Comunidad:
reto_diarioTítulo: Una nueva esperanza.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Tsuna+Lambo, leve Tsuna/Gokudera.
Advertencias: Spoilers del Future Arc. TYL, ubicado primero en un futuro alternativo donde los eventos del Future Arc no ocurren, y luego en la línea del tiempo que todos conocemos, unos meses antes de que ocurran. (Es más fácil de lo que suena :'D). Beware of the ANGST (pero del mal hecho D:) y posible OoC, además de sosedad.
Notas: Ahora si me disculpan voy a tirarme de un puente o algo por arruinar esta idea. Si quieren echarle la culpa de esta porquería a algo, que sea a la canción I'm Lost Without You de blink182 (hacía TANTO que no la escuchaba '-'). BTW, icon nunca había aplicado tanto como hoy o/.
Le aterraba morir. Le aterraba tanto. ¿Cuántas veces había escuchado que “mientras haya vida hay esperanza”? Estúpido como sonara, era cierto. Una verdad tras la que se aferraba.
Su vida podía ser un asco, pero siempre podría mejorar. Siempre.
Por eso morir le aterraba. La muerte era el final, el final absoluto de toda esperanza, de toda posibilidad.
Le aterraba morir. Pero no tardó en descubrir que había algo mucho peor que su muerte.
La muerte de sus amigos.
Cerró los ojos sin poder contener las lágrimas. Uno por uno se habían ido, todos. Todos protegiéndolo o peleando por él. Todos habían muerto por su culpa. A pesar de sus esfuerzos. A pesar de todo lo que había hecho para mantenerlos fuera de ese camino. Al final le habían desobedecido… y eso los había conducido a la muerte.
Porque por algún estúpido motivo que nunca comprendería, ellos habían sentido que tenían la obligación de protegerlo.
Como si mereciera algo así.
Ya no podía soportarlo. Tenía que hacer algo, tenía que…
Fue entonces cuando la esperanza se fue, incluso si seguía con vida.
Porque, ¿para qué iba a mentir? Conforme había pasado el tiempo, se había esforzado cada vez más por proteger a una persona en especial. La persona que primero habría muerto de no ser por todo lo que le había rogado, por todo lo que había hecho para evitar que fuera a las misiones más peligrosas, o que hiciera alguna estupidez.
Siempre había protegido a Gokudera un poco más. Porque incluso cuando todo lo demás desapareciera, sabía que podría avanzar (con dificultad, como una persona cuyas heridas nunca cicatrizarían, pero avanzaría al fin y al acabo) siempre que tuviera a su Mano Derecha consigo. Esa era su esperanza.
Y acababa de morir deteniendo una emboscada de Millefiore que podría haber destruido a la mayoría de la familia en un día.
Era imposible describir lo que sentía. El vacío en su estómago, el dolor en su corazón, la irreparable sensación de soledad… Su único sostén, la única razón por la que seguía en pie había desaparecido. Para siempre.
Nunca había querido considerar la posibilidad de que eso pudiera llegar a ocurrir. Y ahora…
Estaba solo.
Solo pero vivo. Cuando él debería estar en un ataúd. Él debería de haberlos protegido. Él debería haberle garantizado una esperanza a los demás. Y en especial a Gokudera. Él debería ser el único que faltase en esa escena, si alguien debía faltar. Él, y no los demás. Ninguno de ellos…
-Lambo, no puedes quedarte para esta batalla.
-Pero…
-I-Pin y tú tendrán que irse. Ya saben a dónde. Está todo organizado. -Tsuna le sonrío con amabilidad, aunque el sentimiento no llegó a sus ojos. Hacía tiempo que ningún sentimiento lo hacía.
-Sabes que cuando es necesario puedo ser un hombre y pelear, puedo…
-Lo sé, Lambo. Pero no eres un hombre. Eres un niño, al igual que I-Pin. -Puso sus manos sobre los hombros del joven, aún sonriéndole de esa forma apagada que le rompía el corazón a su “hermano menor”-. Ya te he quitado suficiente de tu infancia.
Fue entonces que se dio cuenta de lo que eso significaba.
Tsuna no creía que fueran a sobrevivir esa batalla.
Pero pelearla no era opcional, nunca había sido algo que él habría elegido.
El Décimo Jefe de los Vongola se aseguró de que ambos niños no pudieran desobedecer sus órdenes. Se aseguró que no encontraran el mismo destino que el resto de la familia había sufrido. El mismo que él sufrió después de ese día.
Mas nunca se dio cuenta de que acababa de pasar sus propios sentimientos de soledad a la persona que había salvado.
-
La bazooka se disparó y frente a Tsuna apareció una versión realmente adulta de su querido hermano menor. Al verlo, Lambo supo que aún no había sufrido todo lo que el futuro le deparaba, pero estaba cerca de ese momento.
-Voy a cambiar el futuro, Lambo.
El hombre inclinó la cabeza con curiosidad, extrañado por aquellas palabras que sonaban tan certeras… Casi como si Tsuna supiera el destino que le esperaba.
-¿Vas a ayudarme? -continuó el castaño.
Lambo sonrió ante la pregunta, aún sin comprender del todo. Pero casi parecía un sueño. Un sueño en que su hermano mayor le salvaba de nuevo y evitaba que sufriera todo lo que ya había sufrido. Fue por eso que no pudo evitar asentir.
-Desde luego.
Porque mientras todos estuvieran vivos, había esperanzas. Y en ese preciso instante, lo estaban.
Y lo seguirían estando, si podía ayudarlo.