Título: Palta con Huevo
Personaje / Parejas: Argentina x Chile
Clasificación: PG?
Advertencias: AU Gakuen. La mami de Martín.
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Y luego…
Silencio.
Tap.
“Decime… no, no me digas nada. Vete a duchar primero.”
Tap tap…
“No esperí weon que porque no te haya dicho na’ por venir a la casa ya me caí bien.”
“Mierda, se me olvidó que había prueba hoy!”
TAP TAP TAP TAP TAP TAP TAP TAP TAP TAP TAP TAP----
Eran las 9:11 AM (tarde, muy tarde) del día siguiente, de ese que Martín fue a terminar el trabajo a la casa de Manuel. Nuevamente el día se había helado, solo que esta vez lluvia amenazaba caer desde aquellas grandes nubes grises que sobrevolaban Santiago.
El día anterior había sido un fiasco para el trasandino. Después de haberle rechazado el pan con palta y huevo (PALTA Y HUEVO) a Manuel, solo le arruinó el humor al chico.
“Otra cosa que hago mal. Bleh.”
Después de agriar el ambiente, el trabajo no pudo terminar de hacerse. No cuando Manuel le recriminaba todo con ácidas palabras. Cosa que lo llevó a provocarlo - nuevamente, y como una cosa lleva a la otra, al final…
“Bien. Mejor no pienses en eso Martín. Mejor adivina cuánto es la gráfica de f(x) = (5x^2 + 16).”
Pero sus manos aún duelen después de aquellos golpes.
“Y lo peor, aún debemos terminar el trabajo…”
Una mirada a los puestos de alrededor. Nadie parecía estar igual que él.
Y solo atinó a agarrarse la cabeza. Como si fuera de ayuda.
“Manuel…”
“Eh?”
“De nuevo se agarraron a combos no es así?”
“No si no weon.”
Mientras su sala era un desorden, Manuel y Francisco aprovecharon de salir al patio principal un momento. Su profesor no parecía llegar, y ya que era viernes había que aprovechar la situación.
Para colmo de las cosas, nuevamente el chileno había llegado lleno de moretones en la cara - cosa no sorprendente, y con las manos rasmilladas. Pero su cara era aún más agria que de costumbre, y eso solo significaba que Martín había logrado sacarlo de quicio una vez más. Si Francisco no lo conociera…
“No te entiendo Manuel. Yo pensaba que después de esta oportunidad - y oportunidad digo, que pareciera que te fue regalada - ustedes dos se iban a calmar un poco más.”
“No, no. A ese wea ni le interesa, seguro.” - brazos cruzados alrededor del cuerpo, nuevamente demostraba Manuel. Nada quería saber del tema - “Y yo que hasta me esforcé pa’ atenderlo y hasta le hice mi especialidad de la casa…”
Eh, parece que lloverá pronto, pongámonos en esta banca.
“No me digas que no le gustó la palta con huevo!”
“Weon creído, su paladar no le da al culiao ese. Igual, máh pa’ mi no mah.”
“Si…”
“… Igual una lata, tendremos que terminar el trabajo, y a mi ya se me está acabando la plata de la beca de este mes weon. Tendré que decirle al Martín que tendré que terminar en su casa… ni cagando me quedo un viernes a terminar una wea de trabajo.”
“Lamentable, Manuel.” - rió el ecuatoriano, una sonrisa en sus ojos más que en boca. Cosa que Manuel quedó mirando raro. - “A la próxima intenta hablarle mínimo, ¿Quieres? Si no te conociera hubiera caído en eso de que fue solo su culpa.”
Tip. La primera gota había caído. Pero los ojos del chileno lejos estaban de verla. Sus sentidos concentrados en un recuerdo de casi tres años atrás.
El reloj - las dos de la mañana.
Una ventana en MSN abierta.
“Wn invité a un amigo al server LOL. Faltai voh pa que nos lo echemos rico XD”
“Y ese?”
“Un argentino qliao creío. Ya poh wn métete y cumple tu función de mod.”
“Eran 7 contra uno, sdkvfbaszxsc no se vale!”
