Capitulo Dos
Capitulo dos.
Estaba haciendo lo de todos los días, preparando le desayuno, limpiando la casa y suspirando levemente para no ser escuchado. A Jeffrey le gustan los huevos revueltos con tocino y una cerveza en la mañana, sabe que su novio toma mucho y que no le hace bien, podría dañarle el hígado; voltea para tomar un plato de la alacena y la pierna le tiembla, aún le duelen los golpes en ella, sirve la comida y la pone en la mesa del comedor, todo esta reluciente de limpio y el color arena en la paredes hacen del ambiente algo cálido y familiar.
Da tres leves golpecitos en la puerta de su habitación y entra, Jeffrey le mira dándose la vuelta molesto en el colchón.
- Te traje los analgésicos.
- Ya ¿Esta el desayuno?- su tono de voz daba la impresión de óxido en sus cuerdas vocales y Steve extrañaba los tonos dulces con los que antes se dirigía a él.
- Si, esta servido en la mesa...- y estuvo a punto de sonreírle cuando la mirada marrón y penetrante lo deja quieto en su lugar.
- ¡¿Y porque no lo mencionasteis antes?! ¡¿Es que no te enteras de que no me gusta frío?!- grita, tomando las pastillas de la mano de Steve con un manotazo que dolía, pero él no se queja y asiente, saliendo de allí.
Cuando esta en la cocina limpiando para no molestar a Jeff, escucha como el plato se estrella contra la pared y voltea en el instante que Jeffrey le encesta un golpe en las costilla y otro en el rostro que lo tira al piso, esta algo confuso y no puede levantarse del intenso dolor que siente y un calor ardiente propagándose por su mejilla.
- ¡¡Maldita mierda que cocinaste!! ¿Ni siquiera puedes hacer el desayuno bien? ¡¡Estaba frío!! ¡¡Y los huevos sin sal!!- Jeffrey se acerca y le da una patada en la misma pierna y el quejido sale de su garganta de forma aguda y cortante, el sonido de su voz es fuerte y claro en sus oídos y Jeffrey parece no percatarse del dolor que esta infringiendo- ¡¡Levántate marica de mierda!!! ¡¡Ve a comprar un desayuno decente!!- el hombre moreno le arroja una servilleta de tela despectivamente y eso se le graba en la mente a Steve que solo lo mira salir de la cocina frustrado, pero a mitad de camino de la habitación toma una botella de tequila del gabinete y se mete en el cuarto con ella.
A Steve se le cae un par de lágrimas y se traga su angustia antes de poder moverse, lentamente se sienta en el piso de la cocina y respira entrecortadamente tratando de mitigar el dolor, se levanta instantes después para meter sus manos al refrigerador y sacar los vegetales congelados para ponérselos en la mejilla. Se mira al espejo y el moretón en su mandíbula se nota a la perfección, rojo y con pequeñas líneas púrpuras de los vasos sanguíneos reventados.
Traga como puede... le duele más que Jeffrey no notara la casa limpia después de su fiesta nocturna con todos sus amigos, admite que lo huevos no tenian mucha sal pero es solo que le preocupaba su presión arterial mientras cocinaba...
Mete los vegetales de nuevo al frizzer y busca en la cocina el frasco del dinero, toma cincuenta dólares de lo que gano el día anterior y se dirige al a puerta a comprar el desayuno, toma su chamarra de cuero marrón claro, esta desgastada y las manchas que tiene no son todas del cuero pero no se notan que son de sangre vieja de otros momentos de su vida, sale cojeando y baja las escaleras del departamento cuando escucha un trueno romper en el cielo y se asusta, baja más aprisa intentando evitar el agua que se anuncia.
Eliot aún no esta seguro de que plan armaran sus dos compañeros pero no le interesa, ayudara si es necesario pero no cree que lo que necesite ese tío sea a él, un golpeador profesional. Y meterse justo él en un problema de abuso conyugal, porque para él eso es abuso conyugal y no es justamente su terreno de acción.
