Y ahora el primer libro del año “La estrategia del agua - Lorenzo Silva"

Jan 11, 2011 22:25


El año pasado quede lastimosamente lejos de los 50 libros del reto (creo que el tiempo que paso leyendo fic me aleja demasiado de otros tipos de lectura), además apenas comente algunos de los que leí, este año supongo que la meta será leer al menos un libro más, empiezo comentando uno que esta en mi lista del año pasado, pero lo he terminado ahora así que comienzo con él ;)



Título: La estrategia del agua
Autor: Lorenzo Silva
Editorial: Ediciones Destino S. A.
Número de páginas: 384
Sinopsis: Tras una decepcionante experiencia con el sistema judicial, que ha puesto en libertad a un asesino al que había detenido después de una larga investigación, el brigada Bevilacqua, alias Vila, se halla desencantado y más escéptico de lo que acostumbra. Así se enfrenta al nuevo caso que le ocupa: un hombre llamado Óscar Santacruz ha aparecido con dos tiros en la nuca en el ascensor de su casa. Parece el «trabajo» de un profesional, lo que se antoja desmesurado dada la poca trascendencia de la víctima, que tiene algunos antecedentes menores por tráfico de drogas y violencia de género. Vila y su compañera, la sargento Chamorro, afrontan la tarea, muy a regañadientes por parte de Vila, actitud que empezará pagando «el nuevo», Arnau, un joven guardia que poco a poco se irá ganando la confianza del brigada.

Parece que los problemas en la vida de Óscar, aparte de sus roces con la justicia, se limitan a su divorcio, mal llevado y con un hijo de por medio. Pero, ¿qué esconde la denuncia que pesaba sobre la víctima por malos tratos? ¿Y su detención por tráfico de drogas? ¿En qué oscuros asuntos estaba envuelto este hombre en apariencia tan poco peligroso?

Una novela sobre los claroscuros de las relaciones, sobre los errores y aciertos de los jueces, sobre los vericuetos de la moderna investigación policial, sobre las injusticias que provocan las leyes y sobre el mal, que a menudo está entre lo que tenemos más cerca, incluso entre lo que un día amamos.

Opinión personal:

Se lee fácil y aunque es previsible desde las primeras líneas no por ello pierde interés la trama, que esta bien llevada y no se deja flecos, pero en general no me ha gustado, el escritor toma partido contra la ley de violencia de genero y utiliza la novela para hacer un alegato feroz contra ella, marcando línea a línea con su lenguaje ligeramente arcaico y lleno de circunloquios su posición, políticamente correcta, de hecho es por donde van a ir las nuevas leyes, pero tan parcial que realmente molesta, en esta novela en la que los buenos son buenísimos y los malos malísimos, se huele cierto tufillo machista continuo, correctamente enmascarado con unos cuantos personajes femeninos interesantes. En esta novela nos desvela el asesinato de un padre abnegado que sólo quería luchar por la custodia de su hijo (y si aun no lo había hecho era sólo porque con las leyes actuales las mujeres están favorecidas), en lo que aparentemente es un ajuste de cuentas, pero enseguida se puede apreciar que sólo es el burdo intento de aparentarlo, porque en realidad todo apunta a su ex, una mujer despiadada que utiliza el sistema en su provecho y que no duda en manipular a todos los que tiene alrededor... curiosamente engaña a pocos porque todos los que han tenido algún contacto con ella echan pestes de la buena mujer, salvo su marido y su amante que se abstienen. En conjunto me ha resultado entretenida, pero más que una novela de misterio es un alegato por la custodia compartida y contra la ley de medidas de protección integral contra la violencia de genero, que no voy a negar que tenga su público, pero no es mi caso, creo firmemente que hay casos de mujeres violentas contra su pareja masculina, creo que es cierto que alguna mujer hace falsas denuncias (algo fácilmente solucionable penalizando esas falsas denuncias y perjudicando sólo a quien se lo merece), creo que también es cierto que alguna madre genera el famoso síndrome de alineación parental, pero también creo que son las excepciones que confirman la regla contraria y que no se puede legislar con generalidades, aprobar la custodia compartida por sistema es tan negativo como darle la custodia a las madres por sistema, cada caso es único, pero pedir que se estudie cada caso debe ser utópico y es mejor partir a los niños por la mitad y repartilos salomónicamente, algo similar a lo que hacemos con nuestros mayores cuando no nos podemos permitir económicamente darles una opción mejor.

Habrá que preguntarle a los hijos de la custodia compartida, personalmente me parece que es la solución ideal cuando ninguno de los padres quiere a sus hijos y no pueden encasquetarselos a su pareja y los hijos lo saben.

