OLE, OLE y OLE

Jun 30, 2008 17:46



"Yo soy español, español, español..."

Decían que éramos bajitos,
pero hemos derrotado gigantes.


Que nuestro himno no tenía letra,
pero hemos escrito la historia con letras de oro.


Que se nos atragantaban los cuartos,
pero no las grandes finales.


Si el pasado fue negro,
lo hemos teñido de rojo.


(anuncio de Cruzcampo en el Mediterráneo)
Ha ganado La Roja. El tiqui-taca. El fútbol de verdad, no el de los grandes por fuera, sino el de los grandes por dentro. Despierta, Europa, porque es la realidad: somos el equipo de los jugadores chiquititos, unos pequeños tocones que sólo saben acariciar el balón (nada de chutes largos o pases altos, ¿eso qué es? Eso no nos vale). Unos enanos rojos que se han llevado la copa a casa pasando por debajo de las piernas de Alemania.

Os habréis dado cuenta de que últimamente estoy desaparecida en combate, no contesto a vuestros posts, ya casi ni me paso por vuestros eleges y no publico nada. Eso es porque mis padres me han arrestado definitivamente en el pueblo del mal (del mal = sin internet) y lo único que puedo hacer es ver la tele y leer periódicos. Periódicos a punta pala.

Pero este momento necesita estar inmortalizado aquí y ahora. He tenido que coger dos autobuses y discutir con mis padres para poder estar media hora escasa delante del ordenador y haceros llegar a todos mis gritos de oeeeeeeeeee, oeeeeeeeeee, oeeeeeeeeee, oeeeeeeeee.

Bueno, mis gritos y una joya que encontré navegando entre las páginas de los periódicos horas antes del partido.

Peter Pan contra el Capitán Garfio. Así veo yo el partido de esta noche, en el que el precioso equipo español se mide a un clásico en el solemne trance de la final de la Eurocopa. Hace un par de días leí un precioso artículo en La Reppublica, que definía al equipo español como un grupo de niños jugando bajo la lluvia, bajo la atenta mirada de su abuelo. Niños no son, pero lo parecen. Por la talla, por el aire despreocupadamente feliz de sus rostros, por la forma en que devuelven al fútbol su condición de juego. Si hubiera fútbol en el País de Nunca Jamás sería como este. Un fútbol para sentirnos todos niños. Claro, que enfrente está Alemania. No juegan bien, pero ganan. Y en 1954, a los nueve años de aquella tremenda guerra que ellos mismos desataron y que les dejó el país en escombros, ganaron un Mundial aquí al lado, en Suiza. Desde entonces, cada nueva generación de futbolistas ha demostrado una fe en sí mismos (la misma fe que se tiene esa nación como pueblo) que les ha hecho muy difícil de batir. Tanto que han sumado dos mundiales más. Y han ganado tres Eurocopas. Y a eso ya suman siete finales más, europeas o mundiales, dos de ellas perdidas en la prórroga o en los penaltis.

Pero esta vez España es favorita. En las apuestas, en el ánimo del mundillo del fútbol, en la voz de la mismísima Angela Merkel. España esconde el balón, saca la lengua y mete gol. Como Alf (otra vez Peter Pan) vuela como una mariposa y pica como una avispa. Sé que fútbol es fútbol, sé eso de que juegan once contra once y gana Alemania, sé eso de que al tercer bostezo gol alemán, me he criado en el culto a la fiabilidad de todo lo que llega de aquel país, sea un coche, una lavadora o un equipo de fútbol. Pero esta vez siento que el destino les va a obligar a acabar admitiendo: "Soy un bacalao".

Alfredo Relaño
(Diario As)

me gusta el futboool

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