FBI: Relations. [9/?¿]

Feb 14, 2013 13:00

Espero no haberlos matado por la espera pero un giro de turca mal hecho no me hacia estar contenta con este capi por lo que lo cambie todo jajaja, espero que les guste a los lectores y que dejen alguna notita con una apreciación ya que me hacen falta las buenas energías y el aliento XD un besote a todo mi F-list porque lso amo a todos *desparrama corazoncitos en todas direcciones*

(LO SIENTO LO SIENTO MUCHO ME SALTE EL SEXO!! HAHAHAHAHA PERDON ME ADELANTE!!!)




Capitulo Nueve

Sam hundió su rostro en la almohada buscando de donde venía ese olor a colonia. No era la suya, el solo usaba un desodorante normal, pero el aroma que percibía le hacía parpadear sin siquiera abrir los ojos. Sintiendo un ardor en ellos percatándose de que se estaba despertando, el cuerpo reaccionaba normal, y el calor subía en su piel luego del letargo, completamente descansado y dispuesto a iniciar la jornada. Recordó que no tenía jornada, la base estaba cerrada por unos días y se acurruco más en el colchón, tenía algo pesado encima que le rodeaba las costillas y le respiraba en la nuca.
No abrió los ojos del todo, solo dos parpadeos, una respiración profunda y los volvió a cerrar, su mente iba pedazo a pedazo reconstruyendo el ambiente que el rodeaba, la puerta frente a él era el baño, la mesa de luz marrón y esa lámpara que era un tubo plástico bien moderno no era algo que el compraría, la sabana color moca, y ese olor nuevamente le hacían racionalizar cómo estaba dormido en la cama de Dean Smith.
Solo repasar los datos de ese nombre, letra por letra, entre sus neuronas recordó que había dormido a su lado, aunque un poco diferente de lo que sentía ahora, el cuerpo le pidió estirarse y la espalda le crujió, el brazo que le sostenía apretó el agarre y las comisuras de sus labios se curvaron felices, la pierna de su compañero de oficina se subió a su cadera y un semi ronquido escucho detrás de su cabeza, eso solo le causo más gracia haciendo temblar un poco la cama.
- Sam quédate quieto no me dejas dormir...- protesta la voz taciturna, con todo el ánimo de no dejarle dormir más volvió a moverse.
- Lo siento...- dijo con la voz suave y dulce, sabe que esta siento meloso porque ni él se había escuchado un quejidito tan sugestivo y feliz como ese.

