And I just need seven minutes to calm myself back down.
Comunidad: reto_diario.
Título: El inicio de una semana desastrosa [1/2].
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Décima Generación Vongola en general~.
Advertencias: Esto es... eh... ¿FYL (Five Years Later)? Spoilers del Arco del Futuro si se quiere, aunque no directos en esta viñeta. Sosedad, OoC, etcétera.
Continuación: Por aquí.
Notas: Esta iba a ser la primera de una serie de viñetas ubicadas cinco años en el futuro, con todos viviendo en la Mansión Vongola, pero no lo es :'D (o al menos no entra en la tabla). Es continuada, ya que por cuestiones de tiempo *señala la hora y el hecho de que debe publicar el RD YA* no pude terminarla. Pero ahora al ratito la sigo, cuando sepa cómo :'DU. No está dicho (yet), pero tiene relación con El peor de los obsequios. Y es una cosa muy... colgada. Por eso no la incluí en la serie de viñetas *gota*.
Fue el pequeño pájaro amarillo en la ventana el que delató la presencia del Guardián de la Nube antes de que pateara la puerta de la casa fuera de sus goznes. Luego de ver al ave, nadie se sobresaltó demasiado al escuchar el estruendo en la entrada de la Mansión. Aunque sí todos dirigieron sus miradas a la puerta del comedor donde estaban desayunando.
Hibari no la atravesó, sin embargo. Luego de tirar la puerta abajo, golpear a algún que otro guardia y subordinado que se hubiese atrevido a cruzarse en su camino, simplemente subió las escaleras camino a la habitación que siempre tuvo reservada en la Mansión, y nunca decidió ocupar.
Todos continuaron observando la puerta en silencio durante unos minutos. Ryohei fue el primero en romper el silencio, con un brillo especial en los ojos y una sonrisa adornando su rostro.
-¡Ja! ¡Realmente vino al extremo! -exclamó el Guardián del Sol, antes de dejar su desayuno a medio comer y seguir a Hibari hasta su habitación, presuntamente para saludarlo (y presuntamente el resto de los Guardianes no querían saber los detalles de esa bienvenida).
Quienes prudentemente se quedaron en el comedor, bien, bien lejos de Hibari, prefirieron regresar a sus desayunos y escuchar desde aquel lugar seguro los sonidos de pelea que posiblemente llegarían desde varios pisos arriba luego de eso.
No estaban seguros de qué había hecho Ryohei para traer al Guardián de la Nube, pero tampoco estaban muy seguros de querer saber.
Tsuna supo luego que Hibari pretendía quedarse por un tiempo indefinido en la Mansión, aunque no especificó los detalles por los que estaba allí. Ni siquiera le dijo a él sus planes, sino que se los comunicó a Reborn. Mejor así. No quería ser mordido hasta la muerte.
Durante aquella semana, todas las misiones menores que habían sido retrasadas por la vaguedad de los mafiosos, fueron tomadas inmediatamente por los subordinados y los más débiles de los Vongola. Fue cuestión de un día para que la Mansión quedase completamente vacía, a excepción de los Guardianes, algunos de los miembros más cercanos de la familia y el personal habitual que rondaba la casa (aunque incluso ellos parecían querer irse).
No hubo ni un segundo en el que Tsuna se preguntase por qué demonios eso ocurría. No luego del desastre que había causado la primera “visita” de Hibari, la cual se había producido poco tiempo después de la mudanza a la Mansión, y había durado muy, muy poco. El Guardián de la Nube sólo había pasado una tarde a morderlos hasta la muerte a todos por atreverse a ofrecerle que se fuera a vivir con ellos, y luego de eso se había marchado de regreso a Japón.
Desde ese día, la mención de Hibari había causado escalofríos en todo aquel que no lo hubiera conocido desde antes. Ante la noticia de que había regresado a la Mansión, todo el mundo decidió huir descaradamente.
Serían unos días muy largos.
Y la serie de explosiones y estruendos que acababan de surgir desde la otra punta de la casa no hicieron más que confirmar sus sospechas.
