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【Dos años atrás, internado Seúl】
Repentinamente los sucesos de contraen, de algún modo insaciable y grotesco para su pequeña e endeble persona. Son puños siendo revelados en su rostro, moretones que saldrán mañana y una dura compilación de cadenas insaciables de morado-rojo-verde, que decorara su piel otra vez.
Puede ver con claridad la nariz de Bobby respirando un poco de aire después de estar furioso, sus hombros bajan y lo mira con pena. Con una pena incolora y transparente, como si le preguntara porque está ahí soportando todavía. No le habla. No quiere seguir molestando. Con pasos lentos se acerca a Hanbin, incrédulo. Y de manera sobreprotectora retrocede con susto y provoca que Bobby se odié.
Un golpe en el costado-otro en la clavícula-un puñetazo en el ojo-el labio sangrando. Él está tirado en la alfombra de su cuarto, en medio de unas esperanzas hechas trizas y un hombre que se vuelve desconocido. Sus golpes estaban guardados dentro de la piel de Hanbin, esclavizando cada puño en una cicatriz dura y profunda. Quería decirle muchas cosas, pero se lo cayó. Prefería guardar todos esos rencores hacia su novio y tratar de hacer como si nada hubiera pasado.
No es la primera vez y Hanbin sabe que no será la última.
Él dijo que no volvería a hacerlo. Que no volvería a golpearlo nunca más, que no lo lastimaría ni sentimentalmente ni físicamente. Fue su culpa, creyó cada estúpida palabra que salía de su sucia boca; por eso ahora estaba así. En medio de su cuarto compartido afortunadamente con él que sería el gran amor de su vida, pero con unos moretones en la cara, aterrorizado y con el labio reventado. Los moretones zumbaban cálidamente, evitando un alarmante dolor. Nada podía compararse con el daño de su corazón, todos sus sueños tirados a la basura nuevamente.
Y cae en el precipio de los reales, un abrimiento de ojos apresurado y una mirada a sus manos, a sus puños, asustándose de su actual arranque de ira.
‘’Oh joder…’’ susurra inculpándose inmediatamente ‘’ ¿Te encuentras bien?’’
‘’Vamos a olvidarlo’’ dice. O más bien a juntar esos golpes con la intemperie de los otros, a comprar más maquillaje y ocultar su dolor con base ‘’Solo vamos a hacer como si nada hubiera ocurrido’’ como siempre lo hace.
Hanbin vuelve a retroceder, interponiendo la cama como escudo. Le teme. Teme por su vida en estos minutos. Le teme a su novio. Bobby intenta acercarse poniendo cara de culpable. La cara que siempre pone cuando hace algo malo, cuando no se arrepiente.
‘‘¿Vamos a hacer como si no hubiese sucedido nada, no? ‘‘le pregunta. Hanbin mira a su novio frunciendo el ceño. Las marcas en su piel no demuestran que no haya pasado nada.
Aquí están pasando cosas que Hanbin no puedo controlar, ni tampoco quiere. Bobby pasa repetidas veces sus manos por el cabello, un nuevo sentimiento aparece por su cuerpo. Quiere golpearle, golpearlo tan fuerte como él lo acaba de hacer. Destrozar sus sueños, sus ilusiones y sus resentimientos.
‘‘No te quedes callado, Hanbin. Dime cualquier cosa, cualquiera’’
Hanbin lo reflexiona, no le va a dar la gratitud de no sentirse culpable. Si él le pega y lo aborrece, Bobby tendrá excusas para hacer víctima de la situación y volver a golpearlo. No le dice nada, no va a decir ni una palabra de enojo hacía Bobby. Quiere que caiga de a poco, encerrado en sus propios dolores. Arrepentido y moribundo.
‘‘Hanbin’’
‘‘No te acerques a mí ’‘le advierte. Es una pena saber que está al borde de las lágrimas y no se da cuenta.
‘‘Odio cuando no puedo tocarte’’ Sus palabras le duelen más que sus puñetazos, los brutales tratos que lo perjudican.
‘‘Por favor…Bobby, no ’‘suplica, su tono de voz desborda piedad, los ojos aguados y rojos. Un pequeño destello cae por sus sombras, son las promesas rotas.
‘‘Sé que soy un bastardo ¿entiendes? Sé muy bien que prometí no volverte a golpearte nunca más, ni dañarte en ninguno de los ámbitos. Pero… ¿viste como estaba coqueteándote Kim hanbin? Como se atrevió a abrazarte y tocarte la rodilla de esa forma tan…cercana, tan íntima. ¡Yo también tengo derechos, no!’’
