Fui a ver la película, esta, Resident Evil Extinction, un día de estos tontos en los que no hay ningún estreno interesante y la gente, por hacer algo, se empeñó en meterse ahí, por concluir la saga, o tener algo de qué rajar a la salida, no sé. La primera la vi porque el juego fue todo un hit, lo pasé en grande con él y me hizo incondicional del género survival horror hasta hoy, si bien la saga del desquiciado Silent Hill ocupa con creces el puesto de honor.
La segunda la vi porque no había nada mejor que ver, y por si enmendaban el error de la primera. Craso error, no obstante, es la mejor de las tres.
Ésta la vimos por no quedarnos en casa un viernes noche, y por las birritas de después, sin el menor voto de confianza. Pues bien, aún con esa actitud, salí con una mala hostia de impresión. Espero que NADIE la haya visto. Es todo lo que tengo que decir. La información que podéis sacar de ella es la misma que la de un par de anuncios de productos de Sony, os ahorro los 89 minutos restantes.
Pero bueno, el juego. Es un juego ya viejete. Lo había probado en PC y, la verdad, no avancé demasiado. Como principal atractivo tenía la jocosa ambientación en España (con un profundo acento mejicano, pero mejicano de pueblo), personajes animalizados viviendo en completa miseria, sin el menor atisbo de inteligencia, y mucho menos cultura, y en un entorno tercermundista de poblados salvajes con ganado circulando por las calles y gente empalada y quemada en hoguera pública en el centro de la plaza. Los aldeanos te atacaban al grito de “¡un forastero!”, te llamaban “imbésil” y decían “mierda” tantas veces como un yanqui diría “shit”.
Imagino que, para documentarse, utilizaron “Las Hurdes, tierra sin pan” de Buñuel o algo más truculento.
Pero bueno, fuera da ahí, la cosa no dejaba de ser lo de siempre, y las repetitivas acciones de los paletos dejaban de tener gracia al poco.
Pero aquí llega la Wii, con su revolucionario mando-implante, y te convierte un survival pasado de vueltas en una experiencia guay, para creértelo en la medida en que tú decidas, poniendo las poses que creas necesarias, de pie o sentado, y jugando de esa manera en que no te gustaría que nadie te grabara que sólo la Wii puede ofrecer.
En realidad, se trata de un port puro y duro de la versión que salió para Game Cube, por lo que en cuanto a gráficos, escenas y sonido, no hay apenas novedad. Pero el control… parece que hubieran diseñado el juego para ser jugado con la Wii desde el primer momento.
El sistema funciona a la perfección; con el nunchuck mueves al personaje, en perspectiva de tercera persona, andando o corriendo. Con el wii mote, apuntas a lo que quieras en todo momento, con una especie de circulillo que se mantiene gris translúcido hasta que llega el momento de disparar. Con el botón de acción abres puertas y demás, y lo más grande: cuando llega el momento de disparar, pulsas el botón de apuntar, y el personaje se hace a un lado, en posición de apuntar, quedando en la esquina de la pantalla y dejándote toda la pantalla libre para que hagas estragos los que quieras!
¡¡Lo mejor de todo, al apuntar directamente a lo que quieres, es mucho más fácil acertar en la cabeza!! ¿¿acaso no es lo que todo buen jugón de RE había soñado siempre??