Inmediatamente la boca de Tom se cerró apresando aquellas falanges, succionándolas como si se tratara de la misma polla de su novio, enroscando su lengua en ellos tal y como acostumbraba hacerlo en el miembro de Dean, quien no pudo evitar soltar un jadeo ahogado al sentir ese húmedo musculo acariciarle, empapándole la piel atrapada en aquellos labios que bien podían rivalizar con los suyos.
La presión se hizo más fuerte, la succión mas intensa y no pudo evitarlo sus dedos se movieron por si solos, follando aquella pecadora boca que lo llevaba al mismísimo borde de la locura y el desenfreno.
A Tom parecía no importarle eso, mientras sus ojos azules permanecían escondidos de la vista de Dean, intensificando las sensaciones que el cazador provocaba en el.
- Suficiente. - Jadeo el de ojos verdes, sacando sus dedos de esa boca pecadora y llevándolos entre las piernas de este quien sin más se abrió para recibir a Dean, que se esperaba por alguna razón que Tom le detuviera, pero el hombre parecía realmente ido con sus caricias.
Tom no fue consciente de absolutamente nada hasta que sintió la presión húmeda en esa parte tan intima de su anatomía, a la que solo Dean tenía acceso.
Siseo ligeramente al sentir aquel dedo abrirse paso en su interior de manera lenta y tortuosa dejando a su paso una sensación de ardor y un ligero cosquilleo que le recorrió desde la punta del pie hasta el último de sus negros cabellos.
- Por favor. - suplico una vez más alentando al ex cazador a moverse un poco más.
- ¿Por favor que? - tentó el cazador, embistiendo lentamente con su dedo dentro de ese cuerpo, que a su polla se le antojaba deliciosamente apretado y sedoso.
- Fóllame. - pidió sin reparos, sin pudor; no le importaba que medio mundo los viera, ni siquiera le importaban las posibles burlas que Sam o Jensen les pudieran dar, solo quería a Dean y lo quería justo en ese momento. - ¡Ahora!
- ¿Sin importar que? - pregunto con una sonrisa, metiendo el segundo dedo con la orden de su novio, comenzando sin más caricias lentas a abrir sus dedos en el interior, estrechándolo para él y solo para él. - Te lo hare sin importar que, por que no me importa nada aparte de ti y de este apretado culo que pienso llenar con mi esencia.
- Te estás tardando. - dijo a modo de queja con una enorme y ansiosa sonrisa, su cuerpo bañado en sudor y agua salada solo aumentaban el deseo de Dean por poseerlo, era tan perfecto, tan guapo que dolía.
Cada musculo de su cuerpo provocaba cosas en el que jamás sintió por nadie, aquello iba mas allá del simple deseo, en verdad necesitaba a Tom y eso antes le hubiera asustado, pero ahora lo único que quería era aumentar esa necesidad.
- Que exigente te has vuelto... - susurra, dudoso de su propia voz. Saca los dedos de Tom, acariciando sus muslos con sus dedos manchados de Thomas y su saliva, antes de subirlos al pecho de su novio que respira de forma agitada, dejando al descubierto ese dulce lugar.
- Mira quién habla. - soltó ligeramente agitado, levantando, estirando el cuello para alcanzar la boca de su novio y atraparla en un beso ansioso y desesperado.
Este se lo devolvió de igual manera, dejando que sus emociones fluyeran a través de Tom, mientras el sudor de ambas pieles se unía al de Dean al dejarse caer sobre él, introduciéndose de forma lenta, disfrutando como Tom le apretaba cada vez que se adentraba mas en el.
Tom clavo sus uñas en la espalda de Dean con fuerza, mordiendo ese espacio en donde su cuello y su hombro se unían. El moreno contrajo sus músculos internos haciendo a Dean gemir por la abrumadora y deliciosa presión que le rodeo sorpresivamente en ese instante
- Oh por el amor de... - ni siquiera pudo terminar la frase, porque la necesidad imperiosa de comenzar a embestir se hizo insoportable, hasta el punto que ni siquiera espero a que Tom se quejara de su lentitud, como hacía en esas situaciones donde la curiosidad de saber que tanto era deseado se hacía presente en su pecho.