Título: El inicio de una semana desastrosa [1/2].
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Décima Generación Vongola en general~.
Advertencias: Esto es... eh... ¿FYL (Five Years Later)? Spoilers del Arco del Futuro si se quiere, aunque no directos en esta viñeta. Sosedad, OoC, etcétera.
Continuación: Por aquí.
Notas: Esta iba a ser la primera de una serie de viñetas ubicadas cinco años en el futuro, con todos viviendo en la Mansión Vongola, pero no lo es :'D (o al menos no entra en la tabla). Es continuada, ya que por cuestiones de tiempo *señala la hora y el hecho de que debe publicar el RD YA* no pude terminarla. Pero ahora al ratito la sigo, cuando sepa cómo :'DU. No está dicho (yet), pero tiene relación con El peor de los obsequios. Y es una cosa muy... colgada. Por eso no la incluí en la serie de viñetas *gota*.
Fue el pequeño pájaro amarillo en la ventana el que delató la presencia del Guardián de la Nube antes de que pateara la puerta de la casa fuera de sus goznes. Luego de ver al ave, nadie se sobresaltó demasiado al escuchar el estruendo en la entrada de la Mansión. Aunque sí todos dirigieron sus miradas a la puerta del comedor donde estaban desayunando.
Hibari no la atravesó, sin embargo. Luego de tirar la puerta abajo, golpear a algún que otro guardia y subordinado que se hubiese atrevido a cruzarse en su camino, simplemente subió las escaleras camino a la habitación que siempre tuvo reservada en la Mansión, y nunca decidió ocupar.
Todos continuaron observando la puerta en silencio durante unos minutos. Ryohei fue el primero en romper el silencio, con un brillo especial en los ojos y una sonrisa adornando su rostro.
-¡Ja! ¡Realmente vino al extremo! -exclamó el Guardián del Sol, antes de dejar su desayuno a medio comer y seguir a Hibari hasta su habitación, presuntamente para saludarlo (y presuntamente el resto de los Guardianes no querían saber los detalles de esa bienvenida).
Quienes prudentemente se quedaron en el comedor, bien, bien lejos de Hibari, prefirieron regresar a sus desayunos y escuchar desde aquel lugar seguro los sonidos de pelea que posiblemente llegarían desde varios pisos arriba luego de eso.
No estaban seguros de qué había hecho Ryohei para traer al Guardián de la Nube, pero tampoco estaban muy seguros de querer saber.
Tsuna supo luego que Hibari pretendía quedarse por un tiempo indefinido en la Mansión, aunque no especificó los detalles por los que estaba allí. Ni siquiera le dijo a él sus planes, sino que se los comunicó a Reborn. Mejor así. No quería ser mordido hasta la muerte.
Durante aquella semana, todas las misiones menores que habían sido retrasadas por la vaguedad de los mafiosos, fueron tomadas inmediatamente por los subordinados y los más débiles de los Vongola. Fue cuestión de un día para que la Mansión quedase completamente vacía, a excepción de los Guardianes, algunos de los miembros más cercanos de la familia y el personal habitual que rondaba la casa (aunque incluso ellos parecían querer irse).
No hubo ni un segundo en el que Tsuna se preguntase por qué demonios eso ocurría. No luego del desastre que había causado la primera “visita” de Hibari, la cual se había producido poco tiempo después de la mudanza a la Mansión, y había durado muy, muy poco. El Guardián de la Nube sólo había pasado una tarde a morderlos hasta la muerte a todos por atreverse a ofrecerle que se fuera a vivir con ellos, y luego de eso se había marchado de regreso a Japón.
Desde ese día, la mención de Hibari había causado escalofríos en todo aquel que no lo hubiera conocido desde antes. Ante la noticia de que había regresado a la Mansión, todo el mundo decidió huir descaradamente.
Serían unos días muy largos.
Y la serie de explosiones y estruendos que acababan de surgir desde la otra punta de la casa no hicieron más que confirmar sus sospechas.