*Se tira de un puente*
Título: Comienzos extraños.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Van a ver cuando lean.
Advertencias: Spoilers :3. Especulaciones bizarras. OoC. SOSEDAD AL EXTREMO D:.
Notas: Lo odio -w-. Algún día escribiré una continuación de esto con más "/", a ver si logro algo mejor...
Miró al chico con curiosidad, y él la miró a ella de vuelta. No se veía interesado en lo más mínimo en la chica que tenía delante. O en el mundo, si vamos al caso. Pero como ella continuase así, el niño no podría reprimir un comentario sarcástico. Después de todo, ella había aparecido de la nada en su callejón, y se había quedado mirándolo en silencio.
Él arqueó las cejas. Ella miró a su alrededor, sin mostrar expresión alguna. Luego frunció levemente el ceño (y él tuvo que admitir que la muchacha se veía adorable así; no que le interesara, pero…) y murmuró algo que sonó parecido a “No puede ser que me haya perdido”.
Fran encontró eso levemente gracioso, mas no dijo nada.
La chica lo miró nuevamente a los ojos, fijamente. Parecía que estaba en una lucha interna para decidir si decirle algo o no. Y a él francamente no le interesaba.
-No te puedo dar direcciones, lo siento.
Ella se ruborizó levemente ante eso.
-Pero te aseguro que no vas a llegar a ningún lado si sigues derecho desde donde te encuentras. Excepto a romperte la nariz contra la pared.
Chrome no respondió. Simplemente sacó un chocolate de la bolsa con la que cargaba y se lo entregó a Fran. Parecía haber tomado una decisión.
-¿Quieres venir conmigo? -preguntó la muchacha.
Era como si hubiera comprendido su situación instantáneamente. Cualquier otra persona le habría preguntado al chico qué hacía allí, dónde estaban sus padres y cosas por el estilo, a las cuales él ni se habría molestado en poner los ojos en blanco. Por algo se ocultaba allí, donde nadie pudiera encontrarlo fácilmente.
Pero la pregunta de Chrome fue completamente distinta, y él tuvo que admitir que lo sorprendió. Aunque, ¿qué podía esperar de una chica que se había perdido en un callejón, y que, para colmo, tenía una apariencia tan peculiar?
Sin embargo su propia respuesta no fue menos extraña que la interrogante.
-Eso depende, ¿dónde vives?
Fandom: Katekyo Hitman Reborn!
Claim: Van a ver cuando lean.
Advertencias: Spoilers :3. Especulaciones bizarras. OoC. SOSEDAD AL EXTREMO D:.
Notas: Lo odio -w-. Algún día escribiré una continuación de esto con más "/", a ver si logro algo mejor...
Miró al chico con curiosidad, y él la miró a ella de vuelta. No se veía interesado en lo más mínimo en la chica que tenía delante. O en el mundo, si vamos al caso. Pero como ella continuase así, el niño no podría reprimir un comentario sarcástico. Después de todo, ella había aparecido de la nada en su callejón, y se había quedado mirándolo en silencio.
Él arqueó las cejas. Ella miró a su alrededor, sin mostrar expresión alguna. Luego frunció levemente el ceño (y él tuvo que admitir que la muchacha se veía adorable así; no que le interesara, pero…) y murmuró algo que sonó parecido a “No puede ser que me haya perdido”.
Fran encontró eso levemente gracioso, mas no dijo nada.
La chica lo miró nuevamente a los ojos, fijamente. Parecía que estaba en una lucha interna para decidir si decirle algo o no. Y a él francamente no le interesaba.
-No te puedo dar direcciones, lo siento.
Ella se ruborizó levemente ante eso.
-Pero te aseguro que no vas a llegar a ningún lado si sigues derecho desde donde te encuentras. Excepto a romperte la nariz contra la pared.
Chrome no respondió. Simplemente sacó un chocolate de la bolsa con la que cargaba y se lo entregó a Fran. Parecía haber tomado una decisión.
-¿Quieres venir conmigo? -preguntó la muchacha.
Era como si hubiera comprendido su situación instantáneamente. Cualquier otra persona le habría preguntado al chico qué hacía allí, dónde estaban sus padres y cosas por el estilo, a las cuales él ni se habría molestado en poner los ojos en blanco. Por algo se ocultaba allí, donde nadie pudiera encontrarlo fácilmente.
Pero la pregunta de Chrome fue completamente distinta, y él tuvo que admitir que lo sorprendió. Aunque, ¿qué podía esperar de una chica que se había perdido en un callejón, y que, para colmo, tenía una apariencia tan peculiar?
Sin embargo su propia respuesta no fue menos extraña que la interrogante.
-Eso depende, ¿dónde vives?