Dean estaba a punto de volver a quejarse por el movimiento y ese sonido, esas palabras mañaneras le hicieron abrir los ojos de repente, percatándose ahora de dónde estaba (o cómo estaba en realidad) y el porqué de ese quejido que lo hizo respirar más fuerte en la nuca de Samuel. Pelo castaño y revuelto es lo primero que vio y ya no pudo parpadear más, estaba casi al completo sobre Sam, sobre su espalda, sujetando sus costillas posesivamente y con su pierna sobre sus caderas, intento soltar el aire más lentamente pero solo lo sintió pesado y cargado de malas intenciones.
Apretó el abrazo y Sam se quejó de nuevo, de la misma manera que hizo contraer cada musculo de su cuerpo, el joven trato de mirarlo porque era mucha la presión y no le dejaba moverse, pero Dean aprovechó para respirarle sobre la oreja y Sam dejo caer su cabeza en la almohada, sin ánimos de réplica alguna por las reacciones de Dean, sintiéndose muy caliente de repente, con la piel inflamada ahí donde Dean apoyaba su cuerpo contra su espalda.
El brazo derecho aflojo el agarre y la mano se deslizó por su vientre robándose mililitro a mililitro el aire. Su piel, debajo de la camiseta gris, erizándose con la mano grande que le recorría más y más al sur. Tragó y respiró hondo al sentirla acariciar debajo de la prenda el hueso de la cadera. Dean se hundía en su cabello, refregaba su rostro en su nuca y de repente sin previo aviso la mano se aferró a su cadera y la pelvis de Dean le envistió por detrás, él solo pudo exhalar la sorpresa y el rápido movimiento.
Sintiendo perfectamente debajo de la tela la tremenda erección del rubio, tensándose, siendo comido por dentro por los nervios, entre el sueño y la vigilia, Dean le llamo, pasando su brazo por debajo de su cuerpo manteniéndolo en su sitio mientras la otra mano lo acariciaba por sobre el pantalón piyama, no cree haber perdido el aliento por excitación de esa manera jamás, jadeante mirando la fuerte mano apretar y jalar su miembro, respirando entre cortado en su nuca.
Estiro el cuello hacia atrás incapaz de mirar más tiempo lo que Dean le hacía, con la polla de su compañero clavada entre sus nalgas, sobándose a sí mismo lenta y tortuosamente entre ellas, Dean solo aprovechó el éxtasis que sentía su compañero para morderle el cuello. Sam se quejó al sentir sus dientes en la unión de su cuello y el hombro pero él también estaba muy caliente como para soltarle ahora. Esa vez que tuvieron que correr a la agencia él quería morirse de indignación, pero ahora lo tenía ahí, todo predispuesto, no iba a dejarlo pasar así nomas.
La ropa le estorbaba y soltó completamente al moreno que lánguido no se movió, el rostro sonrojado, la boca abierta. Dean empezó a  arrancarle la ropa, Sam cooperó poco pero con una sonrisa divertida, le dio igual, las mantas en el suelo daban una leve idea de lo que el orden le importaba teniendo al castaño completamente desnudo y empalmado esperando que el también se quite todo. Estirando sus brazos hacia él se arrimó y lo beso tórridamente, entre dientes y sonidos húmedos mientras se acomodaba entre sus piernas.
Cuando sus vientres se tocaron apretando sus erecciones juntas, ninguno de los dos pudo respirar más, Sam subió sus caderas y el vaivén inició desesperadamente, la vos de Sam se colaba por su oídos entre jadeos y gemidos agudos que solo lo incitaban a usar más fuerza, a abarcar más piel con sus manos, a tomar el cabello de la nuca de Sam en un puño cerrado y obligarlo a que le muestre la yugular, la cual devoró con ansia sintiendo el pulso de la sangre en la lengua… en su labios.
Si Dean se remonta a su pasado, no ha vivido nada así, la adrenalina empujando sus corazones, haciéndolos presionarse más y más conforme se devoran el uno al otro. Ha pasado por momentos muy calientes, mujeres prominentes y mujeres duras en su línea de trabajo, pero ninguna le provocaba semejante inconsciencia como el desear hundirse en Sam ahí mismo, sin condón, sin preparación, sin nada de nada, solo tomarlo con todo su ahínco y no parar más en su vida.
- ¡Deeaan!- pide y su mano aprieta el glúteo del rubio, sus ojos solo ven pecas por toda la piel clara.
- ¿Te gusta Sammy? Uhmm dime, háblame...- sus labios rozan los finos y abiertos debajo de él, respirando con dificultad.
- Te necesito yo quiero... dios, no se, como sera solo...ah!- y Dean abre más sus piernas levantándolas por sobre su cadera y Sam puede empujar solo con sus tobillos sobre su culo, sus manos fuertemente sujetas a su cadera.
- Tengo algo por aquí...- murmura y mientras Sam se encarga solo de mantener el movimiento, él revisa la primera gaveta de la mesa de luz del lado de Samuel, revisa el contenido del mismo y tira varias cosas antes de dar con un pomo de gel.
- ¿Dean? ¿Qué es?-
- No tengo idea pero me vale...- lo besa probando cada rincón de su boca, Sam se aferra a su cuello, mientras Dean destapa con una sola mano el pomo y lo aprieta con toda su fuerza sacando todo el contenido, huele a yerba buena y eucalipto de repente, y el pecoso mete la mano entre su cuerpos.
Busca entre las nalgas de Sam donde está su entrada, embadurnando todo a su paso. La sustancia no pica ni arde cuando empieza a hacer círculos, es solo fría al tacto y de repente genera un calor que hace a Sammy apartarse para jadear, es raro, nunca pensó en ese lugar como algo placentero, solo tenía una función y no era primordial en él pensar en ello, pero los dedos gruesos intentando colarse en él por allí, lo tensan. Se abraza con fuerza animal a los hombros pecosos y cierra los ojos con más fuerza aun.

- Sammy tienes que relajarte un poco...- le pide en un susurro.
- Es que...-
- ¿No quieres?- le mira, sus ojos verdes casi desaparecidos por la pupila negra completamente dilatada.
- Si... pero...-
- ¿Sabes que te quiero verdad? Que eres importante para mí...- lo dice muy bajo, sin detener las caricias allí abajo y Sam intenta relajarse.
- Yo también Dean, solo ve despacio... nunca lo hice así...- si se siente un niño, un niño tonto y mimado, pero Dean solo le sonríe seductor, dejando besos en su mejilla y en la comisura de su labios para que respire hondo sin interrupciones cuando mete un dedo dentro y hasta el fondo.
- ¡AH!- gime, la intrusión en más rápida de lo que creyó sería, pero no le asombra que Dean ahora se mantenga quieto, rotando apenas la punta de su dedos en la carne suave interna.
- Lo siento, no me resistí...- deja caer todo su peso sobre el cuerpo, dándole consuelo por ser tan bruto, pero Sam no se ha apartado ni quejado demasiado por ello y eso solo lo hace sentir en confianza, una confianza clara depositada en él.
- Tu... no importa, eso acorta la expectativa, se siente raro y agradable a la vez...- habla entre respiraciones profundas, su erección palpita, su culo palpita y Dean le besa el cuello como un experto nublando su mente.
- ¿Tendré que meter más sabes? No creo entrar aquí... estas muy apretado y el calor que siente mi dedo es increíble...- va de un lado al otro de su cuello lo levanta de la cadera poniéndola en su regazo y se levanta un poco para mirarlo.
- ¡Dean...ah! ¡Dios!- el segundo dedo lo hace aferrarse a la almohada y cerrar los ojos, arde bastante y poco a poco con la suave penetración de los dedos el escozor no importa, lleva su mano a su abdomen tentando la visión de su cuerpo , viendo que tan atento esta Dean, porque él quiere tomar su polla y jalarla con ganas.
- Ah, ah...- y Dean se lo impide, justo en el momento que creyó que estaba concentrado en su orificio le quita la mano.

