Maratón Digimon Adventure 02, parte 3

Apr 26, 2015 23:30

Para variar, las reseñas de las últimas partes de los maratones se me siguen atragantando. Hace como un mes que terminé de ver 02 y ahí lo he tenido, criando malvas...

Pero bueno, ya estoy aquí con la última reseña y a punto de cerrar la fase, antes de que empiece a llegar información más consistente de Digimon Tri.

¡Al ajo!



(¿Soy la única que cree que Oikawa se parece horrores a Severus Snape?)

Reconozco que, si he tardado tantísimo en sentarme a escribir esta última reseña, no ha sido sólo por haber tenido unas semanas infernales. Es que de verdad no sé muy bien qué decir.

El último arco de 02, por desgracia, es de vergüenza ajena. Un auténtico desastre, tanto a nivel argumental como a nivel de desarrollo de personajes. La trama entra en un bucle raro en el que todo se va sucediendo sin orden ni concierto, pasan cosas que no sabes de dónde salen, se resuelven asuntos de formas absurdas, no te llegas a enterar de por qué ocurre casi nada de lo que está ocurriendo y, en definitiva, amarga por completo la recta final de una serie que, hasta entonces, había estado muy bien.

Tras el capítulo inicial de la fiesta de Navidad (uno de los pocos que de verdad vale la pena de este arco), se diferencian dos partes: el tour de los niños por el mundo destruyendo torres oscuras con la ayuda de otros niños elegidos y el enfrentamiento definitivo en Tokio con las semillas de oscuridad. A ese capítulo de Navidad le tengo especial cariño, por lo entrañable que es, porque el grupo entero vuelve a estar unido (todos los veteranos en el concierto de Matt, ¡buenísimo!) y por la fiesta en casa de Ken, que es lo más mono que existe. Ahí está la culminación definitiva de su integración en el grupo y del establecimiento de los lazos de amistad; sin contar que la emoción de la madre de Ken por sus avances siempre me conmueve profundamente. Ver a los 12 niños luchando codo con codo me gusta un montón y, aunque es bastante complejo manejar en condiciones un grupo tan amplio de personajes (son 24 en total si contamos a los digimons), los veteranos y los novatos comparten una buena dinámica. A parte, creo que Oikawa tiene una presentación fantástica, abordando a Natsuko de repente en plena calle de esa forma tan creepy.

Sin embargo, después de eso, los capítulos del tour mundial se me hicieron una pesadilla. Eran puros fillers para rellenar espacio y alargar la serie idiotamente, y nadie podrá convencerme de lo contrario. La mayoría incluso rayaban en una estupidez difícilmente soportable, como el penoso viaje de Iori y Jou a Australia. Lo único que me gustó de todos esos capítulos fueron las parejas de niños que eligieron para los viajes y el poder ver a Ken hablando español en México, que fue un EPIC WIN como una casa (de ese capítulo también me hizo gracia que la otra pareja fueran Miyako y Sora, lo sentí como una indirecta, LOL). Ah, y las pequeñas escenas finales de los tejemanejes de Arukenimon y Mummymon; ésas fueron geniales. Por lo demás… lo siento en el alma, pero eso de los niños elegidos mundiales también es un concepto que me cansa bastante. No me parece mal que haya más niños, pero, cuando se los introduce en la serie, todo empieza a dispersarse demasiado y a salirse de control. Es la misma razón por la que no me gusta el final de 02, con todo el mundo consiguiendo un digivice y un digimon.



("Los australianos no saben que la Tierra está en peligro" y demás lindezas del capítulo 41... En serio, si yo fuera australiana, me sentiría bastante ofendida)
Pero no nos olvidemos de la estrambótica reaparición del Gennai joven a lo Obi-Wan (holaquetal, ¿dónde estuviste durante los otros 40 capítulos?) y la tontada de las esferas de poder de Qinglongmon, con la consiguiente ultraevolución de Paildramon y etc, etc. Por algún motivo, estas últimas evoluciones se me hicieron pesadísimas, y ya ni hablar del fighting mode de Imperialdramon, que era como… basta, por Dios. Un concepto que sí me gustó mucho fue que Gennai y sus compañeros hubiesen estado hackeando las redes de todo el mundo para borrar los archivos de la existencia de los digimons… aunque de poco les sirvió, visto lo visto. Pero lo de las "copias" de Gennai me hartó lo indecible, por la simple razón de que nunca explican de dónde han salido o qué demonios son. ¡Qué alguien me diga quién rayos es esa gente, por favor! Que me pongan un ejemplo informático, Dios santo, echo tanto de menos las referencias informáticas de Adventure… En 02 se pierde ese carácter lógico y racional del Mundo Digimon y todo parece haber evolucionado al grado de fumada mental.

