Pi pi pi pi
No se cuanta gente de la que he conocido por aquí y aún no ha borrado la cuenta, se vuelve de vez en cuando a mirar que queda de aquel lugar, hubo un momento en el que incluso se puede decir que había una intensa actividad, pero
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Aquí seguimos acudiendo, sigo pensando que cada vez que las redes dan un paso más para convertirse en no un instrumento a nuestro servicio, sino un contexto limitativo de nuestra realidad (y otro nuevo paso hemos dado del facebook y similares hacia el whatsapp), todavía existe un oasis a donde acudir a exhortar toda esa cumulación de datos gruesos de rápido consumo, de grasas saturadas, de puro colesterol LDL con un ADN de bits. Y además ese oasis es mucho más fértil porque ahora está mucho más perdido en el desierto. Nos cuesta más llegar a él, pero cuando volvemos, experimentamos la grata sensación de cuando podías escribir primero en una hoja en blanco, y luego compartir por si a alguien le interesaba; de cuando no había un dictado concreto, de cuando la hoja en blanco era pura anarquía, experimentos poéticos, de ensayos trasnochados, o incluso con algo de grasa saludable.
Todavía creo que quedamos unos cuantos que recordamos cuánto de poderoso era esto, nos lamentamos de que cueste más esfuerzo enganchar este trasto por aquí sin acudir a la inmediatez a granel para satisfacer nuestra exasperante falta de tiempo, o quizá para olvidar la culpa y responsabilidad de nosotros mismos.
¿Sabes? Llevo años que leo sólo tebeos (de buena calidad, eso sí), y que no escribo ya algo como Dios manda, como hacíamos por aquí. Pero parece que el hacerte más viejo no sólo te quita años de vida, sino que te los va prorrateando quitando segundos, minutos, y horas en cada uno de los días, hasta que esto se convierte en una nostálgica anécdota.
El día que no encontremos este desierto, y seguramente lo habrá, lo único que me reconforta es que, dentro de unos siglos, cuando la evolución permita que los seres humanos escaneen los legajos de la inmensa biblioteca y hemeroteca virtual, sepan claramente discriminar entre lo que hoy existe, y los oasis en los que la gente con una masa crítica de neuronas activadas de una forma diferente al puro sincronismo de un reloj, repostaban plácidamente y saciaban esa sed de expresión refinada, intelectual, quizá pedante o arrogante, pero siempre pura y pasional.
(CONTINUA)
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Me alegro mucho de saber de ti, y te juro que me acuerdo de vosotros mucho, y me arrepiento cada año que pasa de dejarme llevar por esta inercia vital camino de la catarata.
Es un momento raro de la vida, estas en la cumbre (de la vida)... o quizás bajando un poco... los amigos se reproducen, la familia presiona, y tu te preguntas... como decía Jobs en el discurso de Stanford... ¿estoy haciendo lo que quiero hacer?... ¿y qué puedo hacer a cambio?... ¿y puedo vivir de eso?... ¿no estoy muy mayor para aprender?... ¿no hay miles de chavales recién salidos de la facultad que lo harán mejor?... ¿no necesito unos ingresos mensuales?... Bueno... mejor me quedo como estoy... El discurso suena a "se acabo" demasiadas veces.
El otro día entré para ver que se había hecho en el juego anual de regalar cuentos a otros de aisinfronteras, pero ya no se ha hecho... me acorde del intento fallido de fundar una religión del becerro_de_oro, el atrevimiento gastronómico de cincotenedores o el ecléctico club musical de electric_castle.
No se, quizás eramos más aburridos, más divagantes, quizás las cartas en papel eran mejores, y lo que vivimos ahora en realidad es la queja que tendrían los grandes adeptos a lo epistolar de finales del XIX a la era informática, pero, lo que no se puede negar es que cada vez todo es más básico, más emocionalmente básico y que dentro de poco nos limitaremos a gruñir alguna pseudopalabra que algún ordenador interpretará y nos facilitara, no solo pronunciándola, o mandándola por wifi al ordenador del oyente, sino que ambos ordenadores en dos nanosegundos se pongan de acuerdo en lo que es mejor para nosotros según nuestros niveles de calcio en sangre y los creditos de nuestra cuenta en el banco.
La muerte (de nuevo) como decía Jobs, nos recoloca ante el sentido de todo, sean o no las hormigas eléctricas o una deidad antropoforme, o la nada cuántica llena de energía, el fin de nuestra estructura de datos o alma. La muerte debería quitar el mismo miedo a morir, salvo que no nos la creemos, simplemente cuando muere una persona, queda una extrañísima sensación de anestesia, y es en el día a día, en las cosas que hacía y ya no hace, donde duele.