Por aquí algunos fragmentos de la novela:

“De pronto, pero sin alterar por ello su flema natural, Pereira se levantó de la silla. Como manda el protocolo militar, hice otro tanto.
-No, vas tú -zanjó la discusión-. ¿Y quieres saber por qué
-No estoy seguro.
Te lo diré, de todos modos. Porque sé que te da pereza, y que te aburre, y que en este momento incluso te revienta tener que enfrentarte a un homicidio tan poco atrayente, después de haber fracasado en un caso en el que volcaste tu espíritu creativo. Eres un buen policía en crisis. Si ahora te dejo a tu aire, te puedes estropear para siempre. Y si obrando así corro el riesgo de que explotes y te largues, lo prefiero. Mejor eso antes que tener a alguien tan listo como tú amargado y dando mal ejemplo a los chavales. Así que mueve el culo. Y antes de la hora de comer quiero una evaluación preliminar del caso.
No había más que decir. Me rendí a la evidencia.
-A sus órdenes, mi teniente coronel.” pág. 20

“Cinco minutos más tarde estábamos los tres en el coche. Chamorro al volante, que para eso era la mujer. O lo que es lo mismo: la más proclive a respetar los límites de velocidad salvo perentoria necesidad del servicio, tal y como exigían las instrucciones internas, a fin de reducir la burocracia que generaba la anulación de las denuncias acumuladas por nuestros vehículos camuflados.” pág. 21

“En ese momento odié al teniente Aparicio. Con un odio espeso, feroz. No sólo había tenido la discutible ocurrencia de entregarse, ante aquella interlocutora que no parecía precisamente la más receptiva, a ese tonto impulso humano consistente en creer que la propia cofradía vale más que cualquier otra, análoga o no. Además, con su burda lisonja, confirmaba un axioma que la mayoría de las personas olvida, porque la vanidad tiene esas trampas, pero que otros, por razón de nuestra subalterna y expuesta posición en el mundo, nos obligamos a tener siempre presente: nadie es más proclive a elogiarte por exceso que quien pretende servirse de ti, para algo que le interesa o le conviene y que a ti ni va a convenirte ni a interesarte en absoluto.” pág. 33

“-Yo también soy mujer, como usted. Y claro que me parece bien que se proteja a las mujeres que están en peligro y se castigue a los que las tienen aterrorizadas. Por eso era partidaria de la ley, cuando la sacaron. Ahora lo recuerdo y me siento idiota. Porque en lo que a mí me toca, y perdone pero todos miramos por lo nuestro y por los nuestros, no sólo no me sirve de nada, sino que ha sido un desastre. Mi marido es un santo varón que ni me levanta la voz, y a quien han machacado con la dichosa ley es a mi pobre hermano, que era otro pedazo de pan, para beneficiar a una zorra que no merece ni el aire que respira. Le aseguro que eso te da una perspectiva subjetiva, si quiere, pero que echa por tierra todas esas teorías tan estupendas. Cuando ves a tu hermano jodido e indefenso, las teorías no valen una mierda.” pág. 85

“-Está bien -asintió-. Hechos. Pues ahí tiene el primero, busquen la sentencia. El segundo hecho que les va a interesar lo encontrarán en el otro juicio que tuvieron. Una madrugada mi ex cuñada se planta en comisaría con un golpe en mitad de la cara. Muy aparatoso, que lo de ella no es precisamente quedarse corta. Como es obvio, acusa a mi hermano y van por él. Otra noche en el calabozo y a la mañana siguiente lo llevan delante de la juez. Por suerte, la policía esta vez hace bien su trabajo, y entiéndame, no es que tenga nada contra ustedes, pero como cualquiera tienen muchas cosas de que ocuparse y la tendencia natural a taparse el culo, que en este caso es dar crédito a la denuncia de la maltratada y pasarle el muerto al juez. Pero como le digo, el poli que habló con mi cuñada se tomó el trabajo de pedirle que fijara con toda la precisión que pudiera la hora de la agresión. Y aquí ella calculó mal, supuso que a las once de la noche él no tendría coartada o tendría la de la novia, que siempre podía considerarse dudosa. Pero ese día mi hermano tenía una convención de la empresa y a las once de la noche estaba en una cena con una docena de personas. Logró que el abogado de oficio llevara a varias al juicio y todas testificaron en su favor. La juez lo puso en libertad y pasó testimonio al fiscal para que actuara contra mi ex cuñada por denuncia falsa. Nos enteramos porque la propia juez se lo dijo a mi hermano. Pero de eso no se ha vuelto a saber nada. Nadie actúa para perseguir ese tipo de casos. Y la muy desgraciada todavía tuvo el cuajo de recurrir la sentencia. Para que vayan haciéndose una idea de con quién se juegan los cuartos.” pág. 86

