Me sorprende que la puerta no chirríe a pesar del tiempo pasado. Mientras mis pupilas se adaptan, camino firme pues conozco el camino. Acaricio la luz volumétrica, como si fueran hebras de lana entre mis dedos. ¿En que momento mis pisadas dejaron de ser huellas?
Entre mis recuerdos, los recuerdos de otros recuerdos.
Abriré un poco la ventana, pero no demasiado; justo para purificar la estancia cargada de silencio y ausencia.
Adelante...