Pensé que estas muertes que he vivido me cambiarían, pero en el fondo, con cada una de ellas, me llena una cierta indiferencia, seamos o no almas inmortales, pasamos como el viento, moviendo hojas y arena pero poco más, apenas quedan huellas de nuestro paso, tras un poco de tiempo.
Nos queda pues reflexionar sobre el tiempo pasado, que podemos ver en perspectiva lo que hemos hecho, y viéndolo lejos, anestesiados, pues esta muerto, podemos apreciar lo que hacía por nosotros, igual que nuestros seres queridos, y añorarlo.
El journal, fue un café, lleno de gente extravagante, creativa, loca, emotiva... ahora un viejo edificio con la madera reseca y la pintura estallada, de cristales rajados y sillas trabajadas por mil traseros. Aún quedan en las mesas garabatos a navaja y nombres que solo significan algo para nosotros. Fue una gran época, pero no puede volver, aunque restauren el Café, porque lo que recordamos ya no está, necesariamente el futuro debe de ser nuevo... o una mala imitación, me temo.
Un abrazo, grande... y una promesa, nos veremos, lo juro.
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Una gran virtud de este edificio ruinoso, frente a cualquier "medio de comunicación masivo individualista" (que es como yo llamo a twitter y facebook, osea, dar noticias individuales y recibirlas de tus contactos), era que todo el mundo que aceptase escribir aquí estaba obligado a "inventar", a reflexionar, frente a las cadenas virales de copiar y pegar vídeos, noticias o chorradas que inundan las redes sociales avanzadas. Y ahí precisamente está su punto flaco, y es que la masa arrastra a todo el mundo. Ahora, escribir más de 3000 caracteres está socio-moralmente penalizado. Y eso se demuestra cuando uno usa la herramienta de "notas" de facebook (lo más parecido al livejournal que podría tener), y nadie lo lee, porque la red ahora no sirve para eso, porque hay muchos vídeos de gatos cantando, trastazos en las bodas, o cualquier asunto más trivial, que pararse a leer un rato.
Lo que preconizas... tiempo al tiempo. La idea del asistente virtual está al caer, es bastante posible que nuestra sociedad acabe zombificada por softwares complejos, ya estén diseñados por Google, por Facebook o por Apple, que nos controlen completamente a merced de los demiurgos gobernantes. Por supuesto, es una idea seguro originaria de las hormigas eléctricas... ¿para que matar cuando pueden divertirse un rato más con esta humanidad?
Yo quiero ver hoy en día la muerte de forma mucho más trascendente, tanto para el que se va como para el que se queda. De alguna forma, precisamente en este aspecto todo depende de como lo enfoques, por eso siempre ha sido un germen de las religiones. Si logramos convencernos de que no sabemos ni sabremos nada sobre este asunto, podemos llegar a vislumbrar algún tipo de trascendencia. Incluso aunque sea de carácter inconsciente, irreversible para este mundo, sin ninguna prueba para nosotros, creo que puede estructurar nuestro duelo y des-anastesiarnos. Quizá haya que asumir que lo bueno que hacían y ahora no hacen es algo necesario de ser recogido por los que quedan y los querían. Y así, esa huella se disolverá en el tiempo, pero seguirá calando en las generaciones. A mí respecto, no me importan mucho las huellas que queden de mí, sino las huellas que dejaré a las personas que me rodean y me quieren. El tiempo pasado es uno de los sustratos de esas huellas. En el fondo, no importa donde vayamos o acabemos, el asunto es que hay que viajar, aunque no haya destino alguno al final.
No, no creo que vuelva el journal, se basaba en muchas de estas cosas de las que hablamos, y porqué no, en unas edades que teníamos en las que precisamente este medio nos hizo tanto bien. Era algo globalizador, integrador, no creo haber discutido con nadie en nuestros debates. Facebook no es integrador, es integrista: los posts son verdades y las dudas o intentos de debates ofenden, se convierten en luchas cuerpo a cuerpo con armas de información sesgada o manipulada.
Nunca hubiera pensado que las hormigas fueran tan lejos, pero así es.
¿Quizá si Monsieur Tulip entrase en facebook pudiera subvertir la situación? Creo que haría mucho bien y pondría a mucha gente en su lugar, sin duda con sus reflexiones y sentencias abrumadoramente certeras, irónicas, elegantes y terriblemente sinceras.
Seguro que nos veremos de nuevo, amigo!!!!
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En cuanto a Tulip, lo último que se es que desapareció tras el diagnóstico que vaticinaba su muerte, y de fugarse del Sanatorio mental de Boix du Petetre, algunos dicen haberlo visto en el funeral del Dr Lacan, que fue su psiquiatra personal, muerto con un atragantamiento de jalea de grosellas... si fuese mal pensado diría que Tulip lo hizo.
Desde el primer día supe que las hormigas eléctricas llegarían hasta dónde fuese posible, es un insecto metafísico incansable, tenaz e infinitamente aburrido...
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