“-Porque al cabo de tres años, brigada, estaba en condiciones de demostrar que la madre, contra el prejuicio de género que le había valido para ganar el primer asalto, no era la más adecuada para cuidar del niño. Entre otras cosas, tenía la declaración judicial de cómo había simulado ser objeto de un delito para conseguir que una persona perdiera injustamente su libertad y su dignidad, lo que ya daba buena cuenta de su catadura moral y su equilibrio psicológico. Pero no sólo era eso. Mi sobrino ya no era un bebé incapaz de expresarse. Podía contar quiénes eran sus padres, y cómo se comportaba cada uno.” pág. 90

“-Por supuesto. Y es de una moto. Yamaha FZ6, color negro, 600 centímetros cúbicos. Es decir, la potencia suficiente para andar por carretera y la agilidad necesaria Para circular por ciudad.
-¿Eres motera, ahora?
-No. Trato de deducir por toda la información de que dispongo la personalidad y las necesidades de nuestro hombre.
-No vayas tan deprisa. Por partes. ¿Quién es el dueño?
-¿Por qué no dices o dueña?
-Virgi, no me toques las narices.-No te las toco. La moto tiene dueña. O al menos la titular del vehículo ante los archivos de Tráfico es una mujer.” pág. 100

“-¿Me dejarás que llame a la unidad de Albacete de todos modos ?
-Claro, llama. Que le den un repaso a Leire. Y si hay algo, que te digan si está buena. Si no, por mucho que haya que investigar, vas tú.” pág. 101

“-¿Ya me la has adjudicado? -consultó Chamorro.
-De mujer a mujer. Éste y yo somos varones patosos.
-Muchas gracias. Nunca imaginé que este trabajo iba a proporcionarme tantas oportunidades de realizar mi feminidad.” pág. 103

“-Avísala, sólo. A fin de cuentas, es la madre de su hijo. Tendrá que decírselo, pensar si lo lleva al entierro... Lo que sea, tendrá que organizarlo. Haz como si no supiéramos nada. A ver cómo respira.
-¿Otra tarea que me toca en mi condición de mujer?
-No te lo tomes así. Sé objetiva. Imagina que eres un sargento del Séptimo de Caballería y que tienes que atacar por la espalda a un guerrero sioux. Puedes elegir para hacerlo entre un chavalote de Kansas y uno de tus exploradores navajos. ¿A quién mandarías?
-La comparación es un poco ofensiva, ¿no?
-No importa, no hay ningún sioux ni ningún navajo por aquí.
-Me está bien empleado. Quién me manda entrar al trapo.” pág. 108

“-Bueno, ya se verá. Prométeme que no vas a montarme otra como la de hoy. Que vas a ser respetuoso y obediente y formal con la juez para la que ahora estamos trabajando. Aunque sea una mujer.
-Eso es injusto, Virgi. Me has visto trabajar para muchas, y creo que nunca les he faltado al respeto. Y tampoco creo yo que tu condición femenina te haya traído nunca ninguna dificultad conmigo.
-No.
-No soy misógino. Odio a los inútiles sin distinción de sexo.
-Es verdad, no eres misógino.
-Aunque tampoco soy feminista, desde luego.
-Desde luego.
Dicho esto, se me quedó mirando, con expresión socarrona. Contuvo a duras penas la carcajada, hasta que no pudo más y estalló.
-Eres una arpía. Como todas.
-Claro. Pero sólo de vez en cuando. No me lo tengas muy en cuenta. Entonces qué, ¿seguimos siendo pareja frente a los villanos?” pág. 163

“-¿Divorciado?
-Desde hace doce años. Un hijo. Adolescente.
La juez me observó con un gesto de solidaridad. Y no era retórica.
-Yo también-reveló-. Dos niños. Un mes con su padre y otro conmigo. Y tan ricamente, sin traumas, trastornos ni ninguna de esas chorradas que dicen los defensores de la custodia única. Bastante guerra imbécil veo aquí cada día como para permitírmela en mi casa.
-Me parece muy sensato. Ojalá cundiera el ejemplo.
Llegados a este punto, la juez se puso en pie.
-En todo caso, no sé si la custodia compartida le habría salvado la vida a Óscar Santacruz-concluyo-. Su problema no era ninguna ley, sino esa persona con la que para su mal mezcló su camino. Lo siento, no tengo más tiempo para ustedes. Me remito a lo que le dije antes. Y si necesitan cualquier otra cosa que se les ocurra que yo pueda darles, no duden en pedírmela. Espero que sean capaces de juntar todas las piezas de su rompecabezas y logren sentarla en el banquillo.” pág. 283

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