Esa tarde, Baekhyun y Chanyeol almuerzan juntos por primera vez en lo que parecen ser años. Conforme se aproximan a la mesa, caminando juntos, Baekhyun ve a Kai poner los ojos en blanco, pero lo ignora resueltamente.
Se ha tomado en serio la idea de Kibum; de hecho, no sabe por qué no se le ocurrió antes. Lo único que tiene que hacer es pedírselo. Esa es la parte difícil.
Baekhyun se enorgullece de conocer a Chanyeol como la palma de su mano. Lo único que desconoce es cómo diablos irá a reaccionar. No sabe cómo debería decírselo: si con alguna gran producción, con carteles luminosos y tal vez incluso con un pequeño número musical, o simplemente mencionarlo a la pasada, como si hablase sobre el clima. En serio, ¿cómo se le pide sexo a alguien?
Definitivamente le hace falta tiempo para pensar en ello. Pero no demasiado, porque Jonghyun volverá en una semana y Baekhyun necesita haber sido completamente desvirgado para entonces.
Internet. Eso es lo que necesita. Se imagina que debe haber páginas enteramente dedicadas a pedirle a tu mejor amigo que se acueste contigo.
Y hablando de Chanyeol, ha estado súper exaltado y feliz durante todo el día. Baekhyun no puede recordar cuándo fue la última vez que lo vio así, pero sabe que lo extrañó, y mucho. Casi siente como si Kim Jonghyun no existiera más y todos estuvieran ahí sentados como antes de aquel fatídico día en el que Jonghyun le habló por primera vez en clase de Coro. Se pregunta si quiere renunciar a todo aquello solamente por un chico, pero seguramente a Jonghyun y sus amigos también les agradarán los de él, ¿no?
Una mirada hacia Kim Kibum lo convence prontamente de lo contrario.
Sehun está parloteando sobre el perro que va a conseguir, pese a que todo el mundo sabe que su hermana es alérgica a cualquier cosa con pelaje. Mientras les cuenta cómo planea escabullir al animal a su casa, Chanyeol suelta una carcajada como un maníaco, aplaudiendo y enseñando todos los dientes. Su risa es contagiosa. Baekhyun ríe más fuerte que nunca, e incluso al malhumorado de Kai se le dibuja una sonrisa en la cara.
Cuando regresa a su hogar esa noche, Baekhyun va directo a su habitación tras gritarle un «hola» a su mamá. Traba detrás de sí la puerta y abre su laptop. Tiene toda la noche para… ehm… investigar.
Va inmediatamente a resolver su problema más acuciante. «Cómo pedirle a tu mejor amigo que tenga sexo contigo» es lo que tipea, y se muestra seriamente decepcionado cuando no aparece nada útil. Recorre sin esperanzas cuarenta y cinco páginas de los resultados de Google, y tras casi una hora de búsqueda infructuosa, se golpea la cabeza contra el escritorio.
Termina por decidir que abordará ese tema después y prosigue con el siguiente asunto. La… mecánica de todo. Sabe cómo funciona el sexo, no es tan lerdo, y sabe que supuestamente duele un montón. Sólo quiere saber si hay algún modo de hacer que… no duela un montón.
Comienza a creer que le tuvo demasiada fe al internet, porque hasta ese momento no ha aprendido nada nuevo: usar un condón, mucho lubricante y bla, bla, bla.
Un clic mal dado y de pronto se encuentra viendo porno. Y Baekhyun normalmente no es de los que miran, pero no puede apartar la vista porque bueno… ese va a ser él dentro de poco. No es hasta después de un par de minutos de video que se da cuenta de que tiene el volumen de su ordenador subido casi al máximo. La habitación se inunda con el sonido de gruñidos suaves, gemidos y un no muy atractivo ruido, como de bofetadas pegajosas. Nadie tendría dudas de lo que está viendo.
Se lanza en picado para tomar sus auriculares y los conecta tan rápido como puede. Luego reanuda el video, tomando notas mentales conforme avanza. Está todo en inglés, así que no distingue con exactitud lo que dicen, pero no hace falta ser un genio para captar la idea general. El hombre más alto está encima y tiene al pasivo casi doblado en dos, y oh por dios, Baekhyun no cree que él pueda doblarse así. Además, no tiene cara de estar pasándola nada bien. Y con razón, piensa, teniendo en cuenta la forma en que el otro muchacho está literalmente arremetiendo contra él a una velocidad descomunal.