‘‘Estás hablando como si fuera de tu propiedad, Bobby’’
‘’No quiero que te vuelvas a acercas a Kim Donghyuk’’
Guardando todos sus golpes hará sufrir a Bobby remediándolo con la consciencia, el imperial poder de la culpa. Luego recuerda que lo ama. Lo ama más de lo que debería, y se le pasa su plan de venganza. ¿Cómo, siquiera, puede seguir amando a un hombre que lo ha hecho vivir un calvario? Sin embargo, no puede. Trata de convencer a su corazón que le haga caso a la razón y fracasa.
‘‘Dijiste…Bobby, tú dijiste que no volverías a hacerlo. Me lo prometiste’’ Hanbin trata de parecer sereno.
‘‘Yo…lo siento tanto, Hanbin. No pude controlarme, mis…mis, mis puños empezaron a escocerme a tal punto que tuve que golpearte. Por favor, Hanbin…’’
‘‘Pero, tú-’’
Le sorprende la cara impresionada que le muestra.
‘‘¿Y no lo eres? ‘‘le pregunta, levantando una ceja ‘’ Deberías haber sabido que le perteneces al otro. Tú me perteneces… ¿No te acuerdas cuando lo dijiste?
‘‘Dije que era tuyo…Soy tuyo, te pertenezco. Pero eso no te da derecho a que este celoso por Kim Jinhwan. Yo te pertenezco a ti ¿no? ¿Por qué sigues siendo tan desconfiado? Soy tu novio, no él de Donghyuk’’
‘‘No quiero pensar que estas con otras personas…’‘se le escapo una risita ’‘Me dijiste que serías mío por siempre, mientras yo te besaba…Si me comporto así, es porque tengo miedo. Tengo miedo de ser tan estúpido como para perderte para siempre, y yo poder-recuperar’’ suspira ‘’He vivido mis primeras veces contigo’’
Hanbin recordaba esa hermosa memoria. Su primera vez juntos, de ambos. Todos esos años de abstinencia tirados a la borda con tal de amarse el uno al otro, con tal de juntar sus suaves cuerpos y mezclar sensaciones jamás sentidas. Lo recordaba, tenía el vago recuerdo de cómo era Bobby en ese entonces. La primera vez que se besaron, que se pelearon, que se golpearon.
‘‘¿De qué tienes miedo? ‘‘le pregunta débilmente.
‘‘De tener que volver a ese momento. De tener que hacer miles de planes para poder vernos solo cinco minutos, de tener que subir por tejados, salir arrancando en calzoncillos, de tener que vernos en secreto. Te quiero para mí todo el tiempo, puede que se egoísta. No quiero compartirte, Hanbin, eres demasiado maravilloso para ser compartido.
Hanbin abre los ojos con asombro. Le brillan las pupilas. Todo en su mente se había evaporado. Los golpes recientes estaban quemados y guardados bajo llave, Hanbin se levantó del suelo y abrazo a su novio con fuerza, hundiendo dócilmente su cara en el pecho de él. Sus profundos respiros se entremezclaban y sus brazos se ajustaban a la perfección.
‘‘Te perdono ’‘susurra bajito.
Bobby fue dejando una pequeña cadena de besos por su cuello, emitiendo tiernos suspiros cortos. Bajo hasta el pecho de Hanbin y lo tomo en sus brazos, con una fuerza supernatural. Mordió el lóbulo de su oreja mientras lo transportaba a la cama, lo tiro despacio y casi perezosamente. No era bueno que lo hicieran después de haberlo golpeado, pero tampoco le importaba mucho.
La mano de Bobby se ubicaba en su tobillo descendiendo con lujuria hasta el centro de su cuerpo, Hanbin temblaba sintiendo su toque. Levanto la polera de Hanbin y se desabrocho los pantalones ¿Pero que estaba a punto de hacer? Su toque provocaba descargas eléctricas de sufrimientos, un poco de miedo y un trauma. Su toque caliente no era diferente a su toque cuando estaba molesto. Lo empujo con todas sus fuerzas, tirándolo al borde de la cama. No permitiría que pasara a pisotear su poca dignidad.
Bobby le trae regalos después de haberle hecho pasar una mala noche. No importa si son rosas marchitos u osos de peluche, acomodados en un rincón olvidado, pero nunca le trae un poco de cariño. Y eso es lo que más añora, si tan solo fuera posible que tuviera otra oportunidad para terminar arruinándola como las otras. No puede cansarse de su novio aunque le cause atroces toques de suicidio, es una canción de desconsuelo y se haya perdido en un ambiente contaminado.
Sus pequeños ojos se cerraron con cuidado mientras pasaba entre las sombras de la pieza. La misma pieza en la cual había estado encarcelado por su propia voluntad, él podría salir si tan solo tuviera el valor suficiente de darse a respetar contra Bobby. Simplemente Hanbin no tiene las fuerzas para defenderse.
