[FanFic] La Verdad Tras Mis Acciones Parte III

Jun 18, 2012 22:41



LA VERDAD TRAS MIS ACCIONES

PARTE III



Una llamada lo saco de la risa que le atacaba por la anécdota de juventud de Steve y sus compañeros rasos, era de no creerse las escapadas lejos del coronel en los días libres que solían tener; tomo el celular limpiándose las lagrimas que se le saltaron de tanto reír y contesto el teléfono.

- ¿Williams?- de pronto Daniel se levanto del sillón junto al Seal, llevándose las manos a la cabeza, Steve se puso serio, pensó que algo le había pasado a Gracie y lo siguió por el cuarto mientras Danno caminaba en círculos, solo escuchando.

- ¿Oye tranquila okey? fue solo... tuve mucho trabajo - la tensión de repente se palpaba en el ambiente y Steve dejo de seguir al detective sabiendo quien estaba del otro lado.

- Si pero... espera un segundo fue solo esta vez. - los reproches del otro lado se escuchaban en la oficina cada vez más fuerte. - Ok iré ahora mismo, si ya estoy saliendo de la comisaria. ¡Si, Gaby, estaré en media hora es que estoy algo lejos del Luhaú!- y le cortó, Danny miro su celular y al Seal.

Pero lo que vio en el rostro del SEAL no le gusto en lo absoluto, era la misma expresión de esa mañana, la misma con la que le había dado cuando se marcho de la oficina y la misma que le costó un mundo que Steve dejara de poner.

- Terminare esto, no la hagas esperar. - dijo Steve, rompiendo con el silencio que se había instalado después de que Danny terminara la llamada, apartando sus ojos de los del detective, dirigiéndose nuevamente a su escritorio.

- Me gustaría no ir, cada vez se pone más rara, ni siquiera es dulce, ¿Sabes? me esfuerzo porque sonría y se relaje pero solo pone cara de perro... lo siento.- se giro a verlo con la mirada apenada y sin ganas.

- No importa, solo... ya vete Danny. - y el tono apagado no paso desapercibido para el detective, mucho menos la forma en la que Steven evitaba mirarle, justo como esa maldita mañana, y la sensación de que todo ese asunto que estaba molestando a su amigo fuera enteramente su culpa le provoco un dolor bastante agudo en el pecho.

- Pero... íbamos a cenar juntos y yo realmente me olvide de Gaby por completo con todo esto de que me dejaste en la casa, que te me escapaste, el papeleo y tus cuentos de cuando eras más joven... perdona.- dice antes de salir bajito, y con los pies pesándole como el plomo camina fuera de las oficinas del Five-O solo para que una mujer menuda le grite que llega tarde.

*****

El sonido de la puerta de cristal al cerrarse es lo último que Steve escucha antes de tomar sus cosas y salir de la oficina, dejando que, de un momento a otro, una ira incomprensible e irracional se instale en su cuerpo. El SEAL abandona el cuartel del 5-0 sin importarle que Danny se haya llevado el Camaro y el tenga que irse caminando, realmente no le importa, lo que realmente le interesa en esos momentos es averiguar quién demonios se cree esa mujer para gritarle a Danny, SU Danny, y si por un momento la idea de perder a su amigo ante esa mujer le hizo sentirse inseguro, en esos momentos lo único que sentía era un odio profundo hacia ella. Ya se encargaría el de darle un escarmiento.

*****

Fue llegar al Luhaú y ver a Gaby entre toda la gente por la manera en que destacaba con ese vestido amarillo, estaba hermosa de espaldas a la puerta, Danny sonrió, siempre era agradable verla tan arreglada solo para salir con él, pero al llegar a la mesa la sonrisa se le fue, la mujer ni siquiera lo miro o lo saludo, solo estaba cruzada de brazos con cara de pocos amigos.

- Hola, estas muy hermosa, Gaby.- acoro intentando sonreír.

