Después de la tormenta siempre llega la calma, esto viene a cuento por la desesperación de las personas ante un problema.
Cuando tenemos un problema, todo nuestro mundo se nos hace chico, nos vemos envueltos en una angustia difícil de llevar y, no nos deja ver mas allá de nuestras narices; una vez pasada la tormenta es cuando llega la calma, y entonces nos preguntamos ¿ porqué no veía yo antes esta solución? pues por la sencilla razón de que las personas nos obcecamos en nuestro yo, y no dejamos que el mundo nos dé su opinión.
Muchas veces es bueno sentarse a pensar, a meditar, a analizar nuestra existencia, a saber discernir una cosa de otra; en el mundo estamos de paso, y por ello tenemos la necesidad de adaptarnos a todas las consecuencia de la vida, aunque ello suponga un esfuerzo por nuestra parte.
Vivir no es fácil, pero puede ser divertido y bonito, si sabemos llevar la vida con filosofía.