Reúne energías y se dispone a ordenar el departamento. No está desordenado pero a Bobby le gusta que este impecable y no quiere hacerlo enfadar nuevamente.
Mientras pasa un plumero por los muebles quitándole el polvo, brevemente piensa que quizás él tenga la culpa de que Bobby lo golpee de ese modo o las formas en que lo trata. Hay una posibilidad de que Hanbin lo desafié sin darse cuenta; en la mirada, en el fruncimiento de labios o la forma en que sus cejas se unen provocando un malentendido.
Su corazón late a mil cuando siente la puerta entreabrirse y finalmente cerrarse de un sonoro portazo, escucha atentamente cuando los utensilios de la cocina entrar en el caos del ruido y como Bobby lo llama con ternura. Puede que este enojado o puede que este feliz, Hanbin aún no puede leer la mente de su novio.
Fielmente, como le ordenan, camina hacía el vestíbulo y encuentra a Bobby bebiendo una cerveza sentado en el sillón, en sus manos un libro nuevo con una cubierta que Hanbin anhela.
Hanbin deja el regalo en su regazo y mira a Bobby confundido, una cena en un restaurante y un obsequio es mucho pedir para su alma miserable y acostumbrada a los malos tratos. Parpadea dos veces sin entender bien, sin asimilar las palabras que acaba de soltar su esposo.
Hanbin agacha la cabeza y juega con sus dedos, uno por uno, hasta levantarla nuevamente y mirar fijamente a los ojos a su novio con una sonrisa triste.
Le sonríe y Bobby cree que se va a caer en un abismo de desesperación y suicidios. Olvido la última vez que llevo a Hanbin a comprarse algo, siempre era él quien se encargaba de su propia apariencia única, Hanbin nunca merecía algo nuevo…solo lo que a Bobby ya no le gustaba. Bobby se masajeo las sienes e intentó calmarse sin descontrolarse. Respiro profundo y se levantó dirigiéndose al armario.
El restaurante tiene lindos toques de diseños con bases exquisitas y el olor es especialmente enloquecedor. Hanbin se siente como un vagabundo al que nunca lo hubieran llevado a un local de prestigio y sonríe con sinceridad. Bobby toma su mano entrelazándola con la suya y ha caminado así toda la velada, bebe vino de reserva y disgusta una porción placentera de ternera.
‘‘Tenían razón. La comida es estupenda ¿Te gusta, Hanbin?
‘‘Me encanta’’
‘‘Podemos venir más seguido. Lo de cocinar no se te da mucho pero puedo soportarlo. Quizás una o dos noches en la semana, me parece bien. ¿Te parece bien, Hanbin?’’
‘‘Sí, me parece bien’’
Bobby toma el cuchillo entre sus manos y deja de mirarlo por un momento y empieza a temblar. Cuando suelta el cubierto Hanbin vuelve a mirarlo y a digerir su comida con tranquilidad. Sin embargo, la forma de ser de Hanbin está molestando a Bobby. En cómo le responde mecánicamente y actúa como un robot, como si él fuera a levantar su mano y Hanbin correría asustado a esconderse debajo de la cama.
‘‘Hay un local cerca de comida italiana, me dijiste que te gustaba mucho. Podemos irlo a visitar mañana, ya que es sábado. Sí, compras y luego una deliciosa comida italiana. Me gusta la idea He oído a los jugadores oír sobre ese restauran ’‘murmura Bobby y levanta su cabeza, está vez inspeccionando a Hanbin’‘¿Te gustaría hacer eso mañana, Hanbin?
‘‘Sí, me gustaría’’
Y de pronto toda la realidad cae como un balde de agua fría en el cuerpo de Bobby. El mira a Hanbin y lo único que descubre es que él le teme, que no da sus opiniones singulares ni tampoco dice lo que piensa. Hanbin solo contesta lo que él quiere escuchar, solo que ahora no quiere a un robot como novio, quiere a su Hanbin como novio. Y parece demasiado tarde para recuperarlo. Entonces Bobby entiende, en ese momento mientras Hanbin se lleva la copa de vino a la boca y hace un ruidito adorable, que él transformo a su novio en un traumado y que vive con miedos. Que le tiene más miedo a su esposo que a la muerte, porque su novio podría matarlo. Porque Bobby lo ha golpeado tantas veces que Hanbin perdió la cuenta.
Bobby tiene que cerrar los ojos un instante tragándose las lágrimas que amenazan con salir.
‘‘¿Estas bien? ‘‘le pregunta el mayor.
