[trad-esp] Metal - Capítulo 16 || 57%

Jan 19, 2016 19:29

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57%

A Sehun siempre le ha gustado la poesía.

No es el tipo de persona que uno podría mirar y pensar Wow, debe ser un chico poético, sobre todo porque nunca se molestó en decírselo a nadie. Bueno, Jongin sabe todo acerca de él, pero es un bastardo chismoso así que Sehun realmente no cuenta con él para nada.


Se encuentra en la biblioteca, buscando con los ojos entre los títulos de los libros hasta que encuentra el correcto. Saca un libro de poesía y decide que, si no tiene nada mejor que hacer (lo cual es evidente), entonces podría leer. Era un buen pasatiempo, al menos.

Ve las palabras y estas se repiten sin sentido en su mente, sin captar su significado. Echa de menos los videojuegos con Jongin, el café enlatado, los aperitivos del mini market y la libertad de una vida restringida, si eso tenía algún sentido.

En estos días está muy melodramático.

Páginas y páginas son volteadas con el paso del tiempo.

"¿Que estás haciendo?" Sehun levanta la mirada para ver a Tao apoyado contra la puerta.

"Releyendo viejos libros," dice. Su cuerpo se tensa involuntariamente. Tiene que detener eso.

Tao parece sentir la incomodidad. "¿Qué pasa? No te estás sintiendo enfermo otra vez, ¿verdad?"

"No te preocupes por mí." Trata de volver a su libro, estira sus piernas por delante y sobre el otro reposabrazos. Extiende su cuerpo a través de todo el sofá de tres personas, con sus tobillos colgando sobre el borde.

Tao resopla ante el comentario porque es natural que se preocupe.

Es su trabajo.

Se sienta sobre las piernas de Sehun, y este último protesta gritándole, "¡Oye! Qué mier- ¡Quítate!" Tao sólo se ríe. Es tarde por la mañana, el cielo está despejado, y la luz exterior solamente se intensifica por el resplandor que se refleja en la fresca y blanca nieve. ¿Puede evitar sentirse un poco animado? Sehun tampoco puede evitar enrojecer ante la simpatía repentina. Baja el libro, tosiendo torpemente en su puño, y murmura algo acerca de ir a hacer café. Tao lo sigue por detrás, con la más pequeña de las sonrisas en sus labios.
Qué día tan travieso.

Tao merodea junto a Sehun mientras hace su café y lo vierte en las dos tazas. La cabeza de Sehun ocasionalmente voltea hacia él, su flequillo cayendo sobre sus ojos mientras trata de darle una mirada escudriñadora al guardaespaldas.

"Estamos alegres hoy día, ¿no?" Sehun gruñe.

"¿Yo? Pensé que eras tú el que generalmente era afectado por el clima."

"¿Cómo lo sabes?"

"¿No somos todos así?"

"Bueno, tengo otras cosas en mente."

Como cada segundo dentro o fuera de esta casa podría potencialmente matarlo.

"¿Justo ahora? ¿Cómo qué?" La mirada sorprendida de Tao nunca deja la taza de café. Si realmente quiere su café o sospecha de las bebidas que Sehun hace, Sehun no lo cuestiona.

"Nada. Volveré a la biblioteca." Se pone de pie para irse.

Tao lo sigue. Sehun suspira. Pensó que se había acostumbrado a ello pero, aun así, tener a alguien persiguiéndolo todo el día es... antinatural.

Cuando ve el sofá para dos en el centro de la habitación, su corazón late rápidamente. Toma asiento ahí, y Tao se sienta a su lado. Sehun abraza sus rodillas contra su pecho con fuerza y recoge el libro de donde lo había dejado.

Flechas rojas,
Nos llevan a la muerte,
Profundo en el corazón en momentos desesperados.
Reloj detenido,
Calor enfriado,
No hay pulso en los torrentes de invierno.
La tristeza es teñida
con engaño y
enfado,
La agonía está unida
al misterio y
a la traición,
La vida es una esencia de
ambición
y
pecados.

"No entiendo cómo puedes leer un libro entero de esto." Sehun despierta de su mundo ficticio para ver a Tao inclinándose demasiado cerca de su cara. Responde rápidamente, conmocionado por la repentina intimidad.