No durmió bien, solo pensando en lo que él era y en el problema del músico, aunque terminara mirando los expedientes de los involucrados el resto de la noche pero en especial el de Carlson. Las palabras de Parker diciendo que estaba enamorado de ese Jeffrey a pesar de arruinarle la vida y que seguiría junto a él si no intervenían, le quitaban las ganas de todo francamente, sin dormir y con un cabreo bastante grande se tomo una ducha para aclarar ideas solo que en realidad solo se enojaba más con el asunto.
Camino hasta la cocina para prepararse algo pero francamente no tenia ganas ni de sacar la mantequilla de la heladera, en un arranque de energía tomo su chaqueta y salió de su casa. Era primavera por lo cual era agradable durante el día y fresco durante las noches pero también llovía mucho como en ese momento, corrió por la calle Franklin al único lugar decente para tomar un desayuno.
Entro y vio a Gladis la dueña el local detrás de la barra, solía comer allí muy seguido mientras terminaba de arreglar su departamento. Se acerco a la barra saludándola, termino por alejarse un poco del lugar cuando la mujer le hacia demasiadas preguntas, pero esa mañana solo pidió el desayuno número siete, un plato de wafles, uno de tocino con huevos y un vaso gigante de jugo de naranja con un café con leche caliente.
Se sentó en la esquina de siempre y espero a que Gladis se lo llevara, abrió un diario y se puso a leer tranquilamente cuando escucho un trueno y la lluvia abundante caer sobre la ventana, la lluvia se condensaba y parecía que llovían baldes de agua de veinte litros y no simple lluvia, era enorme la cantidad de agua que caía y se perdió un poco observándola. Gladis al traerle el plato le comento lo del clima y que parecía que no se detendría en todo el día o mejoraría... Eliot solo asintió amablemente y se dispuso a comer su desayuno, cuando la puerta del local se abrió sonando las campanillas que todo lugar tiene y Gladis pego el grito en el cielo.
La verdad no esperaba que al levantar la vista se cruzara con el rubio del asunto, empapado hasta los huesos entrando al local y a Gladis corriendo a llevarle una toalla, la mujer miro al hombre y extendió la mano al rostro de este pero él no se dejo tocar y agacho la mirada, toda la expresión de su cuerpo decía que estaba avergonzado, pero leerlo en su expresaron corporal le dolió y se ignoro a si mismo ese sentimiento producto de lo que sentía al verle, era por lo que sabia que le molestaba más aún ese picor en las manos de poner en su lugar al tal Jeffrey y eso que eran tan solo las diez de la mañana, vio a Gladis que no insistió con el asunto y le hizo tomar asiento cerca de la puerta y lamentablemente lejos de su vista.
Eliot miraba todo desde lejos, después de todo estaba en la ultima mesa de la esquina junto a la ventana, respiro hondo y se comió el primer bocado de su desayuno el cual había quedado a medio camino cuando vio entrar al músico, luego de un rato el y Gladis hablaban de algo que no pudo escuchar para nada, trato de meterse en su asuntos... olvidarse del dorado cabello empapado y de la simpática sonrisa, desayunar en paz y tratar de ver que hacían sus compañeros con respecto a este chico y si se incluía o no en el plan mediante mensajes de texto.
El plato de huevos y tocino estaba perfecto, tostado crujiente además de que lo huevos eran esponjosos y casi sin sal, era el turno de lo dulce y el café ya que el jugo había desaparecido de la mesa, solo que al cambiar de platos... escucho como la campanilla de la puerta sonaba una y otra vez, dando paso a un grupo de sujetos que entraban repentinamente tratando de resguardarse de la lluvia, eran como veinte y parecían obreros de construcción, no le dio mucha importancia pero un par de bromas a lo lejos volvieron a llamarle la atención.
Su mirada subió ubicándose en la puerta y allí estaba el rubio tratando de salir de su mesa, rodeado de personas que querían adivinar muy jocosamente porque tenia la cara toda magullada, acotando cosas desagradables y fuera de lugar, pero cuando notaron la pulseras turquesas en su muñeca izquierda las risotadas eran más agresivas que divertidas.
Sin realmente pensarlo, tal vez meditarlo o que se le cruzase por la cabeza el porque no era buena idea lo que su cuerpo automáticamente hizo... ya era tarde, se había levantado de su mesa, se había acercado al rubio, lo había tomado de la mano haciendo una gran sonrisa a los tipejos aquellos que se creían muy graciosos y se lo llevo a su mesa.
