Para vos*

Sep 25, 2010 22:39


NO TE LO ESPERABAS
No te esperabas tener a Johnny Sloan de nuevo en tu casa. No era la primera vez, ni la segunda; de hecho, ya habías perdido la cuenta de las veces que habías dormido abrazada al hueco que aquel niño grande dejaba siempre en tu cama tras darte el último beso. ¿Algún día se quedará? Es con lo que sueñas, pero lo ves complicado, él no es de esos. Cierras la puerta y pasas el pestillo, como si eso fuera a evitar que él huya dentro de unas horas.
Se acerca a ti y te das la vuelta para quedar cara a cara. Tus manos, como siempre, van a su cinturón pero esta vez no llegan porque él las para al cogerlas. Notas su beso en la izquierda, después en la derecha, la tercera parada es en tus labios. Ya está, lo ha vuelto a conseguir; sientes tus piernas flojas como si ese beso te hiciera derretirte. Él lo sabe y te lleva en brazos a la habitación.
No eres consciente de cómo ha pasado pero ya estáis desnudos y tumbados en la cama; tú bocabajo, disfrutando de unos besos que se pasean con cuidado, bajando por tu columna vertebral. Con cuidado te da la vuelta y hace el recorrido a la inversa; cuando su boca llega a tu pecho notas su mano acariciando más abajo de tu vientre, cuando sus labios encuentran tu cuello él ya está dentro de ti. Excitada, recorres su espalda con tus manos, casi quemándote por el calor que desprende; la chispa salta cuando él te muerde y como respuesta clavas tus uñas en sus hombros. Percibes en su gemido algo de dolor escondido en el placer. Lo siento, susurras. No importa, responde, me gusta. Aunque sonríe pícaro no puedes evitar acariciarle la zona dañada y seguido, inconscientemente, le abrazas, como si quisieras consolarle. Entonces él hunde su cabeza en tu pelo y aspira tu olor como si fuese lo último que fuera a hacer en esta vida, como si supiera que a ambos os ha llegado la hora. En segundos llega el orgasmo, y en ese momento ambos morís.

Todavía estáis abrazados minutos después de revivir; sabes por qué no quieres soltarle pero no entiendes por qué no te suelta él. Apoyas tu cabeza en su pecho, sus brazos te rodean sin avisar, casi te asusta la situación. No, no la situación, te da miedo lo que vendrá después; el volver a encontrarte sola, porque, obvio, no esperas que se quede mucho más tiempo a tu lado. Ve que cierras los ojos y te besa el pelo.

- ¿Quieres dormirte ya?
- Antes de que te vayas…
- Tranquila - vuelve a besarte -, buenas noches, Annie.
- Buenas noches, Johnny.

No esperabas el abrazo, no esperabas las buenas noches; no esperabas quedarte dormida sintiendo su respiración. Pero lo que menos esperabas era despertarte a la mañana siguiente y verle a tu lado; y lo que por supuesto no esperabas era escucharle decir con una sonrisa:

- Buenos días, Princesa.

FIN

Btw, querida Sista, queda constancia de que a 25 de septiembre tienes tu fic. Espero el mío antes del 25 de octubre ^.^ 

escritos propios

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