"¿A qué te refieres?" Sehun casi tartamudea. Se sienta correctamente.

"Bueno, tienes que tomarte tu tiempo para interpretar dichas líneas. No te dan los significados desde un principio, te dejan para que resuelvas las cosas por tu cuenta." Mira a Sehun con una expresión tan inocente, que Sehun tiene que ocultar su sonrojo detrás de su mano.

"Es por eso que me gustan. Los entiendo. No tienes que decir cosas como 'la vida apesta' o 'todo es aburrido' o... o 'te amo' directamente. Puedes decirlo de forma más compleja." Dice todo de un tirón. ¿Soy raro? Piensa. Baja el libro, pero Tao lo detiene con una mano.

"No, no. Lo entiendo." Tao sonríe. "No tienes que dejar de leerlo sólo porque dije eso," dice con una carcajada. Inclina la cabeza hacia atrás sobre el sofá y cierra los ojos, aparentemente dando por terminado el tema.

Sehun disfruta el momento deleitándose con los rasgos de Tao mientras que él no se da cuenta. Piel pálida en su cuello, venas sobresaliendo alrededor de su manzana de Adán cuando Tao, aparentemente, traga saliva. Una mandíbula afilada sube hasta las cuatro perforaciones en sus orejas, la plata brillando en la luz. Sus labios se curvan en los bordes y se hunden en el medio, su nariz recta, las sombras oscuras bajo sus ojos, sus largas pestañas que tiemblan mientras sus ojos se mueven detrás de los párpados delgados. Absorbe los detalles, deseando poder acercarse más y verlos a una proximidad más pequeña. Demasiado pronto, los ojos de Tao se abren y se encuentran con los suyos. Sonríe, Sehun se ruboriza, y las cosas se vuelven muy torpes. Para Sehun, al menos.

"¿Necesitas algo?" Tao pregunta. Travieso.

"No. No, para nada." Afortunadamente Yi Fan entra, ahorrándole más tartamudeos torpes. Su salvador. Suspira con alivio.

"Señor," Yi Fan lo llama desde la puerta.

"¿Sí, Yi Fan?" Se sienta rápidamente en posición vertical, alejándose de Tao y volviendo a su habitual cara seria.

"Bueno, señor. Su madre le dejó un mensaje." Yi Fan enlaza sus manos detrás de su espalda.
Sehun parpadea una vez. Dos veces. Balbucea un, "¿Perdón?"

"Ella me dijo que le dijera que 'tengas cuidado', 'no hagas nada precipitado', y 'te amamos y te extrañamos'." Los ojos de Yi Fan parecen decir Lamento esto.

La expresión de Sehun se endurece. "¿Eso es todo?"

El mayordomo asiente. "Sí, señor."

Sehun se muerde el labio. "Gracias, Yi Fan," dice, dándole permiso para retirarse.

"¿Necesita algo antes de irme, señor?" Yi Fan pregunta.

Sehun recuerda algo. "En realidad, sí. Me temo que dejé nuestras bebidas abajo. ¿Crees que podrías traerlas?"

Yi Fan le da una sonrisa. "¿Por qué no simplemente preparo más para usted? Estoy seguro de que sus otras bebidas ya se han enfriado."

"Me parece genial. Gracias."

"Claro." Yi Fan se va con una reverencia.

Sehun espera hasta que la puerta se cierre detrás de él antes de desplomarse de nuevo en el sofá, con su cabeza entre sus manos, tratando de hundirse en la felpa. Gruñe.

"¿Sehun?" Tao le dice mirándolo. "¿Estás... bien? ¿Es por el mensaje?"

Gruñe otra vez. "No hablemos de eso."

Tao abre la boca para decir algo, sólo para cerrarla de nuevo. No quiere presionarlo. "De acuerdo."

Sehun presiona sus rodillas contra su pecho, enterrando su cabeza entre ellas y desordenando su cabello. Lo único que puede pensar en ese momento es Malditos padres y Hubiera preferido no tener ningún mensaje en absoluto. La ira nubla su mente. Aquí está, atrapado y solo, y sin embargo sus padres están libres en la ciudad, trabajando y caminando, hablando con gente, viviendo. Aquí está él. Solitario.

Bueno, no del todo.

