And took the power lines.
Comunidad: torre_eidos
Título: Están completamente locos.
Fandom: Animorphs.
Claim: Jake+Marco, Cassie+Ax. Animorphs en general.
Nivel: 1.
Reto: #4.
Advertencia: Spoilers del libro 13 de AM en adelante.
Notas: ¡Yey! ¡Al fin lo escribí! x3.
La primera vez fue extraño. Una de esas cosas que uno ve mientras piensa “Niños. ¿Cuándo van a crecer?”, o peor, “Su comida tenía algo extraño”. Pero la segunda vez fue muy divertido. No como aquellas peleas sobre si Batman le ganaría a Spiderman (porque todos sabemos que lo haría, aunque Marco sea caprichoso y no quiera aceptarlo), que ya cansan en un punto, y a las que nadie presta atención. No, fue auténticamente divertido, y seguiría siéndolo siempre.
Tal vez se debe a que cuanto más sufres, más sabes apreciar aquellas pequeñas cosas que te hacen reír. Supongo que entonces, cada día ríes más fuerte.
Todo comenzó cuando estábamos comiendo en el centro comercial. Habíamos llevado a Ax a comer bollos de canela, antes de que se le ocurriera ir solo otra vez. De paso, aprovechábamos para descansar un poco de aquella guerra que tanto nos perseguía.
-Ax, ¿a qué color crees que saben los bollos de canela? -preguntó Marco, mientras esperábamos a que Rachel y Tobías regresaran con la comida que habíamos pedido.
El alienígena le miró extrañado. Su mirada de incomprensión absoluta era perfectamente humana. Todo un avance.
-¿Los colores lores ress se comen ennnn? ¿O es una exp expresión sióoon humana?
Jake sonrió.
-Es obvio que saben a naranja -dijo con calma.
-No es cierto, saben a amarillo con un poco de marrón -le discutió Marco.
-El queso sabe a amarillo. ¿Crees que los bollos y el queso se parecen?
-Es que el queso sabe a verde, no a amarillo.
Ax siguió mirándolos sin comprender, ahora tal vez un poco frustrado porque nadie le explicaba a qué se referían. Me dio un poco de pena.
-No te preocupes Ax -le dije, sonriendo-. Los colores no se comen. Es sólo otro delirio de Marco y Jake.
Mi amigo se alarmó un poco.
-¿Están enfermos?
Quise decirle que no, que era un juego, pero no pude resistirme a responder algo distinto.
-Sí. Están completamente locos.
No soy de molestar a las personas, pero el ambiente estaba muy alegre como para mantener cualquier tipo de seriedad. Marco y Jake no me escucharon, siguieron con su discusión mientras yo hablaba con Ax.
-El naranja es ácido. Los bollos de canela no lo son, así que no pueden saber a naranja.
-¡El amarillo es más ácido que el naranja!
-Ajá, y según tú, el queso sabe a amarillo. ¿Ahora vas a decirme que el queso también es ácido?
Continuaron así unos minutos. Para cuando Rachel y Tobías regresaron, yo estaba desternillándome de la risa. Tampoco soy una persona ruidosa, pero era inevitable. Lo que decían era simplemente ridículo.
Ax nos miraba confuso. Pero una sonrisa pequeña se formó en sus labios al final. Rachel puso los ojos en blanco cuando comprendió lo que Jake y Marco estaban discutiendo. Y Tobías terminó por sumarse, afirmando que los bollos de canela definitivamente sabían a marrón, sin nada de amarillo de por medio.
La guerra es terrible, sí. Pero a veces debo admitir que, sin ella, no estaríamos aquí, riéndonos de ridiculeces infantiles.
Título: Están completamente locos.
Fandom: Animorphs.
Claim: Jake+Marco, Cassie+Ax. Animorphs en general.
Nivel: 1.
Reto: #4.
Advertencia: Spoilers del libro 13 de AM en adelante.
Notas: ¡Yey! ¡Al fin lo escribí! x3.
La primera vez fue extraño. Una de esas cosas que uno ve mientras piensa “Niños. ¿Cuándo van a crecer?”, o peor, “Su comida tenía algo extraño”. Pero la segunda vez fue muy divertido. No como aquellas peleas sobre si Batman le ganaría a Spiderman (porque todos sabemos que lo haría, aunque Marco sea caprichoso y no quiera aceptarlo), que ya cansan en un punto, y a las que nadie presta atención. No, fue auténticamente divertido, y seguiría siéndolo siempre.
Tal vez se debe a que cuanto más sufres, más sabes apreciar aquellas pequeñas cosas que te hacen reír. Supongo que entonces, cada día ríes más fuerte.
Todo comenzó cuando estábamos comiendo en el centro comercial. Habíamos llevado a Ax a comer bollos de canela, antes de que se le ocurriera ir solo otra vez. De paso, aprovechábamos para descansar un poco de aquella guerra que tanto nos perseguía.
-Ax, ¿a qué color crees que saben los bollos de canela? -preguntó Marco, mientras esperábamos a que Rachel y Tobías regresaran con la comida que habíamos pedido.
El alienígena le miró extrañado. Su mirada de incomprensión absoluta era perfectamente humana. Todo un avance.
-¿Los colores lores ress se comen ennnn? ¿O es una exp expresión sióoon humana?
Jake sonrió.
-Es obvio que saben a naranja -dijo con calma.
-No es cierto, saben a amarillo con un poco de marrón -le discutió Marco.
-El queso sabe a amarillo. ¿Crees que los bollos y el queso se parecen?
-Es que el queso sabe a verde, no a amarillo.
Ax siguió mirándolos sin comprender, ahora tal vez un poco frustrado porque nadie le explicaba a qué se referían. Me dio un poco de pena.
-No te preocupes Ax -le dije, sonriendo-. Los colores no se comen. Es sólo otro delirio de Marco y Jake.
Mi amigo se alarmó un poco.
-¿Están enfermos?
Quise decirle que no, que era un juego, pero no pude resistirme a responder algo distinto.
-Sí. Están completamente locos.
No soy de molestar a las personas, pero el ambiente estaba muy alegre como para mantener cualquier tipo de seriedad. Marco y Jake no me escucharon, siguieron con su discusión mientras yo hablaba con Ax.
-El naranja es ácido. Los bollos de canela no lo son, así que no pueden saber a naranja.
-¡El amarillo es más ácido que el naranja!
-Ajá, y según tú, el queso sabe a amarillo. ¿Ahora vas a decirme que el queso también es ácido?
Continuaron así unos minutos. Para cuando Rachel y Tobías regresaron, yo estaba desternillándome de la risa. Tampoco soy una persona ruidosa, pero era inevitable. Lo que decían era simplemente ridículo.
Ax nos miraba confuso. Pero una sonrisa pequeña se formó en sus labios al final. Rachel puso los ojos en blanco cuando comprendió lo que Jake y Marco estaban discutiendo. Y Tobías terminó por sumarse, afirmando que los bollos de canela definitivamente sabían a marrón, sin nada de amarillo de por medio.
La guerra es terrible, sí. Pero a veces debo admitir que, sin ella, no estaríamos aquí, riéndonos de ridiculeces infantiles.