(no subject)
Autor:
lilith_t (dead Lady*)
Género: Angst/Drama, creo...
Advertencias: Ninguna.
Comentario: No sabía cómo subirlo, disculpen la tardanza T_T
Título:
Muchas veces la miró andar con pasos cortos y tímidos por los corredores de Hogwarts, presagiando el fantasma gris y olvidado que algún día sería. Siempre con la cabeza inclinada, mirando el piso, procurando no ser pisada. Alta, tal vez demasiado alta, y delgada, ciertamente demasiado delgada.
Una mujer insignificante.
Luego supo de su muerte. La noticia fue una sorpresa matutina, acompañada de café, pero no le afectó en lo más mínimo. Porque, ciertamente, no le importaba.
Él nunca supo que ella lo admiró en secreto, detrás de sus feas gafas, dentro de su corazón marchito. Él nunca supo que su nombre quedó garabateado para toda la eternidad en un diario ensangrentado. No. Nunca lo supo, ni lo sabría.
Muchas veces ella tembló al pasar a su lado, él apenas notó su presencia.
Tampoco sabría la causa del deceso. Porque las jóvenes no se desangran sin más; ella, como muchas otras sombras oscuras, se quitó la vida. Nunca se supo porqué, ya que la dama no hablaba con nadie, pero se intuyeron los motivos: fría y dura soledad.
Así vino al mundo y así se fue de él: en soledad.
Una tragedia, pensó él muchos milenios después. Y sonrió.
El castillo de Hogwarts cayó, igual los recuerdos. Caos, muerte, ataque a mansalva, destrucción. Pero el que alguna vez fuese sólo un estudiante llamado Tom Ryddle permaneció impasible en medio de las ruinas, sosteniendo la triste mirada de la única mujer que lo amó.
La dama de gris, fantasma de Ravenclaw. Y aquel fue su último adiós.
lilith_t (dead Lady*)
Género: Angst/Drama, creo...
Advertencias: Ninguna.
Comentario: No sabía cómo subirlo, disculpen la tardanza T_T
Título:
Muchas veces la miró andar con pasos cortos y tímidos por los corredores de Hogwarts, presagiando el fantasma gris y olvidado que algún día sería. Siempre con la cabeza inclinada, mirando el piso, procurando no ser pisada. Alta, tal vez demasiado alta, y delgada, ciertamente demasiado delgada.
Una mujer insignificante.
Luego supo de su muerte. La noticia fue una sorpresa matutina, acompañada de café, pero no le afectó en lo más mínimo. Porque, ciertamente, no le importaba.
Él nunca supo que ella lo admiró en secreto, detrás de sus feas gafas, dentro de su corazón marchito. Él nunca supo que su nombre quedó garabateado para toda la eternidad en un diario ensangrentado. No. Nunca lo supo, ni lo sabría.
Muchas veces ella tembló al pasar a su lado, él apenas notó su presencia.
Tampoco sabría la causa del deceso. Porque las jóvenes no se desangran sin más; ella, como muchas otras sombras oscuras, se quitó la vida. Nunca se supo porqué, ya que la dama no hablaba con nadie, pero se intuyeron los motivos: fría y dura soledad.
Así vino al mundo y así se fue de él: en soledad.
Una tragedia, pensó él muchos milenios después. Y sonrió.
El castillo de Hogwarts cayó, igual los recuerdos. Caos, muerte, ataque a mansalva, destrucción. Pero el que alguna vez fuese sólo un estudiante llamado Tom Ryddle permaneció impasible en medio de las ruinas, sosteniendo la triste mirada de la única mujer que lo amó.
La dama de gris, fantasma de Ravenclaw. Y aquel fue su último adiós.