- Y tú llegas tarde. - fue la cortante respuesta, reclamo, que recibió a cambio. - Danny, planeamos esto por semanas, ¿Cómo pudiste olvidarlo? - pregunto la mujer, mirando de manera especialmente acusadora el detective que lo único que hacía era tratar de complacerla.

- Yo... no fue mi intención Gaby. Steve y yo, intentábamos terminar el papeleo, lo habíamos suspendido porque teníamos mucho trabajo y... - la mujer lo corto poniendo su mano en alto impidiéndole continuar.

- No me diga mas, siempre es lo mismo contigo, si no es por tu trabajo es por Steve, a veces pienso que prefieres estar con él que conmigo, ira siendo cierto eso que dicen por toda la isla que ustedes dos son pareja, matrimonio o lo que sea. - continuo recriminando, sin dignarse siquiera a mirar al detective, más entretenida en un punto fijo lejos de él.

- ¡Wow, wow! no metas a Steve en esto, él no tiene nada que ver ¿Y qué es eso que andan diciendo? ¿Desde cuándo la administradora de un museo se dedica a escuchar rumores infundados del HPD?, ¿Eh?- dice, ya algo cabreado, que se meta con él es una cosa, pero que ataque a Steve cuando el que se olvido de la dichosa cena fue él, es otra muy distinta.

- No es que yo lo meta, Daniel, eres tu quien lo hace, siempre hablas de él. Directa o indirectamente él siempre está en medio de nosotros y es algo que no logro entender, cualquiera diría que una vez que sales de trabajar dejas atrás todo el estrés que llevas encima, pero no, tu insistes en traerlo todo contigo. Y no solamente es Steve, es todo, Danny. - reclama más airadamente, concentrando su mirada en Daniel, acusándolo, reclamándole esa falta de atención.

- ¿De qué hablas?, ¡vivo con él! no lo traigo a ningún lado y no hay nada que dejar atrás Gaby; soy detective, es lo que hago, lo llevo en la sangre, no hay un después del trabajo, no solo me desenchufo como un aparato, ¿Sabes? y Steve es mi compañero y por mas que no te guste estará conmigo siempre. - dijo algo irritado, parecía que ya estaban casados y no en la parte bonita que a él tanto le gustaba, sino en la parte donde todo se va por un barranco y él es el único que trata de sobrevivir. - Mira Gaby porque no cenamos y olvidamos esto ¿ok?-

- No, Danny, yo no puedo estar en una relación donde hay más de dos. Ya me lo has dejado claro, que disfruten su vida juntos. - le bufo la mujer, levantándose de su asiento lista para marcharse. - Que disfrute su cena, detective Williams. - y acto seguido Gaby Asano se retiro del restaurant, dejando a un muy conmocionado Daniel.

*****

Daniel Williams había fracasado nuevamente, tal vez debería renunciar a esto de que le guste alguien o resignarse a no hacer el amor nunca más con alguien que ame o siquiera le quiera, una pesada piedra atravesó su garganta, dejo la carta en la mesa la cual había tomado solo para simular no verse afectado por las palabras de Gaby, pero era inútil, el había decidido ser detective, su profesión era su orgullo, pero sucedía que las mujeres no soportaban eso, su trabajo, el riesgo, y ahora a su compañero.

Danny había tenido otros compañeros antes, pero resultaba que él tenía esposa y esta no se quejaba de las largas pláticas o de estar hablando de él, solo no le gustaba el riesgo y el miedo que corría cuando estaba trabajando.

Ahora, solo en medio de ese lugar lleno de gente, frustrado como se sentía y con el hambre protestando en su interior, se paro y se fue de allí, lo único que quería era poder llegar a casa, si a casa, la casa de McGarrett era lo más parecido a una casa propia, su lugar para refugiarse, y si el Seal estaba allí mirando algún partido o comiendo esa porquería con piña mejor, no le apetecía estar solo.