Cada embestida era brutal para Tom, brutal porque con cada una de ellas una parte de su mente se iba muy lejos de ahí, dejándole solo con la sensación de ser poseído y poseer a Dean, perdiéndose en sus brazos, sus caricias y su fuerza cada vez que le besaba o se adentraba más en su interior sin miramientos. A Tom no le importaba porque eso era lo que quería, así lo deseaba ese era Dean, su Dean.
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- Te digo Sam, no creo que sea buena idea, además, Dean dijo que no había nada a kilómetros a la redonda, así que sin el auto no conseguiremos ni un litro de agua. - Jensen intentaba convencerle de que su plan por recuperar el agua potable que habían perdido gracias a Sam y sus besos, y a que Jensen era un débil que no podía mantener la única botella de agua en sus manos, dejándola caer sobre la arena que no tardo en reclamarla como suya.
- ¿Quieres conocer el lado malo y molesto de Dean? - pregunto Sam levantando ambas cejas en un tipo de advertencia.
- No, pero no quiero saber tampoco lo que hacen cuando están solos, así que mejor regresamos y esperamos a que ellos lleguen, además, ¿Que pasara si se llevan el Impala? Dean estará más furioso. - tenía que usar todas las excusas que se le vinieran a la mente, porque temía por su salud mental si se conseguía al Winchester en una pose no apropiada con su...mejor amigo.
- El impala tiene un truco para encenderse y solo Dean y yo lo conocemos, así que no te quejes, además que podríamos ver que no... - las palabras de Sam murieron en su boca cuando su vista de fijo en la orilla que se encontraba frente a ellos. - Dime que no estoy viendo eso. - suplico sin poder apartar la mirada.
Jensen fijo su vista a donde Sam veía perplejo, ¡Dios!, pero si Dean era un completo espejo de él, sino fuera porque su piel estaba visiblemente mas tostada, a excepción de ciertas partes que Ackles podía ver a la perfección como se contraían los músculos, seguramente Dean sería una copia fina de él, si no fuera por esos detalles.
NI siquiera quería pensar en lo que estaría sintiendo el cuerpo bajo el, ¡Oh dios!, el cuerpo bajo el, ese era Tom.
- Te odio Sam... - murmuro cuando logro encontrarse la voz.
- Yo me odio más. - soltó girándose lo mas rápido que pudo tomando la mano de Jensen, alejándose de ese lugar lo mas rápido que pudo. - Cuando puedas mátame Jensen, mátame y quema mis ojos.
- No, tú definitivamente tienes que hacerlo por mí... - susurro Jensen, tratando de desviar los pensamientos que le azotaban brutalmente su frágil cordura, como que eso que tenía entre las piernas era definitivamente lo que negaba con tan poca rigidez.
- Estamos en problemas entonces. - soltó sin detenerse, tenía miedo de hacerlo, no quería ceder a la tentación de mirar hacia atrás y... Dios tenía que sacar esas ideas de su cabeza o se volvería loco.
- Sam...Sam...Detente... - pidió, usando su fuerza para detener a Sam en su desesperada huida por haber visto a Dean en tal posición.
- ¿Por qué? - soltó sorprendido mirando a Jensen con sus enormes ojos color avellana abiertos de par en par, mirándolo como un niño asustado por el monstruo que vive debajo de su cama.
- Por que... - No estaba seguro de como pedírselo a Sam, no cuando parecía al borde de un colapso, pero necesitaba decírselo. - Tu... ahora que has visto a Dean, ¿Te molestara hacerlo conmigo? - pregunto, mirando a otro lado.
Sam abrió la boca intentando que las palabras salieran pero lo que le había dicho Jensen lo había sorprendido. Después de varios intentos logro encontrar su voz y casi grito su respuesta.
- Estas bromeando ¿cierto? Es absurdo Jensen tú y el son completamente diferentes. - sus manos tomaron el rostro del actor obligándolo a mirarle. - Pueden verse casi como una calca el uno del otro, pero tú eres tú y jamás, jamás escúchalo bien, me molestara estar contigo, eres lo que más amo y deseo.
- Pues, gracias amor, pero me refería a hacerlo en la playa, no a si me comparabas con Dean... - respondió un poco nervioso de que Sam se enfadara.
- ¡TU! - gruño sin poder evitarlo. - No vuelvas a... AHH por Dios.
