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El jardín se funde en pensamientos oscuros y resplandecientes, de las miradas cohibidas del pintor. Un claro e incandescente color decolora las mejillas levemente pálidas, la brisa cobijando sus escalofríos matutinos y por un segundo disfruta la clausura del óleo borrado, manos tiritonas y sonrisas que le devuelven con afán de contraer una patología interminable.
‘’Me alegra estar contigo nuevamente, Madre dice que estaremos juntos en el internado ¡Estoy tan emocionado! ‘’comienza el pequeño y Junhoe se encuentra sonriéndole al retrato impecable, matices de vida en un cuarto de cartón, pequeñas pinceladas que lo convierten en residente esencial de sus ojos ‘’Vine aquí a ser feliz, pero nunca tuve amigos’’
‘’ ¿Por qué vives siguiéndome todo el jodido tiempo? Es un lugar nuevo, así que tienes que hacer amigos. Te obligo a tener amistades, no voy a estar contigo el resto de los años, no siempre’’
‘’Ugh, Junhoe malo’’
‘’Siempre actúas como el hermano menor. ¡Tú eres el mayor! Estas volviéndome un demente...’’
Se encoge de hombros soltando una risa callada ‘’Algo por el estilo’’ y añade rápidamente ‘’Quiero unirme al programa de canto pero no estoy totalmente convencido. No estoy seguro’’
‘’Te lastima’’ Junhoe sonríe y sujeta suavemente el pincel ‘’Te lastima, sin embargo, sigues haciéndolo. Canta para mí, Jinhwan’’
El niño sufre una caricia en la mejilla, un tono melódico de sus labios que sale velozmente soltando el aire contenido en los pulmones, le gusta cantar en el aire libre y le gusta ser escuchado, aunque últimamente tras la ausencia de oyentes, se le ha vuelto un cansancio repentino.
El timbre de su voz resuena en el atardecer soleado de Seúl, un mar de ruidos silenciosos y alas revoloteando en arboles distantes. Parece abrumadora la serie, una ligera manera de ver una foto y quemarla al instante porque, finalmente, es una sonrisa que se desvanecerá al entrar la noche.
El pincel se desliza en el augurio de los placeres del arte, subraya el rostro y la sonrisa naturalmente contemporánea. No es más que un retrato, se dice a mediados de abril, pero consterna un recuerdo difícil de olvidar.
El momento queda paralizado en un conjunto de emociones.
Junhoe titubea y sus manos vuelven a sudar, temblar y escalofríos recorren su espalda. No ha comido lo suficiente estos últimos días o finalmente su interior da un respingón. Siente el extenso malestar cotidiano en su estómago, un característico pensamiento que invaden los muros de la consternación pero es demasiado indefenso como para admitir lo que siente, es demasiado blando y débil, inexperto e inmaculado como para degustar el sabor de la devoción.
Le parece conocida la canción, frunce el ceño dibujando una lista reproductiva de música antepasada. De los años 70 u 80, quizás más antigua o más nueva. La exactitud está en la melodía de jazz que utiliza, una versión insensata de la canción, un retoque que suponía sería un error pero resultó ser un maravilloso éxito ejemplar.
Se ríe, agacha la cabeza y la alza en un movimiento, finge rascarse el mentón y continua con su trabajo ‘’Cantas muy bien, podrías recurrir a un casting o tal vez estudiar en Julliard’’
Su sonrisa es más irónica ‘’No. Además no está incluido en mi lista de quehaceres antes de terminar esta semana’’
‘’ ¿Solo queda esta semana?’’ le pregunta con ojos grandes y la incertidumbre en cada poro. ‘’ ¿Nos vamos ya?’’ y quiere quejarse porque obviamente lo suyo no son las clases ni el encierro infernal.
‘’Una sola semana, tampoco es tan malo si lo ves desde mi punto de vista, podemos estar solos durante todo el resto del día y las noches completas. Sin temer que Madre o Padre nos vayan a encontrar’’
‘’Creí que esa vez iba a ser la última’’
‘’Yo te quiero’’ dice despacio y con miedo. Los ojos de su hermano se abren a tal grado que empieza a asustar, pero tampoco podía ocultarlo más, necesitaba decírselo.
‘’Estas loco’’ a pesar de estar en medio de una entrada, retrocede ‘’Estás prácticamente loco. ¿Cómo puedes quererme de esa manera? Eres un demente, un jodido enfermo. Estás...’’ por un momento frunce el ceño, mirándolo exceptivamente ‘’Totalmente fuera. Somos hermanos, Jinhwan, hermanos. De la misma sangre, de los mismos padres...’’
