Los que me conocen saben que sueño con películas. O mejor dicho, sueño sueños que parecen películas.
Dado mi presente aburrimiento navideño, debido a los polvorones (de la gente) y a mi falta de preocupaciones (laborales) si de algo tengo tiempo, es de soñar. Y esta noche me ha tocado sesión doble.
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In the shadows---
Las sombras aparecieron en Invierno, de eso no tengo duda. Cuando no hay sol, la mayoría de la gente del sur no distingue los matices de la oscuridad. El norte, oscuro de por sí, abrazó la filosofía con naturaleza, como si siempre hubiera estado allí, esperándonos. Y quizá lo estaba.
Cuál es el sentido de la vida? Y no me refiero al sentido desde el punto de vista psicológico, no, sino al camino al que nos lleva ésta en el sentido amplio de la palabra. Es el ser humano, como clama la Iglesia, una imagen de la perfección de Dios, el Creador del Universo? No es mi intención contestar a esas preguntas, sino relatar los hechos como yo los soñé.
Se hicieron visibles para mí en la ausente primavera. Las nubes, por lo natural las primeras en desaparecer con la ausencia del frío, parecían este año persistir. Sin embargo, este año onírico desistí de buscar los primeros días claros para mi ocioso deambular por la ciudad, en la búsqueda del trabajo de mis sueños. Ellas proyectaban sombras densas, y a veces, cuando tomaba una cerveza al anochecer en una de las múltiples plazas con uno de mis múltiples amigos, parecían gotear como negro sirope desde el cielo, en puntos fuera de mi alcance.
Me encontré con el primero de los ojos negros en la cafetería de una empresa, después una entrevista. Acostumbrado a las extravagancias, lo atribuí a una moda temporal. Me pareció extraño que la tolerasen, pero la vida es extraña, en general. Aquella misma tarde, en la alameda, sitio habitual para este tipo de... disfraces, observé un grupo de ellos. No fumaban, no bebían, ni siquiera vestían de negro. Solo estaban ahí, en un grupo, sin hablar, sus ojos pozos sin fondo, y se miraban. Y a veces me miraban. Mi amigo no parecía inquieto, de hecho, ignoraba mis comentarios al respecto.
Al día siguiente me levanté, me dirigí a la calle, miré a las extrañas y bulbosas nubes y me di cuenta de que no recordaba el calor del sol.
Y las nubes seguían supurando, y ellos, multiplicándose. En los autobuses, en las escuelas, en el mercado. Y el resto de la gente, la gente del sur, parecía ignorarlos, de hecho, nunca les vi abrir la boca. Qué podía hacer yo? Qué debería hacer un pobre desgraciado, en este caso? Cómo denuncias a un grupo que lo único que ha hecho malo es comportarse de manera extraña?
Un día, me di cuenta de que estaba solo. Mirase donde mirase, allí estaban, ellos, con sus enormes iris negros, carentes de córnea. Y me observaban, sin decir nada. Y me seguían, en una ciudad repentinamente silenciosa, como un mausoleo. Y las nubes, unidas a cada edificio, envolviendo la ciudad y el cielo en una difusa telaraña negra.
Por qué huir? Por qué huye uno ante lo desconocido?
De repente, empezaron a correr detrás de mí.
Y huí, vaya que si huí.
Hasta las afueras.
Y al quedarme dormido, en el sueño, las sombras me tomaron.
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Aquí me despierto en la "realidad real", me bebo un vaso de agua y razono un poco.
Voy a hacer un poco de auto-psicoanálisis. Está claro que Avatar me ha impresionado más de lo que pensaba.
Y que tengo miedo de quedarme atrás, o fuera del grupo. Así que me acuesto y sigo soñando... donde lo dejé.
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Al despertar, en mi sueño, descubro los nuevos colores. Todo es distinto, más profundo, más auténtico. No me importa la oscuridad, porque no es la ausencia de luz, sino la carencia de ella. Los objetos siempre emiten, en colores que nunca fuimos capaces de apreciar: infrarrojo, ultravioleta... Si tuviese que compararlo a algo, lo compararía con el despertar oscuro de los vampiros, cosa que, por supuesto, solo conozco por la literatura. Me cubre una fina capa de un tejido vaporoso, que de hecho, se evapora por momentos, y al mirar arriba veo una nube negra replegándose. Así que eso somos ahora, "protegidos" de unos nuevos amos de la Tierra. Habrá que ver si esclavos. Al menos, no somos zombies.
Pero no quiero aburriros. Nunca segundas partes fueron buenas, y como es mi costumbre, dejaré el resto en una especie de cliffhanger onírico. De todas maneras, todo fue bien... hasta el amanecer, je, je. Incluso descubrí por qué me perseguían cuando no era uno de ellos.