Titulo: Envuélveme Tú.
Autores:
elghin y
destielwinchi Fandom: Thor - The Avengers (Movie!Verse)
Pairing: Thor/Loki
Personajes Secundarios: Odín, Frigga.
Rating: PG +15 (solo por ciertas menciones)
Advertencias/Genero: Slash, Post-Avengers, Ligero A.U., Menciones a relaciones entre menores de edad.
D. de R: Tanto Thor como Loki pertenecen a la marvel y a sus respectivos creadores, todos los nombres de personajes mencionados aquí, así como la referencia a lugares y objetos es hecha con el único fin de divertirse y sin el más mínimo intento de lucro. No ganamos nada al hacer esto más que comments y puede que galletitas, pero nada más.
Resumen: Loki por fin recibe el castigo por todos los crímenes que ha cometido y su verdugo, como mofa del destino, es Thor, su tan amado y odiado no-hermano. Aunque puede que en esta sentencia ejecutada por Thor encuentre lo único que puede redimirlo, a ambos.
Notas de Autor: Pues este es el resultado de no dormir y tener bloqueo de escritor con otras historias, así como el aburrimiento crónico que aqueja cuando buscas la inspiración y la muy perra no quiere llegar. Agradezco mucho a
elghin por ayudarme en esta pequeña aventura que ciertamente salió gracias a ella, porque yo no tenía mucha cabeza, gracias Slave, Lov U.
Pues les dejo mi, nuestra, primera participación real en este Fandom que nos ha carcomido el cerebro y la voluntad a mas de un@. Disfruten :)
~Envuélveme Tú~
El retorno a Asgard fue un poco más violento de lo que esperaba, quizá mucho tuviera que ver el que no volvieran a través de la magia del Bifrost y si por la del Tesseracto, el cual, por su naturaleza de energía indómita e inagotable, hacia el viaje a una velocidad incluso más potente que la del puente arcoíris.
Pero lo que no cambio fue la imponente belleza de la morada de los dioses Argasdianos, sus cristalinas aguas reflejando los rayos dorados del sol que iluminaba sus cielos, los edificios dorados incrustados en las rocas mostrando los mas imposibles y hermosos diseños, así como en conjunto solo conseguían ser un marco que perdía cierto esplendor al ser contrastado contra el magnífico palacio del padre de todos, de Odín; inclusive los edificios flotantes del color de la plata parecían perder algo de su gloria al enfrentarse a la grandeza de aquella construcción de columnas, torres y luces centellantes.
Nada había cambiado, todo seguía igual a como lo recordaba salvo por la única diferencia de que ahora volvía como un prisionero y no como un príncipe.
Atrás habían quedado los recibimientos fastuosos alabando su regreso junto con el de su hermano cuando volvían victoriosos de alguna batalla, la mayoría provocadas por el hijo favorito de todos en un acto de estúpida arrogancia e inmadurez absoluta. Y ese hecho, ese simple recuerdo solo consiguió avivar un enojo, un odio que hacía tiempo no sentía arder tan potente como ahora.; porque si bien no era un recibimiento fastuoso y cargado de vítores, si era una más de las entradas triunfales de Thor, una entrada que le humillaba más de lo que cualquier otro insulto pudo haber hecho.
De manera ilusa había creído que Thor, tan considerado como decía ser, le concedería una entrada desapercibida para el resto de los Asgardianos y se limitaría a llevarlo al salón del trono de Odín donde recibiría su castigo, su condena por levantar la mano en contra de la humanidad.
Obviamente el orgullo de Thor era otra de las cosas que no habían cambiado, y por lo tanto decidió pasar por alto sus buenas intenciones y lucirlo como un trofeo de guerra, la prueba fehaciente de que nada podía doblegar al dios del rayo y la fuerza. La rabia quemaba en su interior, ocasionando que sus ojos destilaran el veneno que su lengua era incapaz de escupir debido a esa estúpida mordaza metálica.
Veneno que fue recibido con toda su mortal potencia en cuanto su mirada se encontró con la de Odín, el dios que fingió ser su padre durante casi toda su vida, y que lo hubiese seguido haciendo si no hubiese descubierto la verdad por sí mismo; poco importo que Frigga le hubiese mostrado un cariño sincero durante tantos años, ella también recibió la mirada cruenta y cargada de rencor y odio que el dios del caos poso sobre ella cuando esta capturo su atención, los odiaba a todos por haberlo hecho vivir en una mentira, llenándole la cabeza y el corazón con los afectos de una familia a la que nunca perteneció y jamás pertenecería.