‘’ ¡No estás entiendo nada! ¿Qué harías tú en mi lugar? ¡No puedo hacer nada para evitarlo!’’ Pero el pintor ya no está escuchándolo ‘’ ¡No puedes luchar contra una guerra que ya está perdida! ¡Tienes que ponerte en mi situación por un segundo! ¿Sabes cómo se siente eso? Como la puta mierda... y-no-yo... pensé que éramos amigos...-o algo así-pero la cosa es que confié en ti porque no te importaba. Y es genial poder tener a alguien’’
‘’Pero es malo. No es un juego de cartas, Jinhwan, es algo concreto, real y que está pasando. ¿Por qué no hacemos como si esto nunca hubiera sucedido? Voy a hacer como si no te hubiera escuchado’’
‘’No quiero hacerlo. Y tú también tuviste la culpa porque me hiciste creer que te tenia o algo así, fuiste demasiado bueno conmigo para ser un hermano y tampoco se bien que siento’’
‘’ ¿Entonces qué es?’’ cuestiona nuevamente, y se pregunta qué está haciendo charlando con un demonio con espíritu de ángel, cuando más bien debería correr muy lejos de él. Pero quizás eso es lo que le falta, un poco de locura verdadera, y le interesa infinitamente como las estrellas. Jinhwan hace mucho tiempo que está muerto, ahora solo esta una transición.
‘’Es solo un proceso de consternaciones en las que estoy metido hasta el fondo y necesito terminarlo porque tal vez ya no quiero estar aquí’’ le responde en un tono melancólico.
‘’ ¿No quieres estar aquí porque estoy yo?’’
‘’No me escuches, lo dije sin pensar. Creo que estoy confundido. Sí, eso debe ser. Solo tengo que terminar de...’’ sin embargo se levanta, dejando a un Junhoe incómodo y se marcha tan natural como vino.
Junhoe quiere preguntarle que tiene que terminar. De que se está tratando todo este dilema de teorías, trampas y suposiciones que le están arrebatando los dolores de cabeza porque no es justo que la vida te de algo para quitártelo enseguida.
Pero lo deja pasar, el retrato está terminado de todos modos.
†††
Trabajaba en un proyecto que conservaba el mismo ejemplar, una y otra vez. Cuadros amontonados en un cuarto luminiscente, donde las partículas de polvo descendían con cansancio.
La luz caía pesadamente en sus cabellos negros y la pequeña incertidumbre colmándose en su sien. El fino pincel danzaba entre sus dedos delgados, los músculos cerniéndose al vaivén de las muñecas y concentrándose en cada detalle. De hecho la total brutalidad con que chocaba contra el papel lo hacía temblar. Pero a la misma vez, con un sentimiento similar, le encantaba contradecir la delicadeza de un arte esplendido.
Cuando miraba a su modelo, un muchacho esbelto y bello, excelente prototipo de belleza gracia, sin embargo había algo que faltaba. Quizás fueran aquellos ojos azules y aterciopelado matiz, las perfectas facetas que buscaba en un retrato.
No obstante, Junhoe repaso la línea de la mandíbula poniendo atención al modelo. Desde luego que faltaba algo en sus ojos, estaban tan llenos de vida que emitía sus memorias solo con fijarse en sus pupilas.
A lo largo de las paredes, parecía verse los diferentes cuadros con el mismo rostro resplandeciente. Un niño pequeño, demasiado delgado y de cabellos clandestinos. Una paradoja total de perfección. Realmente no estaba ahí, la mitad de él había desaparecido desde el comienzo puede que ese haya sido el principal problema. Mientras más miraba el barniz despiadado de las pecas, las escazas pestañas y el labio regordete, más le decía su mente que lo desechara.
Un ser en su débil decadencia cometería tal estupidez, es un muchacho tan bello pero no le da satisfacción pintarlo. Es solo arte decorativa que algún día será vendida en una enorme suma de dinero y catalogado como una obra maestra pero este chico es tan perfecto, que ante los ojos de Junhoe, es una pérdida de tiempo.
El óleo cae en sus nudillos, salpicando manchas en su pecho. No sabe con exactitud cuántas horas ha invertido en esta pieza.
La mente de Junhoe es una paranoia irritable de colores revoleteando, maldiciendo y asesinándose entre sí. Un natural suceso de poesías rotas y dramas melancólicos. Deja de pintar en un momento interrumpido y puede oír el despido formal del extranjero, no está en sus casillas ahora mismo. Algo se desconectó dentro de él y el color blanco de las paredes solo significa desesperación.
‘’Nos vemos en otra ocasión’’
Se exaspera. No hay razón para terminar ese cuadro mediocre, justo cuando lo ve aparecer entre sus ojos; una especia de rostro a medio formar con contrastes exactos, parece una anormalidad enorme de conjuntos en su salón. Su cara adornando cada rincón en una periferia que solo existe él. Está obsesionado con él.
El pincel cae en el suelo. Sus dedos rasgan el papel causando heridas y empapándolas de manchas. Lo rasga dócilmente ajeno a la realidad.