“AHAHAHAHAHA pwnt.”
“Eh chileno, puedo agregarte al MSN?”
“Ya después fgt ahora apúrate que los culiaos están cerca de la camioneta!”
“LOL ok”
“Oe, sabes que me voi a estudiar a stgo parece.”
“Orly? Seriai el 1º wn que conozco de inet que viene pa acá! Quizá hasta nos veamos XD”
…
“… Igual… no me gusta la gente que apuñala por la espalda. Lo que le hice se lo merecía. Y la verdad weon” - se paró de su asiento el chico, sonrisa en cara pero ojos ardiendo - “Si quiere que lo perdone que haga algo él primero. Si se cree mucho, que wea, no me importa.”
Pero cuando se dio la vuelta a mirar a Francisco, su mirada denotaba más tristeza que otra cosa.
Y Francisco sabía que ellos dos se llevaban demasiado, demasiado bien antes que se conocieran en la vida real. Y que una conversación en el nuevo curso del argentino borró su amistad de casi un año de un sopetón.
No hay mucho que hacer, se dijo a si mismo Francisco. Es su decisión… pero es una que si fuera por él no la hubiera tomado.
“No seas así Manuel… por lo menos inténtalo una vez.”
Ahhh wn no te me colguí en la espalda!
“… Solo te hago caso porque voh soi el único que me escuchái, dale?” - Su amigo no lo miró, pero sabían ambos que eso no era malo.
“Hah. Y, aprovechando el rato, ¿Te parece correr un rato por la lluvia?”
“Seeh, buena idea!”
Pero una cosa que podía hacer era arreglarle el ánimo a su amigo. Y de qué manera.
No hubo más palabras entre nosotros.
El reloj dejó de funcionar.
No hubo ni un TICK TOCK más…
Un día y medio pasó. Las horas pasaron, las nubes volaban.
Un día y medio donde ambos muchachos no se vieron, llamaron, ni nada.
Martín prefirió enterrar su cabeza dentro de su computador, bajando cuánta música encontrara.
Y Manuel fue a la tocata de Francisco. Donde vio al peruano de su colegio mirando con malos ojos a su amigo. Bebió, comió cuanto quiso, y se agarró a chuchada limpia con el peruano hasta hartarse ambos de piscola.
Pero la mañana del domingo llegó lluviosa, junto con una corazonada en el corazón albiceleste de Martín. Una no muy buena para él…
“Madre.”
“¿Uh, pasa algo Martín?”
“Hoy vendrá Manuel.”
“¿Q-QUÉ? ¿Ese Manuel? ¿ESE? ¿Y como sabés eso?”
“No estoy seguro…”
Y así fue.
“¡Martín, te buscan!”
Fuera de la casa, algo más tarde, Manuel estaba. Con una mano en la reja, y la otra en un paraguas negro. Ah, pero que raro era verlo en un traje que no fuera el de escolar, pensó Martín. Aunque estuviera en una parka grande negra, una demasiado grande para él.
Pero no era hora de pensar en eso.
“Ya poh, Martín, abre!”
…
“¡Manuel que haces acá!”
“Bueeeeno… mañana tenemos que entregar el trabajo, y como te borré de mi celular… preferí venir aquí.”
“Y… Y cómo supiste mi dirección!”
“Adivina quién me la dio dos años atrás…”
Punto.
“Ahora déjame saludar a tu familia y nos vamos a hacer el trabajo altiro.”
“… Tenés mucha suerte, mi madre salió a comprar y regresará tarde.”
La casa de los tres hermanos, era algo que la verdad Manuel esperaba. Y a la vez, no.
Dos pisos y escaleras, largos pasillos y muchas habitaciones. Una decoración más bien enfocada a la vida familiar - ya saben, fotografías de ellos cuando pequeños, mas la madre y el padre, muchos paisajes de a cuanto lugar iban; y muchas, pero muchas plantas.
Era más de lo que la familia de Manuel tenía en su casita del sur - y en la de Santiago también… pero no era tan opulenta como él imaginaba.
Mejor quítate los estereotipos de la mente, Manu.