Pero al llegar a la casa McGarrett la noto completamente a oscuras, claro indicio de que Steve aun no llegaba, dándose cuenta rápidamente que el SEAL no tenia auto para moverse. Así que pateándose por su estupidez, encendió de nuevo el auto para ir a buscar a su compañero, dándose cuenta por primera vez de lo que realmente había dicho en su último encuentro con Gaby; "Steve es mi compañero y por más que no te guste estará conmigo siempre" y aquel pensamiento le sorprendió bastante puesto que, realmente deseaba aquello.

El poder estar con alguien algo más que un par de años sin que finjan quererlo, pero al menos sabe que Steve si le quiere, son compañeros y eso no cambiara hasta que se jubilen, retiren o el idiota haga algo demasiado loco y termine muerto; ese pensamiento le causo un escalofrió espantoso en la base de la espina hasta la nuca y rápidamente salió con el auto a buscarlo, pensó que  no sería difícil con el tamaño que tenía su amigo, así que solo unos minutos después, casi en el centro de la ciudad, la cual deben atravesar para llegar al departamento de policía, ve a su amigo comprando comida china en una esquina, le da la vuelta manzana y se estaciona justo enfrente de él.

- ¿Cariño? ¿Cuánto cobras por dos horas? - dice, pensando que sería muy gracioso, a él se lo hacía mucho su compañero de Jersey, así que sonríe mientras mira por la ventanilla del acompañante al Seal que tiene dos cajas de comida china en la mano.

Lo que recibe a cambio es a un muy sonrojado SEAL que le mira con los ojos muy abiertos debido a su comentario, sonrojo que se le hace la cosa más adorable del mundo y no sabe ni porque, ni siquiera con Rachel tuvo esa impresión. Pero después de un fugaz segundo de incertidumbre una sonrisa diabólica apareció en la cara de su amigo.

- Doscientos y tu pones el cuarto, cariño. - le respondió McGarrett usando un tono bastante grave que consiguió erizarle todo el vello del cuerpo al detective

- Me parece justo, pero nada de cuartos babe, sube al auto, nos vamos a casa. - dice volviendo a su asiento y esperando con una sonrisa boba, es ahora que se da cuenta como le cambia el estado de ánimo solo esperando que Steve suba a su coche.

Steve deja escapar una risa a través de sus labios al notar como Danny le cede el lugar del conductor en lugar de solo abrirle la puerta del acompañante.

- ¿Intentas hacer que baje mi tarifa al dejarme conducir? - pregunta de manera picara, entregándole las bolsas con comida a través de la ventanilla. - Porque no es necesario, ¿sabes?

- Oh lo se... solo quiero testear tus reflejos, sunshine, será una noche agitada. - se ríe, y mira dentro de las cajas, huele algo delicioso dentro, el hambre le ataca y no piensa demasiado en el juego que están llevando a cabo, solo le resulta divertido tontear con el Seal.

- ¿Serás capaz de agotarme? - pregunta el SEAL, una vez que esta tras el volante sin poder evitar que su sonrisa se extienda y su humor mejore de manera abrupta, la alegría de esos momentos contrastando completamente con la ira ciega de hasta hacia unos momentos.

- Cariño, tú no conoces mi repertorio.- sentencia, le mira pícaro y sonriente, ambos están carcajeando y a él le parece una muy buena broma, que su amigo torno en algo muy divertido que le hace olvidarse de Gaby y sus celos a su trabajo y hacia Steve.

- Entonces apresurémonos. - sentencio el SEAL, iniciando el camino a casa. - Muero de ganas porque me muestres lo que puedes hacerme.

Llegan a la casa como si nada, se sientan en el sofá, prenden la tele y ponen una película del montón, Steve deja su caja de comida solo para traer más cervezas, la broma de que Danny compro a su compañero en la calle por 200 dólares se extiende un poco mas entre las cervezas y las risas; el tono de la conversación volviéndose mas insinuante y caliente de lo que Danno esperaba, solo que no le molesta tanto como ¿debería?, le sigue el juego y es realmente divertido por lo que no dejan de hacerlo.

- No vayas a emborracharte porque no creo poder cargarte hasta el cuarto, babe. - dice mirándolo de reojo y bebiendo de su cerveza.