Tao no es muy bueno con las convenciones sociales. Los abrazos son, aparentemente, un extra. El consuelo es un extra. Ignorar a alguien definitivamente no es un extra. Así que elige la opción que cree que sería ligeramente buena. Pone un brazo indeciso sobre los hombros de Sehun y le da un apretón. Apoya su barbilla en la cabeza de Sehun.

"No te preocupes por eso," dice lo primero que viene a su mente, "y simplemente preocúpate por ti mismo."

Permanecen en silencio después de eso, el aire cargado de una ironía que ambos pueden sentir. Pero ninguno es lo suficientemente valiente como para admitirlo.

-

"Gracias, Yi Fan." Dice por tercera vez en el día.

"Por favor, bébalo antes de que se enfríe otra vez, señor." Yi Fan le dice. Sehun toma un sorbo con un asentimiento. El café está caliente pero con la temperatura perfecta al mismo tiempo. Saborea el calor en su estómago y se da cuenta que a su lado, Tao está mirando su taza con cierta cautela.

"Tao, se enfriará." Sehun le hace señas para que beba. Detrás de él, Yi Fan parece irse, pero se queda en la puerta con una mirada horrible en su rostro. De placer petulante. De injustificada victoria.

Tao sólo continúa mirando, dándose cuenta de que Yi Fan lo está viendo, y Sehun también. "Sí. Lo sé." Coge la taza y bebe.

Es amargo, lo que era de esperarse. ¿Qué es ese olor? No puede preguntarlo en voz alta. Sehun levanta una ceja, a punto de cuestionar su actitud vacilante. Yi Fan simplemente se da la vuelta y se va.

El sabor pica y quema la parte posterior de su garganta.

Por extraño que parezca, le recuerda a...

-

...¿Cómo iba a saber que tenía poca tolerancia al alcohol?

Es exactamente eso. No había manera. Es menor de edad, apenas un poco mayor que Sehun, un estudiante de secundaria. Ni siquiera se supone que debe conocer la sensación de tomar alcohol, de beber el néctar adictivo.

Había comenzado con el primer sorbo. Ese sabor extraño. Nunca lo había bebido antes por sí mismo, y mucho menos en el café, una bebida con la que se podría decir que está familiarizado. Es peculiar, pero aun así sentía que... lo había sentido antes en alguna parte. ¿Lo había olido? ¿Probado? Probablemente lo último no. Su memoria, decidiendo a fallarle en lugar de advertirle, había dejado pasar el primer sorbo.

El segundo sorbo, solamente alentado por la vaga impresión de que Sehun debe tener la misma bebida también, le instó a seguir adelante. Era fuerte, esa extraña sensación en él. Se había sentido como si estuviera haciendo algo moralmente incorrecto. Aunque qué era eso, no podía saberlo del todo.

Sorbo tras sorbo hasta que la taza estaba vacía, y es ahí donde se da cuenta.

Alcohol. Alcohol fuerte, específicamente.

Nunca sabes cuando los superiores quieren probarnos.

No son los "superiores" si lo haces tú mismo.

Bastardo. Por supuesto, los pensamientos no son claros en este punto. De hecho, todo se vuelve bastante borroso. Siente el impulso de hacer algo fuera de lo común.

Así que ahora aquí está, en el sofá, con un chico rubio a su lado al que parece tenerle bastante cariño. Pero también un poco de... ¿molestia? Llega a la conclusión de que debería dejar de lado la cordura y ver a dónde lo lleva todo esto. Es mucho más fácil ceder ante la ilusión que luchar contra lo que no es real.

-

Sehun tiene la sensación de que su compañero no está como estaba... antes.

Antes de qué exactamente, no está seguro. La cabeza de Tao está colgando, con los codos sobre sus rodillas y sus manos enlazadas delante de él. Parece como si estuviera en algún tipo de trance, luchando contra sus demonios interiores y reflexionando sobre sus decisiones de vida.

Cuando levanta su cabeza, estira su cuello e inclina su cabeza hacia Sehun con los ojos entrecerrados y la boca ligeramente abierta. Sehun traga saliva. Las venas de su cuello. La manzana de Adán. La mirada fría.

Pensamientos felices, piensa. Grandes campos de hierba y flores de primavera. Pájaros cantando y prados soleados. Pensamientos felices.

