(no subject)

Mar 26, 2006 12:09

Llevaba un par de días con esta idea en la cabeza para el reto actual de Writer's Canvas pero como me motivé tanto y no tengo ni ganas de bajarlo a 500 ni ganas de subirlo a 1000 porque me gusta como está (Y porque eran las 3 de la mañana...no! mentira! Las 4! Estúpido universo,me has robado una hora! ¬¬ XD) lo voy a colgar aquí (y joder, que rabia me dio que esta madrugada no pillara señal para colgarlo enseguida ;_;)

Pues nada, igual cuando tenga otro rato lo alargo a 1000 y lo presento en la Comu *levanta las cejas.

~~~~~heguyyyy (8)(8)(8)XD

(Que sepas que la idea de la canción no la tenía, pero se puso a sonar por casualidad y me vino que ni pintado =3)



Me miro en el espejo, sin saber muy bien si realmente soy yo ese a quien observo con ojos fríos como el hielo. Lo dudo, porque no quiero que lo sea. Me cabrea ver en los suyos una fina sombra de tristeza que aparece tan rápido como se va. Me quito la corbata con dejadez, sin dejar de mirar esos ojos que me resultan tan inexpresivos como arrolladoramente facundos. Acaba en algún lugar del esmaltado cuarto de baño, que me rodea de imprecisos reflejos de un joven abatido.

Aferrado a la pila de cerámica blanca, y después de unos minutos observando los oscuros agujeros del desagüe por los cuales no me importaría desaparecer, le devuelvo la mirada al tipo del espejo. Demonios. Me estoy volviendo loco aquí encerrado; no estoy más que rodeado de mentirosos.

Unos suaves acordes de piano comienzan a sonar en mi cabeza, por si mi locura no era suficientemente intensa. Por si no estaba ya suficientemente clavada en mi piel. Por unos instantes me reconozco de nuevo en el espejo, inclinado y con una de esas sonrisas que rara vez mostraba a nadie, pues no quería que salieran despavoridos. O que se quedaran anclados de terror. Al menos no en la escuela, o la fachada labrada a lo largo de largos años corría el riesgo de desplomarse, haciendo peligrar mis planes.

Tú sí me has visto esa cara en contadas ocasiones. No he podido evitarlo. Consigues que sea yo mismo sin darme cuenta. Completamente. Y te odio por ello.

Me esfumo una vez más del espejo, e intento volver a duras penas. Ni siquiera tus marcas, rojas unas pocas, moradas la mayoría, me lo permiten. Más bien al contrario. Acaricio en mi clavícula la que más ha dolido. Esa en la que si te fijas, o pasas los dedos frágilmente sobre ella, casi con miedo -seguro que era miedo- aprecias la marca de los dientes, del mordisco. Me los llevo a la boca, pues no me había dado cuenta que todavía sangraba -es lo que pasa al meter el dedo en la yaga- viendo en los ojos del chico del espejo una pequeña luz de esperanza; pero morirme bebiendo mi sangre, aunque poético, no me atrae.

Ahogarme en mi propia sangre.

Un escalofrío me atraviesa al pensarlo y me giro veloz al notar una fría presencia a mi espalda.

Esto es insoportable. Me paso una mano por la cabeza, casi sujetándomela pues tengo la impresión de me va a estallar en cualquier momento. La mirada fija en el grifo, viendo a saber qué. Pensando que no es esa la marca que más ha dolido, sino la que llevo por dentro. Seguro de que hay un fantasma a mi alrededor, esperando el momento para atravesarme con su cálida eteriedad, sin apenas darme cuenta, sin poder hacer nada por haberme creído más fuerte. Tengo que protegerme de él. - Claro que era miedo- El estúpido del espejo me mira diciéndome que no quiere ser protegido. Que sabrá él. Debo protegerle de lo que quiere.

Insertar primeros acordes de "Protege-moi" de Placebo =3

Con un portazo salgo del cuarto de baño, enfurecido -aterrorizado-. La cama sigue desecha, y aunque ya no estás, quiero acercarme y olerte. Esto me está superando, y a mi nada me supera. Frunzo el ceño y me descargo sobre una pila de pergaminos que había encima de la mesa. Ni siquiera me he acercado un paso a la cama, pero ya me ha llegado tu olor, que me quema a la vez que me calma. Abro el armario haciendo quejarse a la tosca madera, reprendiéndome por pensar que preferiría oírte a ti quejarte. Cojo lo primero que toca mi mano, una casaca, porque me encuentro abotonando una larga fila de botones. Tengo que largarme de esa habitación en la que toda tu presencia me acosa sin tú estar, y en la que toda esta ausencia me destroza, porque quiero que estés.

Pero debo protegerme de lo que quiero.

Sé que corro el riesgo de cruzarme contigo, con tu pelo y con tus ojos, pero al menos no será esta mísera tortura en soledad. Y si me quedo aquí perderé la razón o destrozaré la habitación. Seguramente ambas. Así que prefiero lanzarme contra otra cosa, algo exterior, patear un gato por ejemplo.

Claramente molesto -no creo que así nadie se moleste en dirigirme la palabra- salgo a los pasillos del castillo.

Buscando un modo para distraerme.

Quiero verte, y no puedo ni debo. Pero eso no impide que siga queriendo. Es la primera vez en mi vida que me llevo la contraria.

Pero debo protegerme de lo que quiero.

Dioses, que bien me lo he pasado escribiéndolo ;_; ((No aguantaba más xDD)

eso que llaman escribir, demian, fic: original, la música cura el alma (y la engorda), supuestamente enferma, expelliarmus

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