Reto #1: “Un dragón no es mascota”.
Título: Lo es.
Personajes: Harry/Draco. Slash.
Raiting: M+.
Resumen: Está prohibido tener un dragón como mascota, pero, de todas maneras, a Harry nunca le han importado mucho las reglas.
Advertencias: PWP.
Draco mira a Harry desde la cama, observa con atención el deslizamiento de la camisa sobre los hombros fornidos y la ligereza con la que ésta aterriza al suelo. Harry ha llegado agotado, el trabajo como Auror jamás le ha sido fácil, ¡son tantas las estupideces que tiene que combatir! No obstante, al ver al rubio desnudo, dispuesto sobre las sábanas de seda roja, recapacita y piensa que, después de todo, no está tan cansado como para no follarlo.
―Veo que no has usado el bóxer que te dejé, ¡eres un travieso, Draco! ―Harry jala con delicadeza la cadena enganchada al collar que rodea el fino cuello de Malfoy.
Draco gime y hace una mueca de disgusto, pero cuando comienza a sentir la lengua de Harry jugueteando con su lóbulo y los hábiles dedos pellizcando sus pezones, sus párpados se entrecierran, su gesto se torna en satisfacción y su miembro comienza a experimentar el conocido cosquilleo del placer.
―No, Harry ―la lengua juguetona del moreno se mueve lentamente sobre el pecho lampiño de Draco. Una mano le empuja sobre el colchón, dejándole completamente a su merced. Pone especial cuidado en el ombligo, muerde con dulzura el borde, lame su interior provocándole al rubio ondas sofocantes de goce las cuales llenan cada célula de su ser.
Una vez que sabe que el rubio está completamente inhabilitado para hacer otra cosa que no sea suplicar por más, desciende hasta su erección la cual acoge en toda su cavidad bucal.
Draco suelta suspiros, Harry sabe que se contiene, sabe que quiere gritar, mas por orgullo no lo hace. Así, chupa toda la longitud del miembro de Draco, a la par juega con sus bolas, jalándolas y masajeándolas; quiere escuchar los ruegos del chico, quiere saber que es deseado por él.
―Pot… ―las palabras se ahogan con el gimoteo. Harry, sin aviso previo, ha metido en el orificio de Draco dos dedos, enderezándose para ver los ojos grisáceos, doloridos ante tan cruel acto.
―Lo siento, Draco. No quise hacerte daño ―dice, inclinándose lo suficiente para besar sus labios―. No me llames por mi apellido, la próxima no me detendré y te castigaré. ¿De acuerdo?
Draco asiente. ¿Qué más puede hacer ante las órdenes de su amo?
―Buen chico ―sonríe Harry, no sólo para tranquilizar al slytherin, también porque una idea perversa a cruzado su mente.
Harry se tumba sobre la cama, baja la cremallera de su pantalón y jala a éste, junto a su ropa interior, hacia abajo, dejando al descubierto su pene. Draco lo ve con apetito, pero también con un poco de miedo, siempre ha creído que es demasiado grande.
―Tengo un regalo para ti, mi dragón. Vamos, ¡empálate! ―sin más órdenes, el rubio se desliza sobre el cuerpo del gryffindor, posa una mano sobre su pecho robusto y la otra rodea con firmeza el miembro del chico, posicionándolo en su entrada. Sus piernas se flexionan más y más, engullendo con avidez el pene de Harry en su ano.
Harry, por su parte, sonríe con satisfacción al ver el rostro sudoroso y enrojecido del menor de los Malfoy. Se ve tan vulnerable, lo excita tanto. Aún recuerda cuando lo compró, cuando lo folló por primera vez. Lo anhelaba tanto. Aún hoy aquella magia no ha desaparecido, no hay día que no necesite de él.
Toma a Draco por la cadera y lo empuja más sobre él, sentándolo completamente. El recibimiento, el calor, la humedad… Jadea.
―Muévete ―Draco comienza a subir y a bajar sobre el mismo punto, primero lentamente y después, marcando un ritmo más acelerado. Harry se agarra de su cintura, lo fuerza a que vaya más y más rápido, la carne rodeándolo le enloquece, le lleva al más maravilloso éxtasis. Él mismo se enarca para ser recibido en el más dulce suplicio de aquella entrada, usada tantas veces por él.
Además, el golpeteo del metal de la cadena lo estimula aún más.
―Draco, Draco ―grita y finalmente se corre dentro del rubio, provocándole, enseguida, el orgasmo a éste último, quien cae rendido sobre el cuerpo de Harry―. Dragón, me has hecho venirme demasiado pronto― declara casi sin respiración―. Sé que no es bueno tener a un dragón en cautiverio, pero jamás te dejaré ir. Eres mío, mío y de nadie más.
Perdón por la brusquedad del final, pero ya tengo sueño.¡Draco, te amo y todo lo doy por ti! :D