Título: Draco, una Blackberry y su tortura
Autora:
fanfikerfanPersonaje: Harry, Draco
Rating: NC-17
Género: Slash, Humor
Advertencias: Slash
Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling, Bloomsbury Publishing, Scholastic Inc. y AOL/Time Warner Inc. Nadie gana ningún beneficio económico con esta historia ni se infringen deliberadamente derechos de autor.
Nota: Para Tsuki Black por sus hermosos comentarios y por compartir el Dracothon juntas. Espero que te guste y te alegre el día. Un abrazo.
DRACO, UNA BLACKBERRY Y SU TORTURA
Últimamente, las reuniones en la empresa de papá eran tan aburridas que Blaise y yo nos quedábamos dormidos con los codos apoyados en la mesa, sobre los papeles, y luego teníamos que consultar todo en los pergaminos que nuestras plumas hechizadas habían recogido. Aquel día, sin embargo, el tiempo de la reunión fue extremadamente... ¿útil? ¿satisfactorio? Sí, me quedaré con esta palabra. Como tenía una Blackberry nueva que me había regalado y configurado Theodore, -color negro para ir a la par con mi atuendo-, me entretuve mandándole mensajes a algunos amigos, pero ellos o estaban trabajando o bien eran tan aburridos que prefería escuchar al señor director. Fue entonces cuando mis ojos se posaron en un nombre: Harry Potter. ¿Yo tenía grabado en la agenda el teléfono de este idiota? No recuerdo haberlo grabado... pero los dedos me picaban cada vez más y no pude contenerme.
“Estúpido”
La Blackberry brilló al instante, como respuesta.
“¿Por qué me insultas?”
Puse los ojos en blanco, mientras Blaise, a mi lado, trataba de mirar una revista porno sin ser visto. Le deseé suerte.
“¿Eres Draco?”
Vaya, también a él le parecía extraño que hubiéramos intercambiado teléfonos.
“Uy, qué agudo, Potty.”
“¿Por qué me escribes?”
Me desesperé. ¿Es que Potter no ha pasado la edad mental de los niños en la cual hacen preguntas sin parar?
“Porque me da la gana, ¿vale?”
“Debes estar muy aburrido, entonces”
Sonreí.
“Vale, me has pillado, estoy en una reunión soporífera. Creo que prefiero las clases de Historia de la Magia”
“Entonces es grave”
“¿Y tú? ¿No deberías estar cazando tipos malos?”
“Hoy libro. Y me estoy haciendo una paja monumental”
Me sentí torpe, se me cayó la Blackberry y Blaise desvió la mirada, preguntándome en silencio qué ocurría. Le dije con un gesto claro que dejara esa revista y prestara atención, pero no me tomó en serio. La Blackberry volvió a brillar.
“¿Malfoy? ¿He dicho algo inadecuado?”
Me temblaron los dedos.
“¿Asustado, Malfoy?”
“No, sorprendido de tus modales. También debes estar aburrido si vas a hablar de sexo conmigo”
“La verdad es que sí lo estoy, y de todos modos, ¿qué haces con un aparato muggle? Creí que tu padre quemaba todo aquel objeto muggle que llegaba a tu casa”
“Ahora soy mayor y puedo tener lo que quiera”
“¿Y te decides por un móvil? Tus preferencias deben haber cambiado”
“Bueno, si el Niño que Vivió está haciéndose una paja en lugar de atrapar delincuentes, creo que tus preferencias debería revisarlas un psicomago”
“Libro hoy, Malfoy. Aunque me hago pajas todos los días”
“Eres un cerdo, Potter”
“Pues deja de hablar conmigo y presta atención a lo que diga papá”
“Papá no está aquí, solo veinte personas, el director y mi amigo Blaise, mirando una revista porno”
“Al menos él pasa el tiempo de forma lúdica”
Maldito Potter.
“Os presentaré para que tengáis orgías múltiples con mujeres de dudosa reputación”
“Putas, Malfoy. No, gracias, yo prefiero algo más masculino”
La Blackberry volvió al suelo. Creo yo que este aparato tiene algún romance con la gravedad. Blaise me volvió a mirar y entonces el director me preguntó algo sobre la expropiación de los bienes mágicos y cómo podría esto repercutir en nuestra sociedad y en los magos de renombre. Le respondí con toda la pulcritud de la que fui capaz y mis ojos volvieron a la pantallita.
“¿Sorprendido, Malfoy?”
“Bueno, ahora que sabes que la próxima vez que te vea miraré tu culo me puedes eliminar”
“¿Hola? ¿Te has rajado de verdad?”
Draco tecleó a toda prisa.
“Me han hecho una pregunta y como soy un buen mago con modales he tenido que responder”
“Uufff, te compadezco, seguro que tu amigo se lo está pasando mejor. ¿Por qué página va?”
“Ni lo sé ni me interesa”
“¿No te interesa? ¿No te interesa Zabini o las mujeres?”
“Ninguno”
Mierda. Potter debía estarse regodeando, porque había respondido sinceramente sin darme cuenta de que Potter no sabe este... pequeño detalle de mí. ¿Y si le he dado poder para que me torture?
“¿Te gustan las varitas?”
“Vete a la mierda”
“¿Quieres que hagamos cibersexo?”
Me irrité.
“¿Qué clase de enfermo querría tener sexo con una máquina?”
“Ah, veo que nunca pusiste atención en clase de Estudios Muggles”
“Esa clase era una pérdida de tiempo y en cuanto pude librarme de ella, lo hice.”
Potter pareció parar de responder, pausa que aproveché para elevar la vista y otear un poco lo que escribía mi pluma en el pergamino. Ah, ahora estaban tocando el tema de las acciones muggles y cómo el lanzarlas al mercado podría beneficiarnos a nosotros. A mi lado, Blaise parecía completamente ensimismado admirando las posaderas de una brillante bruja vestida con un traje navideño.
