorar ya, allí mismo, desahogarse un poco antes de poner cara de nada, pero la puerta del baño se abrió y entró gente, hablaban, se reían y comentaban las películas, el tragó su angustia y desistió, jamás podría superar eso, jamás se separaría de su hermano y jamás tendría lo que quiere, inspira entre cortadamente hasta que algo golpea su puerta.
- ¡Eh! ¡Está ocupado! - su fastidio le invade cuando la puerta cede y él tiene que sostenerla con las manos.- ¡Pero qué haces imbécil, está ocupado!- grita transformando sus sentimientos en rabia (otro método efectivo de desahogo), pero el cuerpo que se cuela por el poco espacio es Dean en persona.
- Pues voy pasando tío...- se queja y el deja de hacer fuerza para impedírselo.
- ¡¿Pero qué haces Dean?!, ¿Estás loco? No, no, tú estas mal de la cabeza.- trata de pararse cuando Dean ya está dentro del cubículo y cierra detrás de él, empujándole de nuevo a sentarse sobre el inodoro ya que no hay tanto espacio allí para los dos.
- ¡Cállate! quiero hablar contigo...- le dice con su mano en el pecho de Sam y parado frente a él como si fuera a reprenderlo, ofuscándole aún más.
- Pues yo no. ¡Como se te ocurre hacer algo así! Si no mal recuerdo eres tú el que decía que...- y Dean le calla, le calla sin más, con un beso fuerte e imperativo que él rechaza y su espalda pega directo con la pared de azulejos.- ¿D.. Dean..? ¿Qué haces...- los ojos verdes confundidos le miran con intensidad y no sabe qué hacer, sólo puede observar como el rubio suelta el aire con esfuerzo.
- Te bese allá en la sala porque Jody volteó y solo actué por instinto para reafirmar nuestra actuación.- dice sin un ápice de duda o vacilación y algo en el siente un dolor que se retuerce... él sabía que una razón parecida había, no dándose cuenta de que sin que nadie le mire ahora le besaba igual.
- Oh.... bueno, pero... no lo hagas, más...- es tal el tono de decepción y tristeza quebrada que Dean escucha y parece llenar esas paredes de plástico que lo hacen trastabillar mentalmente, torciendo un poco su cabeza a un lado entendiendo ese tono pequeño y leve de Sam.
- Sam...- le llama y el castaño levanta la mirada por costumbre olvidándose de ocultar la acuosidad en su ojos antes usurpadora de su sentimientos.
- ¿Qué?- inspira hondo para mantenerle la mirada, Dean se recarga en su hombros con ambas manos y coloca su rodilla en el pequeño espacio libre de la losa que hay entre las piernas de Sam... La forma en que le mira su hermano, tan desconcertado, no deja de impulsarlo a besarle un poco más, él apenas si está comprendiendo que necesita eso, buscando la cercanía perdida.
- Dean...- espeta entre los labios llenos de su hermano cuando este ladea su cabeza y continua saciándose, pero el castaño no puede abrir los ojos por miedo a estar inconsciente, en algún sitio solo, soñando el cariño que se está abriendo paso a la fuerza por la piel de su labios y arde..
- Por hoy...- es lo único que dice el pecoso antes de arrastrarse sobre su cuerpo y pegar su pecho al de él, presionándole con fuerza la boca, devorando sus sonidos de sorpresa ilegibles entre sus lenguas.
Intoxicante es la nebulosa en la que ambos se están hundiendo con sus actos, Sam sube sus manos por el jean gastado aprisionando las caderas de Dean entre su largos dedos, algunos tirando del cinturón de cuero roído otros tocando algo de esa piel debajo de la camiseta, obligándolo a soltar todo su aliento en el interior de la boca de su hermano que tibio le devuelve el gesto, sediento de eso que lo abrasa con ímpetu, cada musculo de su brazos presionando las costillas casi desesperadamente por pegarlo más a él.