De vuelta en Tokio, nos metemos de lleno en el segundo WTF de este arco, que es todo lo de Demon. El capítulo 43 tiene un tono mucho más serio que los anteriores, con escenas como la de Natsuko con Tk o Tai presionando a Kari sobre la incapacidad de los nuevos para matar digimons. En ese aspecto, la cosa no pintaba mal y casi parecía que iba a remontar. Pero entonces entra en escena lo de las semillas de oscuridad, con unos recuerdos de Ken que contradicen el canon de los otros dos arcos y que están totalmente sacados de ninguna parte. Porque, hasta donde yo entendí, Ken sólo viajó una vez al Mundo Digital, mientras aún vivía Osamu, porque después éste le quitó el dispositivo; y la siguiente vez que fue, ya tras su muerte y tras el email de Oikawa, fue a parar al Mar Oscuro, donde transformó el digivice y se volvió malo. ¿Dónde leches meten entonces las semillas? Según sus recuerdos, recibió una siendo ya mayorcito, pero Oikawa dice que ya la percibió dentro de él durante el funeral de Osamu, siendo pequeño. Vamos, todo muy lógico y coherente.

El asunto de las semillas en sí mismo no era una mala idea, pero tiene una integración nula con el resto de la serie. Todo este arco final está lleno de cosas que parecían improvisadas sobre la marcha (y que posiblemente lo fueron), metidas con calzador, sin preocuparse demasiado por si cuadraban o no. El resultado es una constante sensación de what's going on muy desesperante, que se agrava aún más por el cameo relámpago de Demon sin venir a cuento. Como si no hubiese bastante con Oikawa y sus planes siniestros, de repente nos aparece este tío, que al parecer no ha encontrado mejor momento para venir a acosar a Ken. De dónde sale, qué pinta, qué coño quiere de las semillas o cualquier otro tipo de pregunta básica sobre el personaje en cuestión queda por completo en el aire, porque no se explica nada. Nada de nada.

Tenemos ahí en medio tres capítulos totalmente prescindibles, que sólo pretendieron servir de base para que Miyako y Iori superaran sus recelos a matar digimons. En serio, ésa debió ser la única razón de que lo hicieran, porque no tenían más malos que utilizar, así que ¡vamos a inventarnos una facción nueva que se pueda aniquilar, ahora mismo, mientras nos tomamos un café! *rolleyes* Es una gran lástima, porque eso de dos grupos de malos enfrentándose, con los niños en mitad del fuego cruzado, es algo muy interesante y que espero que aprovechen en Tri, por cierto. Pero en 02 quedó de pena. No prepararon bien el terreno, no lo supieron integrar. Fue demasiado forzado y ni siquiera sé si merecía la pena hacer pasar a los nuevos niños por ese proceso a esas alturas, con la batalla final a la vuelta de la esquina. Para empezar, no sé para qué se metieron en el embolao de traumatizar a los niños con la idea de matar digimons, cuando en Adventure ni parpadeaban; ¿es que querían que su pureza destacara aún más contra la perversidad del Kaiser, o algo así? Al final se les fue un poco de las manos.