- ¿En serio? ¿Y si yo te cargara a ti? Esta dentro de lo que puedo hacer por ti. - responde, continuando la broma, sonriendo pero sin dejar de observar la TV, es cómodo estar así, sin preocuparse por decir algo erróneo escudándose en ese juego que tienen.

- Babe, lo menos que quiero que hagas por mi es cargarme, creo que hay cosas más importantes ¿no crees? - lo mira sugestivamente, Danno está por su quinta cerveza, y por la cabeza se le cruza que la comida china tenía algo raro.

- ¿Como qué? - pregunta Steve, notando el tono ligeramente más atrevido de su compañero, atribuido rápidamente al alcohol que ha consumido.

- ¿Como qué? ¿A qué te refieres con "¿cómo qué?" babe? por doscientos dólares creo que deberías saber bien el procedimiento, ¿no? El calentamiento previo y esas cosas. - y Danno quien tenía el brazo sobre el respaldo del sofá toca el cuello de Steve, solo son dos pequeños toques, y le alza una ceja.

- Por doscientos dólares conozco todo el procedimiento, babe, pero no es sobre lo que yo sepa, sino sobre lo que tú quieras que te haga. - y la voz de Steve a bajado dos tonos hasta convertirse en un susurro sensual, grave, que ocasiona que Danny pierda un poco el piso y se sienta un poco mareado debido a que no le disgusta en lo absoluto, es más, realmente quisiera comprobarlo.

- Bueno, porque no te acercas mas y me ilustras un poco con eso lindos labios tuyos. - dijo en una octava mas bajo, solo un susurro, con algo de miedo de como reaccione su compañero al llevar el juego un poquito más allá.

Steve sonríe, con un poco de pesar, observando los ojos de Danny y de ahí a sus labios ligeramente abiertos, solo para regresar una vez más a sus ojos antes de hablar nuevamente.

- Realmente no quieres que lo haga, babe. No me tientes. - responde en un bajo susurro, la distancia entre ellos reducida dramáticamente en un movimiento del cual ninguno se percato. Steve quiere hacerlo, besarle, pero este juego está llegando demasiado lejos y realmente no sabe si es realidad o mera fantasía.

Es cuando siente una caricia en su nuca, son unos dedos que se enredan en la base de su cabello, Danny le mira detenidamente, esperando una reacción negativa o algún movimiento de retracción a sus caricias pero no las ve en ningún momento. Steve solo se ve confundido y él no sabe tampoco si está jugando o de verdad quiere ese beso, pero recuerda en mal momento como Gaby le echo la culpa a Steve y eso solo hizo tirar de su compañero, la proximidad entre ambos solo le hizo querer eso mas, a pesar de los nervios, y de no saber cómo terminaría eso, se moría de ganas de saber cómo sabia Steve.

Se lamio sus labios y no pudo, ni quiso, evitar decir sus siguientes palabras.

- Eso es justamente lo que quiero, Steve… tentarte. - respiro su aliento y no lo beso, solo acaricio su mejilla con su nariz esperando algo más de McGarrett.

Steve dejo escapar el aire que no sabía estaba reteniendo, permitiéndose rozar la piel de su compañero con la propia, solo nariz con nariz, dejando que las manos de Daniel acariciaran su cuello, su rostro, pero sin atreverse a más de lo que ya había hecho.

- Tengo que... Dios... - farfullo Steven en medio de todo eso que sentía en su interior y que no sabía definir como solo deseo, amor, urgencia o algo más básico e incluso primitivo. - Si esto sigue siendo un juego creo que sería un buen momento para parar, Danny. - dice recuperando un poco de aire, permitiéndose, solo un poco, inhalar el aroma intoxicante y ligeramente picante de Danny.

- Yo se que era una broma luego de un día muy extraño, pero estoy bien así... me gusta. - y Danno rozo sus labios con los ajenos, una corriente lo recorrió con tan ínfimo toque, podía saborear el aliento agitado de Steve en su boca y lo ansiaba tanto pero no podía evitar la duda lo invadiera. - Solo... si no quieres, no te besare Steve solo dímelo... habla conmigo.- susurro en su boca, apenas tocando la suave piel de su labios.