¿Por qué habría de mostrar arrepentimiento cuando ellos deberían ser los que debieran arrepentirse?
- Loki, mi hijo.- pronunció determinante el padre de todo y de todos, convencido aún de que por criarlo podía llamarle hijo.- Hoy te presentas aquí para recibir la penitencia y el castigo por tus actos, por confabular contra los habitantes de Midgard, así como contra tu rey, contra tu madre y contra tu hermano, Thor.- el dios Odín se levanto de su trono majestuoso con su esposa a un lado, quien apenas contenía las lagrimas y el dolor que todo aquello le provocaba.
El gruñido de protesta, de odio e inconformidad, que emitió Loki, fue instantáneo tras esas palabras, su cuerpo convulsionándose con cierta violencia en un intento de liberarse del agarre de las esposas especiales que lo contenían, movimiento que fue rápidamente sofocado cuando la mano de Thor apretó su agarre sobre su brazo, lo cual solo le valió al dios del trueno una mirada más de odio por parte del que alguna vez lo llamo hermano. Y que aun ahora, con la incapacidad de decírselo, se las arreglaba con espantosa facilidad para recordárselo con tan solo una mirada cuando lo llamo de esa manera.
- Basta, hermano. No lo hagas más difícil. - dijo Thor, con cierto dejo de autoridad, al mismo tiempo que sonaba como un ruego, pero era un ruego que solo Loki podía interpretar en medio de la potencia de su voz. El dios del caos simplemente desvió la mirada, su maldita debilidad por Thor y sus suplicas que no eran suplicas solo avivaban su odio.
- Thor. - Odín se dirigió a él, llamando la atención de los hermanos a su presencia, su madre había desaparecido con el arrebato mudo de Loki.
- Si, padre.- respondió, levantando la mirada azul y su porte ante el padre de todo y todos.
- Tú aplicaras el castigo pertinente a tu hermano, le quitaras todos sus poderes y lo desterraras a la soledad más allá de Asgard, en la prisión de Nubooz. - declaró, y decidió retirarse cuando Thor apretó el brazo de Loki contra él y este miro el rostro de su hermano.
- Padre...- exhalo, apartarse de Loki era algo que no pensó en tomar como castigo para su hermano. - Obedeceré tus ordenes.... pero creo que apartarlo donde puede encontrar la manera de volver a confabular contra nosotros es un error. - espetó seriamente el dios del trueno, manteniendo el agarre sobre su hermano.
- ¿Quieres mantenerlo en Asgard? - Odín lo miro fijamente, intentando entrever el pensamiento de su primogénito.
- ¿En donde mas podríamos vigilar cada uno de sus movimientos lo suficientemente cerca para evitar que escape? - preguntó de vuelta Thor. - No hay lugar mejor que Asgard para ser su prisión.
- Estas sugiriendo solo encerrarlo en su habitación, Thor- su padre se acerco un solo paso a ellos, imponiendo su grandeza, su voz siempre manteniéndose neutra y majestuosa.
- Por decirlo de alguna manera, padre, no podemos arriesgarnos a que confabule y vuelva a sus guardianes en nuestra contra y lo ayuden a escapar. Ambos sabemos lo peligrosa y hábil que es la lengua de Loki.
- Es tu decisión hijo, decisión que tendrás que enfrentar algún día como rey de Asgard.
Odín se retira sin más, dejándolos a ambos en el gran salón. Loki solo es capaz de mirar la espalda de Thor, su respiración pesada solo es un mínimo indicio de todo el coraje que las palabras, del que tercamente se hace llamar su hermano, han desatado.
Su odio es casi palpable, tanto hacia Thor como hacia sí mismo, por ser tan débil ante el único hombre que es capaz de herirlo, aunque jamás se lo demostrara. Porque esa es su naturaleza, el no mostrar, ni conceder nada a nadie, él está por encima de ello, de todos; y esto, el que Thor le lleve hacia las que fueron sus habitaciones tomándolo del brazo haciéndolo sentir como si fuese un simple niño, es sumamente humillante.