Sea como sea, lo de Demon fue un completo despropósito. Como bien suele decir maralex_89, ése debió ser el malo final de 02, y todo este arco podría haber sido mucho más interesante y coherente. No obstante, dejando de lado todas las incongruencias, admito que la escena del capítulo 45 en la que todos juntos consiguen expulsar a Demon hacia el Mar Oscuro es muy conmovedora. Me gustó mucho cómo Ken lo intenta manejar solo y enseguida se le unen Kari y Tk, como luz y esperanza, que son los que se supone que mantienen a raya a la oscuridad. Luego llegan también Miyako y Iori para apoyarlo. Pero es la intervención de Daisuke la que consigue liberar a Ken del miedo y del sufrimiento, dando en el clavo con su discurso. Es muy bonita esa "lucha conjunta" con Ken como centro, porque finalmente tiene a sus amigos arropándolo con auténtico cariño para vencer sus traumas. Simbólicamente, me emocionó (como también me gusta el simbolismo de las semillas de oscuridad y los niños inadaptados, a pesar de todo).



Con Demon fuera de escena, entramos ya sí en la recta final, que tiene algunos momentos de brillantez y muchísimos más de puro wtfness. Uno de los aspectos que más he valorado en este punto es la implicación de los padres de los niños; me gusta muchísimo que tengan papeles activos, ayudándolos a conseguir información y ese tipo de cosas. El abuelo de Iori también tuvo un rol especial que me gustó mucho. Y sobra decir que Oikawa es un villano formidable, por la grandísima profundidad que tiene. Toda la secuencia del capítulo 47 en la que recuerda su infancia con Hiroki es una maravilla visual: vida en blanco y negro cuando estaba solo, llena de luz y color cuando estaba con Hiroki y de nuevo en blanco y negro cuando él murió. Su gran amistad y la profunda depresión que le creó su muerte ponen los pelos de punta y siempre me llenan los ojos de lágrimas. Es tremendo cómo convirtió ese sueño conjunto de visitar el Mundo Digital en una obsesión absoluta cuando perdió a su mejor amigo, como si sólo pudiera agarrarse a eso para sentirlo aún cerca. El trabajo que hicieron con él fue fantástico.

Pero, por otro lado, tenemos los absurdos cameos de BlackWarGreymon, que llega al mundo real en meteorito, al más puro estilo de MetalEtemon. Por si eso no bastara, de repente Agumon puede evolucionar en WarGreymon para hacerle frente, y entramos en un bucle en el que de repente luchan, de repente se va, de repente está en el Mundo Digital, de repente está en el real, de repente desaparece, de repente viene, siempre apareciendo en el momento más oportuno y de la forma más idiota. Vamos, parece que le tengo manía al pobre BlackWarGreymon, pero es que se me hizo cansino no, lo siguiente. Todo para terminar en una muerte épica que, al capítulo siguiente, descubrimos que no sirvió para nada. Marearon tanto la perdiz con este tema que me tenían facepalmeándome todo el tiempo, casi todo lo que ocurre en los capítulos 46 y 47 es una absurdez mayúscula.

Pero entonces llega el apoteósico desenlace, con la batalla final contra *CHANCHANCHAAAN* ¡MaloMyotismon! Y entonces es cuando te cortas las venas, porque no podían haber traído del mundo de los muertos a otro, no, tenía que ser Myotismon. Otra vez. El cansino histórico.

No obstante, hay cosas de ese enfrentamiento que me gustan. Me gusta muchísimo esa especie de histérica felicidad que le da a Oikawa cuando está a punto de abrir la puerta. Y que manejara la piedra y las cartas de Myotismon (que, por cierto, la última carta que coloca es la de Agumon, no la de Gomamon… para los que se acuerden de Adventure, eso ya es una pista de que la puerta no se está abriendo al Mundo Digital). Es terrible la escena en la que MaloMyotismon adquiere forma por fin, dejando a Oikawa medio muerto, y la tortura y asesinato de Arukenimon y Mummymon me han vuelto a traumatizar (en serio, ¿desecharon la línea argumental del Mar Oscuro porque era demasiado fuerte y luego nos endosan ESO? En ese staff había alguien con problemas…). Las alucinaciones de los niños y la forma en la que son rescatados por sus digimons también me encantó; especial mención a la fantasía de Iori, que pasea por ahí con un padre absolutamente hierático, idéntico al de la foto del altar de su casa, porque lo único que ha conocido de su padre es esa foto. Me pareció un detalle conmovedor. Y la alucinación de Ken también es preciosa, con la destrucción del Kaiser y las palabras de Osamu.

