Otra de las temporadas recién finalizadas en mi lista personal ha sido la tercera de Merlin. Es una serie familiar (“para todos los públicos”), que poco a poco se ha ido asentando y ganando solidez manteniendo siempre el tono blanco de sus aventuras y su carácter de entretenimiento para todas las edades.
Hay un sector de público que huye de este tipo de historias juveniles, pero yo no estoy entre él. Al contrario, me gustan las aventuras sin demasiadas disquisiciones psicológico-filosóficas y me encanta sacar la cría que sigo llevando dentro. Siempre que no se trate de tonterías, claro. Una cosa es contar historias que puedan ver los niños y otra, pensar que eso se puede hacer sin respetar al público, sin medios y sin una historia interesante o sin la habilidad de contarla bien. Afortunadamente sabemos que los ingleses no suelen cometer esos errores. La prueba irrefutable es Doctor Who. La segunda en la lista, Merlin.
Es la segunda porque obviamente no llega al nivel de imaginación, dinamismo, presupuesto e inteligencia que la BBC ha derrochado en su buque insignia, pero Merlin es también una muy digna apuesta por ofrecer un producto agradable, técnicamente correcto y, sobre todo, entretenido.
Como supongo que ya todo el mundo sabe, la serie se sitúa en un Camelot de cuento de hadas durante el reinado de Uther Pendragon, padre del príncipe Arturo. Allí, el joven mago Merlín, mantiene escondidas sus habilidades y resuelve en secreto los mil peligros que acechan al rey, al príncipe y al reino, mientras poco a poco van entrelazándose los hilos que acabarán urdiendo la leyenda posterior que todos conocemos. (Con bastantes libertades). De hecho, esta temporada, y sobre todo su desenlace, han supuesto un decidido avance en este sentido. A falta de ver cómo arranca la próxima, el paso adelante de Arturo prácticamente configura lo que será la Tabla Redonda y lo asienta, más que nunca, como el verdadero adalid de Camelot. Con la protección siempre en la sombra de Merlín, claro.
Supongo que hay varias formas de presentar esta serie.
Es, claro está, una revisitación de la leyenda artúrica, acercando sus héroes a la sensibilidad actual. Los lazos afectivos que se crean en el castillo de Camelot humanizan a estos personajes, que realmente sentimos muy cercanos: Arturo, a veces engreído, pero siempre de buen corazón, la dulce Guinevere, el juerguista Gawain, el orgulloso Uther, Gaius tan paternal, los leales caballeros como sir Leon, el no menos leal, pero no caballero Lancelot, la atormentada Morgana...
Se podría decir también que es una historia de formación y aprendizaje, como corresponde a su protagonista juvenil enfrentado constantemente a un mundo que le es hostil pero al que generosamente intenta siempre ayudar. En realidad se trata de dos historias de formación, la de Merlín y la de Arturo. El aprendizaje del príncipe (honor, caballerosidad, liderazgo...) y el aprendizaje del mago (comprensión, inteligencia, humildad...). Los dos jóvenes, el señor y el criado, son éticamente modélicos y aun con sus debilidades humanas, luchan por mantener su intachable bondad en un mundo lleno de fuerzas oscuras. Arturo es la parte visible de esa lucha, porque encarna las virtudes caballerescas frente a las fuerzas - mágicas y bélicas- que atacan Camelot. Además, en él están puestas las esperanzas de Merlín de que instaure un reino de justicia y prosperidad cuando alcance el trono. Pero si Arturo es el héroe que el pueblo conoce, más heroico y modélico es aún Merlín, con su constante sonrisa, su tesón en la adversidad, su generosidad para arriesgarse una y mil veces ayudando a aquellos que lo ejecutarían si llegaran a saber de sus habilidades prohibidas con la magia. Tras ambos, en su aprendizaje vital, hay una figura paterna. Muy distintas también ambas. Merlin, huérfano, cuenta con Gaius, el físico de la corte, comprensivo, amable, el único que conoce su secreto y su mejor apoyo. Detrás de Arturo, sin embargo, está Uther, su padre, el rey de oscuro pasado, inflexible, autoritario y a menudo fuente de conflictos y enfrentamientos.
Por otro lado, Merlin es, sobre todo, una historia de amistad. Arturo y Merlín son dos jóvenes de edades parecidas y de muy distinta condición. La diferencia de clase no impide sin embargo que entre ellos arraigue una relación inquebrantable. Pese a las puyas constantes de Arturo a la “inutilidad” de su criado, pese a las ironías con que éste le responde, pese a los secretos del mago y el orgullo del príncipe, los dos juntos se compenetran, están siempre unidos y juntos pueden vencer a los más terribles enemigos. Aunque nadie suele percatarse de la intervención del “insignificante” Merlín en esas victorias.
Y hay por supuesto amores y odios. Intrigas, peligros que acechan, venganzas, cuentas pendientes del pasado. Y aventuras. Muchas aventuras. Junto con trolls, dragones, goblins, damas en apuros, caballeros, espadas, hechizos...
Como suele ser habitual, junto a episodios autoconclusivos (que son los menos interesantes), hay otros que avanzan el arco argumental, sobre todo en la season finale. El capítulo doble de esta temporada ha sido especialmente intenso, aunque en mi opinión, en esta temporada se ha abusado un poco en el tema de la conspiración Morgana-Morgause. No porque no sea importante, sino porque ha habido muchos episodios autoconclusivos que se centraban en esta intriga... para mantener al final del capítulo el mismo statu quo, sin anvanzar un milímetro en la intriga. Llegaba a cansar la repitición de la misma estructura: Morgana conspira- Merlin lo averigua- Morgana es derrotada pero no puede ser desenmascarada. Al final, sin embargo, el tema explotó con todas sus posibilidades de intensidad dramática.
Y A PARTIR DE AQUÍ Y EN EL VÍDEO, SPOILERS PARA QUIENES NO HAYÁIS VISTO HASTA EL FINAL DE LA TERCERA.
Porque... para mí uno de los puntos más interesantes de Merlin sigue siendo la tensión entre Uther y Morgana. Lamento que en parte se haya estropeado al revelar la relación entre estos dos personajes. Me temo que ahora ya se ha hecho imposible seguir por ahí, pero ¿soy yo la única pervertida o no es obvio que la sombra del incesto no hace sino acentuar el morbo de atracción-repulsión en esta pareja? Y otra pregunta: esta escena del capítulo final ¿no tiene un momento en que el beso parece inminente? Vedla y opinad. (Aparte de que siempre es un placer ver a Tony Head)
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FIN DE SPOILERS
Y además... por si alguien quiere echar un vistazo a la serie para ver si le interesa (te estoy mirando a ti, Yuvia), recomiendo unos episodios que pueden servir para hacerse una idea.
1x07 The gates of Avalon: uno de esos visualmente bonitos, aunque bastante intrascendente.
1x12 To kill the king. Me dejó con la boca abierta. Uther-Morgana en todo su esplendor
2x9 The lady of the lake. Merlin se enamora.
2x7 The witchfinder. Otro episodio independiente con el tema de la caza de brujas. Impresionante el actor invitado, una de esas caras recurrentes de la BBC, cuyo nombre no conozco, pero que llenan la pantalla.
2x4: Lancelot and Guinevere. El argumento es tópico, pero el sutil juego de silencios y miradas del final ya justifica todo el episodio. La tragedia amorosa está ya ahí. (La presentación de Lancelot tuvo lugar en el 1x5 Lancelot)