(012.) Atrapada bajo el hielo.
Cuando está contigo, ella no sabe lo que quiere realmente; sólo que te quiere a tí, y a todo lo que conllevas, sea una sonrisa o un montón de lágrimas, duela o no duela. Lo demás le importa poco. Sin embargo, cuando ella está sin ti, todo es tristemente claro. Pero todo, siempre para ella, contigo o sin ti, es confuso, como un cielo lleno de nubes cubriendo la luz del sol y dejando lo colorido de un angustiante color gris, marchitando las flores como un frío y solitario invierno. Y no lo entiende ni un poco, o más bien, no lo entiende en lo absoluto.
¿Qué eres? se pregunta. ¿Qué me has hecho?
No entiende porqué te miente. No entiende porqué les miente a todos. No entiende porqué se miente a sí misma. No entiende el hecho de estar mintiendo. No entiende ni siquiera porqué se siente de esta forma. No entiende. Simplemente no lo hace. Sólo llora en la oscuridad de su habitación abrazando una pequeña almohada que huele a ti. Y ni siquiera entiende porqué se está permitiendo eso, porque a pesar de hacerlo, no comprende ni se siente bien haciéndolo. Y ella....
Ella sólo sabe que se está contradiciendo. Contradiciéndose a tal grado que ya no cree ser ella misma. O tal vez no siendo más la persona que creía ser.
¿Qué eres? se pregunta. ¿Qué me has hecho?
No entiende porqué te miente. No entiende porqué les miente a todos. No entiende porqué se miente a sí misma. No entiende el hecho de estar mintiendo. No entiende ni siquiera porqué se siente de esta forma. No entiende. Simplemente no lo hace. Sólo llora en la oscuridad de su habitación abrazando una pequeña almohada que huele a ti. Y ni siquiera entiende porqué se está permitiendo eso, porque a pesar de hacerlo, no comprende ni se siente bien haciéndolo. Y ella....
Ella sólo sabe que se está contradiciendo. Contradiciéndose a tal grado que ya no cree ser ella misma. O tal vez no siendo más la persona que creía ser.