“Oh, hola Manuel! Un gusto el verte aquí - pero qué haces aquí?” - Apareció Sebastián del baño, secándose el pelo con una toalla. Aunque no se acercó al chico, solo lo saludó desde el lugar.
“Hoooola Seba!”
“Manueeeel! Haha, tanto tiempo sin verte!” - En cambio, Daniel corrió como si carrera de obstáculos fuera, y se lanzó del sillón que lo molestaba, para aferrarse del torso del chileno. Aunque era un niño, era casi de la misma altura que Manuel, lo que casi - según él - le rompe la espalda.
“Urgh-h-hola Daniel… me alegra v-verte… pero… quítate de mi espalda!”
“Oh, lo siento, hehehe! Deja la parka sobre la silla de ahí, estás mojado!”
“Y ustedes… ¿De dónde se conocen?” - preguntó Martín, más para sí mismo que para los otros.
“Martín… su prima fue parte de mi desfile del año pasado.”
“Y ella fue mi compañera de curso.”
“Si, el Seba fue varias veces a la casa para probarle ropa a la Romi… y el Dani también, varias veces para hacer trabajos y wea… aunque ella ahora se fue a Francia a bailar por el Bafochi. Heh, la niña ésta…”
…
“… Mejor, subamos, hay que trabajar.”
“Yo hoy preparo el almuerzo!”
“Y mejor yo te ayudo Dani. Así me aseguro que no quemas la cocina.”
Ni un solo sonido…
La pieza de Martín era el triple de grande de la de Manuel. Pero estaba también el triple de desordenada, y llena de chucherías que - Manuel sabía - que no solo eran de él. Obviamente era una habitación compartida entre los tres.
Cada pared tenía cosas de cada uno de ellos. Martín en su cama - no es que el supiera cuál era pero era fácil de adivinar - tenía una colcha del Estudiantes de La Plata, junto con montoneras de pósters de los jugadores - y hasta unas láminas de álbumes.
En la parte de Sebastián, en cambio, sobre la cama habían muchas y MUCHAS revistas. Juegos, comida, moda, etc. Parecía colección.
Y en la parte de Daniel, aunque también habían stickers de fútbol pegados en su pared, también habían muchos dibujos, hermosos óleos pintados por él mismo. Al lado de la cama, había un mueble con un pequeño retoño - de quién sabe qué árbol - a su lado.
Qué linda familia.
A veces Manuel extrañaba a la suya - y no solo hablaba de su tía, o de su prima.
“Bien, boludo… no te diré nada porque la otra vez yo hice lo mismo - casi - contigo. Pero que sea la última vez, de acuerdo?”
“Si si, ya comencemos pronto pa’ terminar rápido, te parece Marty?”
Huh. Una sonrisa.
Por fin una, aunque fuera - algo - sarcástica, y que no fuera junto a Francisco.
“Como quieras, Manu.“
Quizá las cosas saldrían bien.
Los minutos pasaron rápidamente. La hora del almuerzo llegó, y junto con ellos llegó la madre de los chicos. Quién casi se muere al ver al peor enemigo de su hijo querido sentado en su mesa.
“Eh… hola, Manuel. Disfrutá lo que quieras aquí, chiquillo. Si tocás a Martincito querido te parto la cara a golpes, boludo.”
“Hola señora, un gusto el saludarla. Si quiere la ayudo en algo… Puta la cara fea que me pone.”
“No, no. No te preocupes, y sigue comiendo. Criajo de mierda.”
“Bien, como quiera. Mejor váyase.”
Pero aunque las sonrisas venenosas volaron, y el aire se hizo MUY tenso en la salita, nada ocurrió. Para suerte de los hermanos, quienes ya estaban a punto de hacer lo que fuera para separarlos.
La vida fue buena con ellos por esos instantes. Y en poco tiempo más ya todo estaba listo.
“Ahhh, por fin weon… esta wea de Biología ya me tenía chato…”
“Ahora sí salimos de ésta…”
“…Oye… Me dejai tirarme en tu cama?”