Cuando volvió a sentarse lo pensó detenidamente y el rubio sentado frente a él le sonrío, el tuvo que parpadear varias veces para quitar la vergüenza de su cuerpo y repasar sus muslos con las manos rápidamente para poder sacarse esa sensación de encima que hacia demasiado tiempo no experimentaba y de la cual no esperaba tener, pero si la sintió demasiado dentro donde ocultaba cosas importantes.
- Gracias- dijo el rubio y él se aclaro al voz, tratando de que no le salga tan rasgada y pueda entonar algo no amenazante con ella.
- De nada... hay gente que no sabe ubicarse...- respondió más tranquilamente mientras le indicaba a Gladis que le traiga un café al rubio y esta solo sonrío asintiendo con la cabeza.
- ¿Eres el chico de ayer no? ¿El que me compro las guitarras y el amplificador y todos los complementos...- le hablo con la voz tan suave y dulce que Eliot se puso algo nervioso.
- Si bueno, como te conté ayer... solo tu sabes lo que vendes y el porque...- dijo comiendo un pedazo de su wafle con dulce de cereza y Steve lo miro un segundo. Casi como si él fuera de lo más entretenido- ¿Estas...emm... esperando a alguien?- dijo para cortar el silencio que no sabia porque lo ponían entre ansioso, expectante, sumado a unos nervios astronómicos todos situados en su estómago.
- Nop, en realidad pedí el desayuno para llevar... pero con la tormenta... si me voy ahora se mojara, y será solo una sopa y… bueno no es conveniente...- dijo mirando por la ventana a su izquierda, Eliot lo miro y supo bien porque no le convenía llegar con el desayuno frío o mojado, pero no dijo nada y siguió comiendo.
- Soy Steve por cierto- soltó repentinamente y Eliot se atragantó - ¿Esta bien?- le alcanzo el vaso de agua para que lo tomara.
- Si, si perdón no me presente siquiera ayer, soy Eliot Spencer- le respondió lo más lógico que pudo pensar con la comida a mitad de la garganta.
- Un placer... ¿A tu novia le gustaron las guitarras? No estaba muy interesada me parece...- y Eliot se lo quedo mirando unos minutos porque no caía a que se refería con eso y tal vez era su imaginación pero se tardo tanto en pensar a quien llamaba “su novia” que vio brotar un sonrojo del hombre frente a él, escondiéndose en si mismo y hundirse en su hombros un segundo después.
- ¿Que? ¿Parker? ¡No es mi novia!- dijo demasiado rápido y a la defensiva casi en un grito el cual todos voltearon a verle.
- ¿Ok...?- y Eliot se aclaro la voz y con la mano en el aire le pidió un minuto para explicarle por lo que Steve asintió.
- Mira Parker... Parker... es especial, esta muy loca... súper loca, se aparece donde menos te lo esperas y sin que la llames...- le dijo tratando de no revelar el oficio primario de la joven.
- Ahh... ¿La quieres mucho no?- trato de saber, conversar, pasar un rato pero el hombre de cabellos castaños era cada vez más y más misterioso y parecía que había un mundo oculto detrás de esos lindos ojos azules.
- Para nada, es una plasta- dijo volviendo a su plato, la verdad toda la idea de Parker le molestaba y no sabia porque.
- Eh... ¿En serio?- esta sorprendidisímo con lo que Eliot le decía, y se lo queda mirando.
- Si bueno... viene en el combo de nuevos amigos que tengo... que adquirí de hecho, hace poco, con el trabajo... tú sabes...- explica pausadamente, sin saber como decirlo sin decir nada.
- Ah, trabajan juntos... - y Steve estaba algo en el aire porque parecía que había más y que Eliot no le decía o solo era que seguían siendo desconocidos y eso le cerro más.
- A si, así es…-
- ¿Y de qué trabajas Eliot?-
- Uhmm bueno, es algo así como un servicio comunitario-
- ¿En serio? ¿Y hay mucha gente que acude a ustedes?-
- Yeah... digamos que hacemos hasta lo imposible por hacerles la vida un poco más... fácil- y lo raro es que no estaba mintiendo, solo omitiendo el “como” los ayudaban, y era raro no estar mintiendo para relacionarse con alguien, armando intrincadas mentiras que eran reales y palpables para los desconocidos.
