Jan 08, 2013 09:04
Dean y Castiel llegaron al hotel unos minutos más tarde. Decidieron comenzar con una investigación informática del lugar y luego una en terreno.
La laptop que dejó Sam no les aportaba mucha información, hablaba de las dimensiones desproporcionadas y la extrema vigilancia pero nada más. Además Dean no tenía grandes habilidades investigativas a través del portátil por lo que decidió llamar a Bobby. Le contó todo lo ocurrido con las víctimas licantropas.
-Así que no eran solo leyenda los berserkers… interesante- comentó Bobby desde el otro lado de la línea, Dean casi podía ver como se masajeaba la barba en ese momento, lo conocía muy bien, se podría decir que más que él mismo.
-Bobby concéntrate en lo importante, debemos encontrar la forma de entrar pasando su seguridad para poder registrar el lugar-
-mmmh… claro, respecto al club, hay algo que me molesta-
-Qué?- dijo Dean rodando los ojos, ya estaba perdiendo la paciencia.
-Estaba pensando en las condiciones en que se unen todos los miembros del club... será que todo el que llega ahí ya es un licántropo?-
-Si… es posible- respondió Dean, Castiel y él ya habían barajado esa posibilidad, ya que en torno a ese lugar existía un ambiente muy raro, partiendo del reclutamiento mundial de miembros.
Quedó pensativo durante un momento y luego su expresión se ensombreció, esto, por supuesto, solo lo pudo apreciar Castiel, que no se había separado de Dean en ningún momento.
-Bobby…- preguntó en voz baja, no estaba seguro si hablar ya que le aterraba la idea de que al decir las palabras se volvieran realidad -y si son ellos los que atraparon a Sam… para que lo mantendría cautivo si no es solo para que les sirva de comida?- su voz se quebró en la última frase, se comenzaba a sentir realmente mal, el aire le faltaba y las piernas le fallaban. Todo este tiempo trató de auto convencerse de que Sam estaba vivo en algún lado pero la realidad insistía en golpearle directamente en la boca del estómago.
Castiel percibió el desamparo de Dean, se acercó cautelosamente a él y le abrazo, Dean no tuvo reacción, sólo se dejó consolar por el ángel.
-Chico, no te preocupes, los Winchester son los huesos más duros de roer, estoy seguro de que Sam está vivo en algún lado esperando a que llegues a por él- Bobby intento poner la voz más segura y despreocupada que podía, pero ni siquiera él se lo creía.
Unos golpes en la puerta sobresaltaron a Dean, pero Castiel, que miraba hacia la puerta, ni siquiera se inmutó.
Nadie además de ellos y Bobby sabía en donde estaban, y Bobby no era el que golpeaba porque hablaba con él por teléfono. Dean buscó su arma y le quitó el seguro.
-Ahh- dijo Bobby a través del teléfono haciendo saltar a Dean -Le dije a Louis que fuera a ayudarles. Recuerdas? El cazador del que te hablé-
-Pero Bobby, como puedes darle nuestra dirección a un completo extraño tan despreocupadamente- le espetó Dean mientras veía como Castiel se dirigía a la puerta.
-Primero, Dean, no es un extraño para mí y segundo, yo no le di vuestra dirección. Él es el mejor investigador y si los encontró fue por su cuenta. Y ten en consideración que solo esta mañana le dije que necesitaba su ayuda- dijo Bobby con una brizna de orgullo en su voz.
Si bien el hecho no terminaba de convencer a Dean, al menos había despertado su curiosidad. “será tan bueno este tipo” pensó escéptico, mientras le hacía una seña a Castiel para que abriera la puerta.
-Te llamo luego Bobby, espero no te equivoques- cerró su teléfono y se acercó a la puerta.
Castiel abrió y dejó pasar al hombre, este no le inspiraba mucha confianza a Dean aunque su aspecto no estaba mal.