Así que no lo puede evitar, se libera del agarre y comienza a andar el mismo, porque nadie podrá arrebatarle su orgullo y dignidad. Ni siquiera Thor.
Thor aprieta el puño izquierdo donde tenía garrado a su hermano, tener que hacer esto le duele en el alma, siempre pensó que ellos dos eran un dúo, algo que solo venia en pares y que se mantendrían unidos por siempre, pero ahora sabe que nunca fue así del todo, y que el resentimiento de Loki no menguara por sus acciones. Llegar a los aposentos donde muchas veces jugaron, donde reposan las memorias de tiempos mas gratos, no hace más que contraer su garganta, dificultándole el tragar por la congoja.
Pero ahí están y el tiene que proceder con el castigo y sellar esas puertas para que su hermano jamás pueda salir y nadie más que él pueda entrar. Solo al darle la vuelta para que le mire en el centro de la habitación le hace cuestionar eso último, pero sabe bien que no podría estar demasiado tiempo alejado, le extrañaría.
Le extrañaría de la misma manera en que lo hizo aquellos días en que su ausencia perforo su existencia, aunque sabe que de la boca de Loki solo saldrá veneno cada vez que se pare frente a él.
- ¿Estás listo Loki?- pregunta, aunque Loki no le pueda contestar debido a su mordaza, aun así espera un ademan antes de la ejecución de sus acciones.
Pero Loki solo se mantiene de pie frente a él, dándole la espalda, ni siquiera dignándose a verlo antes de que le arrebate aquello que lo hace tan especial a los ojos de todos, el único poder... mas bien, una de las dos armas de Loki contra las cuales jamás ha podido defenderse, su magia. La otra… la otra son sus palabras, y aunque a esta última ha podido hacerse resistente, no indica que no le hiera peor que la primera.
El sonido de las cadenas al chocar cuando Loki se mueve llama su atención, porque en el último segundo antes de que proceda a cumplir con el castigo Loki se vuelve y le extiende los brazos, mostrándole el enorme cubo dorado que mantiene sus manos inmóviles. Thor sabe lo que su hermano quiere, pero no sabe si sea buena idea concedérselo.
Aunque cabe la esperanza de que en este acto le demuestre que siempre podrá contar con él.
El estira su mano al cubo, lo roza pero sabe bien que no puede confiar en Loki, por más que le duela y no puede poner su corazón en la mirada que le está dedicando a su hermano, porque sabe que es una artimaña para escapar.
Por eso, sin soltar el contacto con las manos suprimidas de movilidad, alza el martillo y los ojos de Loki se agrandan completamente. Thor puede pensar que tiene miedo y teme que deje de ser Loki sin su magia, sin su voz, pero su hermanito se ha excedido en todos los campos, solo por venganza e inútil rencor hacia la familia que lo amo siempre, y hacia él, que nunca ha dejado de quererle.
- Por el poder del trueno, de Odín, de mi padre y del padre de mi padre, yo, Thor de Asgard, señor del trueno, te relevo de tu grado de general, de los honores que has ganado en batalla... junto a mí, de tu magia te despojo Loki dios del caos... - la voz se le escapa, apenas y podía pronunciar las palabras mientras del cuerpo de Loki se contraía en un grito sordo ahogado por la mordaza metálica, sus manos se estiraban detrás de las esposas que le sostenían. - Te condeno a ser solo un mortal mas, te confino a estos aposentos por el fin de los tiempos.... - susurro al ver como su hermano, sin sus ropajes, caía desmayado frente a él, apenas cubierto por la fina tela verdosa que usaba bajo su armadura.
Fue fácil para Thor tirar de las esposas y sujetarlo entre sus brazos, lo miro un segundo, no lo sentía, no sentía el poder que siempre emano de Loki y lo hacía tan fácil de ubicar cuando jugaban a las escondidas en los amplios jardines del palacio o cualquier lugar de Asgard, un juego humano que aprendieron en uno de sus viajes recorriendo los mundos.