Pero MaloMyotismon es un pesado de proporciones épicas que se hace cargante hasta decir basta, y me tuvo resoplando todo el rato cuando la cosa se empezó a alargar. Hasta que me clavaron Bokura no Digital World. Fue oír las primeras notas, con todos los niños alzando los dispositivos, y largarme a llorar como una imbécil por la avalancha de feelings. Me pilló desprevenida, porque no recordaba que metían esa canción ahí, pero éste es el ejemplo más llamativo de lo que puede conseguir una escena con una buena banda sonora. A partir de entonces, ya fue un no parar hasta que terminó el capítulo. Ese momento, junto con el de los niños de la semilla superando su pesimismo y compartiendo sus sueños, y la muerte de Oikawa, supusieron una auténtica bomba de sentimientos. La lucha por no dejarse dominar por los sentimientos oscuros, el no perder nunca de vista nuestras esperanzas, la reflexión que hace Oikawa sobre lo diferente que podría haber sido su vida si no se hubiese rendido a la depresión… Como ya pasó en Adventure, los mensajes finales de 02 son maravillosos, y llega un punto en el que no importa tanto que el marco no sea el ideal, porque llegan al corazón a pesar de todo.



(T_T)
Pena que inmediatamente después del emotivo sacrificio llegue el epílogo infame, LOL.

De todas formas, voy a confesar que el epílogo no me parece mal y que de verdad no entiendo por qué sufre tantísimo bashing dentro del fandom. A mí me ha gustado especialmente descubrir que el narrador que ha estado con nosotros a lo largo de toda la serie (y creo que también en Adventure) era la voz en off del Tk adulto. Ese efecto se perdió por completo en la versión española, porque hicieron una cosa muy rara con el doblaje del epílogo, pero me ha emocionado verlo en la versión original. Tiene gracia, porque ya he dicho muchas veces que Takeru siempre parecía un simple espectador a lo largo de 02, y resulta que era él realmente quién contaba la historia desde esa perspectiva. Tal vez por eso no tenga más protagonismo en la serie, él se limitaba a registrar lo que hacían los demás sin centrarse en sí mismo… (mentira, no tiene protagonismo porque los guionistas lo ningunearon, pero por buscar explicaciones que no quede).

No suelo fijarme mucho en estas cosas, pero viendo el epílogo ahora, siendo ya adulta, me he dado cuenta de algo que siempre me pasó desapercibido. Y es que hay un desnivel bastante llamativo entre las profesiones de los chicos y las chicas. De las cuatro chicas del grupo, una es diseñadora de moda, otra cocinera, otra profesora y otra ama de casa. No tengo nada en contra de ninguna de esas profesiones, pero no me negaréis que son ámbitos tradicionalmente femeninos. Mientras que los chicos… embajador, médico, abogado, detective, científico/investigador, escritor, ASTRONAUTA… Incluso Daisuke, que tiene un puñetero carrito de ramen, se ha convertido en un súper empresario de tomo y lomo que incluso salió en la portada de People (ok, no es la revista People, pero seguro que es su marca blanca). Así que no he podido evitar sentirme un poco… meh con respecto a eso. De hecho, me ha chafado mucho más que el tema de las ships, que a estas alturas de mi vida me importa un pito (principalmente porque la única OTP que conservo es el Kenyako, que sí se hizo oficial… o quizá la conserve precisamente porque sé que es la única que llegó a canon, el orden de los factores no altera el producto).

Por cierto, supongo que alguien se habrá fijado ya en el tema, pero me ha llamado la atención que, del grupo de hijos de los elegidos, los mayores sean precisamente los hijos de los chicos de 02. Parece que los senpais tardaron bastante más en arreglar sus vidas; me ha parecido un dato curioso. Ah, ¿y dónde están sus esposas y esposos? ¿Es que después de años y años de casados, de tener hijos que también tienen digimons y seguramente teniendo digimons ellos/as mismos/as, siguen estando excluidos de esa reunión de amigotes a la que van todos los años sus maridos/mujeres? ¿Tan elitistas son los niños elegidos? ¡Qué vergüenza! (esto es coña, obviamente, era absurdo inventarse otros 8 personajes para dos minutos… pero la verdad es que me da pena pensar que las parejas no estén integradas en el Odaiba Memorial, me gusta imaginarlos como 10 matrimonios de colegas con muy buen rollo entre ellos, como una gran familia).