Louis era francés, lo supo inmediatamente por su acento y sus movimientos, no pasaría los 25 años de edad, de piel trigueña y pelo rubio, lo tenía igual de largo que Sam, pero lo peinaba hacia atrás quitándole ese aspecto despreocupado, era un poco más alto que Dean y sus ojos eran de un verde esmeralda muy claro, hermosos, según un silencioso comentario que no pudo reprimir Castiel y que no pasó desapercibido para Dean; su cuerpo, aunque delgado, se veía trabajado y fuerte. Se acercó al ángel con gracia felina y mirada coqueta, una que le resultó muy familiar a Dean, susurro algo al oído de Castiel y este lo miró con cara de no entender nada, Louis soltó una carcajada y le palmeó el hombro.
Esa familiaridad con la que trataba Louis a Castiel cabreó bastante a Dean, que no tuvo reparo en ocultar. Puso su mano sobre el arma que tenía en la cintura y le habló a Louis con tono hosco.
-Y bien, nos puedes explicar quién eres tú de una vez? -
-Oh excuse moi, mi nombre es Louis, su amigo Bobby me dijo que necesitabais un poco de ayuda para encontrar a su hermano y resolver un caso de infestación de lobos- dijo el rubio con una sonrisa y un suave acento francés.
A Dean le molestaba todo del tipo, pero lo que más le mosqueaba era la insistencia de Louis de tocar a Castiel en todo momento. Desde su hombro bajo acariciando hasta la mano del ángel y volvió a subir lentamente. Dean se acercó a ellos aún más amenazante.
-Bueno partiré diciéndoles dónde está Sam- dijo Louis cambiando su sonrisa coqueta por una de autosuficiencia y un poco torcida a la izquierda.
Dean no sabía cómo reaccionar pero todos sus instintos se activaron, sacó su arma tan rápido como se lanzaba hacia atrás para tener un buen espacio de tiro y le apuntó directo a los ojos.
-Donde lo tienes, imbécil?! Dímelo ahora y no te vuelo ese perfecto cabello tuyo- grito Dean sin dejar de mirar al rubio francés.
-Crees que es perfecto? Me halagas, harás que me sonroje- le dijo Louis mientras sacaba de su bolso una laptop, sin ninguna muestra de asombro o preocupación -pero te equivocas, yo no lo tengo- esta vez lo dijo mirando a Dean con ojos fríos pero con una sonrisa aun en su rostro. Retiró una silla y se sentó a la mesa frente a su portátil tecleando muy rápidamente, dejó quietas las manos por un momento y volvió a mirar a Dean -No te sientas? -
Dean muy a su pesar se sentó poniendo el arma sobre la mesa, aun a su alcance, tenía mucha curiosidad pero estaba alerta.
Castiel, que no se había movido del lado de la puerta, observaba toda la escena sin decir una palabra, también sentía mucha curiosidad por el hombre que acababa de entrar.
-Bien, he realizado mi tarea como niño bueno- dijo Louis dedicándole una hermosa sonrisa a Castiel que se había acercado a la mesa junto a Dean -Y he descubierto un par de cosas interesantes, por ejemplo, encontré esto en las cámaras de seguridad del club que investigan- dio vuelta la pantalla hacia Dean y Castiel, en esta se veía como un hombre de dimensiones exageradas se colaba al interior del club -debo reconocer que Sam es bueno, logró desactivar todas las cámaras del lugar, excepto esta, y solo porque la instalaron justo después de que él las pirateara. Y miren esto- el francés puso pause justo en el momento en que la figura miraba directo a la cámara y Dean y Castiel soltaron un gemido de sorpresa.
“Sammy” pensó Dean y sintió un leve dolor en la boca del estomago.
-De cuando es esta grabación?- dijo el pecoso levantándose de la silla de un tirón.
-De la misma tarde en que Sam llegó al pueblo-
-Y cuando salió?- esta vez fue Castiel el que preguntó.
-No lo ha hecho aún- respondió Louis bajando la vista a su laptop.