- Waw ¿Nunca lo hubiera pensado de un sujeto como tu?- soltó con los ojos celestes abiertos de par en par, esculcándole el rostro como si no fuera plausible que él ayudara a otros.
- ¿Eh, porque no?- salto Eliot ya habiendo terminado su plato y bebiendo de su café.
- Bueno no me malentiendas, te ves demasiado rudo y maloso- se explico pero poniéndose nervioso al mismo tiempo.
- Si bueno... no puedo hacer nada con respecto a eso- y bebiendo de su café miro por la ventana la lluvia no se detenía y pensó seriamente que esa era una de las razones por las que no le daban el papel de galán en las operaciones del grupo.
- Eliot mira, no era mi intención...- intento disculparse creyendo que se había enfadado.
- ¿Como? No no por favor, es cierto... no tengo el tipo de ayudar a nadie más bien lo contrario ¿no?- Eliot se río y Gladis apareció en la mesa sin el café y con una bolsa azul.
- Cariño será mejor que tomes esto y corras no creo que deje de llover...- la voz de Gladis sonó triste y preocupada.
- ¡¡Oh Dios cuanto tiempo he estado aquí!!- dijo de inmediato poniéndose la chaqueta mojada y tomando el paquete apurado.
- Una hora y cuarto más o menos, cielo...- y Steve no contesto solo tomo el paquete y salio corriendo en medio de la tormenta mañanera...
- ¿Gladis...?- pregunto y la mujer se vio venir la pregunta, solo que esta le sonrío palmeándole el hombro.
- Fue agradable verte sacarle de ese montón de inadaptados y verle charlar con alguien más... gracias cielo- y le dio un beso en la mejilla dejándole todo el lápiz labial sobre la piel.
Eliot no lo entendió pero la partida repentina lo dejo pensativo, tomo su celular y espero que el tono se descolgara.
- ¿Hardison?-
- Hey bro, que pasa-
- Estoy dentro ¿Que es lo que planean hacer?-
- Je je... eso es genial bro, pero en realidad el plan ya esta en movimiento...-
- ¿A que te refieres?-
- Digamos que nuestro amigo del FBI el que esta muerto de amor por Parker nos ayudo a sacar a Jeffrey del departamento y estará aislado por un par de días-
- Ok, ¿No vas a decirme nada? ¿Que hago?-
- En realidad seria de mucha ayuda que solo te aparezcas por la plaza Greenbow al mediodía... más o menos - le comento como quien no quiere la cosa y Eliot miro el teléfono de mala manera antes de responderle.
- ¿Eso es todo?-
- Si, es todo y espero no te moleste ser el paño de lágrimas-
- ¿Como dijiste?-
La conversación se corto allí mismo, Eliot miro el aparato y pensó en llamar a Parker pero si estaba en medio de un operativo con el tarado del FBI seria mejor no ponerla en evidencia, la lluvia parecía no mermar del todo pero pasada una hora se puso más finita, tomo su campera y el paraguas de Parker que por alguna razón dejo en su casa, era de color rojo y bien grande por lo que con ese tipo de lluvia solo se mojaría las botas un poco, eran las once y media y estaba a unas cuantas cuadras del parque, pensó recorrerlo para ver si veía a su compañera o a Hardison.
Solo que al llegar media hora después el parque estaba prácticamente desierto excepto por unos cuantos transeúntes que se apuraban para no mojarse y llegar a sus destinos a tiempo, nada fuera de lo normal, miro a cada uno que pasaba por su lado, si era alguna persona normal o no y si debería prestarle atención.
Pasa una hora completa antes de poder ver correr a alguien demasiado rápido por el resbaladizo piso, deteniéndose a la mitad de la plaza, esta agitado y empapado, de espaldas a donde esta él; nota que es una persona rubia pero no le distingue bien, se acerca naturalmente, espera que no sea Steve y tenga más moretones porque mandara al diablo el plan y encontrará a ese Jeffrey para hacerlo desaparecer a base de golpes.
