All the Hale Feelings

Aug 16, 2012 01:31

Creo que estoy cogiendo por tradición postear de media una vez al año. Lo que son las cosas.

Pero, sin que sirva de precedente, esta vez ha sido el fandom el que ha logrado que le saque un poquito más el polvo al LJ.



Y es que soy una de esas taradas que están obsesionadas con Teen Wolf. ALL THE FEELINGS and all that jazz. Y aunque soy muy feliz en este fandom, creo que le faltan cosas. Entre algunas, más fics, fanarts y material en general de los Hale. (Y de los Stilinski. Y de Chris Argent. Y Melissa McCall. Y de Danny. Y de JacksoyyLydia. Y DE PETER THE SASSIEST HALE)

Porque no sé vosotras, pero yo tengo un montón de HALE FEELINGS. (STILINSKI TAMBIÉN. A LOT. Pero eso otro año) (Y ya ni hablemos del Sterek)

Así que, bueno, me ha salido una especie de fic con lo que es mi idea de Derek y Laura. Sufro mucho por ellos.




Título: No es nuestro final
Personajes: Derek y Laura Hale
Género: Gen. Angst.
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen blablabla. Spoilers de la primera temporada Gracias infinitas a samej y rhea_carlysse por la retroalimentación y el beteo mental <3
Notas: En mi headcanon, Laura sabe lo que pasó con Kate. Más o menos. Puede que logre que Derek se lo cuente en algún momento. Puede que se lo lea en la cara y en el lazo de la manada. Puede que sea un poco de todo. No lo sé. Pero lo que tengo claro, es que Laura no le culpa de nada. A diferencia de él mismo.



Le encuentra en una de las últimas gasolineras anteriores a la frontera estatal. Rumbo este. Sabe que sería capaz de cruzar el país, llegar hasta Canadá o atravesar el océano siguiendo el más mínimo rastro de los Argent si nadie le detiene. No tiene claro si es por venganza y matar a los demonios, o por redención y huir de los fantasmas de la casa del bosque. Porque sabe que Derek lleva ahora un peso que no logrará quitarse nunca de encima. Una carga de dolor, ira y culpabilidad que puede que le acompañe siempre, si no hace algo para ayudarle. Pero necesita que se deje ayudar. Que le deje aligerar el peso. Compartirlo.

Porque sabe más de lo que él cree. Porque también se culpabiliza, sabiendo que pudo haber hecho más.

Nunca le gustó Kate. Había algo en ella que le hacía arrugar la nariz y se le erizara el vello de la nuca. Hacía que la loba gruñera en los más hondo, gutural. Pudo haber escuchado a la loba. Debió haber escuchado a la loba. Pero pensó que sólo eran celos de una hermana que no sabía sobrellevar el primer amor de su querido hermano. Territorialidad. Sentimiento de manada.

Sí, pudo haber hecho más.

Y sus padres también.

Le arde el cuerpo cuando piensa en ellos. Cuando oye los gritos. Se aparta de los distribuidores de gasolina inconscientemente. Todo es inflamable. Todo arde. Todo se consume.

Toda la familia.

Casi toda la familia.

Siente el fuego quemándole el alma. No estuvo allí, pero el calor del incendio la acompaña donde va. Su cuerpo es rabia, dolor y odio contenido. Hacia Kate, hacia sí misma. Hacia sus padres, hacia sus tíos. Porque nunca les contaron nada. Porque descubrieron del peor modo posible que pertenecían a un mundo más oscuro que el del folklore y los cuentos para asustar a los niños. Que ellos también podían ser niños asustados por sus propios monstruos. Cazadores. Asesinos.

Quiere gritar a cada instante. Llorar todo lo que tiene dentro para apagar las llamas que le persiguen. Quiere desgarrarse la garganta, arrancarse el alma, dejarse atrapar y arder. Arder como el resto. Sabe que Derek también. Lo sabe porque han gritado y llorado juntos. Porque han aullado y cazado del modo más primitivo y salvaje que nunca han sentido. Porque han peleado a dentelladas y a zarpazos. A silencios que sonaban al crepitar del fuego y respiraciones que olían a madera y carne quemada.