Un escalofrió recorrió la espalda de Dean, eso significaba que Sam llevaba 4 días allí dentro.
-Muy bien, ya sabemos dónde está, ahora solo debemos sacarlo- dijo Dean pegando con su puño la palma de su otra mano.
-Hay mas- interrumpió Louis -aunque tuve muy poco tiempo, logré reunir un poco de información. Al parecer todos los miembros del club son hombres lobo- eso no sorprendió ni a Dean, ni a Castiel, ya habían hablado acerca de esa posibilidad -además, en el centro del recinto tienen una sala interior, gigantesca, recubierta de plata y en cada luna llena todos los licántropos se encierran dentro y no salen hasta que es de día. En todo ese tiempo se escuchan fuertes ruidos desde interior- Louis se detuvo y siguió con su portátil.
Dean y Castiel intercambiaron miradas preocupadas.
-Lo que me pregunto…- continuo el francés -es el porqué se encierran, con el poder que tienen todos juntos podrían hacer todo lo que quisieran, en este pueblo o donde sea-
-Quien sabe. Lo que me importa ahora es mi hermano. En tu cacharrito puedes ver el lugar exacto donde esta Sam? - dijo Dean palmoteando el portátil. Aún no confiaba totalmente en ese tipo pero debía reconocer que era hábil, y eso era justo lo que necesitaba en ese momento.
-Puedo, pero me tomara más tiempo- Louis miró a Dean y luego a Castiel, estaba seguro de que esta sería una búsqueda infructuosa, ya que en el caso de que los del club hubieran descubierto a Sam, no tendrían ninguna razón para mantenerlo allí dentro, salvo que lo quisieran para cena y eso habría sido el primer día. Intentaba saber qué es lo que pasaba por la cabeza de esos chicos, al parecer ellos no habían tenido una experiencia así, no habían perdido a nadie en manos de los licántropos.
Louis estaba allí por una deuda que tenía con Bobby, en realidad muchas deudas, aunque más que nada era por la venganza personal que tenia contra los hombre lobos. El primer encuentro que tuvo uno de estos seres fue cuando tenía catorce años. Él y sus padres vivían en una modesta cabaña cerca del lago Falcón. Eran las primeras horas de la luna llena más roja y hermosa que Louis había visto a su corta edad. Recordaba que estaba en el techo de la cabaña, siempre subía allí cuando deseaba estar solo, observaba como la luna ascendía lentamente cuando sintió el horrible sonido de la carne desgarrándose y los gritos de su familia mientras era masacrada por un hombre lobo. A punto estuvo de caer del techo, mientras bajaba por la ventana, y fue en ese momento cuando el ser le atacó abriéndole en el pecho una herida lo suficientemente grande como para matarlo, y así hubiera sido si no aparece Bobby batiendo a la criatura a balazos. Aun podía recordar como si fuera ayer el aspecto que tenía el lobo, y el dolor que sintió al ser herido y al perder a su familia. Inconscientemente pasó sus dedos por la cicatriz que cruzaba su pecho y un escalofrío recorrió todo su cuerpo.
Castiel se acerco y puso su mano sobre el hombro de Louis, quería hacerle sentir bien además de que respondiera algunas preguntas más sobre Sam.
El rubio lo miró agradecido, el toque del ángel le calmaba y le hacía sentir mucho mejor.
Dean observaba la escena incomodo y molesto, dio un fuerte bufido y preguntó.
-Y bien… cuanto tiempo necesitas?-
El francés desvió su mirada del ángel a regañadientes y la centró en Dean.
-Creo que será al menos toda la noche, ya había intentado infiltrarme pero su sistema de seguridad es realmente bueno-
-Ok, manos a la obra entonces, quiero a mi hermano de vuelta para la hora del desayuno- dijo Dean entrelazando sus dedos y retorciéndolos hasta que todos sus huesos sonaron. Había dicho ese comentario más para auto convencerse de que todo estaría bien que para otra cosa.