No cree que Chanyeol vaya a ser así. No sabe bien por qué su mente dictó automáticamente que Chanyeol será el activo, pero no puede imaginárselo a la inversa.
Los hombres del video finalmente llegan al clímax. Están jadeando como toros o algo así, y ahora se besan de la forma más feroz imaginable, como si estuvieran intentando comerle la cara al otro o algo. Sabe que Chanyeol definitivamente no será así, más que nada porque tiene la certeza de que nunca se ha besuqueado con nadie en su vida. Baekhyun lo intentó con su mano un par de veces, pero en ese punto sus noviazgos se terminaban.
Mientras piensa en sí mismo… y en Chanyeol, no puede evitar sentir que su habitación se siente algo más cálida. Culpa de ello al video. Tiene diecisiete años, es una reacción natural. Pensar en tener sexo con quien sea obviamente va a excitarlo, ¿no?
Está determinado, sin embargo, a hacerlo con Chanyeol. No hay nadie más a quien pueda siquiera considerar. Nadie lo conoce tanto como su amigo. Baekhyun sabe que, durante el sexo, uno pone expresiones vergonzantes y hace ruidos raros, y supone que, si alguien ha de verlo así, ¿por qué no el muchacho que ha estado a su lado durante los últimos diez años? El que ha visto cómo a Baekhyun se le pone la cara toda con manchas y la nariz le gotea siempre que llora. O que ha visto la manera en que el rostro se le hincha a la mañana cuando come mucho antes de acostarse. O el que hizo su mejor esfuerzo por reprimir la risa en aquella desafortunada ocasión cuando Baekhyun se enfermó en su casa y tuvo que pasarse el fin de semana entero metido en el baño.
Pasa la noche entera intentando preparase mentalmente para lo que va a ocurrir (ni siquiera se le cruza por la mente qué hará si Chanyeol llega a negarse). Su madre llama a su puerta varias veces, pero Baekhyun la despacha con un evasivo «estoy bien». No puede dejar de pensar en ello. No está asustado ni nada; de hecho, está un poco emocionado. Debió haberlo hecho hace mucho. Byun Baekhyun es demasiado tierno como para seguir siendo virgen.
Aunque por otro lado, conoce a gente que dice que el sexo es un momento épico en la vida y que no se vuelve a ser el mismo después. No sabe si debería aplicarlo a esta ocasión, ya que solo lo estará haciendo para sacárselo de encima y poder hacerlo realmente después.
El sueño no llega fácilmente. Baekhyun da vueltas en la cama toda la noche, y desearía saber por qué si, como dijo, no es la gran cosa, ¿no?
… ¿no?
A la mañana siguiente, llega a la escuela con unas ojeras negras bajo los ojos. Y no del tipo de ojeras que le provoca decir a la gente «aww, qué panda tan tierno», sino de las que les hace decir «oh por dios, qué es esa criatura». Eso, y además su cabello definitivamente no luce bien.
Concluye que tiene que aguantárselas, ser un hombre y hacer lo que tiene que hacer. De lo contrario, enloquecerá. Intenta localizar a Chanyeol en cuanto pone un pie en la escuela, pero no hay rastros de él por ninguna parte. Para cuando llega la tercera hora, está a punto de arrancarse el cabello. Inglés, Matemática, Coro… Todas las asignaturas pasan volando, y Baekhyun no podría decir qué es lo que vieron en ninguna.
Finalmente, finalmente, divisa a Chanyeol de camino a almorzar. Oye ángeles cantando mientras avanza con sigilo hacia su distraído mejor amigo. Chanyeol está tarareando algo para sí y moviendo los hombros, pero se detiene de inmediato al ver a Baekhyun aproximándose hacia él, luciendo algo acelerado.
-Eh… ¿Baek? -pregunta con lentitud.
Baekhyun ni siquiera frena al agarrar por el brazo a Chanyeol y girarlo cómicamente. No lo sujeta con demasiada fuerza, por supuesto, pero sí con la necesaria para llevarlo consigo por el corredor.
-Yeol -dice con voz ronca, yendo directo hacia el armario de utilería más cercano-, tenemos que hablar.
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