Título: I. Tormenta.
Parte de: La mejor forma de aprender es a través de la experiencia.
Fandom: LMF!HS!KHR.
Claim: Lug, Miyu, Cosa, Rich y Hibari.
Advertencias: Teman por sus vidas (?).
Notas: El viagra que no es viagra, dammit! debía aparecer en algún punto :D (?). Oh, aunque aún no explico qué es, así que eso hará la viñeta más WTF LOL *gota*.
Luga suspiró cuando vio entrar al profesor al aula, abandonó la charla que estaba teniendo con sus amigas, y abrió su mochila para sacar sus libros. Pero apenas había metido la mano para agarrar un cuaderno, se paralizó. Pálida como una hoja de papel, miró dentro del bolso, rogando que aquello que había rozado no fuera lo que temía.
Pero lo era.
Tragó saliva y miró nerviosamente hacia donde estaban sus amigas.
-¡¿Lug, qué haces con eso aquí?! -preguntó Cosa en un susurro. El murmullo habitual en el salón era lo suficientemente alto como para que nadie más las escuchara.
-C-creo que me lo traje por accidente. ¡Pensé que lo había dejado sobre la mesa!
-Por amor a Oda, mujer, ¡¿qué entiendes por “potente ácido capaz de desintegrar cualquier cosa en cuestión de segundos”?!
Miyu observó la escena sin comprender, y luego dirigió su mirada hacia el frasquito lleno de un curioso líquido rojo que Lug sostenía en su mano.
-¿No es ese uno de los nuevos experimentos de D? ¿Las… botellitas de colores?
Las otras dos chicas la miraron levemente ofendidas. Sí, bueno, D había creado las botellitas, pero la idea no era de él. Eso y… ¡ya le habían explicado a Miyu qué eran!
-¡Es una botella de viagra, Miyu! Te dijimos esta mañana.
Lluvia se golpeó la cara con la palma de la mano.
-¡Por Dios, Lugh, no digas esas cosas aquí! -la regañó, aunque igualmente nadie había escuchado la conversación-. Es una…
Pero no pudo terminar su explicación “seria”, porque la clase comenzó en aquel momento y todos guardaron silencio. Tendrían que esperar hasta el recreo…
Y Lug debería ser muy cuidadosa ese día.
Habían tenido mucha suerte (o la botellita donde estaba aquella poción era especialmente resistente), porque ni una gota del peligroso líquido rojo se había derramado. Miyu y Cosa mantenían cierta distancia de Lug, sólo por si acaso. Ahora sólo quedaba rogar por que el viaje a sus casas fuera pacífico y sin muchos tropezones.
Quizás, con mucha suerte…
-¡Tengo derecho a quejarme! ¡Si vas a tener un Reinado del Terror en esta escuela, al menos que sea coherente!
Las tres chicas se detuvieron instantáneamente al escuchar aquella voz tan familiar. Lentamente se voltearon hacia el lugar del cuál provenía, sólo para comprobar que efectivamente allí estaba Rich, tan radiante como siempre, gritándole a…
…A Hibari.
Oh, Dios.
-N-no podemos dejarla ahí -lloriqueó Miyu, al ver que sus dos amigas estaban dispuestas a salir corriendo en aquel instante.
Ambas estaban a punto de quejarse (“¿quieres morir ahora?” “potente ácido, ¿recuerdas?” “luego le enviamos algunas flores al hospital… o al funeral” “sí, no tenemos por qué acompañarla”), cuando vieron que Hibari respondía algo que no alcanzaron a oír (“No tengo por qué escuchar las quejas de una herbívora inútil como tu” o algo por el estilo), y sacaba sus tonfas, evidentemente irritado.
-¡Oye, t-también como carne!
Miyu volvió a mirar a sus amigas con lágrimas en los ojos, finalmente haciéndolas ceder. Las dos chicas intercambiaron una mirada, y Lug sacó el frasquito rojo de su mochila.
-Arrójale eso.
-¿No es un potente ácido?
-Es Hibari, sobrevivirá -dijo Lluvia, restándole importancia.
-¡Cosa! ¡No deja de ser ácido!
-¡Bueno, arrójaselo a los pies! -intervino Luga, viendo que no quedaba tiempo antes de que el asesinato de Rich comenzara.
Miyu obedeció y arrojó el frasquito con una puntería y fuerza perfectas, logrando que se rompiera en el blanco. Pero, a diferencia de lo que las chicas habían esperado, el líquido no se desparramó y comenzó a desintegrar todo a su paso…
No. Apenas la botella tocó el suelo, ésta explotó como si hubiera sido una granada en lugar de una poción.
Pero eso sí, le habían dado la oportunidad perfecta a Rich de escapar. Ahora era el turno de ellas.
-¡B-bueno, le encontramos otra utilidad a la poción de la Tormenta!
-¡Sí, lástima que vamos a morir antes de poder contarle a D!