Lo alzo en sus brazos reposando su cabeza en su pecho y camino hasta la monumental cama, miro a su alrededor angustiado por lo que acaba de hacer, lo dejo en la cama y retiro las esposas liberando sus manos, también quito la mordaza que dejo una marca roja sobre la piel blanca, tardaría unos minutos en recuperarse y despotricar contra él, pero al menos podría mirarle un poco mientras eso pasaba...
Tardo menos de lo que creyó en recuperarse, pues a los pocos minutos una mueca en el rostro de su hermano demostraba que estaba despertando, dejándolo nada preparado para las maldiciones y el desprecio que tiraría sobre él.
Pero la sarta de insultos no llego, Loki simplemente se levanto por el lado contrario de la cama y se dirigió hacia la ventana, todo lo más digno que pudo dada la debilidad de su cuerpo que lo obligaba a tambalearse con cada paso que daba. Solo al llegar al filo de la ventana se detuvo y se apoyo en ella, luciendo mas frágil y desprotegido de lo que jamás le había visto Thor en su vida; este simple hecho le partió algo en el interior de su pecho.
Thor ardía en deseos de protegerlo, de cobijarlo como lo hiciera en aquellas noches en las que un pequeño Loki se escabullía a su habitación buscando su calor cuando se sentía asustado por el frio que repentinamente le azotaba el cuerpo sin explicación alguna; pero tenía muy claro que ese tipo de consuelo no sería bien recibido ahora, no cuando el mismo había sido el ejecutor, el asesino del don que Loki mas preciaba de sí mismo, y el que Thor siempre había admirado abiertamente, al menos entre ellos dos.
- ¿Que estas esperando para largarte? Ya has cumplido con lo que tienes que hacer, ¿O es que quieres regodearte en tu victoria sobre mí? ¿No crees que tu estúpido ego ya es demasiado grande como para alimentarlo aun mas, Thor, hijo de Odín?
- Loki... no es mi deseo regodearme, ni me complace, hermano... - su voz es baja y sus intenciones suaves, se siente tan lejos de él, aunque solo estén a unos metros.
- ¡¿Cuántas veces voy a decirte, recordarte que no soy tu maldito hermano?! - gruñe Loki, la ira por fin haciendo acto de presencia ante la estúpida insistencia de Thor por llamarle hermano. - ¡Nunca lo he sido, y nunca lo seré por más que lo repitas! ¡Métetelo en la maldita cabeza! ¡NO SOY TU HERMANO!
- Eso no hace que lo sienta así... - suena derrotado, vacio, pero no hay una sola palabra de su hermano que lo convenza de lo contrario, que evapore todos sus recuerdos, o la sensación de las cosquillas cuando Loki probaba sus primeros trucos de magia en él.
- ¿Ni siquiera cuando te metías en mi cama? y no precisamente para dormir solamente, ¿O es que ya olvidaste aquella primera vez? - sus palabras son acidas, cargadas de veneno y con la única finalidad de herir. Aunque la herida también se la inflija a si mismo dado que ese, el recuerdo de Thor en su cama, es el recuerdo más preciado que tiene, a pesar de se empeñe en negarse a sí mismo que lo es.
- No puedo creer que saques eso a relucir ahora, no ahora Loki...- todos los sentimientos se arremolinan en su pecho haciendo desastres con su cabeza, esa noche no tenía más que un miedo horrible de estar hechizado o algo, porque no sabía lo que le pasaba a su cuerpo, pero su hermano si sabía por alguna razón.
- ¿Por qué no? - repentinamente su voz suena calmada, en completa ausencia de la ira anterior. - ¿Por qué no sacarlo ahora, Thor? Te empeñas en decir que soy tu hermano, pero esa noche, y las que siguieron, no me viste como tal. Así que dime ¡¿Por qué habría de dejar aquello en el olvido cuando te empeñas en decir que soy tu maldito hermano?! - volvió a gritar al final.
- ¡Porque no creo que dejes de ser mi hermano por lo que compartimos, por eso mismo!- fue Thor el que levanto la voz, señalando el piso como las bases de sus pensamientos hacia Loki.- Nosotros... nosotros… solo... - susurro repentinamente, Thor no podía decirlo en voz alta y apretó los labios para no decir más, encaminándose a la puerta, esto le dolía demasiado.