Steve estaba al borde de un precipicio con el roce de los labios de Danny contra los suyos, un ínfimo toque que estaba haciendo estragos con su persona, con su alma, y que le estaba costando todo su autocontrol para no devorarle ahí mismo como venia soñando desde hacia unas noches.

- Es lo que más quiero, Danny, no sabes cuánto lo deseo, pero... ¿Qué pasa con... ella? - pregunto el SEAL, y el rubio no necesito de sus habilidades para averiguar de quien hablaba Steve.

- ¿Te refieres a Gaby? - dijo frunciendo el seño y separándose de Steve lo justo para mirarlo a los ojos.

Steve resintió la lejanía como un golpe al corazón, pero mantuvo su rostro estoico para que Danny no lo notara.

- Estas con ella. - fue lo único que atino a decir por un momento. - ¿Eso... esto, en que me convertiría? ¿Y no se supone que eres... feliz con ella?-

Danno analizo esas palabras, ¿eran celos lo que había en su voz?, a pesar de que su rostro sonrojado intentara estar neutro y firme ante cualquier respuesta, algo podía leer en él, luego los recuerdos de lo de esa mañana, lo que le dijo Chin, la escapada estratégica de Kono, todo formo un circulo que lo señalaba a él como la razón de cada uno de los cambios de humor del Seal, y las respuesta a lo que le decía Steve.

- Ella, ¿Feliz? no he sido feliz en mucho tiempo, Steve, pero por alguna razón me gusta esto... vivir contigo, trabajar contigo, reírme contigo, pelear contigo. Con ella ya no tengo nada me boto, porque le dije que nunca saldrías de mi vida. - parpadeo un par de veces procesando lo que decía, lo que demostraba Steven McGarrett. - ¿Acaso estas celoso Steven?- pregunto sin apartar la mirada, observando los ojos azules agrandarse por sus palabras.

- Yo simplemente... - dijo Steve, con el nudo en su garganta impidiéndole decir las cosas sin tartamudear. - No tengo derecho a estarlo. - concluyo, alejándose un poco más del detective, sin percatarse de lo que había dicho Danny al principio.

- Soy yo el que no sabe como tomarse esto.- dijo sentándose en el borde del sofá.- Nadie ha tenido celos por mi antes.-  la pantalla titilaba frente a él y Steve parecía ausentarse, alejarse cada segundo un poco más.

- Yo ni siquiera sabía que podía querer a alguien como te quiero a ti. - susurro Steve, sus ojos clavados en el suelo bajo sus pies y las manos juntas colgando entre sus rodillas.

No siente que haya palabra alguna para contestar eso, sumiéndolos en un silencio eléctrico, solo una chispa y todo podría quemarse de diferentes maneras, causando consecuencias y heridas irreparables o no, simplemente aceptar que el latido en su corazón esta volviéndose cada vez más sonoro y molesto y tratar de ponerlo en el traductor, para darse cuenta de lo que esas palabras le significan.

Parpadea con un escozor en los ojos debido al alcohol ingerido, hace una mueca involuntaria y Steve se levanta rápidamente desapareciendo de su vista.

El no escuchar respuesta alguna a sus palabras, aunado a la anterior reacción de Danny termino por hundir toda aquella esperanza que había florecido precariamente en su pecho, ¿Por qué habría siquiera imaginado que Danny quisiera algo mas con el aparte de una sola noche de experimentación? Fue por esa sensación opresora en su pecho que decidió alejarse, salir a la playa para intentar despejarse y ocultar las incipientes lágrimas que pugnaban por salir de sus ojos.

Tan ensimismado en sus pensamientos y acciones estaba, que no noto como el rubio compañero suyo le seguía de cerca intentando detener su paso y cualquier pensamiento de rechazo, Danny no lo estaba rechazando, solo se sentía demasiado halagado para reaccionar acorde a esa situación. Al final no le quedo más opción que solo tomarlo del brazo y hacerlo girar con los pies descalzos hundidos en la arena, afirmando su paso, para poder detenerlo.