"¿Tao?" Sehun, aunque distraído, está preocupado en algún lugar de su mente. Tao parece estar actuando un poco diferente y, francamente, está preocupado. Lo hace sentir incómodo. La gente siempre cambia inexplicablemente a su alrededor. Entonces, ¿en qué se está convirtiendo este chico?

Los ojos de Tao parecen vidriosos y casi inconscientes. Muy lentamente, sus labios se curvan y deja escapar una risa.

"Sehun," arrastra la 's', "No tienes ni idea, ¿verdad?" Se inclina más cerca al menor. "Estás atrapado en tus propias fantasías."

Su lenguaje, su tono, él mismo. Le grita luces rojas y señales de advertencia hacia Sehun.

Le dice, Corre.

"Yo... ¿de qué estás hablando?" Se apoya en sus manos sobre el sofá, alejándose de esta criatura desconocida. Lo único que puede pensar es que Tao suena muy informal.

Tao se ríe de nuevo, bajo y ronco, mientras busca secretos en los ojos de Sehun. "Justo lo que dije. Fantasías, Sehun. Estás atrapado." Se arrastra más cerca. "¿No lo sabes?" Más cerca. "Todo lo que ves a tu alrededor es una ilusión." Más cerca. "Es lamentable." Más cerca. Con cada mano que pone hacia adelante, Sehun retrocede para igualar su ritmo. "Parece que tienes mucho potencial." Más cerca. "No sabes el infierno que pasé por esto, ¿no?" Sehun se ha quedado sin espacio en el sofá. Sus manos están en el borde del reposabrazos, amenazando con caer. Sin embargo, Tao se mueve aún más cerca. "Vine aquí desde el infierno, y sin embargo me empezó a gustar este idiota."

Demasiado cerca.

A pulgadas -no, solo centímetros- de distancia de la cara de Sehun, puede ver que la cara de Tao está ligeramente enrojecida, sus ojos desenfocados. Puede sentir que algo se aproxima.

"¿Dé qué... estás hablando?" Tiene que retrasarlo, sea lo que sea. "No sé-"

"Claro que sí," Tao lo interrumpe. "Sabes exactamente de lo que estoy hablando."

Presiona su frente contra la de Sehun, gruñendo como una animal.

Todo lo que Sehun puede oír son los oscilantes latidos de su corazón haciendo eco en su cabeza. Retumba en sus oídos, los latidos ensordecen su capacidad para percibir cualquier sonido excepto las palabras que se forman en la lengua de Tao.

"Y...," las palabras de Sehun quedan atrapadas en su garganta, "y ¿qué es?"

Sus narices se tocan, como si sus frentes no fueran suficiente contacto para esta conversación. ¿Puede siquiera llamarla una conversación? Tao deja escapar un suspiro y Sehun lo huele.

Alcohol.

El chico está borracho. Posiblemente por el alcohol. Pero ¿de dónde? Por lo que él sabe, no hay alcohol en la casa. Ni una botella lujosa de vino, ni una lata de cerveza. Sus padres estaban muy a favor de la abstinencia (nunca bebían), y se puede considerar que la casa estaba, y está, limpia.

"Es lamentable," dice Tao, "que una cara tan bonita deba morir tan joven."

Dice una última oración, los ojos de Sehun se ensanchan, y es ahí cuando sucede.

-

Su cerebro debe estar funcionando mal. Ni un solo pensamiento es procesado lo suficientemente bien para formar sonidos, palabras, o cualquier cosa que tenga sentido hasta para el menos inteligente de los seres humanos. ¿Está borracho también? Por supuesto, el primer pensamiento que se esculpe totalmente en su mente es:

¿Qué mierda?

Es cálido, eso es una cosa.

Huele a alcohol, aunque eso es un hecho.

Es suave pero brusco, porque en el fondo de su mente, sabe que eso es. Se ha vuelto loco. Más específicamente, jodidamente loco.

Porque... porque... Tao está... ¿besándolo?

Ha desperdiciado un segundo pensando todo eso. Se toma otro segundo para disfrutar de la gloria del momento, de la sensación de los labios gatunos que se ajustan a la perfección sobre los suyos, presionando con fuerza, deseando más. Dos piezas de un rompecabezas que se instalan una junto a la otra; sí, ellos encajan. Y esto, esto se siente bien.