- ¿Chicos?- la voz de Jody les hace mirarse de repente, Dean traga duro, y retiene su respiración calculando la situación, pero sobretodo cayendo en cuenta de que ese día era el novio de Sam.... o lo que reste del día con Jody, Sam abre grande los ojos porque los encuentre justamente allí y Dean solo se apresura a taparle la boca.
- ¿Si Jody?- dice aclarándose la voz.
- ¿Saben perfectamente que es un lugar público no? Besarse en el cine es una cosa pero meterse al baño así no está muy dentro de la ley chicos.- los ojos verdes no se quitan de los suyos y él no tiene la cabeza suficiente para responder a nada pero su hermano no tarda en decir algo muy convincente.
- Lo siento Jody pero a Sam le da pudor besarse en público conmigo, pero yo de verdad quería besarle...- y Sam se interna en esas palabras y no sabe si está actuando o se lo está diciendo en verdad a él.
- Ok, tienen dos segundos para salir de ese baño y que no los arreste...- la puerta se cierra detras de esa advertencia que sonó entre divertida y risueña.
- ¿Crees que podamos salir Sammy?- el nivel astronómico de confusión en el castaño solo le deja asentir y no apartar su ojos de él, expectante de cada simple movimiento de su hermano. - Ok vamos.....- Dean se levanta separando el extraño nudo en el que terminaron para abrir la puerta del cubículo y luego tirar de él fuera de allí.
En realidad Jody les da todo un sermón sobre los lugares públicos y los actos impúdicos y lascivos enfrente o escondidos de las personas, los cargos por los mismos y un: “que no se repita esto de dejarme sola en el cine....”
En el trascurso de la tarde la oficial se marcha dejándolos en la granja, pero no es hasta que el auto se pierde en el camino a la calle asfaltada que Dean mira a Sam de nuevo, con las mejillas rojas, los ojos tristes y el cansancio de pretender lo que no es en un suspiro muy largo que pesa en su hombros, mirarle meterse en la casa sin siquiera voltear hasta él es lo que lo inquieta más.
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Smith no es una persona que se caracterice por ser paciente, menos cuando el reciente objeto de su afecto (y de hecho que tenga un afecto como el que tiene por Sam ya raya lo increíble para él), es que el mismo quiera dejar su rutina, salvar a su prima y de paso al mundo de seres sobrenaturales que nada tiene que ver con ellos.
En primera instancia que Sam guardara silencio obedientemente luego de su desmayo ya es alarmante, más aun cuando faltaban largas horas para salir de la colmena y volvían a ser personas donde tenían una semi vida feliz, para Dean era fuera de este mundo casi ideal poder salir con tu pareja por las noches a algún bar, cenar, beber y luego dedicarse tiempo a solas.
Pero la desesperación de Sam estaba sacándolo de ese capullo en que él creía poder vivir tranquilo y pacífico, sin muertes, sin asesinatos misteriosos y de los cuales claro el jamás tuvo nada que ver....
Le costaba procesar que Sam había estado con los Winchester demasiado tiempo, absorbiendo de ese mundo caótico, metiéndolo en un mundo que no se puede ignorar, y por más que él esté al tanto sabe cómo hacer para olvidar ciertos hechos, hacerlos nulos en su mente al punto de que jamás existieron y poder seguir durmiendo.... después de todo así lo entrenaron y esa es su cualidad más valiosa.
Solo que Sam, no, Sam está nervioso, un mil por ciento, se eriza en cada esquina y puerta, aterrado de que en su mundo eso también pase. Al pensar que los seres sobrenaturales solo existían en las películas para él y que los Winchester lidiaban con eso todos los días como el pan que comen en la mañanas, pero saber que su prima era como Dean y Sam... Que ella cazaba estos seres sola... le aterra de sobremanera; teme por él y porque si algún demonio se tope por su camino le poseyera porque Dean no está tatuado y no quiere tatuarse....