- Steve... espera.- miro hacia arriba notando los ojos hinchados en la tenue luz fuera de la casa.

Steve apenas y sintió el agarre de Danny, estaba demasiado rebasado por sus sentimientos como para notar la insistencia del detective por llamar su atención, misma que estaba concentrada en la ínfima línea plateada que era la luna esa noche, tan solo una línea brillante siendo engullida por su propia oscuridad, era un tanto inquietante el identificarse con ello, pues el también sentía que por momentos seria devorado por todo lo que llevaba dentro. Solo unos minutos después por fin le hablo al detective, expresándole lo que en esos momentos pasaba por su mente.

- Hay veces en que quisiera no haberte conocido, Danny, hay días como hoy en que desearía no haberte encontrado en mi garaje, ni haberte obligado a ser mi compañero en contra de tu voluntad. Eso me habría hecho las cosas más fáciles, el no haberte conocido, pienso que a veces hubiese sido lo mejor, pues quizá tal vez no me sentiría tan perdido, tan... tan estúpido por desear algo que no puedo tener más allá de una broma o un simple experimento. No quisiera quererte, Danny, me haces daño.

- Tu... ¿De verdad me quieres? a mí, ¿al hombre que hace unas horas lo acaban de votar? - la idea lo mareaba, pero no podía sacar su ojos de Steve, todo lo que decía inflaba su pecho hasta el punto del dolor por la expansión de la misma, haciendo que el aire fresco de la playa le lastimase, obligándolo a respirarlo demasiado lento.

- Sí. - es la escueta respuesta que recibe, pero Steve no lo ve, todavía se siente inseguro, perdido en esa burbuja que no le deja ver que sus sentimientos. - Y sí, creo que también estaba celoso, por eso me fui esta mañana. No podía tolerar el verte pensando que estuviste con ella. Me dolía, me duele.

- Todo lo de esta mañana... Steven. - la punta de sus dedos se acercaron lentamente al rostro que superior a su altura mira hacia otro lado, perdido en la oscuras aguas del océano. - Steve mírame, no sabía, lo siento. - toma definitivamente su rostro entre su palmas, dirigiendo su atención hacia él. - No pensaba en ella para nada esta mañana Steve, solo recordaba lo que me surgió hacer cuando tuvieron que sacarte con un helicóptero de las montañas que querías mostrarme. En ese momento, ya tranquilo que estarías atendido, solo me salió de dentro decir algo sin palabras, ¿recuerdas? - sonrió pero completamente serio de su palabras.

Pero a pesar de estarlo obligando a verle, Steve no parecía estar ahí, su mirada seguía perdida, como si estuviera en piloto automático o algo, quizá alguna estrategia estúpida para evadir el dolor, pero Danny estaba ya rayando en la histeria al ver que sus palabras no llegaban al SEAL, al notar que este no reaccionaba ante sus palabras.

- Esa caída me dolió. - es lo que dice, y Danny quiere gritar de frustración y miedo porque siente que lo está perdiendo, que se le escapa de entre los dedos como agua.

Es entonces cuando desliza sus manos hacia la nuca del Seal , algo desesperado por hacerse entender de una vez, y aunque no le guste, tiene que ponerse de puntitas para besarlo de una vez por todas, tirando de él para acercarlo y plantar su boca sobre la de su amigo, un amigo que lo hace feliz incluso llevándolo a lugares que no le gustan, que lo hace reír sin planearlo y que por sobre toda las cosas, se siente bien incluso jugando a que lo compraba por la calle.

Incluso se siente demasiado bien besarlo y sacarlo de ese mutismo, haciéndolo reaccionar lentamente cuando siente sus brazos tomándolo por su cintura y pegándolo a su cuerpo.

Es entonces que Danny se da cuenta que tardo demasiado tiempo en descubrir cual era la razón de su felicidad.

Continuara....

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