La Familia: El Vals del Vampiro
Título: La Familia: El Vals del Vampiro
Autor: lady_adama
Beta: yokana_yanovick
Pairing: adama/roslin
Spoilers: Zero-por ahora
Categoria: Drama, Romance, Humor
Genero: Acción/aventura, Universo Alternativo, Drama, Humor,Misterio/Ansiedad, Romance
Contenidos: El abuso, Uso Extenso de lo profano, Sexo Gráfico, Violencia Gráfica, Sexo No-Consensuado
Palabras:822
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Capitulo Dos: El Pacto Parte Una de Tres
La limusina negra se detuvo delante de un edificio muy prestigioso dada su ubicación. Los apartamentos estaban en lo alto de una colina donde la vista de la ciudad era impresionante. El conductor rodeó el vehículo y abrió la puerta del pasajero. Saul salió del coche, se colocó el traje y respirando hondo se giró para ofrecer su mano a la mujer que salía tras él seguida de su padre.
-Bien, regresaré en unos minutos, crucen los dedos para que regrese con la pequeña maestra. -Sin decir más Saul dio media vuelta y se dirigió a la entrada principal.
La mujer miró a su padre. Llevaba una camiseta negra larga, con pantalones azules de campana, y sandalias negras. Bill se había divertido al ver a qué velocidad había desechado todos los vestidos que había adorado en su momento por una ropa más cómoda. Había estado dormida durante tres siglos. La moda había cambiado, y a pesar de que ella jurara lo contrario, siempre había odiado los vestidos.
-¿Qué ocurre? -le preguntó. -¿Deseas beber? -echó una vistazo alrededor buscando algo de “alimento”.
La mujer negó con la cabeza.
-Necesitas comer; no te has alimentado desde que despertaste. ¿Por qué?
Ella le habló en lenguaje antiguo.
-Por favor, no quiero alimentarme. No deseo beber más sangre inocente -sus ojos se llenaron de una tristeza que él conocía demasiado bien. -Yo se que Lee y tú os preocupáis, pero desde que la muerte de Zak yo… no puedo.
-Y tú sabes de sobra que Lee y yo no te culpamos de su muerte -respondió Bill acariciando cariñosamente su cara. -Fue un accidente.
La mujer inclinó la cabeza, -no lo creo…, sé lo que dice la Familia. Sé que ellos me acusan de su muerte -dijo con tristeza.
-¡Ignórales a todos! -contestó su padre enérgicamente.
Su conversación se detuvo cuando los pasos y las maldiciones de Saul llegaron hasta ellos. Su cara estaba roja de pura ira y los nudillos de sus puños eran totalmente blancos de la fuerza con la que los apretaba. - ¡Maldita mujer!
Adama rió entre dientes.
-Tomare eso como que ella se negó.
-¡Más que eso! - exclamó su amigo. -Hembra humana estúpida, ¡me cerró la puerta en las narices el momento que pronuncié tu nombre!
La mujer joven se rió tontamente.
-Sí, ríete. Juro que si no supiera cuánto las necesitas, Bill, la mataría.
Bill dejó escapar un suspiro.
-Parece que si deseo hacer algo, es mejor que lo hago yo mismo.
-No es mi culpa -se defendió Saul-. No es mi problema que tengas una mala reputación con las mujeres.
Aquello le costo una mirara fulminante, - si fuese tú me callaría.- Se volvió hacía su hija de nuevo y sonrió. -Dijiste que querías conocerla.
La muchacha asintió.
Bill pasó el brazo alrededor de la cintura de su hija para ayudarla.
-Saul quédate aquí e informa al personal que estamos a punto de tener un huésped permanente -dijo mientras se aseguraba de no ser observado.
Y mientras él y la joven desaparecieron en una densa niebla que avanzó lentamente hacia el edificio, una mujer se movía inquieta tras la ventana de uno de los apartamentos.
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Laura Roslin caminaba nerviosamente por su sala. Su madre le había advertido millones de veces. Le dijeron que debía estar lista para cuando él la llamara, pero desde pequeña siempre había creído que su progenitora sólo había estado jugando con ella.
-Mamá, ¡los vampiros no existen!- dijo un Laura de doce años.
-¡Existen! Y nuestra familia cometió un error hace mucho tiempo; uno que termina contigo.
Laura la miró fijamente, -¿Conmigo? ¿Por qué conmigo?
Su madre apartó la mirada, -Eres la última hembra en la línea de los Roslin. La decimotercera hembra y la última en llevar la marca…
Laura mira la pequeña mancha con forma de loto sobre su pecho.
-Prepárate Laura, por que si piensas que tu vida es libre…, te equivocas. Cada movimiento que haces es observado. -
El frío repentino de una brisa fresca proveniente de su balcón la hizo detenerse. Respiró hondo y giró su cuerpo lentamente en aquella dirección. Ya había sentido eso antes. Ya había sentido su toque sobre la piel mientras dormía, arrastrando consigo la sensación sensual de un amante. Entonces debía haberlo sabido.
-Vampiros- susurró al tiempo que encaraba al hombre y a la joven que habían aparecido en su sala.
Los ojos azules profundos de Bill se iluminaron cuando pudo ver su cara.
-Por fin conseguimos encontrarnos cara a cara, Laura. Soy lo que crees…, y he venido a reclamar lo que es mío.
Laura se quedó paralizada, sus ojos verdes le observan con temor y curiosidad al mismo tiempo. Durante años ella se había oído hablar de William "Husker" Adama, Príncipe Vampiro de la ciudad de Cáprica. Su visitante nocturno. Y ahora ella estaba cara a cara con la única persona que tenía poder sobre ella.