- Lo siento, no pensé que lo tomarías por ahí. - señalo con una sonrisa, tomando a Sam de su delgada cintura y atrayéndolo a su cuerpo. - Lo siento.
- No hagas eso de nuevo, yo creí que tu... No lo hagas de nuevo ¿Si? - pidió cediendo ante el agarre de Jensen.
- Tú también eres lo que más amo y deseo en mi vida, y lamento que lo hayas tomado así... - se disculpo de nuevo, sonriendo culpable. - Se que soy inseguro, pero trato de superarlo Sammy.
- Solo para que sepas yo también tenía planeado sexo en la playa pero ahora creo que te castigare y no habrá sexo en este viaje. - el ceño fruncido de Sam junto con el característico puchero le hicieron saber al actor que su novio hablaba muy en serio. - Así que suelta. - ordeno dando un suave manotazo a Jensen en el hombro
- ¡Sammy! ¡Eso no es justo! - Exclamo tratando de retenerle contra su cuerpo, aunque no es que el chico pusiera mucha resistencia.
- Te lo mereces por asustarme así. - esta vez Samuel se cruzo de brazos pero sin apartarse del cuerpo que lo retenía.
- Entonces tú también te mereces un castigo y por lo tanto le dirás a Winchester que fue tu culpa lo del agua. - con una mueca de superioridad Jensen le soltó, comenzando a caminar donde habían dejado a medio montar su mini campamento.
- No hay peor castigo que ver a tu hermano follando en medio de la playa. - dijo estremeciéndose. - Además, yo no tengo la culpa de que tengas manos de mantequilla.
- ¿Manos de mantequilla? - Pregunto, su voz un poco aguda por la incredulidad. - ¿De verdad tengo manos de mantequilla, Samuel? - pregunto frunciendo el ceño mientras le miraba algo enfadado, algo desafiante.
- Si no tuvieras manos de mantequilla no podrías meter esos dedos en mí. - su voz sonó oscura y la mirada que le dedico a Jensen le provoco un escalofrió por lo implícito en sus palabras.
- Bien, pues estos dedos no se meterán en ti. - respondió, no dejando que Sam viera lo que había causado solo con hablarle así, dios que el chiquillo parecía que le controlaba.
- ¿Estas seguro? - pregunto provocativo jugando con la cinturilla de sus bóxers, bajándolos de forma tentativa dejando solo ver lo necesario para que Jensen tragara grueso por el incipiente deseo de arrancarlos del cuerpo de Sam. - Entonces tendré que hacerlo solo. - una falsa mueca de tristeza se instalo en su rostro y su mano se perdió en el interior de la maldita tela.
- No te atreverías... - susurro, sin perder de vista esa mano que no le dejaba ver nada aparte de la maldita tela que el cubría.
- Mírame. - y su mano comenzó a moverse lentamente, acariciando su polla semi erecta, un gemido suave escapo de los labios del universitario con el contacto, mordiendo su labio inferior y tirando la cabeza hacia atrás por las sensaciones que le invadían el cuerpo. Tan jodidamente caliente que Jensen apenas y podía enhilar pensamientos coherentes ante aquella imagen.
- Sam... - susurro, mordiéndose el labio para no dejarse llevar por la lujuria que rodeaba su cuerpo, Sam se veía tan jodidamente erótico así, aun con el cabello húmedo, y su cuerpo empezando a perlarse de sudor.
Jensen dio un paso hacia el frente pero con su mano libre Sam le detuvo, moviendo su dedo índice de un lado a otro en un claro NO, Sam era muy perverso y Jensen apenas lo estaba descubriendo.
- No señor, si lo quieres tendrás que ganártelo. - dijo aumentando el movimiento de su mano bajo la tela húmeda de su bóxer, donde ya se percibía una muy dura y apetecible erección.
- Sam, no juegues conmigo... - casi sonó a suplica, si hubiese sabido que Sam podía dar espectáculos así, los hubiese pedido mucho antes. - Bien... - se rindió realmente rápido, su garganta seca, como si necesitara humedecerse de Sam. - ¿Que tengo que hacer? - pregunto alejándose el paso que había adelantado.