- ¿Nosotros solo... que, Thor? - la voz baja de Loki solo resaltaba el apremiante impulso de hacerlo hablar. - No seas cobarde y no huyas de mi, respóndeme, Thor, hermano. - dice con toda la intención de insultar. - Me lo debes.
- Ahora soy tu hermano... - Thor volteo a verle. - Nosotros teníamos esta confianza, este aprecio el uno por el otro, no te debo nada hermano, nosotros... hacíamos todo juntos incluso descubrirnos... era precisamente por eso que me metía en tu cama, solo porque después de la primera vez… solo te extrañaba... te necesitaba… te necesito. - soltó como si no fuera un secreto, como si se supusiera que el sabría eso.
- Lo ves, solo das razón a mis palabras. - le escupió Loki a la cara, sus palabras resonando con mayor odio, mayor ira, porque después de años y años de creer que esas noches para Thor habían sido tan especiales como lo fueron para él, ahora se da cuenta que solo fue una mentira mas, un auto engaño alimentado por la vanidad de Thor y la estúpida debilidad que sentía por el dios del rayo. - Nunca fuimos hermanos, Thor, incluso esa vez, esas veces, solo fui un maldito juego, una maldita distracción, un experimento. Solo me has usado Thor, al igual que todos aquí, me has mentido, siempre lo has hecho; siempre disfrazando tus bajos e insanos deseos bajo la máscara del amor. Y dicen que el monstruo soy yo. - añadió, una sonrisa cruzando su cara, pero que ni de lejos mostraba gracia alguna, solo era el reflejo vacio de su interior desmoronándose pedazo por pedazo ante esa nueva verdad que descubría, esta con mucho mayor dolor del que sintió cuando descubrió su origen.
- ¡Mentira...! ¿De qué estás hablando Loki? - Thor subió de un salto el escalón que rodeaba la cama de Loki, acercándose a él lo suficiente para míralo a la cara y ver el desprecio que le tiene con lujo de detalles.- ¿Por qué piensas toda esa mierda? ¡¿De donde viene ese rencor, Loki?! ¡Nunca fuiste una mera entretención para mí! ¡Nunca! - le grita en todo el rostro, intentando sacar el dolor que le causa cada una de las palabras de su hermano.
- ¿Entonces que fui? - sisea el dios del caos. - Dime qué demonios fui para ti cada una de esas noches porque realmente no lo sé. Y créeme, lo que pienso en estos momentos de ti no es algo que pueda olvidar tan fácilmente, porque justo en este momento preferiría estar muerto que haber compartido el lecho contigo.
Esas palabras no hacen más que terminar de destrozarlo, de robarle el aliento y dejarlo solo, porque eso era lo que pedía Loki con sus insultos y sus palabras afiladas y envenenadas, estaba buscando que Thor le odie solo para hacerse más fácil el odiarlo en retorno.
- Eras especial, eras mío, cada noche era un tesoro que no podía ganar en ninguna batalla, eras lo que extrañaba cuando padre te obligaba a quedarte, eres parte de mi, algo que no puedo simplemente alejar o arrancar del pecho, eres lo que sigue haciendo que desee tocarte, quererte y protegerte... no entiendo cómo es que no lo ves... no entiendo como lo único que ves es lo malo de mi.- sollozo, no podía evitar poner cada vez su corazón enfrente de Loki, aunque este solo lo pisoteara. Ya que no lo veía como algo más que su rival por atención, por las hordas de aclamaciones al regreso de sus batallas ganadas.
La mirada fiera de Loki esta clavada en él, en el azul de sus ojos que ahora se muestran húmedos y enrojecidos por las lagrimas que lucha por contener y que falla en el intento, sus labios son una fina línea en su rostro, tensa y blanca como el resto de su piel; piel que ha deseado tocar nuevamente desde aquella última noche en la que yacieron juntos, tan solo unos días antes de que fuera desterrado a Midgard por su desobediencia al padre de todos.
