Título: Introducción.
Original: Sin Nombre II.
Claim: Marzo (March).
Notas: Sé que suena incoherente y bastante distinto a las otras dos introducciones, pero ya tenía esto escrito y era más fácil subirlo LOL. Sí, los personajes tienen "nombres" de meses. Sí, son de un País Sin Nombre (al cual no le voy a buscar nombre nunca porque desde un principio la intención fuera que se "llamara" así). Y sí, esto no tiene mucho sentido, aparentemente. Pero ¿en fin? :3.
Enero y Febrero eran casi un misterio cuando Marzo llegó.
Los meses nunca se presentaron en orden entre Los Doce. Octubre fue primero, con su magia letal. Cuando aún era una guerrera normal con un nombre propio, Octubre era conocida por ser inteligente, bella y completamente peligrosa. Nadie manejaba Las Artes mejor que Octubre, quien tenía un talento natural.
Luego vino Noviembre, de la mano de Octubre. Ella lo trajo de la muerte cuando aún no era parte de los Doce, y le dejó ganarse el título por su cuenta. Noviembre lo hizo. Nadie maneja mejor la espada que él, incluso cuando aquel arte parece ya muerto en estas épocas. Tal vez eso se debe a que él no vivió en este tiempo en realidad.
Paso el tiempo antes de que Abril llegara. La muchacha más inteligente y fría de todo el País Sin Nombre. No es la mejor de las guerreras en batalla (incluso con su propio mecanismo de protección), pero nadie tiene esperanzas enfrentándose contra sus estrategias. Abril crea caminos donde no los hay, ilumina las opciones que ni las mentes más retorcidas podrían ver. Abril no sólo es inteligente, es el conocimiento puro, que nunca deja de crecer.
Diciembre es un guerrero destacable. Marzo y él son buenos amigos desde hace tiempo, y ambos comparten un interés único por el Mundo de Arriba. Pero Diciembre también es irresponsable y desatento con su trabajo. La mayoría de la gente evita hablar de él, como si fuera un recuerdo desagradable. Mas sus habilidades para la batalla superan incluso su personalidad insoportable.
A Agosto lo vio una sola vez. Llegó poco después que Diciembre (quien llegó luego de Abril). Marzo no sabe mucho de él, pero le dio la impresión de ser una persona triste. No parecía fuerte ni remotamente especial. Sólo triste. Sin embargo, no te ganas un título dentro de Los Doce porque sí.
Junio, Julio y Septiembre llegaron después que ella. No al mismo tiempo, claro está. Sólo vio a la última, puesto que Marzo siempre está viajando. Septiembre es excepcional con las armas de fuego y con las trampas. Nunca la vio pelear, pero ha escuchado decir que su rapidez es prácticamente inhumana.
Mayo es un hueco por llenar.
(¿Y Marzo? Ella no es conciente de eso, pero Marzo es la más brutal y violenta de todos los meses. Siempre se contaban historias acerca de ella y de su fuerza. Marzo siempre busca oponentes. Ella adora pelear. Era su destino obtener aquel título).
La cuestión es que Marzo siempre ha oído hablar de todos los meses. No es que recuerde las cosas que se han dicho (no lo hace), pero algo ha oído. Siempre.
Excepto de Enero y Febrero.
Sabe que los puestos están ocupados, el Jefe a veces los menciona. Marzo no sabe cuándo llegaron, sólo que lo hicieron antes que ella, y que llevan mucho tiempo en el grupo. No sabe cómo pelean, no sabe quiénes eran antes, ni siquiera sabe sus géneros. Nada. Lo único que el Jefe le ha dicho alguna vez sobre ellos fue:
-Enero y Febrero son los primeros y los últimos. Ya los conocerás, cuando el grupo esté completo.
A lo que Marzo respondió “Gracias por la información, Yoda. Has esclarecido mi mente” mientras ponía los ojos en blanco.
Pero ella no deja de estar intrigada. Hay pocas cosas que a Marzo le molestan, y la curiosidad es una de ellas. “Esperar es para quienes no tienen la fuerza de ir a buscar respuestas” suele decir.
Lo cual vuelve su situación irónica, pues está sentada frente a un café, viendo salir a una parejita (la chica sonriendo y diciéndole algo a ese mesero que, según la opinión de Marzo, viste demasiado rosa para que cualquiera cuestione su sexualidad), y escuchando a dos chicos hablar a su lado sobre alguna leyenda que nadie le interesa, mientras ella se pone a pensar sobre sus compañeros de grupo. Está esperando, vigilando. Y no hay nada en el mundo que le moleste más que eso.
Por suerte, los cambios están a un segundo de llegar.