Entrada chiquitita para que los flanes que ya hemos visto The Avengers podamos gritar sin spoilear al populacho.
Whedon ha vuelto a hacerlo.
Ha rodado una película sobre seres fantásticos, la ha cogido por las solapas y la ha llenado de barro para bajarla al suelo. A la tierra, nuestro terreno. Los Vengadores podría haber sido un largometraje sobre lo guay que es tener superpoderes porque lo es, mola cantidad, pero ha acabado siendo todo lo contrario. Espía contra espía, hermano contra hermano, soldado contra billonario (playboy, filántropo, genio, héroe, payaso). Hombre contra bestia. Humanidad contra la galaxia entera. La película empieza con un monólogo sobre la oscuro de los seres humanos, una narración que Loki continua en cada una de sus escenas, pero al final nos mira a la cara y nos dice: sois fuertes, en el fondo. Sois unas hormigas enormes. Sois los héroes que habéis engendrado.
A lo mejor estoy leyendo demasiado entre líneas. Es algo que suelo hacer. Pero casi seguro que no. Está todo en el anciano que se niega a arrodillarse, en Fury oponiéndose a destruir Manhattan, en que el equipo no sea un equipo hasta que Coulson no se sacrifica para intentar salvarlos a todos. No pueden ser los Vengadores si no tienen nada que Vengar, dice antes de morir, sonriendo, sin acabar de decirlo.
Los mejores momentos no son esos en los que están luchando. Esos son molan, esos son guays, pero no son los que cuentan. Cuentan Steve y Tony protegiéndose después de haber estado a punto de arrancarse las gargantas mientras discutían, cuenta Hulk atrapando a Tony antes de que impacte contra el suelo; cuenta ponte el traje, Bruce saludando tímidamente a lomos de una moto raída. Cuentan las conversaciones introspectivas del doctor Banner y Mr. Stark. Cuenta Steve y "¡yo sí! yo he entendido esa referencia" y cuenta ese segundo de duda de Loki antes de apuñalar a su hermano. Cuenta Budapest, los cromos de Coulson, Hawkeye siendo el único que llama Nat a Natasha; cuenta Tony siendo Tony, porque Tony siempre cuenta. Ese momento en el que Steve pregunta "¿es la primera vez que pierdes a un soldado?" y Tony se aguanta las lágrimas por costumbre, no somos soldados. Ni experimentos. Ni bichos raros. Ni siquiera son compañeros, todavía no. Eso ya llegará, con el tiempo. Pero al final, cuando se dejan la piel por salvar Manhattan, cuando Tony carga la bomba nuclear sobre sus hombros y cierra los ojos pensado que va a morir, cuando Natasha cabalga de forma bastante literal en la espalda del enemigo y Clint sigue luchando con sólo dos flechas, entonces sí. Entonces son héroes.
Ha sido un buen viaje, Whedon. Pero se me ha hecho corto, fabuloso pedazo de mierda.
Sólo me queda quitarme el sombrero que no llevo delante de Scarlett y la estoicidad de Natasha y de Mark Ruffalo, porque sí y en general. Esperaba grandes cosas de los demás casi por costumbre pero ellos me han pillado por sorpresa y me alegro porque ha sido maravilloso.