“Pues, ¿Si? ¿Por qué no?” - automáticamente Manuel se lanzó sobre la cama, abrazando al cojín más cercano. Era casi como si lo fuera a hacer igual aunque Martín no lo dejara.
“Dale, gracias. Me entró el sueño weon…”
Bien, ahora que estaba con sueño era la hora. Oportunidad, a la carga!
“Oye Manuel…”
“Mhh…?” - ya tirado sobre la cama, Manuel ya había cerrado sus ojos. Pero el sueño no quería llevárselo aún.
“Yo… bien… ” - Y Martín, parado muy cerca de la cama, comenzó a tartamudear. Mientras mentalmente se regañaba. “Cómo no puedes decir solo DOS PALABRAS, imbécil!”, pensaba. Pero su orgullo no lo quería dejar hablar. - “Yo… quería dis-disculparme… ARGH, no sé porqué me cuesta tanto…”
“… Será porque no quieres hacerlo de verdad?”
“Sí-es decir, NO! No me confundas, tonto!”
“Y que te disculpara qué, dime…”
“… Que me disculpes todo. En especial lo… lo que te hice cuando llegué al colegio.”
“…”
“Es cierto. No debí haber hablado mal de ti con mis compañeros… y sé que fue eso lo que al final nos tiene así ahora… pero… Es difícil ser el pibe nuevo del curso. Y en especial en un lugar donde los extranjeros no son bien apreciados. Yo-yo solo hice lo que pensé correcto, pero…”
“Ya oh, cállate mejor. Si, imagino que es complicá’o. Y… ya ha pasao mucho tiempo de estas peleas imbéciles. ‘Toy chato también de esto.”
El chileno se sentó en el borde de la cama, aunque ésta vez mirando fijamente al argentino.
“Y… querés empezar de nuevo entonces?”
“… Tení instalado el Counter Strike?”
Oh, el entendimiento. Por fín otra vez había vuelto.
“Pero claro.”
Era hora ya de cambiar la pila.
Lunes. Día de weonura. Pocos minutos después del trabajo de Biología - equipo en contra de la destrucción de la capa de ozono (donde las dos M estaban) ganó en GRAN manera a los defensores. Y aún con notorias nubes de lluvia - es que nunca pararía?
“Manuel…”
“Qué onda Fran’co?”
“Mira, encontré algo. Te lo doy.”
“… Fran’co… acaso es nuestro aniversario?”
Una cala. Una simple cala. Una flor que llamó la atención de muchos del público en la sala - solo para reírse de ambos idiotas.
Y que también llamó la atención de Martín, quien mientras ordenaba sus cuadernos, se giró a ver a los dos amigos. Vio que Francisco le dio una discreta mirada, y una sonrisita malvada, solo para él. Pero no duró mucho tiempo.
“JAJAJAJAJAJAJA… Manuel porqué siempre me haces esas bromas tan gay.”
“Cualquier cosa por nuestro amorsh cariño.”
Y ambos reían a carcajadas, indiferentes a todas las miradas que les daban - incluidas las del profesor quién aún no se iba de la sala.
Pero algo en ese instante se apoderó del corazón del trasandino.
Esa mirada por algo fue, y más rato sabré el porqué.
…
…
Una cosa lleva a la otra, no es así? A veces Martín no lo sabía…
En un instante, se encontró con Francisco, y comenzaron a charlar.
Luego, en medio del interrogatorio [Porqué me miraste así] y [Porqué me sentí así…] llegó Manuel…
Y ahora, esto.
Estaban en una cancha jugando fútbol, a quién sabe cuántas cuadras del colegio.
Completamente embarrados ya que estaba lloviendo a cántaros.
Y mientras el equipo oponente eran solo Francisco y Manuel,…
Él se encontraba jugando junto a Luciano. LUCIANO, de toda la gente. ¿Cuándo llegó de todas formas?
“Luciano! Pasáme la pelota bebé! Vamos a meterles un gol en el culo!”
“Como gustes ♪.”
Luego, recordó el porqué.
En un momento, Francisco le dijo algo. Algo que no podía recordar. Una cosa que aunque no sonara importante le había llegado muy dentro de sí.