El hombre que respiraba agitado y con las manos sobre sus rodillas, se refriega el rostro con el dorso de su brazo, nota que a pesar de la lluvia esta llorando y tiene la mirada perdida como si no supiera cuales son sus siguientes pasos a seguir, Eliot ni siquiera sabe como termino justo frente a él a unos pasos solamente y que la razón de que levantara la cabeza y le mirara, era que había puesto el paraguas rojo sobre el impidiendo que se mojara más.
- ¿Eliot?- su voz rota pronuncia apenas y en pedazos su nombre.
- ¿Steve?... ¡¿Que paso?!...- pregunto y aunque no tenía idea exactamente que pasaba sabia que sus compañeros tenia algo que ver.
Una hora antes...
Steve corre todo lo que puede y casi se cae dos veces. El desayuno está mojado, la bolsa azul no sirvió de mucho pero no le queda otra que enfrentar lo que pasara... solo que al volver y subir por las escaleras que dan a la acera, un tipo esta cambiando la cerradura de su casa...
- ¿Disculpe pero que hace?- pregunto el rubio que sintió como el corazón se le detuvo allí mismo.
- Cambio la cerradura- dice un hombre gordo con pinta de cerrajero.
- Si eso me doy cuenta pero esta es mi casa y no he pedido nada así...- replica.
- No me mire así, el tío en el departamento me llamo de emergencia hace una horas...- Steve confundido tiro el desayuno en la basura y subió las escaleras interiores de su edificio para llegar a su departamento. En el mismo había otro hombre más delgado cambiando la cerradura de su departamento, su casa.
- ¿¡Pero que hace!?- le dijo casi en un grito que no salio de su garganta temiéndose lo peor.
- Yo... cambio...- y Steve lo corto sabiendo la respuesta monocromática de ese sujeto.
- Si ya lo he notado quien le dijo que hiciera eso...-
- Pues el dueño...-
- ¿¡Que dueño?!, el dueño soy yo...-
- ¿Disculpe quién es usted?- interrumpe un hombre negro y algo delgado que sale del pasillo que da a su cuarto, Steve mira dentro del departamento y este está completamente vacío, la cara de espanto del músico no tiene nombre, estaba pálido y con la boca abierta.
- ¿Que paso aquí?- logro decir mirando la cocina pelada y la falta completa de muebles y recuerdos que allí tenia.
- ¿Señor esta usted bien?- se acerco a él el hombre de color que le miraba como si el estuviera loco o algo.
- ¿Quién es usted?- dijo apenas tapándose la boca y las lágrimas brotándole de los ojos- ¿Donde esta Jeffrey?- la pregunta raspo su garganta sabiendo a medias la respuesta.
- Yo... uhm el señor Morgan dice usted... él se fue, hace una hora...- Steve levanto la mirada al hombre negro espantado- … Se mudo, hace no se... cuarenta minutos se llevo todo... dijo que vendía todo y se marchaba a Atlantic City en tren, me pareció...- dijo como pensándoselo dudoso pero Hardison continuo al ver que el hombre no reaccionaba- Me pareció extraño lo barato que me vendió el lugar, inclusive el local de abajo, todo esto por tan poco dinero... ¿Dígame que relación tiene con él?- pregunto pero la mirada de espanto solo fue creciendo, Steve se tomaba del estómago sintiendo el dolor de los golpes de esa mañana con cada bocanada aguda de aire que tomaba y con la mano en la boca tratando de frenar la angustia, salio de allí corriendo.
El hombre completamente desesperado salto los escalones del edificio esquivando a los cerrajeros y corrió a la tienda, abrió la puerta y el lugar estaba completamente pelado, no estaban las estanterías siquiera o los foquitos de luz allí, solo queda una hoja de papel con el nombre del lugar y nada maá.
Sin poder casi ya respirar y el corazón en la boca, empapado como estaba corrió a la estación de trenes, estaba lejos pero ni su auto estaba en la calle, corrió y corrió sin importarle el dolor en su cuerpo, tenia que llegar a la estación, tenia que detener a Jeffrey y pedirle una explicación.