Se toma un tercer segundo para cerrar los ojos. Un cuarto para devolverle el beso.

Probablemente irá al infierno después de esto. Está aprovechándose de alguien que ha perdido la conciencia, que está hundido bajo los efectos del alcohol. Su cabeza está demasiado confundida para preguntarse cómo sucedió todo esto. Siente que Tao deja escapar un suspiro y se estremece debajo de él.

Una mano sostiene sus caderas hacia abajo sobre el cojín, la otra mano está enredada en su cabello.

Es demasiado para él. Demasiado.

La mitad de su cerebro quiere subir sus manos y envolver sus largos dedos alrededor del cuello de Tao. Acercarlo más. Pedir más físicamente.

La otra mitad de su cerebro sabe que está siendo un tonto y le dice que se detenga. Ahora.
Detente, le dice. Estás cavando tu propia tumba.

Lucha, trata de hacerlo. Se aleja. Jadeando. Tao lo mira, lentamente avanzando hacia él, pero Sehun niega vigorosamente con la cabeza.

Toda la sangre sube a sus mejillas cuando se da cuenta de lo que ha hecho. Cubre la mitad inferior de su cara con una mano, y aleja a Tao con un ligero empujón en el pecho. "Estás," su voz se quiebra, "en realidad no... ya sabes. Esto no es real. Así que... por favor. Vamos a llevarte a la cama."

Tao simplemente lo mira fija y distraídamente.

Sehun jala a Tao del sofá y lo arrastra tras de sí hacia su propia habitación. No tiene permitido entrar a la de Tao, así que lo mantendrá ahí para que pueda cuidarlo. Ayuda a Tao a acostarse bajo las sábanas, lo obliga a dormirse, y escapa de allí. Cerrando la puerta detrás de él, se hunde en el suelo, sus piernas se debilitan mientras la revelación lo golpea.

Estira su mano para tocar sus labios mientras recuerda la frase que Tao le había dicho antes de... eso.

"Y es aún más lamentable porque creo que te amo."

-

Tao se despierta con un sobresalto.

Su cabeza palpita furiosamente, golpeando contra su cráneo. Gime y lleva una mano a su frente. Puede ver la luz de la mañana afuera.

Mira a su alrededor y deja escapar un suspiro de frustración. La habitación de Sehun. De nuevo. ¿Está enfermo? Se siente un poco enfermo. Las últimas horas (¿horas? ¿Cuánto tiempo ha sido?) son borrosas para él. Trata de recordar ciertos momentos, pero no puede. Recuerda el café. ¡Sí, eso es! Fue el alcohol. Tiene una resaca, maldita sea.

Algún día, se jura, el imbécil de Yi Fan se las pagará.

Por ahora, lo único que puede sentir es la culpa hundiéndose en su estómago.

¿Qué ha hecho?

-

Cuando la noche se asienta, Sehun se levanta de la cama y sale por la ventana. Detrás de él, Tao está privado por el cuestionable alcohol, algo que le preguntaría más tarde. Sube, sube y sube para sentarse con las piernas colgando entre la barandilla como antes. Minutos después, oye llegar a Jongin. Se sienta al lado de Sehun.

Jongin parece sin vida. Apagado, como una marioneta. Lo único que lo mantiene en pie son las delgadas cuerdas que lo sujetan. O como vidrio, como un jarrón de cristal. Reteniendo agua, vida, para otra flor, pero conteniendo sus emociones. Está al borde del abismo. Y Sehun sólo puede pensar en sus propios problemas. Se siente terrible al presenciar que su vida no es la única que se está saliendo de control. Se gira para mirar a Sehun y trata de formar una sonrisa.

"Así que," comienza, "¿cómo estuvo tu día?"

Piensa detenidamente.

La vida es como un poema, piensa. Las palabras son para interpretarlas. Las situaciones deben ser tomadas desde diferentes perspectivas. Las personalidades están plagadas de engaño e historias ocultas. A veces, mentiras deben ser dichas para conseguir llegar hasta el final.

Sehun inhala bruscamente antes de responder, dejando que el aire de invierno llene sus pulmones y los limpie de la suciedad. "Nada," responde con facilidad. "Nada. ¿Qué hay de ti?"

Capítulo 15.- 53% || Capítulo 17.- 60%

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