‘‘Tenía una pelusita en el ojo’’’
Hanbin asiente y sigue devorando su plato. Bobby intenta de nuevo establecer una conversación con él, solo que ha olvidado todo de Hanbin. Ya no recuerda que le gusta, ni que le emociona, con suerte sabe que tiene una lista de deseos y eso incluye el libro que le regalo recientemente. Bobby se propone cumplir todos esos deseos como mínimo.
Hanbin solo se queda en silencio preguntándose en qué momento Bobby dejará de ser dulce. Puede que él haga algo no indebido por culpa de su torpeza, o Bobby inventará cualquier excusa para golpearlo.
Simplemente, termina la velada finalmente y Bobby todavía no se molesta.
¿Estará algo mal en él? Hanbin frunce el ceño y vuelve a sonreírle desde su puesto de copiloto en el automóvil.
†††
Bobby no cree que las personas puedan cambiar. Él siempre ha sido así desde que era un pequeño; insolente, irrespetuoso y arrogante, sin embargo con el paso del tiempo su ego empezó a evaporarse con demasía al momento de toparse con el mayor del equipo de baloncesto que realmente jugaba como una niña. Hanbin había cambiado todo su mundo, desde las desdichas hasta los recuerdos y gran parte del pasado.
Hanbin está sentado en el sillón de la salita, en la televisión pasa un reportaje sobre los animales heridos y él no puede poner su atención en ello. Solo piensa en Bobby; que habrá hecho Bobby, donde estará Bobby, con quien estará, que pasará cuando llegue.
Y sus dudas se acumulan con el pasar de los minutos.
Un universo, ocho planetas, ciento noventa y dos países, mil ochocientos cuatrocientos noventa y siete islas, ochenta y cinco seas, siete billones de personas y él solo pudo encontrar el amor en un hombre que lo maltrata.
Trata de gastar tiempo en el orden del hogar. Hanbin lava los trastes y pone el tocadiscos con uno que tenía escondido en un rincón, pasa la aspiradora sobre la alfombra gastada y limpia el televisor mirando de reojo, a cada minuto, la puerta.
Finalmente se abre. Hanbin se da vuelta de inmediato y ve a Bobby con un paquete grande entre las manos, un regalo y sostiene otra vez una sonrisa lasciva como una disculpa.
‘‘No quise actuar así en la tienda pero no podía sobre avisarte de lo que te tenía preparado. No creo que las personas cambien y tampoco creo que las segundas oportunidades se den’‘él menor se dirige al lado de Hanbin y pone la cajita encima.
Su cara misteriosamente esta triste a pesar de que sonríe.
‘‘He cometido pecados irreparables contigo, Hanbin. Más de los que puedo contar. Un marido no golpea a su esposo porque sí, no porque le da la gana ¡Ni siquiera tendría que haberte hablado mal! Me siento tan mal…tan mierda.
‘‘No…Bobby…’’
‘‘Este es mi último regalo y déjame verte sonreír’’
La caja repentinamente se abre y Hanbin se apura en abrir el moño revelando una pequeña y transitoria bola de pelos amarillos y ojos redondos con brillo exquisito.
‘‘¡Es un libro! ‘‘El mayor exclama y Bobby ríe ante su reacción ’‘¡Gracias, gracias, gracias!
Bobby ha tomado una decisión, es independiente del dolor que le produce sus actos. Pero él no puede seguir viviendo teniendo los recuerdos de una relación mal tratada entre sus ojos, por su culpa. No quiere ver a Hanbin sufriendo por un hombre que no lo merece y él piensa que Hanbin será más feliz con alguien que si lo quiera.
Bobby lo quiere pero le hace mal. Y por eso decide acomodar sus pertenencias en una maleta mientras el mayor duerme con el minino e irse lejos de sus caricias. Muy lejos de Hanbin, el mayor merece un amor inocente, dulce y puro, no un amor como el que le daba Bobby.
Pero no lo está abandonando, solo está dejando pasar el tiempo para recapacitar, para rehabilitarse él. Y en medio de la puerta de salida y su hogar, Bobby se da cuenta que no quiere ver a Hanbin con nadie más que no sea él, se moriría de celos de tan solo ver a su pequeño en brazos de otro hombre desgraciado.
Encima de la mesa, donde se ubica la segunda caja con todos los deseos de Hanbin, Bobby escribe con un marcador en la ventana central.
†††
【Actualidad, internado Incheon】
Sus manos empezaron a temblar cuando vio la disimulada figura de su ex novio en el campus. El mismo que denegro y utilizo maltratándolo, la singular silueta de Kim Hanbin. Empieza a parpadeo dos veces cada tres segundos para asegurarse, cuando claramente se trata de él. Su columna vertebral transpira y su lengua se hace demasiado pesada para articular alguna palabra, pero se ve tan feliz.
De todos los internados, tuvo que venirse justo a este.