- Me enferma que seas tan bueno. - sisea Loki, rabia apenas contenida en sus palabras y en sus movimientos lentos y fluidos. - Me enferma el no poder odiarte y no encontrar un defecto mayor en ti que no sea tu estúpido orgullo y tu vanidad. Siempre has sido todo lo que todos han querido, todo lo que han deseado en el heredero al trono. Todo el mundo te ha preferido a ti y no a mí desde el comienzo, y no sabes lo frustrante que es que yo mismo te quiera. Es realmente irónico el como siempre he odiado que te quieran más que a mí, cuando al final del día yo soy uno más de los que te adoran. Pero lo que lo hace peor, lo que lo hace insoportable es que me he llegado a olvidar de mi mismo por quererte. ¡¿Sabes cómo es sentirse de esa manera?! ¡EL ODIARME POR QUERERTE!
El grito de Loki reverbera en toda la habitación, incapaz de retener todo ese coraje que siente por Thor, porque si en algún momento va a permitirse ser vulnerable será ahora, cuando ya no le queda nada más que perder, puesto que esta será la última vez que diga o haga algo contra Thor.
- ¿Que es más grande Loki...? - pregunta el dios de trueno, con un nudo en la garganta y una piedra en el estomago, intentando no sorberse la nariz porque nota que está llorando como un estúpido. - ¿Que pesa mas... tu cariño por mi o tu odio, Loki...? - Thor avanza un paso más, esperando una respuesta.- ¿Que dejarías si pudieras tenerme a mi... solo para ti Loki? - deja caer el Mjolnir de su mano en medio del estruendo del clima de la ciudad, la tormenta amenaza en el exterior, iluminándose solo por los truenos.
- ¿Importa ya? Soy tu prisionero, condenado a vivir mi existencia entera entre estas cuatro paredes, sin derecho a desear o tener nada. - es la respuesta que Loki le da, frenando un poco su avance pero no deteniéndolo, algo en la mirada de Loki le hace seguir, aunque sepa que en cualquier momento Loki puede volverse y morder como la serpiente que todo el mundo piensa que es. - No tengo nada que dar, Thor, me lo has quitado todo.
- Entonces no te importa... mantendrás tu orgullo, no importa que... me este ofreciendo... - Thor se aleja, caminado lentamente a la puerta, la tormenta se precipita sobre los ventanales y la habitación empieza a bajar de temperatura.
- ¿Por qué habría de merecer tal regalo de tu parte?
- No necesitas merecerlo hermano, siempre fue tuyo... - no cesa sus pesados pasos a la puerta, Loki jamás se dará cuenta, no importa lo que diga, no importa lo que sienta, el nunca se dará cuenta.
De la misma forma que Thor jamás se dará cuenta de lo que Loki le pide a gritos que le diga, porque solo dos palabras podrían sanar un corazón destrozado y consumido por el odio y la mentira. Thor jamás ha podido ver mas allá del orgullo de Loki y su altivez, por más que diga que le conoce mejor que nadie, porque si lo hiciera, se daría cuanta que con solo unas palabras, dichas con el corazón en la mano, recuperaría lo que por tanto tiempo ha añorado vuelva a sus brazos.
- Thor... - le llama Loki antes de que su mano se pose sobre la puerta para marcharse de ahí, su voz sonando tan desinteresada como siempre, dejándole ver que ahí hay, oculto en el desinterés, algo más que solo él, Thor, sabe leer. - ¿Volverás…?
- No me peguntes eso Loki… pídeme que me quede...- susurra, apoyando la frente en las doradas puertas.
- Entonces... quédate.
Todo el cuerpo le tiembla solo con esas palabras que hacen cerrar sus ojos y exhalar un poco de alivio, es cuando vuelve a su acostumbrada altura, intentando tirar sus hombros hacia atrás, tener la fuerza para quedarse a pesar de que es todo lo que desea, pero antes de voltear se limpia un poco la cara para no mostrarse como un debilucho, que es como se siente por dentro.
Caminar devuelta hacia Loki es difícil, porque él está dispuesto a renunciar a su orgullo por él, desearía ser más valiente tal vez, mas cuando lo mira a los ojos para decirle lo que lleva milenios sin poder decirle, pero al llegar otra vez hacia él solo alcanza a sentarse en la cama, tiene esa sensación de ligereza en la sangre y no sabe bien que hacer ahora, aunque solo desee quedarse junto a Loki.
Pero Loki no es tonto, nunca lo ha sido, en cambio Thor si lo es, más por pensar que Loki no se daría cuenta. La expresión hasta entonces serena de Loki se torna en una tensa, con la ira creciendo nuevamente en cada rasgo que se muere por tocar.