“Manuel te gusta, cierto? Si te he visto como lo miras…”
Y por la cara que puso, Manuel al verlos corrió en defensa de Francisco, cosa que lo enfureció aún más.
Y cosa que significó otro golpe en la cara de Manuel.
Pero luego Luciano apareció, poniéndose entremedio de los tres. Allí, les propuso que en vez de pelearse por tonteras, se disputaran un partido de fútbol. Una clásica manera de resolver problemas y gastar energía a la vez.
Martín aceptó, gustoso. Con la condición que si ganaba tendría el derecho de hacer algo.
“… Fran’co... supongo que sabí que vamos a perder, cierto?”
“… Yo creo que ésta será una derrota que valdrá la pena.”
Por lo menos para ti.
El tiempo pasó. Y como era obvio, el equipo de Martín y Luciano ganaron. Mientras el chileno se quejaba que era por el dolor de su mejilla y no porque era malo para ese deporte. Y Francisco solo reía.
“Será mejor que me vaya pronto, sino me resfriaré.” - dijo entre risas el ecuatoriano.
“Eu voy a acompañarte, chico. Dejemos a los dos solitos melhor… ♪” - lo acompañó el brasileño, tomándolo del hombro con su típico acento cantarín.
Y bajo la lluvia, ambos chicos quedaron solos nuevamente.
Mirándose el uno al otro.
“Martín… porqué le pegaste al Fran’co? Qué weá te hizo?” - su voz no con odio le habló, aunque sí tenía un tono de rabia en ella.
“No alcancé a pegarle… pero me hizo darme cuenta de algo.”
“Hm, darte cuenta de qué?”
Tantas veces que lo había seguido.
Tanto que se había esforzado en hablarle aunque lo odiara.
Los momentos que pasaron haciendo el trabajo.
La sensación de su interior cuando el profe anunció que ambos estarían en el mismo grupo.
…
Cuando hablaban por MSN…
Y cuando volvieron a darse los mails y los teléfonos el día anterior…
Ahora todo tenía un significado.
“Dejáme mostrártelo.”
Un paso adelante. Luego otro más.
Sus manos tras la espalda del chileno.
Y sus bocas se unieron en un beso.
Uno el cual… después de un rato, el otro terminó respondiendo. Quién sabe si fue por el frío, o por todos esos escalofríos que le recorrieron el cuerpo al sentir las manos heladas de Martín recorriendo su espalda.
No había más palabras que decir.
Quizá no era amor. Quizá eran solo los sentimientos a flor de piel que ambos tenían. Eran jóvenes, y podían estar equivocados.
Ambos juntos, eran un problema sin solución.
Pero… quizá… solo había que intentar buscar un arreglo, mirando por otra parte…
Y por ahora, todo esto solo los había unido aún más.
Como sus manos, que ya estaban entrelazadas.
Tiempo después, a mediados de Diciembre, Martín tuvo que irse a Colombia. Y un pequeño grupo del A, junto a Manuel, Francisco y Luciano fueron a verlos despegar.
“Creo que te extrañaré.” - le dijo Manuel, así como quien hablara del tiempo.
“Para eso por lo menos tenemos el Messenger. Yo también te extrañare, ya lo sabes.”
“Y tú sabes que no será lo mismo…”
“No hables así…”
Y cuando llegó el momento de que todos subieran, cuando los abrazos y las palabras de despedida eran todo lo que salía de las bocas de los presentes, Martín abrazó a Manuel.
“Manu querido, mejor será que te busques un departamento por aquí cerca… me vendré a estudiar Medicina a Chile en cuanto salga del cole.”
“Aaah, cállate weon.”
Y sus manos volvieron a juntarse. Aunque no hubiera grandes muestras de afecto, después de todo lo sucedido… no dejarían que un simple viaje los separara.
“Espero verte pronto.”
Y todo volvió a la normalidad.
Y el reloj volvió a sonar.
Un TICK por aquí…
Y un TOCK después…
TICK…
… TOCK
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ARGH Por fín terminé...
ROMI: Romina: Nombre de Rapa Nui xD