Pero no podía respirar, corrió diez cuadras con desesperación, el corazón le bombeaba rápidamente solo que ya no podía jalar más aire para llegar donde Jeff, en medio de la plaza con la lluvia recorriendo su cuerpo de punta a punta se obligo a detenerse, no sabia ya si eran sus lágrimas las que le lastimaban el rostro o la misma lluvia pero sabia como sus ojos se cerraban del ardor que sentía en ellos, le picaban tanto que todo era borroso.
Solo el sonido del agua golpeando copiosamente sobre un paraguas y el notar que el agua de lluvia no estaba cayendo sobre él le hizo levantar la mirada, enfocando en una figura fornida apenas y una mancha roja sobre ellos, irguió su cuerpo aún tratando de tranquilizarse un poco y seguir corriendo cuando los ojos azules de Eliot le miraron interrogantes, la luz colorada que caía sobre sus rostros los sumió en una atmósfera que dejo a ambos hombres mirándose a los ojos por un instante.
Eliot un minuto después de enterarse que Steve tenia que llegar a la estación le ofreció llevarlo, pero Steve creyó que tenia un auto al ofrecerle eso, pero Eliot alzo su mano en media calle y detuvo un taxi empujándole para subir al mismo sin que pudiera protestar.
- ¿Vas a decirme que pasa?- la voz baja y rasposa sonó a su lado.
- Yo... mira te agradezco esto pero, solo tengo que llegar...- decía ansioso mirando por la ventanilla, el bolsillo de Eliot vibro y abrió su celular, viendo el mensaje de Hardison.
Su compañero le comunico que Jeffrey ya esta fichado y rumbo a California por un asunto de drogas del que tardaran un tiempo en notar que no tiene nada que ver con el caso... le insistió que no dejara solo a Steve por ningún motivo y como fuera, que se lo lleve a su casa. Eliot frunció el ceño y el resto del mensaje decía borrar “se destruirá en cinco segundos” y el mensaje automáticamente se borró, Eliot lo busco pero ya no estaba ni el número de donde se lo envío, guardo el celular en el bolsillo y noto que ya habían llegado.
Corrieron hasta la central y Steve pregunto si el tren a Atlantic City ya se había marchado pero el empleado cansado de preguntas estúpidas simplemente los ignoró, mirándolos con cara de perro descompuesto, Eliot tiro de Steve sin que supiera el rubio para que y le señalo el cartel arriba de la taquilla que el tren tenia media hora de haber salido de la estación.
Eliot se quedo mirando el cartel un segundo más y vio como Steve caminaba rendido hacia las bancas de la estación, dejando caer su cuerpo cansado y empapado en la antigua banca de madera, Eliot le acompaño en silencio sentado a su lado sin saber bien el plan o que hacer ahora, de repente vio a Parker con ropa de trabajador y se puso nervioso, la mujer sonreía y un segundo después desapareció como un fantasma de mal agüero, la verdad ya creía que no había un plan ni nada, pero el sollozo herido del hombre a su izquierda lo hizo volver a la realidad.
- ¿Steve?- se inclino un poco sobre el hombre que con los codos en las rodillas y las manos en el rostro lloraba lo más bajo que podía.
- Se largo... vendió todo, mis cosas, las de él, mi negocio...- soltó de repente aún sin poder creérselo con la voz quebrada.
- ¿Cómo? ¿Quién?- pregunto, después de todo se suponía que no sabia nada de nada de Steve.
- Si, todo, me quede sin nada, sin casa, sin negocio... Jeffrey... mi novio, lo vendió todo y me dejo en la calle... pensé, pensé que me amaba... pensé...- y las lágrimas lo ahogaban, la garganta apretada no le dejaba mantener por más tiempo el silencio con el que solía tragarse su dolor.
- Dios...- y lo dijo más por lo que sus compañeros hicieron, que por lo que pensaba Steve que había pasado.
- Porque... porque...- reclamaba sin consuelo, en su mente un simple “porque” había hecho eso después de tantos años juntos, después de no decir nada, de su falta de trabajo, de beber como lo hacia, de no pedirle ni un simple gracias por hacerle la comida a diario... solo podía llorar su desolación y su inmenso dolor.
- Steve...- Eliot lo empujo levemente hacia el y lo abrazo, el hombre se agarro de su camisa y siguió llorando sin poder ser capaz de tocar fondo, seguía cayendo y repitiéndose la misma pregunta.