- Solo mirar. - y Jensen quiso morir en ese instante, morir porque la erección que tenía en los pantalones dolía horrores y la imagen de Sam quitándose el bóxer quedando totalmente desnudo y completamente duro frente a él era demasiado como para que su pobre corazón lo soportara. - Y no te toques por ningún motivo. - era oficial Sam era el mismísimo demonio y él un alma condenada a una eternidad de sufrimiento.
- No... No te atreverías a... hacerme esto. - incluso si intento reprochárselo con su seguridad, su voz solo se dejaba llevar por el deseo de ver a ese cuerpo que contrastaba tan bien con su alrededor.
- Si quieres tenerme entre tus piernas o estar entre las mías harás lo que yo diga. - respondió con perversidad, al tiempo que dejaba escapar un gemido de éxtasis cuando paso su pulgar por la ranura de su glande, esparciendo el liquido que emanaba de él.
Esta vez Jensen si pudo verlo, pudo ver con claridad lo que el perverso de su novio hacia, masajeándose lento y tortuoso solo para torturarle.
- Pensé...que solo querías que mirara. - debía admitir que su polla pulsaba de necesidad en sus pantalones.
- Y miraras, hasta que yo decida lo contrario. - esta vez su otra mano acaricio su amplio y fuerte pecho, mientras la otra tocaba con exasperante calma aquello que Jensen se moría de ganas por tomar entre sus labios.
- ¿Y cuándo va a ser eso? ¿Cuando tu hermano termine con su novio? - pregunto con una pequeña sonrisa, alejándose un poco más para verle mejor, estaban detrás de unas palmeras, algo lejos de la bahía, y con las rocas que cubrían la visión de las perversiones del otro Winchester, era casi el lugar perfecto para hacer esto.
- Cuando aprendas a ser bueno, que por lo que veo no será pronto. - contesto haciendo alusión a la respuesta de Jensen.
Jensen estuvo a punto de lanzarlo contra la arena, pero prefirió cruzarse de brazos, lamiéndose los labios, sonrió de nuevo.
- Bien, Baby, puedo ser un buen chico.
- Bien, entonces comprobemos que tan bueno eres siguiendo la orden que te di. - esa sonrisa perversa apareció de nuevo aun más amplia que la vez anterior. Sam comenzó a acercarse a Jensen hasta quedar frente a él. Su mano acaricio el pecho del actor por sobre la tela de su camisa al tiempo que su otra mano amasaba la erección atrapada de Jensen haciéndolo gemir por el ansiado contacto.
- Sam... - se mordió la lengua, para no soltar algo que hiciera a Sam retirarse, no cuando al fin, después de lo que parecieron años, le estaba tocando.
Pero su satisfacción murió en el acto cuando Sam despego sus manos de su cuerpo, sustituyéndolas con su boca, que ahora devoraba su cuello con demasiada parsimonia. Pero lo peor, lo peor de todo aquello es que ahora Sam restregaba contra su cadera su erección, olvidándose completamente de él y ese dolor entre sus piernas.
- ¿Te gusta? - se atrevió a preguntar, mordiendo el lóbulo de la oreja con suavidad.
Quería responder que no, que por supuesto no le gustaba, pero ni loco rechazaba ese toque, si era todo lo que Sam le daría por el momento.
- Si...estas hecho todo un seductor... - respondió, apretando sus manos para no tocarle.
- Eres un mentiroso muy malo Jensen Ackles, esas mentiras te costaran más tiempo sin alivio. - esta vez paso sus labios sobre los del actor, lamiendo la reseca piel, un calor invadió el cuerpo de ambos, Sam se separo tan tranquilo y comenzó a besar por encima de la ropa, evitando a toda costa tocar la piel caliente de su novio.
- Sammy...por favor. - prácticamente le había rebanado en dos su cordura con esa sencilla caricia.
- Lo siento Jensen pero los hombres buenos y obedientes no deben decir mentiras y eso merece un castigo. - Sam bajo lentamente, mordiendo por encima de la ropa, deteniéndose mas tiempo del necesario en la cinturilla del pantalón de donde salto hasta el bulto que sobresalía por debajo de la tela, apresándolo con sus labios, haciendo una ligera presión, haciendo volar el último resquicio de cordura en su ya muy excitado novio.
CUARTA PARTE