Nov 17, 2008 01:19
Llevo casi una semana sin ir a clase y he de reconocer que tengo muchas ganas de volver. No, no me he vuelto rebelde, sólo ha crecido mi horizonte de ignorancia gracias a mi primer seminario: Memoria histórica de la esclavitud en la literatura de las Américas. Aunque haya sacado muy pocas cosas en claro y me haya costado mantener los ojos abiertos más de dos horas seguidas de charlas, la experiencia ha merecido la pena. Además, si todo sale bien, me darán 3 créditos por él; así que, trabajo concluido.
Quizás, cuando empecé a poneros al corriente de mi nueva vida, olvidé decir que odio vivir rodeada de vecinos neandertales que montan fiestas a todas horas, de niños ruidosos que no dejan dormir -luego se pretende aumentar el índice de natalidad-, de la portera que no llama al técnico y de los calamares, que siempre me quedan crudos.
He vuelto a morderme las uñas (es peor que dejar de fumar), hace más frío dentro del edificio en el que vivo que en la calle, y estoy harta de los trabajos que manda el profesor de Teoría de la Literatura, que, al parecer, prefiere hablar de la catarsis antes que de las flores del campo. [¿Alguien sabe qué es la “voluptuosidad de aburrimiento”? Pues deberíais…]
Y eso por no hablar de cierta “rectificación cervical” que me hace ir medio drogada a todas horas y me da un aire muy hippie. Pero NO es nada divertido.
También olvidé decir que puedo escuchar ‘Cannonball’ un millón de veces y siempre sentiré las mismas ganas de llorar por lo preciosa que es, que estoy deseando que vuelva a llover. Que un día de estos volveré a salir a correr hasta la playa y al ver el mar recordaré tantas cosas que nadie podrá quitarme la sonrisa de la cara durante el resto de la tarde. Que con Barack Obama la historia podrá reescribirse; que tengo un cactus al que llamo Michael encima del escritorio y que, a pesar de que no voy a aprobar Lengua Catalana ni en 5 años más, me encanta mi vida.
---> He descubierto recientemente que la letra que utilizo para escribir en el blog es del tamaño de un camión cisterna; lo siento, mi pequeño Toshiba es de 13’3 pulgadas y suele empequeñecer las cosas.
Ana.