- No Sammy, aún no...- y se sonríe acelerando las embestidas con su mano, él se retuerce hasta que se acostumbra y gime con necesidad.
- Pero... ¡Dean! solo un poco... yo...- Dean toma su testículos en su mano y los rota y la mente de Sam explota, si él fuera una caricatura estaría nock out y el humo saldría de la azotea, solo que Dean sigue llevándolo a donde no sospecha y con ambas erecciones en la mano derecha masturba a ambos.
Los dedos de sus pies se retuercen por completo y arrugan las sabanas con precisión, ya no puede más cuando el hombre recio entre sus piernas retira su mano pringada de ese gel y se la pasa por su miembro. Sam lo mira completamente ido, sus ojos cristalizados del placer que experimenta y como Dean se inclina sobre el apoyando la punta de esa gorda polla en su entrada, roza su nariz con la suya y en ese momento para besarlo, sus labios húmedos chasquean el aire obscenamente mientras se hunde en él, caliente, húmedo, completamente duro y palpitante, llenándolo de esa manera única que jamás vivirá con alguien más.
Las primeras embestidas son cautas, las gotas de sudor del cuerpo de Dean caen sobre él y se deslizan sobre su pecho deslizándose hasta la cama. Primero es todo muy lento, entre besos y nombres susurrados, Dean se contiene hasta que ya no da más y golpea con ganas algo dentro que lo hace arquearse por completo, como un acto reflejo que no puede evitar y un grito llena la habitación. Dean se detiene y le pregunta si está bien y él, desesperado por más, le ordena con voz profunda que se mueva. Dean se asombra un poco porque Sam estaba siendo muy dócil hasta ese momento y, la verdad, ambas facetas le gustan.
Entonces arremete, arremete sin cuidar un ni uno de su movimientos, feroces prácticamente y Sam le dice que sí, que le gusta y le pide más y es tanto el calor sobre su pene que va a morir de gusto. Es tan apretado el canal, la fricción se vuelve completamente dulce y adictiva. Con la mente ya nula de excitación sale de él bruscamente y le da la vuelta queriendo llegar más adentro, estira el cuerpo de Sam que le mira interesado y se sienta sobre su culo metiéndosela más profundo, Sam aprieta la almohada en un quejido, sintiendo con más intensidad cada centímetro de esa gorda y larga polla, siente los testículos de Dean pegarle nalgazos sonantes y mojados, el tiene que frotarse contra las sabanas porque está al borde del abismo y Dean se percata de ello. Le sube las caderas, lo vuelve a tomar fuertemente por el culo sacando dos gritos placenteros de la garganta de Sam, y lo hace acabar mientras lo penetra y masturba al mismo ritmo.
El esfínter de Sam se aprieta cuando el orgasmo le golpea y eyacula contundentemente, no cuenta que Dean lo siente de tal modo que se queda congelado en el lugar disfrutando enormemente de ese apretón inesperado, empuja en ese lugar solo un poco y se vierte entero allí dentro, el líquido blanquecino rebalsando de se culo apretado, el semen corre por su muslo en un dos líneas blancas sin que pudiese salir de él aun.
Se retira sólo cuando el orgasmo avasallante le deja responder neuronalmente, cae lentamente a aun lado del cuerpo de Sam y se quedan tendidos el uno al lado del otro incapaces aun de recuperarse. Sam se arrastra sobre su vientre un poco solo para dejarse caer en su pecho, el chico solo sabe acercarse a él y le envidia eso, el ser tan cariñoso, el que su respiración satisfecha le parezca un ronroneo, lo rodea con gusto y vuelve a quedarse dormido, sin quejas, sin preguntas, sin el deseo descomunal de salir corriendo como generalmente le pasa luego del sexo.

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