Autor: Dust
Fandom: Invader Zim.
Advertencias: Yaoi, implícito.
Disclaimer: Los personajes y el universo de 'Invader Zim' pertenecen, pura y exclusivamente, a su autor Jhonen Vasquez. La canción que aparece sobre la historia, se llama 'A love suicide' y forma parte de la banda sonora del videojuego 'Rule of Rose'
Notas: 575 palabras, número capicúa. Aconsejo leer este drabble con la canción 'A love suicide' de Yutaka Minobe (mejor conocida por ser la música con la que el juego Rule of Rose comienza)
-El perro.-
La noche cayó rápido en aquel lugar sin cielo y el perro viejo ahogó un gemido de culposo placer. Atado a una cadena que cortaba sus días, se dejó caer sobre el polvoriento colchón. Cansado, lastimado, excitado. Totalmente desnudo, se acostó de lado. La espesa oscuridad de un manto sin estrellas cubrió todo lo conocido.
Del otro lado, él lo siguió con la mirada. Su amo curvó una sonrisa perversa.
―Dib-gusano resistes poco. ― dijo y su voz metálica cayó como un azote sobre el cuerpo del humano. ―El gran Zim siquiera ha jugado hoy. ―
Cubriendo su marchita desnudez, el hombre de la tierra tragó un insulto. Discutir con él era inútil, fingir desinterés una mentira. Atrapado en un mundo de dos, se hundió en el ardiente silencio del pasado. De niño tuvo ideales, de niño creyó en la salvación. Supo luego la inmensidad del problema y mientras su familia escapaba traicionándolo, fue capturado por la Armada.
Aún así, nunca dejó de luchar.
Nadie podía culparlo, nadie debía llamarlo traidor. El día que fue comprado, la Resistencia de la prisión le dio la espalda. Traición tras traición, dolor abrupto en su pecho, golpizas inhumanas, risas violando al silencio. Y aquella última noche de eterno sufrimiento, las palabras "Perro de la Armada" grabadas en la pared de su celda. Igual que antes, distinto a todo.
―Eres más tonto de lo que creí… ―gruñó. -Zim, realmente ellos querían… ―
Cortándose a si mismo soltó un pesado suspiro, la verdad no era tan importante. En el fondo, ambos eran seres tristes.
―¡Tus juegos mentales no funcionan con el gran Zim!, ¡El gran Zim te supera, el gran Zim es la ley! ―
El pequeño invasor jadeó furioso, todo su interior se retorció. Quizás estúpido, quizás defectuoso. Conquistaría al nuevo planeta sin la ayuda de nadie, los Altos pronto le pedirían perdón. Listo para azotar a su esclavo alzó la mano en el aire, un temblor brusco lo congeló. El Dib adulto aún mostraba resistencia.
Venenoso, adictivo.
Empezó como una picazón proveniente desde lo más hondo de su squeedly-spooch, siguió con una paranoica guerra contra los gérmenes, terminó por darse cuenta de lo obvio. Zim, el gran invasor, estaba defectuoso.
Toques bruscos, roces inapropiados, necesario contacto físico. Acariciándolo con sus garras, recorrió feliz aquella pálida piel de tentador pecado.
El juego estúpido, la ceguera temporal, el abandono. El chico de la tierra pasó por todo eso antes de comprender aquella verdad que ni el aumento de sus lentes podía develar. Raro, anormal, loco. Ponerle nombre a lo inexistente era estúpido, deshacerse de él una locura.
Marcado por siempre, Dib volvió a gemir. El amor suicida recorrió sus venas, un pensamiento estúpido lo invadió. Hilos de plata decoloraban sus cabellos, los años se agolpaban sobre él. Un perro viejo no salta ni tiene fuerzas para jugar; Igual que aquella mascota que de joven había olvidado. Pronto sería reemplazado, pronto la pasión se convertiría en olvido y su alma sería libre.
Amo y objeto, dueño y animal. Tarde o temprano, uno mataría al otro y aquel sentimiento que no podía ser nombrado quedaría manchado de sangre. Amantes suicidas, vidas dispares, besos dulces que nunca saldrían a la luz.
Satisfecho Zim se puso de pie, sangre fresca cayó de su boca. El perro viejo, ahora dormido, tembló de frío. Una manta oscura cubrió su cuerpo.
Afuera la negra noche brilló opaca, tan opaca e incomprensible como los sentimientos de un irken.
Notas: Aclaraciones para aquellas personas que no conocen este fandom. Los irkens o irks suelen tener una vida demasiado larga; esto es porque básicamente ellos no son del todo seres orgánicos (en la historia original, Zim es un joven invasor de 150 años) mientras que Dib es un ser humano común y corriente, que se ve afectado por el paso del tiempo.
Los Altos son los máximos representantes del imperio Irk, se sabe que le doblan la edad a Zim y que lo único orgánico de su estructura son sus cabezas.
Para quienes son memoriosos y recuerdan ciertos datos de la serie, Dib realmente tuvo un perro (es mencionado por su padre, en alguno de los episodios de la primer temporada)