La proporcionalidad del ángulo es errado, hay una línea sobrante en los parpados, las pupilas no muestran nada más que perfección.
No está bien.
Es un error.
Malo.
Sacude su labio entre sus dientes, exponiendo sangre, lo atrapa sin soltarlo y encaminándose lentamente a la singular locura.
Toca la pintura fresca en una similitud pegajosa y contemporánea. Revela sus secretos ante su arte, lo hace realidad. Tiene errores en cada pincelada, este don es maldito, está llevándoselo pieza por pieza sin dejar camino de vuelta.
Entre sus palmas se pega el papel, otra obra arruinada; hay equivocaciones ciclópeas. Necesita aire, necesita cordura.
Los sonidos lo molestan perjudicándole la concentración. Es tan obstinado que finalmente magulla con sus uñas el arte, el rostro perfecto convertido en pequeños humos abstractos, en basura. Llega un momento en que todo su cuerpo se mueve en sincronía, tirándose algunos mechones y gritando, balbuceando, suplicando. Porque esos bocetos son una llama de esperanza, pero no son ejemplares y misteriosos como el rostro de Jinhwan. Porque si no es Jinhwan, no quiere a nadie. Está obsesionado con su hermano.
†††
Da pequeños besos tiernos en su cuello, un trayecto transitorio y ladrón de felicidades. Un pabellón lleno de dibujos atrapados, un sencillo cuerpo a su merced. Su mano cae en su diminuta cintura; un contraste perfecto a la amortiguada situación de placer. Por un instante se pierde en los viajes de su piel desnuda y vuelve a toparse con la lujuria acorralada en un sinfín de posibilidades. Jinhwan es un túnel oscuro lleno de rayas criminales enjuiciándolo.
Su amor subliminal lo castiga eternamente posando un beso en sus labios rectos, parece anoche cuando soñaba con algo similar, parece ayer que tenía un alma tan impura en sus yemas.
‘’Entonces... cuando dijiste que no te gustaban las chicas porque eran ruidosas, era todo una jodida mentira’’
‘’Eso es cierto; una jodida mentira imperial pero no quiere decir que no haya tenido ganas de encariñarme con alguien. No me malinterpretes no estoy siendo un desesperado pero en algún momento de mi vida he sentido el humanismo en mí y he deseado un poco de amor’’
‘’Todo el mundo necesita un poco de amor aunque sería genial no poder hacerlo una urgencia’’ apoya ligeramente su cabeza en la almohada ‘’No quiero ser una carga para la otra persona pero tampoco quiero ser invisible. Es algo raro el amor, puede manifestarse de muchas formas’’
‘’Es algo tan mundano que no vale la pena intentarlo’’ honestamente declara el niño ‘’Mi visión del amor siempre fue nula. Bien neutra en síntomas corporales, pero el amor de una madre se crea en un conjunto puro, no del tipo común’’
Junhoe quiere decirle que su amor es puro aunque sea de cortas semanas y limitadas horas. Ha amado a un hombre en su vida y está a punto de ser expirado. Y por un instante, con el cuerpo enredado y la mano cayendo suavemente a su delgada cintura, se objeta claramente su fanatismo innato por Jinhwan. Una forma cruel de sentir el amor contra su euforia por memorizar las clases de personalidades que posee su amado, es difícil leerlo porque él no es un libro que este abierto para todo el público en general, requiere tiempo y paciencia y mucha concentración y Junhoe no cuenta con ninguno de los requisitos.
‘’ ¿Por qué odias tanto el amor que declaras humano?’’ se atreve a preguntarle y besarle la frente con ternura. Es su primer chico pero no su primera experiencia.
Jinhwan se remueve ‘’Lo hacen ver algo incorrupto. Desde mi punto de vista, claro está. He visto a personas que sufren por ser amadas y que sufren por no ser amadas. Es un dolor inmenso que se ve a kilómetros, se distingue en la persona, es como si vieras sus ojos y pudieras ver cuantos corazones rotos lleva en su corto periodo de vida. En las novelas lo hacen ver posible y duradero cuando no es así. Yo no quiero un amor convencionalmente pintado de rosa, yo solo quiero corresponder de la forma debida a quien verdaderamente mueve mi sistema’’
‘’ ¿Muevo yo tu sistema?’’
Jinhwan ríe ‘’Tu provocas todo un terremoto’’
A pesar que son hermanos, una mínima parte de Jinhwan se rompe cuando tiene que esconderse. No le gusta la forma en que sus ojos observan inseguro la puerta, a punto de ser descubiertos y tentando al traumatismo de su Madre. Hay veces en que reza y le pide a dios una segunda oportunidad, un mundo donde Junhoe no sea su pequeño hermano y donde él pueda amarlo sin límites.