Bien, hasta ahí el periplo argumental de este arco caótico… pero es que no hay mucho más que contar, porque el desarrollo de los personajes brilla por su ausencia. Ken tuvo su momento especial al mandar a Demon al Mar Oscuro con la ayuda de todos, como comenté antes, y también con la alucinación que le provoca MaloMyotismon; pero, por otro lado, también se repitió más que el chorizo con el "¿por qué me elegisteis a mí?". Miyako y Iori pasan por su particular proceso de crecimiento, si se le puede llamar así, con lo de luchar a muerte contra un digimon, pero ya digo que es algo medio innecesario y que quedó bastante forzadito. Más allá de eso, Daisuke, Hikari y Takeru permanecen igual.

Sí hay detalles que me gustan, como por ejemplo que en este arco se termina de asentar la relación BFF de Daisuke y Ken, que me gusta un montón. El vínculo de esos dos es fantástico (y no deja de llamarme la atención que Daisuke sea el único al que Ken sigue llamando por el apellido, cuando con todos los demás usa el nombre de pila). He disfrutado también mucho los montones de momentos de complicidad entre Kari y Tk, que, como siempre, son un punto y aparte. Me ha encantado ver a Miyako más estable y centrada, porque su energía se reconduce hacia cosas productivas y ha demostrado en un par de ocasiones unas dotes de liderazgo nada desdeñables. Es una chica fuerte e inteligente, y para mí es una gozada verla destacar, se ha convertido en mi chica favorita de Digimon con diferencia. Además, he captado algún que otro momento de complicidad con Ken que me ha permitido fangirlear un poco a la vieja usanza (y, como son la única OTP que conservo, no tengo ningún remordimiento por emocionarme cuando él la llama "Miyako-san" y ella a él "Ken-kun"… que, por cierto, es la única del grupo que llama a Ken por su nombre, todos los demás tiran del apellido). Por último, Iori también demostró la culminación de todo su crecimiento en esa maravillosa escena del último capítulo en la que ayuda a Oikawa a intentar llegar al Mundo Digimon. Con lo cuadriculado e intransigente que ha sido siempre, ese arrebato de empatía y compasión fue toda una revelación de lo mucho que ha cambiado.

Pero… no sé qué más decir. Me siento como si esta reseña fuera súper descafeinada, teniendo en cuenta la densidad de las anteriores, pero es que el arco no da más de sí, por desgracia. Creo que todo lo que había que decir, ya está dicho. Ojalá hubiesen desarrollado las cosas de otra forma, para que dejara un mejor sabor de boca. Sinceramente, no me extraña que haya tanta gente que critique 02, porque, aunque es una serie con grandes virtudes, el fiasco de este último arco puede empañar mucho los logros previos.

Aun así, espero de corazón que recuperen a Daisuke, Miyako, Iori y Ken para Tri. No me importa que sólo hagan cameos esporádicos, pero, por favor, que no los hagan desaparecer del mapa, porque son chavales fantásticos a los que he cogido muchísimo cariño.

Ahora me toca ver las dos películas, The Golden Digimentals y Diaboromon Strikes Back, y escuchar el resto de CD-Dramas, que al parecer son la caña. Tengo muchas ganas y será una buena forma de terminar de abrir boca hasta el tráiler de Tri y el anuncio definitivo de la fecha de estreno. ¡Qué nervios! Una semanita más, señoras y señores.

Cierro el post con Bokura no Digital World, como no podía ser de otra manera. El día que terminé 02, todavía llorosa por el último capítulo, me puse a ver vídeos con esta canción y me terminé acostando de madrugada, con todo a flor de piel. Y es que no importa las veces que la escuche, siempre me pone los pelos como escarpias. Creo que a ningún fan de Digimon puede dejar indiferente.

De todos los que vi, éste es el que más me gustó. Aunque este otro tampoco está mal.

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3. manganime general, 3.4. digimon: 15º aniversario

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