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Estuvieron toda la noche y la mañana investigando, viendo grabaciones de seguridad y trazando tácticas de intrusión.
A Dean le sorprendió mucho la actitud de Louis, sin duda era muy inteligente llegando a ser un poco nerd, pero la seriedad que mostraba y la fuerza que irradiaba le indicaban que no solo era una cara bonita con un gran cerebro sino que además era un perfecto cazador.
Llegaba la hora de comer y Castiel, que conocía mucho a Dean, sabía que aunque estuvieran en mitad de un casería muy importante, cuando llegaba esta hora Dean dejaba todo de lado y partía a comprarse una de esas grasosas hamburguesas. Lo miró, pero este no mostraba intención de dejar los monitores, ni de moverse. Castiel también estaba preocupado por Sam pero la extrema preocupación de Dean comenzaba a molestarle, además el aire de la habitación estaba extraño, necesitaba salir y respirar un poco de aire fresco. Se levantó y cruzó la habitación hacia la puerta, esperaba que Dean le preguntara a donde se dirigía pero este ni siquiera lo miró, lo que le molestó aun más. Salió de la habitación irritado y lo peor es que sabía muy bien el porqué. Cerró la puerta y se apoyo en la baranda del balcón, se estaba muy bien ahí fuera, había buena sombra y el viento fresco le relajó los nervios. De pronto se abrió la puerta tras él, sonrió y se volteó pensando que era Dean.
-Que pasó, Castiel? Estas cansado?- preguntó Louis con tono preocupado mientras cerraba la puerta, se acercó al ángel y poso una de sus manos en la frente de este -nop, no tienes fiebre- dijo con una sonrisa ligera, luego deslizo su mano por la cara de Castiel en una caricia tierna -sería una lástima que el ángel mas hermoso que he visto caiga enfermo-
Castiel se sintió un poco incomodo, el toque de Louis no le producía lo mismo que el de Dean, pero tampoco le desagradaba. Podía saber lo que había en el corazón del francés y era muy parecido a lo que había en el de Dean, ambos eran demasiado buenos y correctos, pensando siempre en los demás por sobre ellos mismos, pero una gruesa capa los cubría, un escudo de sufrimiento y abandono que les impedía mostrarse tal cual eran, creando una personalidad despreocupada y libertina.
Castiel lo miró con cariño y le dedico una gran sonrisa, lo que descolocó a Louis haciendo que su cara se volviera totalmente roja, no estaba acostumbrado a recibir muestras de cariño tan abiertamente, de deseo sí, pero cariño no. Se volteó rápidamente y se apoyo también en la baranda, permaneció en silencio un momento, suspiro y miró hacia el cielo.
-Castiel, tu sabes que las posibilidades de encontrar al hermano de Dean con vida son nulas, cierto?- dijo aun mirando el cielo.
Castiel se acercó al rubio y le puso una mano sobre el hombro delicadamente.
-No te preocupes, Louis. Dean siempre hace que hasta lo impensable sea posible, solo debes tener fe-
El francés le miró y devolvió la sonrisa que le entregaba el ángel. Comenzaba a gustarle de verdad ese hombre/ángel. Cambio su sonrisa tierna por una mas socarrona y acercó su boca al oído de Castiel y le susurro lascivamente.
-Qué tal si entramos? me encantaría ver esas exquisitas manos en acción, trabajando obviamente- dijo mientras se las acariciaba, se puso frente a sus labios y le besó, corta y rápidamente, luego se metió al hotel.
Castiel ni se inmuto, comenzaba a tomarle afecto a ese hombre. Se volteo hacia la habitación y vio como Dean corría las cortinas de la ventana de un manotazo y se alejaba del lugar donde hasta hace unos segundos se encontraba mirando.
El ángel levantó la vista hacia el cielo, era un día caluroso, sin nubes, y se preguntó qué pasaría con Dean si Sam realmente estaba muerto, suspiró y se encamino a la habitación.
destiel