Título: The Future Freaks Me Out.
Fandom: LMF!HS!KHR/LMF!R.
Claim: Tsuna, Gokudera, Miyu, Luga y Cosa.
Advertencias: Sosedad, dorkedad, frikismo, OoC, y TYL :D.
Notas: Idea WTF que se me ocurrió por desvaríos de mi mente (?). No tiene sentido, lo sé :DU.
-¡Lambo! ¡Te dije que dejaras de jugar con la bazooka! -regañó Tsuna al pequeño, mientras una nube rosada cubría por completo el lugar donde antes habían estado paradas sus tres nuevas aliadas.
-¿Sawada? -preguntó una voz femenina a su espalda. Sonaba demasiado calma y dulce para pertenecer a alguna de las tres chicas.
Tsuna se volteó rápidamente, para encontrarse con tres mujeres paradas en frente suyo, todas cargando algún arma que el chico no lograba reconocer (pero que se veían lo suficientemente amenazantes), todas cubiertas por largas capas negras. La que había hablado, Miyu aparentemente (a quien los años le habían sentado más que bien, y el futuro Jefe de los Vongola no pudo evitar ruborizarse levemente al notarlo) bajó el par de extrañas pistolas que llevaba en sus manos, y que minutos antes habían estado apuntándole en la cabeza.
-Sawada, dinos que ese pendejo de… no acaba de dispararnos con su bazooka de los diez años cuando estábamos invadiendo una base enemiga -dijo una muy irritada Lluvia, sin dejar de apuntarle en ningún momento con lo que Tsuna juzgaba ser una bazooka futurista.
La tercera chica se bajó la capucha que había estado cubriendo su rostro hasta el momento, revelando no sólo una versión madura de Lugh, sino también un largo cabello verde limón que mataba la vista.
-Son cinco minutos, ¿qué pueden pasar en cinco minutos? -comentó, mientras inspeccionaba sus alrededores.
-Podemos perder la Revolución en cinco minutos. ¡No seas tan condescendiente!
Tsuna aún miraba fijamente la bazooka y se negaba a decir algo (no quería irritar más a cierta chica), hasta que la palabra “Revolución” llegó a sus oídos. No tuvo tiempo de decir que definitivamente no quería saber nada del futuro, porque en aquel momento su otro visitante regresó a la habitación.
-¡Décimo! ¡Encontré el…! -pero Gokudera nunca llegó a terminar la frase, porque enseguida se dio cuenta de la situación y no tardó ni dos segundos en agarrar su dinamita.
-Oigan, oigan, calma. No vamos a lastimar a nadie -dijo Miyu apaciguadoramente.
-¿Ah, no? -preguntó Cosa, decepcionada-. Yo quería comer niño-vaca al horno hoy.
Tsuna se dio cuenta entonces de que la bazooka no había estado apuntándole a él, sino a Lambo.
Gokudera se relajó al oír eso.
-Entonces quiero un pedazo -dijo el Guardián sonriendo con maldad.
El futuro Jefe de los Vongola los observó a todos con una gota de sudor en la cabeza, y una expresión resignada en el rostro. “Los locos de siempre” pensó, en el mismo momento en el que el efecto de la bazooka terminaba, y las tres chicas de diecisiete años volvían a aparecer en su cuarto... todas magulladas.
Definitivamente no quería saber qué habían estado haciendo en el futuro.