“Malfoy, estoy desnudo, en mi cama, con las piernas estiradas y mi polla a punto de estallar”
Definitivamente tendría que hacer algo con la Blackberry y mis dedos, porque temblaban nerviosamente. ¿Qué se suponía que debía responder? Miré a mi mejor amigo, en busca de ayuda, quizá Blaise supiera de eso.
-¡Chsst! Blaise... hay un tío que me dice que está desnudo en una cama.
-¿Es amigo tuyo? -susurró, y yo le dije que no, pero que habíamos estado conversando de algo normal. Tampoco quería parecer inseguro o desconocer ese tema, así que esperé su respuesta.
-Dile que le vas a tocar los pezones de forma ardiente -el rostro de Blaise parecía serio, salvo por una mueca de lascivia que yo no tomé a broma. Puse todo eso en el chat y la respuesta de Potter saltó como un torrente imprevisible.
“Estoy jadeando, tus manos son tan expertas que saben dónde tocarme. Dame tu lengua”
Tosí para desviar cualquier atención de cualquier persona de la sala en ese instante; como consecuencia, mi amigo me miró.
-Me dice que le dé la lengua.
-Pues hazlo, Draco -susurró él-. Síguele el juego. ¿Acaso tienes algo más interesante que hacer salvo esperar a que tu pluma termine de escribir el bodrio este que nos están soltando? Diviértete, hombre, el cibersexo no le hace daño a nadie.
Bien, creo que esa era toda la información que me iba a dar Blaise, teniendo en cuenta que no deberíamos estar hablando, en primer lugar; después, pasó la página de su revista y siguió contemplando jovencitas. Me armé de valor y escribí una letanía de tocamientos y chupadas poéticas ensalzadas con diversas palabrejas de sucio lenguaje.
“Oh... joder, Malfoy, me la estás poniendo dura”
Al parecer, Potter no tenía ninguna gana de ponerse poético y yo tenía cierta idea de lo que estaba haciendo mientras me escribía. El solo pensamiento de que ambos estuviéramos conectados en ese momento, teniendo esta inaudita conversación... también hizo que mi hombría se rebelara dentro del pantalón.
“Te follaría hasta que me dijeras basta”
“Y yo haría que te corrieras doscientas veces en una noche”
“Me gusta. Llámame y jadearé para ti, Malfoy. Hazlo”
Me levanté tan deprisa que todos los ojos se volvieron hacia mí, pero tuve el temple y el buen actuar de la familia de mi padre para llegar sin contratiempos hasta el baño y encerrarme en un cubículo.
Con dedos temblorosos, marqué la tecla de llamada, cuyo interlocutor pareció contestar a la velocidad de la luz.
-Creí que no lo harías. Te he subestimado.
-Corta el rollo y empieza, que no tengo mucho tiempo.
Al parecer, a Potter no hay que decirle las cosas dos veces, porque el muy enfermo enseguida se puso a jadear como una perra, mientras yo me bajaba los pantalones a toda prisa. Si pensaba que solo él iba a sacar provecho de la situación, se equivocaba.
-Quiero que digas mi nombre cuando te corras -avisó Potter, y dudé de que esa petición fuera a realizarse algún día. Sin embargo, no recuerdo mucho más salvo la acción de meneármela compulsivamente, mientras tenía la espalda apoyada en la pared, dando las gracias de que todo el cubículo estuviera cerrado.
Sin darme cuenta, al parecer, también yo jadeaba, porque Potter comenzó a decir incoherencias como “así, así... dame más... cómo me pones, Malfoy, etc”. Lo grave fue que me estaba gustando; disfrutaba con sus jadeos y más aún, con el hecho de llamarme por mi apellido y que esta vez tuviera otra connotación salvaje que me estaba llevando al placer más increíble. Pansy me dijo una vez que si tuviera que quedarse soltera se pondría como una vaca de tomar tanto chocolate, porque ella dice que es el sustitutivo del sexo. En ese instante no hubiera cambiado ni la última versión de la escoba más potente en el mercado por ese momento con el cararajada. ¿Y qué fue lo peor? Lo peor de todo fue que Potter tuvo su pedido envuelto y todo: grité su nombre, no su apellido, cuando llegué al orgasmo. Y después me sentí bien, como si hubiera aliviado algo que llevara reteniendo dentro de mí. Me dieron ganas de llorar, pero que no se entere nadie, joder, que tengo una reputación.
La verdad es que agradecí el hecho de que Potter colgara el teléfono cuando ambos acabamos (creo que yo fui el segundo, y si no, prefiero pensar que sí, al menos conservaré mi dignidad en este recuerdo), porque hablar después de aquello hubiera sido demasiado perturbador. De hecho, me sentí torturado.
Naturalmente, volví a la reunión, pero ya no recuerdo nada más de ella salvo cuando Blaise y yo recogíamos nuestros pergaminos y carpetas de la sala.
-¿Qué tal ha ido tu sesión cibernética?
-No me ha gustado nada -dije, pero Blaise pilló la mentira.
-Si me dices la verdad a esta pregunta, no preguntaré quién ha sido.
Mi elección fue muy clara, y muy Slytherin. O eso creí.
-He tenido sexo con Harry Potter, ¿puedes imaginarte al peor amante del mundo en la cama? Pues así ha sido mi sesión.
Blaise sonrió y, pasándome de largo, se detuvo un solo instante para mirarme a los ojos:
-Claro, Draco, claro. Theodore me contó su increíble experiencia con él la semana pasada y me parece que por eso grabó el teléfono de Potter en tu Blackberry. Que tengas un buen día.
FIN