Ya no tienen a nadie más. Incluso para pelear sólo se tienen el uno al otro. Pero Laura no pelea con Derek: pelea por él. Porque ambos lo necesitan. Se necesitan. Luchan el uno por el otro, luchan por el recuerdo brillante y doloroso de una familia que ya no existe.

La diferencia es, que Derek también lucha contra sí mismo.

"Contra el único y absoluto culpable"

Laura puede sentirlo bajo la piel. La culpa. El odio consumiendo a Derek desde su interior. Ella contiene el suyo, pero porque quiere escapar, emana de ella a cada latido. Quiere salir y aullarle a la luna. Derek quiere aniquilar la luna. Sus latidos son pura violencia. Quiere destruir al lobo, destruirse a sí mismo. Intentar llevarse a Kate por delante. O que ella se lo lleve a él.

Pero no va a permitirlo.

Porque tiene que hacérselo entender. Que no es culpa suya. Se lo dijo, y él le escupió que no le tratara como un cachorro. Pero es que lo eres, se calló. Ambos lo somos. Dos cachorros perdidos a los que sólo les queda un cáscara vacía a la que llamar tío y una casa muerta donde apenas pueden respirar. Laura no puede evitar ver la ironía en que sobrevivieran tres. Una trinidad que sobrevive a duras penas. “Evolución, crecimiento, superviviencia”, decía su padre. “Pasado, presente, futuro”, decía su madre. “Padre, madre, hijo”, decían como familia humana. “Alfa, beta, omega”, decían como familia de lobos. Reprime un escalofrío ante la idea de Derek o Peter convertidos en omegas. Como alfa, la ausencia de la manada le resulta todavía más acuciante, más dolorosa. Pero no es ese lado suyo el que la ha llevado hasta allí. Ahora sólo es una hermana intentando recuperar a su hermano.

Cuando se coloca a su lado, no está segura de lograrlo.

Derek no se sorprende al verla, ha debido percibirla hace algunos kilómetros. Cuando observa su rostro, no hay un solo amago de expresión en él. Laura piensa en lo mucho que echa de menos sus sonrisas y descubre que todavía puede seguir rompiéndose por dentro. El lobo cierra la tapa del depósito y se gira lentamente, apoyándose contra el coche. Es ella quien habla primero.

- No me lo has puesto muy difícil.
- Tengo asimilado que nunca me libraré de ti.
- Eso está bien, porque no lo harás.
- Qué suerte la mía.

No la mira. Tiene la vista clavada en las llaves, juega con ellas entre los dedos. Puede que haya logrado ponerse una máscara, pero no se le puede ocultar nada a la manada. Toda la rabia y la ira se convierten a menudo en pura y devastadora tristeza. Más a menudo de lo que les gustaría a ambos.

Ya es tan alto como ella, pero tiene que inclinarse levemente para buscar sus ojos. Le pone una mano en la nuca para obligarle a mirarla. Se deja hacer. Sube la otra mano hasta su cuello, le afianza allí. Ambos necesitan ese contacto. Ese punto de apoyo. Todavía no están acabados. No es su final.

Se lo dicen todo sin palabras. Que no sirve de nada perseguir demonios que pueden acabar contigo. Que no sirve de nada volver a una casa encantada que se incendia cada vez que la miran. Que no sirve de nada lamentarse mientras se tengan el uno al otro. Que se tienen el uno al otro. Más que nunca.

- Vámonos.

El “a casa” se le atraganta en la garganta. Sabe a ceniza.

Derek junta sus frentes sin romper el contacto visual. Laura nota cómo sus hombros se relajan. Cómo la carga se aligera, aunque sea un instante. No le ha perdido. Sigue ahí, con ella.

Se funden poco a poco en un abrazo del que no quieren salir. La loba hunde el rostro en el cuello de su hermano, el lobo se pierde en el pelo de su hermana. Y, por una vez, logran respirar algo más que humo y polvo. Bajo el olor de la gasolina, del aceite de recambio, de los largos días en coches y moteles, de las horas de carretera, logran recuperar un olor que conocen muy bien. El rastro de la manada. De la familia.

- ¿Nueva York?
- Nueva York.

debería darme vergüenza, fic: teen wolf, fandomness, no recuerdo mis tags, teen wolf, pack feelings, all the hale feelings

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