- No puedes, ¿cierto? No puedes quedarte aunque me haya rebajado a pedírtelo. - mas que preguntarlo lo afirma, y el que Thor no le mire solo ocasiona que se torne más oscuro, más destructivo que antes por permitirse creerle cuando no debió hacerlo jamás. - ¿Por qué sigues jugando conmigo?
- No hay nada que quiera mas Loki... pero, aun sigo sintiéndote a miles de kilómetros de mi, a pesar de estar a solo unos pasos, por más que te ame… no es suficiente, eso no te llena o te deja quererte... cuando volvíamos de las batallas y todo el mundo me vitoreaba, mi cabeza solo estaba llena de que el dios del trueno, el que todos alababan, solo era de una persona... y siempre pensé que la sonrisa que me dedicabas era para mí, porque regresaba contigo... porque pensé que tú me querías igual... como si estuvieras orgulloso de mí, pero nunca fue así, solo sentías recelo y te alejabas más y más, y no podía detenerlo. Como no puedo detenerte ahora de pensar lo que no es... - dijo sin mirarlo, intentando saber si Loki podía entender el miedo de haber perdido esa confianza para siempre.
- Siempre has sido un idiota Thor, pero ahora me doy cuenta que parte de esa idiotez es culpa mía. - respondió Loki, manteniendo su distancia y el semblante calmo, casi divertido, como en la época en la que intentaba meter algo de conocimiento en la cabeza dura de su hermano. No sabía, aun después de tantos años, el como Thor conseguía hacerle cambiar de ánimo tan rápidamente y sin que se diese cuenta. - ¿Alguna vez me viste sonreírle de esa manera a alguien que no fueses tu?
Fue instantáneo el levantar la mirada hacia su hermano, los relámpagos oscurecían la figura esbelta y delicada que ya no se escondía de sus ojos bajo capas y capas de ropa, flashes de sus batallas, de su riñas o de los arribos a su hogar sosegadas en cada instancia con las diminuta sonrisa de su hermano mirándole, haciendo que cada poro se contrajera e hinchara en su pecho.
- Seré idiota, Loki, pero entonces, ¿por qué estas allí y no aquí conmigo? - preguntó, intentando ver entre las luces y las sombras a su hermano; había anochecido en el gran reino de Asgard, pero tan sumergidos estaban en ellos que jamás prendieron las luces.
- Supongo que es porque aun me queda mucho camino por recorrer... hasta entonces... me temo que serás tu el que tenga que buscarme. Porque sinceramente yo... yo aun no sé quién soy, mucho tiempo pensé que era tu hermano, después descubrí que no lo era, que era el hijo de un gigante de hielo, un príncipe que no tenía reino, y ahora... ahora soy un prisionero. - Loki se encogió sobre sí mismo, estrechando su cuerpo para sofocar el frio que comenzaba a embargarlo. - Dime Thor, ¿Sabes tú quien soy en realidad…?
Loki no llego a voltearse para terminar esa pregunta, los brazos desnudos de Thor lo envolvieron, y estaba seguro de que lo que sentía palpitar entre sus omoplatos era el corazón de su hermano, su cuerpo ya despojado de su armadura, lo estrujo casi hasta dejarlo sin aliento y lo soltó lentamente para susurrarle.
- Eres el hombre al que no puedo dejar de amar Loki, por mas desquiciado que te pongan los celos, la rabia y la terquedad que envuelve todo tu cuerpo. - sentir el asoma de Loki directamente de su cuello era lo más insano que podía haber, amaba a su hermano y ya no podía contenerlo más en su interior. Y por una vez agradecía que en efecto, Loki tuviera razón y no fuesen hermanos.
- Entonces… envuélveme tú. - suspira Loki, las palabras perdiéndose en la oscuridad que les rodea justo antes de ser cortada por un rayo, dándole la pauta para girarse dentro del abrazo y perderse en el pecho Thor, al igual que en aquella primera vez en la que dijo "te amo" contra la piel del dios del trueno cuando esta ya dormía, sosteniéndolo como si fuese su bien más preciado, lo cual era cierto en ese entonces y lo sigue siendo ahora.
Solo que hasta el día de hoy Loki no lo había creído.
FIN