Discuten intensamente el tema de las susodichas puertas del infierno esa primera noche devuelta en el departamento, tanto que Dean duerme en el sofá y Sam en un rincón de la cama enfadado, porque simplemente no puede aceptar que las marcas que siempre vio en su prima no eran de peleas de bar o por simplemente ser una persona activa y aventurera que le gusta escalar montañas y tirarse de un puente en un bungee (salto de altura), como solía decirle.
La angustia le carcome y lo único que quiere es que Johanna deje de cazar, que se quede con él en la granja si es necesario, donde estará a salvo, pero Dean se resiste a compartirle con alguien más o que se arriesgue de ese modo por alguien que ve muy de vez en cuando, y por más que no compartan sangre Sam sabe que sigue siendo su familia, una de la que Dean no comprende por qué sacrificarse por ella.
La situación empeora cuando Sam se rehúsa a volver a la oficina, solo la llamada de Rubi es lo que lo moviliza hasta el establecimiento, la chica quiere saber qué pasa, qué sucede, pero el más joven le pide la renuncia en su cara apenas la ve. Dean no puede creerlo, se queda perplejo detrás de él y empiezan una nueva discusión frente a la morocha que los frena de un solo golpe seco sobre escritorio con su pequeña mano.
Le escuchan claramente, cuando la mujer sin más acepta su renuncia y le hace firmar una cantidad abismal de papeles, con miles de cláusulas de silencio de todo lo que allí pasa y como hará de su vida un infierno si es que comenta siquiera la existencia de ese lugar o lo que hacen en él; Dean solo puede protestar y mascullar con la furia corroyéndole cada rincón del cuerpo al ver sentado en el escritorio a Sam firmando y firmando y aceptando todo lo que Rubi le coloca enfrente.
- ¿¡COMO PUEDES HACER ESTO!?- grita cuando ya no puede contenerse más, pero Sam le mira relajadamente descolocándole por completo.
- Lo siento Dean, pero no puedo seguir aquí....- y Dean solo se pregunta si está dejando la colmena nada más... el trabajo o también a él.
- ¿Vas a dejarme también? Porque sabes bien que yo no me iré y no puedo tener contacto con civiles...- espeta algo mareado pero manteniendo su severidad.
- Yo....- Sam no había pensado en eso, cuando dos hombres de seguridad le ponen una bolsa en la cabeza de sorpresa como también un par de bandas de seguridad en la muñecas y lo arrastran fuera de la oficina de Rubí.
- ¿¡Oigan que hacen!?- grita Dean tratando de detenerlos cuando, otros hombres y Rubi se lo impiden.
- Dean cálmate....- le dice entre sus forcejos.
- Qué harás con él. - el agente Smith mira como Sam es arrastrado por el pasillo metiéndose dentro de un elevador blanco que nunca había visto.
- Tengo que cubrir los protocolos de seguridad....- y Dean le mira zafándose de esos sujetos, mirándola con todo el odio que puede entrar en su cuerpo y sale de allí hacia su oficinas, porque no hay nada más que pueda hacer ahora...
Llegar a su oficina y encontrar otro sujeto en el puesto de Sam le descoloca, se acerca violento ante el escuálido chico que apenas si puede sostener el traje marón sobre el o las gruesas gafas, impotente le pregunta quién es y que hace ahí, pero el chico le dice temblando que es su compañero de archivo, Dean con desesperación sale de allí, espantado de lo simple e inmediato que fue remplazar a su novio con ese renacuajo.
Si pudiera renunciar... si pudiera simplemente firmar y salir de allí lo habría hecho, pero él era un agente especial, un fantasma dentro de una red de pescador, Smith no puede desvincularse del FBI y sus divisiones por más que lo desee. Está teniendo un ataque de ansiedad y toma el elevador H54 para subir a la superficie, no puede dejar de caminar en círculos mientras lo hace, no puede dejar que la desesperación de no ver más a Sam le consuma del todo pero ¿cómo hacer para no sentirse con un grillete de metal al cuello que dice que es propiedad indefinida del FBI hasta el día de su muerte? Por dios santo, ni siquiera puede hacer planes de jubilarse algún día...