Título:Un incómodo abrazo
Personaje: Draco, Hermione, Narcissa.
Rating: PG
Género: -
Advertencias: Ninguna
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia ni se infringen deliberadamente derechos de autor.
Una puerta purpura estaba frente a su vista y no pudo hacer más que dejar salir un suspiro derrotado. Su madre, iba a encontrar una forma de hacer que su madre pagara por lo que le estaba haciendo pasar.
Maldijo una y otra vez las malditas pesadillas que aun lo despertaban en la noche.
- Adelante Sr. Malfoy - una bruja regordeta vestida con ropa muggle, o lo que pretendía ser muggle le dejaba pasar con una enorme sonrisa.
¡Maldita! Gritaba en sus adentros.
Como si no supiera que en cuanto entrara por esa puerta iba a llamar por chimenea a todos los que conocía para decir que él “EL” Draco Malfoy estaba visitando a un psicomaga.
Rumiando su suerte y bajo la atenta y firme mirada de Narcisa Malfoy no le quedo más que ingresas lo más dignamente posible. Entro y cerró la puerta.
- Recuéstese Sr. Malfoy
Draco se quedo tieso en ¿Por qué, Morgana le toco tener esa maldita suerte?
- Granger- pronuncio arrastrando las palabras-
- Malfoy, por favor siéntese y dígame ¿Ha que se debe su visita?
- Estas loca si crees que te voy a decir algo a ti
Hermione, de forma profesional ignoro el comentario. Ya sabía ella que eso iba a ser difícil. No, no que Draco siguiera con esas ideas tontas de la pureza de sangre, pero había cosas o costumbres, que simplemente no se pueden dejar atrás.
- Malfoy, si estás aquí es por que necesitas ayuda
- ¡Mentira! -No puede evitar gritar- si estoy aquí es porque madre me ha obligado
- Y ella te ha obligado por una razón así que Malfoy siéntate -dijo de forma rotunda y firma-
Draco no es que tuviera miedo a esa bruja, pero aun se acordaba de cierto incidente donde termino con un golpe en la cara y mejor hizo caso a la bruja
La mujer tomo asiento más cerca y con una libreta y palito raro muggle se le quedo viendo a Draco para que se moviera.
- Bien-haciendo de tripas corazón se recostó en ese ridículo diván vino, más gryffindor no podía ser, pésimo gusto, terrible organización…
- Malfoy
Draco se da cuenta que se su mente se ha ido por las ramas.
- Si, si ya voy -dice de mala gana
- Muy bien, ¿Qué es lo que te preocupa?
- A mi no me preocupa nada -
Hermione solo puede levantar una ceja
- Maldición - no puede evitar jurara y toma la determinación de mejor contar lo que le molesta para que eso termine más pronto- Bien Granger, hagamos esto rápido.
- Adelante - Hermione está completamente de acuerdo.
- Es… ejem -se aclara la garganta- Es un abrazo incomodo
- ¿perdón? -Hermione no puede evitar interrumpir
Si Granger, un “Abrazo incomodo”
- Explica
Draco no puede más que ver al techo, si ver el techo era infinitamente más fácil
Se aclara nuevamente la garganta.
- Sí, yo… bueno... ¡Maldición! -Hermione observa cual gato curioso- Cuando el-que-no-observa la maldita ceja de Granger levantada y el rueda los ojos- Si Granger, no todos somos tan valiente cuando al final de la guerra el-que-no-debe-ser-nombrado se le ocurrió la gran idea de abrazarme cuando ataco el colegio me dejo traumado, vamos, a ver que a ti te hubiera abrazado ese megalomaniaco y sigue viviendo con ello.
Oh! -Hermione no puede hacer más comentario
Al salir de la consulta se veía un poco más tranquilo, su madre se acerco a él ansiosa por saber los resultados, pero claro, un Malfoy es un Malfoy y no podía dejar de mostrar su ansiedad, por lo cual se guarda cualquier pregunta de oídos ajenos y se resigna a llegar a su casa para preguntar.
Draco sale de la chimenea de su casa después de su madre.
- ¿Qué es lo que te han dicho?
- Nada madre- y no puede evitar mostrarle una sonrisa astuta que quería decir: Madre te quedaras con la duda- pero, debo agradecerte que me insistieras tanto con esa visita.
Narcisa Malfoy le observa con una mirada sabedora que es la venganza de su hijo por obligarlo a ir a esa cita y se resigna a ver si, por lo menos funciono esa visita.
Un mes después, Narcisa está sorprendida que su hijo ya no tenga pesadillas. Está sopesando la idea que llevar a su esposo a una visita para que él pobre pueda dormir por fin una noche seguida, pero se abstiene solo de pensar que por lo menos mencionarlo muera de un ataque por tener que tomar una cita con una sangre sucia.
Pero, aun le molesta no saber cómo fue que desaparecieron las pesadillas.
Draco sabe que su madre se muere por saber cuál fue la solución para terminar con las pesadillas y aplicarlo con su padre. Pero duda que le haga gracia, así que se lo guarda y sale rumbo a su terapia.
Y es que ¿Quién iba a decir que la terapia de abrazos y risa le iba ayudar tanto?
Más teniendo en cuenta que le toco hacer pareja con ese moreno que dejo de ser tan escuálido para convertirse en uno totalmente follable y con ganas de experimentar.
Ahora podía estar más que satisfecho y contento porque sin querer había sacado provecho de esa visita y dejar a dos brujas con ganas, sino de estrangularlo, por lo menos llenas de curiosidad y frustradas.
Y es que el recuerdo de ese abrazo horrible, ahora era sustituido por otros abrazos en diferentes calibres, y el que más le gustaba recordar era ese donde cierto auror moreno le abrazaba de forma cariñosa y protectora. No si los gryffindor tienen buenas ideas, bueno, una que otras no tantas.