Dec 07, 2007 11:07
En la extraña apología de la gruta de las voces blue de los negros de la queja, se tensa el mercurio como los de-lirios de los niños pobres. En esa fiebre tan reseca de glándulas murientes se agolpan los grados a las sienes como una temperatura de metal fundido y pringoso. La letanía como desesperos en el pecho, como los batanes ineludibles que comienzan con el sol: la mañana es la patria de la cerviz sobre el mentón.
Pero también la noche humedal de vestidos blanco mal lavado. Por la viruela de la grabación antigua se adivina mucha gente, mucho calor que me sirve en realidad el recuerdo de haber visto cine.
Bendito sea el lamento que te lleva al sudor a siete de un diciembre nimbado de estratos yermos.