Reto#12: Fanfiction
Hola!
Reto :Reto#12: Mugglelandia
Título: La cosa esa
Personajes: Harry/Draco
Rating: Pg-13
Género: Slash (chico/chico)
Poner esa cosa no podía ser tan difícil. En fin, era algo que Potter podía hacer así que no debía de ser nada muy difícil. Por una vez se rebajaría al nivel de su novio y pondría ese aparato que según Harry lavaba la ropa, así cuando el volviera no tendría ninguna excusa para no ir a cenar a casa de Pansy.
Lo primero que tendría que hacer seria coger la ropa de toda la casa. Vale, eso era fácil. Harry la pone toda en el cesto ese que tiene en el cuarto de baño.
Luego Harry abre la puertecita esta y pone dentro la ropa. Fácil…
―¿Por qué demonios no se abre esta maldita puerta? ―gritó Draco tirando con fuerza de la puertecita de plástico.
Vale, ya está. Había costado un poco más de lo que esperaba; pero la había abierto ¿Debería separar la ropa? Harry a veces lo hacía… Va, daba igual, seguro que solo lo hacía para tener que poner dos veces ese chisme y así tardar más en salir. Pues todo dentro.
―Suavizante ―leyó Draco en una pequeña tapa―. No hay que ser un genio para descubrir que hay va el suavizante.
Paso la mirada por el estante que estaba sobre la lavadora y busco el bote que ponía suavizante. Cuando lo encontró hecho un poco en el hueco del suavizante.
―¿Cuánto se supone que debería echar? ―pregunto mirando el gel azul que acaba de echar― Bueno, mejor que falte a que sobre, después de todo lo único que puede pasar es que la ropa se quede más limpia.
Draco volvió a volcar la botella echando el gel haciendo que este se saliera un poco por los lados.
―Detergente ―leyó en otra tapa― ¿pero cuantas cosas hay que echarle a esto?
Dejando la botella donde la había cogido esta vez echo mano del detergente, con tan mala fortuna que se le cayó y se derramo por encima de la lavadora.
―Se ha caído un poco dentro del suavizante. Bueno, supongo que no importara, después de todo se mezclara tarde o temprano ―se dijo encogiéndose de hombros.
Volcó dos cazos de detergente en su hueco, cerro las dos tapas y le dio al botón que se suponía pondría la maquina en marcha. Un fuerte ruido hizo que diera un pequeño salto para atrás del susto. Miro a su alrededor y en su cara apareció una pequeña sonrisa, menos mal que Harry no estaba ahí para verlo sino ya se imagina las carcajadas que estaría soltando sólo porque se había dado un pequeño susto con el fuerte ruido que hacia la maquina esa.
************
Harry entro por la red flu y dejo caer su bolsa con pesadez contra el sillón.
―¿Draco? ―llamo al ver la chaqueta del rubio doblada en el respaldo del sillón.
―¿Harry? ―se oyó la voz de Draco― ¡Harry! ¡Socorro!
El moreno salió corriendo hacia el sitio del que venía la voz asustada de Draco. El cuarto de la lavadora. Sin saber que se iba a encontrar abrió la puerta. En el suelo, sentado con las piernas abiertas, estaba Draco con el cuerpo mojado y lleno de espuma, con la misma cara que había tenido a los once años cuando salió corriendo del Bosque Prohibido, el suelo estaba lleno de espuma y de ropa mojada, y la lavadora estaba abierta de par en paz soltando espuma sin parar
―¿Draco? ―le pregunto desde la puerta
―Tu maquina diabólica de la ropa ha intentado matarme ―le reprocho con tono acusador.
Reto :Reto#12: Mugglelandia
Título: La cosa esa
Personajes: Harry/Draco
Rating: Pg-13
Género: Slash (chico/chico)
Poner esa cosa no podía ser tan difícil. En fin, era algo que Potter podía hacer así que no debía de ser nada muy difícil. Por una vez se rebajaría al nivel de su novio y pondría ese aparato que según Harry lavaba la ropa, así cuando el volviera no tendría ninguna excusa para no ir a cenar a casa de Pansy.
Lo primero que tendría que hacer seria coger la ropa de toda la casa. Vale, eso era fácil. Harry la pone toda en el cesto ese que tiene en el cuarto de baño.
Luego Harry abre la puertecita esta y pone dentro la ropa. Fácil…
―¿Por qué demonios no se abre esta maldita puerta? ―gritó Draco tirando con fuerza de la puertecita de plástico.
Vale, ya está. Había costado un poco más de lo que esperaba; pero la había abierto ¿Debería separar la ropa? Harry a veces lo hacía… Va, daba igual, seguro que solo lo hacía para tener que poner dos veces ese chisme y así tardar más en salir. Pues todo dentro.
―Suavizante ―leyó Draco en una pequeña tapa―. No hay que ser un genio para descubrir que hay va el suavizante.
Paso la mirada por el estante que estaba sobre la lavadora y busco el bote que ponía suavizante. Cuando lo encontró hecho un poco en el hueco del suavizante.
―¿Cuánto se supone que debería echar? ―pregunto mirando el gel azul que acaba de echar― Bueno, mejor que falte a que sobre, después de todo lo único que puede pasar es que la ropa se quede más limpia.
Draco volvió a volcar la botella echando el gel haciendo que este se saliera un poco por los lados.
―Detergente ―leyó en otra tapa― ¿pero cuantas cosas hay que echarle a esto?
Dejando la botella donde la había cogido esta vez echo mano del detergente, con tan mala fortuna que se le cayó y se derramo por encima de la lavadora.
―Se ha caído un poco dentro del suavizante. Bueno, supongo que no importara, después de todo se mezclara tarde o temprano ―se dijo encogiéndose de hombros.
Volcó dos cazos de detergente en su hueco, cerro las dos tapas y le dio al botón que se suponía pondría la maquina en marcha. Un fuerte ruido hizo que diera un pequeño salto para atrás del susto. Miro a su alrededor y en su cara apareció una pequeña sonrisa, menos mal que Harry no estaba ahí para verlo sino ya se imagina las carcajadas que estaría soltando sólo porque se había dado un pequeño susto con el fuerte ruido que hacia la maquina esa.
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Harry entro por la red flu y dejo caer su bolsa con pesadez contra el sillón.
―¿Draco? ―llamo al ver la chaqueta del rubio doblada en el respaldo del sillón.
―¿Harry? ―se oyó la voz de Draco― ¡Harry! ¡Socorro!
El moreno salió corriendo hacia el sitio del que venía la voz asustada de Draco. El cuarto de la lavadora. Sin saber que se iba a encontrar abrió la puerta. En el suelo, sentado con las piernas abiertas, estaba Draco con el cuerpo mojado y lleno de espuma, con la misma cara que había tenido a los once años cuando salió corriendo del Bosque Prohibido, el suelo estaba lleno de espuma y de ropa mojada, y la lavadora estaba abierta de par en paz soltando espuma sin parar
―¿Draco? ―le pregunto desde la puerta
―Tu maquina diabólica de la ropa ha intentado matarme ―le reprocho con tono acusador.